sábado, 23 de julio de 2011

Una novela que termina siendo lo que es y no lo que parecía

Toni Hill llega a la Semana Negra con El verano de los juguetes muertos, su primera novela


Sábado 23 de julio de 2011. Gijón


Toni Hill y Paco Camarasa presentan El verano de los juguetes muertos
Toni Hill y Paco Camarasa presentan El verano de los juguetes muertos
Uno de los libros que esta Semana Negra parece estar en boca de de todos es El verano de los juguetes muertos. Le toca al librero Paco Camarasa presentarnos la novela y a su autor, Toni Hill.

Camarasa, antes de empezar a entrar en materia, quiere apoyar la continuidad de este festival. Nos recuerda que viene desde Barcelona, que lo hace año tras año porque la Semana Negra es insustituible. Quiere seguir viniendo por lo que anima a los que allí estamos a intervenir en defensa del futuro de este evento que forma parte de una comunidad más grande que esta ciudad y que no puede depender de los cambios que se produzcan en una alcaldía.

De El verano de los juguetes muertos señala que es una primera novela de Toni Hill, una persona que nos ha traducido muy buenas novelas y que eso se nota. Ha dado el paso y lo ha hecho atreviéndose a escribir una novela policiaca en Barcelona, una ciudad muy connotada por autores como Ledesma, Montalbán y Martín. No es una ópera prima en las que el autor quiera contarlo todo, como si abriera un grifo que llevaba mucho cerrado desde siempre. En opinión de Camarasa es una novela fantástica que recomienda con pasión. Más policial que negra, donde no hay pensiones baratas, con un tema terrible que nos lleva a preguntarnos por lo que ocurrió en el pasado. Un pasado que si no se cierra pasa factura al presente, a una gente que nada tiene que ver con el origen.

La novela mezcla dos historias paralelas. Hay una trama de prostitución de mujeres jóvenes africanas que se mezcla con la buena sociedad burguesa de la ciudad. Es la policía el nexo de unión de esos dos mundos. Recalca Camarasa que la novela está escrita con una estructura que hace que sean los personajes los que van juntando los elementos para terminar siendo lo que es y no lo que parecía.

Hill cuenta que El verano de los juguetes muertos sucede en una Barcelona que conocen todos los que allí viven, algo alejada del turismo, sin connotaciones góticas ni de barrios bajos. Su protagonista es un policía autonómico de origen argentino. Confiesa que su intención era ver la ciudad con los ojos de un forastero, pero que el personaje, después de veinte años viviendo allí, era un barcelonés más. En las ciudades de hoy hay gente de todos los lugares. Hill es psicólogo, aunque ejerció muy poco tiempo, lo que le ha ayudado a crear personajes de cierta complejidad en los que le crimen les resulte algo tangencial a ellos. En la novela hay un policía que le da una paliza a alguien que se lo merece, pero sabe que está mal y que tendrá que pagar por ello, es consciente que no es justificable lo que ha hecho. Los buenos no son nunca personajes que todo lo que hacen sea loable.

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