Operación Drácula una novela que se mueve dentro de un mundo donde el crimen se ha internacionalizado
Martes 25 de julio de 2011. Gijón
Pilar Sánchez Vicente y Alejandro M. Gallo presentando Operación Drácula. Foto Toni Gutiérrez
Toma la palabra Pilar Sánchez Vicente, que no ha parado de gesticular y saludar a los amigos mientras la presentaba Gallo. No es que hable en asturiano, pero sí mantiene las terminaciones de las palabras en su lengua. Se desenvuelve con mucha soltura y desparpajo, haciendo más ameno aún lo que cuenta. Explica que el título resulta algo engañoso, que está motivado porque el centro de la historia son las mafias rumanas que tenemos en España y un personaje al que apodan Dracul. Que las mujeres aparecen tanto como prostitutas como con la investigadora, es algo que no quería dejar pasar. Realizó un trabajo de campo muy grande, manejando documentación sobre las redes de prostitución, sobre Rumanía y también lo hizo sobre temas policiales. Habla de la trata y cuenta las vejaciones y engaños a que son sometidas estas mujeres. Una realidad muy dramática sobre la que Operación Drácula se convierte en una denuncia de esta situación, que no olvidemos, genera mucho dinero, pues el mercado de la carne es uno de los pilares del mercado negro.
La novela se cruza también con una historia del pasado que ocurrió en Rumanía, en la época de Nicolae Ceauşescu, algo que le ocurrió a un profesor de la Universidad de Bucarest. Hablando de Rumanía y aquel tiempo, cuenta que es la esencia de un país rico que de un día para otro, los obreros se quedaron en la calle, que les llegó la ruina de golpe.
La novela es un cambio en su trayectoria, dónde se vio obligada a variar su forma de escribir. Transcurre en una semana y no en periodos de siglos como estaba acostumbrada en sus anteriores trabajos. Además los lectores del género tienen sus propias imágenes que por lo tanto no es necesario escribir, por lo que tuvo que intentar abandonar su estilo didáctico de la novela histórica.
Termina la presentación recuperando un relato de cuando tenía 12 años que ha encontrado recientemente rebuscando entre papeles viejos y que responde muy bien a la pregunta que suelen hacerle siempre sobre su reivindicación constante sobre el papel de las mujeres en nuestra sociedad. Sobre el tema del hombre en el año 2000 escribió una redacción que comienza diciendo «En el año 2000 los maridos dependerán de sus esposas» para continuar retratando una sociedad futura, llena de progreso, donde las mujeres serían su motor.
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