miércoles, 27 de julio de 2011

Dani «el Rojo» nos cuenta su vida

Se siente orgulloso de haber salido de esa vida, pero no reniega de ella


Miércoles 26 de julio de 2011. Gijón


Carlos Quilez y Dani el Rojo presentando Confesiones de un gángster de Barcelona
Carlos Quilez y Dani «el Rojo» presentando Confesiones de un gángster de Barcelona. Foto Toni Gutiérrez
Por la Semana Negra pasan escritores y a veces también tipos que tienen tras ellos historias que contar. Dani «el Rojo» es uno de ellos. Ex-atracador, ex-delincuente, ex-toxicómano y ex-presidiario. Carlos Quilez lo presenta como un hombre que ha sabido pagar cuando tenía que pagar y luchar cuando tenía que hacerlo. Una persona con mucha fuerza para ser capaz de centrarse en su salud, su vida y un futuro legal. Lluc Oliveras ha recogido su vida para escribir Confesiones de un gángster de Barcelona.

Dani «el Rojo» dice que al salir de la cárcel quería llevar una vida corriente y trabajar, algo que no había hecho nunca. Encontró a la mujer idónea y así, gracias a ella, salió adelante. Trabajando se puede vivir, lo que pasaba es que le daban trabajos sin responsabilidad y muy mal pagados, le contrataban para seguridad y de aparcacoches, así que tenía que coger varios. Por suerte tenía amigos de la infancia que luego se hicieron conocidos. Se encontró con Loquillo que se alegró mucho de encontrarle fuera de la cárcel y de la droga y le dio trabajo.

Para él su vida era normal, no tenía que explicarla. No quería escribirla, pero tampoco ocultaba su pasado. Lo que sí fue viendo es que a quien se la contaba mostraba interés. Le habían contratado como asesor para un documental sobre atracadores de los años 80 y el guionista, tras escuchar su historia le hizo una sinopsis. Así se decidió a escribirla.

Habla de la apertura que supuso la muerte de Franco, una realidad que pasó en aquel momento. El dictador había encerrado a la sociedad. Del 70 al 75 entró cierta influencia de Francia y de Inglaterra, la de Estados Unidos llegó con su muerte. En aquel momento tomar droga era lo bueno. Él tomaba cocaína y heroína, siempre por vía intravenosa. No aconseja las drogas. Señala que el problema es que están prohibidas, y a todo joven le llama lo prohibido. Si se legalizaran se quitaría el narco y la corrupción que compran con su dinero. Sin beneficio no habría negocio. Legalizada solo la tomaría el que realmente quisiese. La droga se acabó, lleva catorce años fuera de ella y no ha vuelto a delinquir. Se siente orgulloso de haber salido de esa vida, pero no reniega de ella. Uno es la consecuencia de la vida que ha llevado, no se puede rehuir del pasado.

De drogas sabe mucho, cuenta incluso el origen de la heroína. La creo una farmacéutica para librar de su adición a los morfinómanos de la Segunda Guerra Mundial. Confiesa que se ha metido verdaderas pasadas, pero nunca tuvo ninguna sobredósis. Dice que suele haber dos motivos, o es que te quieres ir, o es que te falta dinero. Él no iba buscando la papelina, al atracar podía permitirse comprar en cantidades mayores y buena calidad.

Dani el Rojo presentando Confesiones de un gángster de Barcelona
Dani «el Rojo» presentando Confesiones de un gángster de Barcelona. Foto Toni Gutiérrez
Dani «el Rojo» venía de una familia en la que no necesitaba el dinero para vivir. Describe que su primer robo fue con 8 años, cogiendo unas gomas o rotrings. Sintió dos emociones, la primera la de si le iban a pillar o no y la segunda la de quedarse con el dinero que sus padres le habían dado para comprar aquellas cosas. Ambas generaban mucha adrenalina. Te vas haciendo mayor y quieres más emoción y más chutes de ego. Después del de la adrenalina, adquirió el vicio del dinero y después el de la droga. Con influencias negativas haces lo incorrecto. Es como la vida misma, empiezas de la nada y si tienes dos dedos de capacidad vas subiendo. Empezó robando cualquier sitio con caja registradora y se dio cuenta de que lo que estaba haciendo eran muchos atracos para muy poco dinero. Así que se profesionalizó. Tenía un padre empresario y quería hacerlo bien. Su objetivo era conseguir dinero fácil. Los bancos es donde está el dinero, así que empezó a atracarlos. Y eso engancha aún más. Se enganchó al modo de vida que da atracar bancos.

¿Todo lo que cuenta Confesiones de un gángster de Barcelona es cierto? Quilez señala que el delincuente es consustancialmente mentiroso, hasta la ley le permite mentir, pero el opina que es cierta, que está escrita desde el vientre.

Dani «el Rojo» sonríe y añade que es una novela basada en su vida, pero Lluc la aumentó. Por dar un porcentaje dice que el 80% de los hechos son reales. Por norma mientes, como para decir que no se es un delincuente. También se fantasea un poco. Otras veces es la propia percepción de la vida que no es totalmente real, sobre todo si se va cargado de droga. Siguiendo con los números confiesa que no los ha contado, pero que le ponen 500 atracos, 150 de ellos a bancos. Se llevaron 1.200 millones en un HispanoAmericano, un atraco que les llevó tres días.

Tenía su modus operandi, atracaba profesionalmente por dinero y por lucro, pero su físico es muy reconocible, metro noventa, fuerte, no pasa desapercibido. Sabía que tras cada atraco la policía le iba identificando y se lo iban apuntando en la cuenta del debe.

Reconoce que se lo ha pasado bien en la cárcel, que ha vivido en ella. Quizá para alguien que es inocente sea inviable, pero si eres un delincuente forma parte de la vida. Sabes que te van a coger. Si te culpan de una y has hecho cuarenta vas incluso contento. Cuando entró por primera vez los presos llevaban cinco días de huelga de hambre. Vivió en la cárcel la época de la COPEL (COoperativa de Presos En Lucha), porque había mucho que mejorar (celdas de cuatro personas con 11 recursos, comida que se servía en el suelo, no había terapeutas…). La COPEL quería que la cárcel la llevaran los presos desde dentro, pero al final no sirvió, los cabecillas consiguieron mayores favores y se creó otra casta.

La policía, en las diligencias previas que se llamaban entonces, le ha cascado, pero también reconoce que se libró mucho por no venir de una familia desestructurada. Cuenta que la tortura tiene un fin, hacer miedo en el detenido, pensar que le van a matar para que hable. Pero el sabía que no le iban a matar y a que le den hostias nunca le ha tenido miedo.

2 comentarios:

mensajes claro dijo...

La experiencia de dani le ha servido de mucho para mejorar , Si asi fueran todas las personas tendriamos un mundo mejor.

Javi Álvarez dijo...

Sí, es un tío impresionante.