Fernando Marías y Carlos Spottorno nos presentan La hora del recreo, un libro de fotografías y textos para hablar de la importancia de la educación
Sábado 23 de julio de 2011. Gijón
Carlos Spottorno y Fernando Marías presentando La hora del recreo
El fotógrafo Carlos Spottorno ha sido el encargado de coordinar La hora del recreo, un libro colectivo de fotografía y texto promovido por la Fundación Proniño de Telefonica. En Latinoamérica hay quince millones de niños que se ven obligados a trabajar para subsistir. Hay muchas maneras de comunicar esta situación, en este caso el libro lo hace desde lo emocional. El trabajo de la Fundación ha ido dirigido a establecer una serie de becas que puedan paliar esta situación. A fecha de hoy lleva concedidas 250.000.
Spottorno explica que el libro se ha realizado con la colaboración de cinco fotógramos y dieciséis escritores para enseñar algo de la situación de los niños trabajadores en América Latina. Ahora lo vemos como algo extraño, pero no hace tanto que en nuestro país también se veían estampas de trabajo infantil. Señala el cuado que hay detrás, de fondo a la mesa, donde se ve a un niño que empuña dos pistolas, un niño combatiente que aún es peor. Así que el límite de lo que nos parece escandaloso lo ponemos dependiendo del lugar y el momento. El objetivo de los fotógrafos ha sido plasmar esas verdades desde la calidad artística. Para ello cada uno de ellos se ha ido a un país, que deliberadamente se omite en el libro pues no trata de particularidades, y ha tomado imágenes durante tres semanas y también audios con la voz de los niños contando su situación. El material recopilado se lo entregaron al escritor Fernando Marías que lo distribuyó a los escritores.
El fotógrafo Carlos Spottorno presentando La hora del recreo
Del título, cuenta Spottorno que salió espontáneamente porque para esos niños trabajadores ir al colegio es su recreo, todos van voluntarios, les gusta y se sienten seguros. Preguntado sobre una de sus fotografías que ha recibido varios premios y en la que vemos a un grupo de muchachos en un basureo y unos pájaros negros con los que se disputan lo que van encontrando, comenta que era misión del fotógrafo retratar aquellos lugares donde hubiera niños trabajando. No fue sencillo cumplirla, en aquel caso, no le dejaban acceder al basural porque saben que lo que allí se hace está mal. Aprovechó que recientemente se había privatizado, siendo su coartada. Dijo que estaba allí para demostrar lo bien que funcionaba ahora que estaba en manos privadas. Los niños tenían muchas reticencias a dejarse fotografiar, no por vergüenza sino porque saben que es ilegal y a nadie le gusta que le retraten haciendo algo mal. Charlando con esos niños del basurero les preguntó por alguna cosa curiosa que hubieran encontrado allí. Uno explicó que había encontrado un dedo y también un feto. Otro dijo que un maletín lleno de dinero.
Buscando el motor que le ha llevado ha realizar estas fotografías, Spottorno explica que le llaman la atención los extremos y el deseo de exponerse de cerca a una realidad lejana a la propia. Cuenta que acababa de tener un niño cuando empezó esta serie. Lo habitual ya lo ha visto, ahora quiere ver otras cosas. Se fue a Libia para hablar de los refugiados y ahora está retratando la esclerosis múltiple en Europa.
Fernando Marías durante la presentación de La hora del recreo
Marías dice que todo libro debe ser posible resumirlo en una línea. Éste trata de la importancia de la educación. Algo que esta sociedad parece querer desprestigiar y olvidar y sin embargo ese desprestigio es de las peores cosas que pueden ocurrir.
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