martes, 26 de julio de 2011

Max Aub en la Semana Negra

Mucha muerte es una recopilación que incluye piezas sobre la muerte


Martes 25 de julio de 2011. Gijón


Pedro Tejada y Alejandro M. Gallo presentando Mucha Muerte
Pedro Tejada y Alejandro M. Gallo presentando Mucha Muerte. Foto Toni Gutiérrez
Pedro Tejada, que se encarga de organizar Castellón Negro, confiesa que ha venido a la Semana Negra de Gijón para tomar notas. Es cierto solo en parte, también está aquí para presentar una recopilación de piezas de Max Aub que lleva por título Mucha muerte y de la que es responsable. Le presenta Alejandro M. Gallo. Son buenos amigos, ambos coincidieron en unas jornadas sobre literatura negra en la Universidad de León que fueron fraguando una «conspiración» para ir extendiendo lo negro por toda la geografía española.

Hablando de Max Aub, Gallo lo describe como un genio que tuvo que irse debido al triunfo del fascismo en España. Siguió escribiendo, contando ese exilio que vivía como víctima, descubriendo que aquellos hombres y mujeres entendieron que la Guerra Civil fue la primera batalla contra el fascismo internacional y se perdió, pero que había que seguir luchando, que vendría la Segunda Guerra Mundial. Aquellos españoles no eran pozos de ciencia militar, sino gente corriente con el compromiso personal y colectivo de parar el fascismo.

Pedro Tejada nos habla de que Aub mezclaba los géneros. Max Aub nació en Francia, pero se consideró siempre español, «uno es de donde hace el bachiller». Terminó exiliado en México, nacionalidad que también adoptó. Estuvo en tres guerras, con la muerte siempre cerca. Falleció con 69 años, sin que le diera tiempo a revisar sus notas y su obra. Era muy aficionado a la novela policiaca, aunque no escribiera ninguna.

Mucha muerte, dice Tejada que es una recopilación que incluye piezas sobre la muerte. Destaca la serie Crímenes ejemplares, que puede ser la más conocida del libro. A finales de los 40 empezó a escribir los crímenes, para los que no admitió otra denominación. En realidad son microrrelatos, algunos de una sola línea, la mitad no superan las cincuenta palabras. Son confesiones de criminales que no se arrepienten.

Son textos escritos con humor surrealista y verbal, un tanto absurdo si se quiere, con cierto atractivo por una crueldad sin tapujos. En ellos busca al lector cómplice para que resuelva el caso, si es que puede pues muchos quedan abiertos. Tejada va leyendo crímenes donde nadie está a salvo, ni los propios escritores de novela policiaca, ni los editores que no cumplen sus plazos. Aub sufrió en carne propia la intolerancia, y en cierta forma, cada uno de estos crímenes son intolerantes, causa de no soportar al otro y decidir matarlo.

Pero Mucha muerte recoge muchas más historias, todas de decir sentencioso, cuidando la tipografía como Aub hacía, con aforismos cargados, epitafios…

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