domingo, 31 de julio de 2011

Taibo clausura la edición 24 de la Semana Negra con la mente puesta en preparar la siguiente

Taibo despide esta edición repasando el festival, hablando de lo necesario para continuar y agradeciendo el trabajo de su equipo


Domingo 31 de julio de 2011. Gijón


Yampi ofrece su último concierto mientras el público lee el A Quemarropa
Yampi ofrece su último concierto mientras el público lee el A Quemarropa. Foto Toni Gutiérrez
La Semana Negra llega a su fin. Los dos autocares que se han dado cita en el Don Manuel para los invitados ya están en el recinto. Los autores se dirigen a la carpa del Encuentro para despedir el festival. Allí Yampi prepara al público con sus canciones. Risas, despedidas, abrazos, lectura sosegada del A Quemarropa para ver que se dice de la jornada de ayer…

La mesa resulta extraña, solo sube Taibo que se encuentra solo, pues las instituciones (gobiernos del Principado y Municipal de Gijón) que no quisieron darle la bienvenida tampoco se han acercado a la clausura. En primera fila están Tini Areces y Justo Vilabrille (los que le acompañaban otros años) y los concejales José María Pérez (PSOE) y Jorge Espina (IU). Taibo toma la palabra. Dice que va a ser muy breve. Primero reparte los premios que aún no se han entregado. A Kike Ferrari por el accesit del premio de relatos policíacos y los dos especiales: el primero para la Empresa Municipal de Transportes de Gijón y el segundo para la Empresa de Limpieza de Gijón, a ambas por su encomiable labor durante toda la Semana Negra.

Luego llega el momento de meterse en harina, recordar que las autoridades del ayuntamiento lamentablemente han declinado su asistencia, decir que esta Semana Negra ha resultado emocionante y traer a San Bertold Bretch que decía «¿Qué haremos en los tiempos oscuros? Seguir escribiendo». Así que a seguir haciendo festivales también en tiempos oscuros. Lo hicieron y les salió uno de los mejores festivales de la historia de la Semana Negra, el más alejado del centro de Gijón –si exceptuamos los del Musel– y con una de las mayores confluencias de público. Tuvieron enfrente la cerrada oposición de las autoridades universitarias, con una actitud sorprendente que se expresó en una valla de separación, en 25 guardias de seguridad y en tres juicios para impedir la instalación y la propia Semana Negra. El festival fue ganando cada uno de ellos.

Taibo cuenta sus deseos, piensa que hubiera sido una buena oportunidad para la Universidad, que con el dinero que ha gastado podría haberse sumado para organizar seminarios sobre literatura de género, un congreso de historiadores o incluso haber traído a la Sinfónica de Viena. Taibo añade que sonriendo y con amabilidad les manda el mensaje «Vallas no, cultura sí».

Se ciñe después al impacto inmenso en el mundo literario de la novela de géneros para decir que la Semana Negra es el festival más importante de todos. Por ella pasa lo mejor y el mayor talento. Produce una inmensa riqueza cultural. Pero aparte, también tiene un impacto mediático muy fuerte, con más de 100 periodistas de 12 países informando sobre ella. Destaca la cobertura que este año han realizado los medios regionales porque además de extensa han realizado un trabajo muy bueno. En el mundo virtual también presenta un impacto fortísimo. Las visitas a la web de la Semana Negra se han incrementado en un 59%, las descargas del periódico A Quemarropa en estos diez días se cifran en 52.070.

Paco Taibo clausurando la Semana Negra de Gijón 2011
Paco Taibo clausurando la Semana Negra de Gijón 2011. Foto Toni Gutiérrez
En la Feria del Libro de Madrid la venta de libros en 2011 descendió un 27%. En la Semana Negra se han vendido o regalado 42.938 libros, lo que significa un incremento del 14,5%. ¿Cuál es el misterio?, se pregunta retóricamente Taibo. Ofrecer una feria diferente y apostar por los libros baratos, bajar el precio de los libros para que la masa de lectores pueda seguir leyendo.

Tras los datos le toca explicar que desde el inicio de esta edición tuvieron contactos con las nuevas autoridades locales, a los que en todo momento definió como correctos. Las relaciones con el vicealcalde también han sido correctas y hubo colaboración entre ellos. Pero en un momento dado, surgieron señales de humo desde la alcaldía que la prensa recogió; el concejal de cultura, del que no hay constancia de que haya pisado la Semana Negra, declaró que el festival era un evento muy caro para el ayuntamiento. Siguieron después las intervenciones de la alcaldesa, a la que tampoco se ha visto por el recinto, en el mismo sentido preguntando cuánto ganaba Taibo. Estas señales de humo unidas a la propuesta de que este terreno solo se iba a ceder este año hacían dudar por la continuidad.

La Semana Negra ha solicitado a un consultor independiente que realice una auditoría sobre el impacto del festival en la ciudad. Se trata de un informe con muchos datos que Taibo muestra en su mano aún fresco, pues anoche se lo habían entregado, y que será remitido al Ayuntamiento. Habla de lo que supone la Semana Negra para Gijón, tanto en creación de empleo –directo e indirecto–, como en impacto para la ciudad –especialmente en el sector servicios–. Con una inversión del Ayuntamiento que ronda los 200.000 euros se cuantifican los logros de la Semana Negra sobre la ciudad en la cantidad de 10.674.000 euros. Taibo dice que, tras dar este dato, le encantaría escuchar a los que dicen que la Semana Negra es cara. Por cada euro que recibe de CajaAstur, el Principado, el Ayuntamiento de Gijón y el resto de patrocinadores se producen 14,7.

Se acuerda Taibo de todos aquellos que están contra el progreso y que exclusivamente piensan de una manera boba y conservadora en la cultura desde una óptica de la rentabilidad. La Semana Negra no es cara, es baratísima.

La noria seguirá girando
«La noria de la Semana Negra seguirá girando». Foto Toni Gutiérrez
Sigue repasando los argumentos de quienes se oponen a la celebración del festival, de los que en lugar de los 200.000 euros que invierte el ayuntamiento hablan de 300.000 porque incluyen los pagos de las horas extras de la policía local y otros servicios. Se pregunta Taibo si es correcto cargar sobre un evento las necesidades de orden público que deben establecerse para cubrirse, si así se hace para los partidos del Sporting, los grandes conciertos o los toros. Sobre si vale la pena una cabecera de telediario por 200.000 euros, explica que si el Ayuntamiento hubiera tenido que pagar como publicidad los minutos y espacios en que se ha mencionado a Gijón en los medios de comunicación la factura se aproximaría a los 2.850.000 €. Gijón ha aparecido estos días en informativos de Ecuador, de Filipinas y en ninguno de ellos ha sido por un desastre natural, sino por ser una ciudad que celebra la cultura. Taibo aconseja leer más periódicos y ver más telediarios para ver lo que está pasando.

El éxito de la edición de este año es tan grande que sobrepasa las expectativas de la organización. Les sirve además para consolidar y defender un modelo al que no van a renunciar. Lo que sigue ahora es establecer las reglas del juego para las siguientes ediciones. Es entonces cuando Taibo anuncia con rotundidad: «A partir de mañana empezamos a preparar la 25. La Semana Negra sigue. ¿Dónde? De ser posible y si es por nosotros, en Gijón».

Luego señala los requerimientos mínimos que coinciden con los actuales. En primer lugar contar con una ubicación adecuada. Los organizadores piensan que debe ser la actual, pues ha sido construida para ello. Además también se va a usar para una feria de ganado y para albergar las representaciones del Circo del Sol. Habla de la valla señalando que está impoluta, no hubo grafiteros que la ensuciaran ni quien meara sobre ella, pues aquí se ha reunido lo mejor de la ciudad, la gente de Gijón que lee, los que vienen a divertirse. No hay ningún argumento de peso para que éste no sea el sitio para las futuras ediciones. El segundo de estos requerimientos es que se respeten los financiamientos y apoyos (limpieza, servicios sanitarios, transportes…) con los que se han contado este año. Si no los hay no pueden hacer el festival. Estos mínimos serán enviados al gobierno municipal de Gijón, al que van a dar un plazo hasta el 15 de septiembre para que respondan. No pueden esperar más, pues si la respuesta es negativa o no la hay deben buscar una alternativa. No quiere que le vengan jugando con cartas marcadas y afirma que por aburrimiento, ni en debate público, les pueda ganar nadie. Estas son las reglas y el futuro pasa sobre ellas.

¿Y si no se puede hacer en Gijón? La organización ha contactado con ciudades de Asturias y de fuera, porque si quieren continuar deben escuchar. Cita ciudades que se han interesado: Langreo, Mieres, Avilés, Valencia y Castellón. Su conclusión es que claramente se realizará en Asturias y que habrá un tren negro que haga el recorrido todos los días desde Gijón.

El equipo de la Semana Negra de Gijón 2011
El equipo de la Semana Negra de Gijón 2011. Foto del Departamento de Prensa de la Semana Negra

Taibo reconoce que muchas veces ha estado a punto de tirar la toalla y sabe que alguna vez encontrará la oportunidad de hacerlo. Pero si algo le hace seguir es el hecho de trabajar con este equipo. Él es la cara, para lo bueno y para lo malo. Cuando le toca recibir bofetadas reconoce que le pone y que le sube la adrenalina. Pero ser la cara, para sacar adelante el festival, no sirve sin el webmaster Mauricio, sin la asistencia de Xurdemán, sin Marisa llevando a la prensa, sin la coordinación de Cristina, sin Rafa en producción, sin Pino en la fontanería secreta, sin los mapas de Ángel Terán, sin Paraja el gerente, sin Ángel de la Calle que es como su hermano pequeño, sin los voluntarios como Marina, José Ramón, Alejandro, sin Fran y su pesimismo, sin Noe, sin José, sin Carlinos responsable de de la feria, sin Helenka llevando los bares, sin Loli, Lupita, Regina y Basilia, sin los conductores Javi, Elena, Ana y Luis, sin Sangara, sin Ana tocando la campana, sin Marta coordinado la carpa del encuentro, sin Rafa, Carmen, Alejandro, José Manuel, Germán y Roberto en la carpa de A Quemarropa, sin las traducciones de Lourdes, Diego y Jesús, sin los calaboceros Pablo e Iván, sin Miguel Barrero, sin Norman, sin Conchi, si Bauluz, sin los chicos del Asturcón, sin Miguel González, sin Irma, sin Yampi y sin Paloma que es pieza clave que abandona muchas cosas por coordinar esta Semana Negra y por aguantar a Taibo. Confiesa que él es la mitad de algo y con Paloma es algo completo. Con todos ellos hace festivales hasta en Camboya. Y se despide diciendo que «Empieza la Semana Negra número 25. El año que viene en Gijón».

sábado, 30 de julio de 2011

La Semana Negra quiere seguir siendo lo que es y quiere serlo en Gijón

Sábado combativo en la Semana Negra


Sábado 30 de julio de 2011. Gijón


Cristina Macía, Juan Ramón Biedma y Cristina Fallarás
Cristina Macía, Juan Ramón Biedma y Cristina Fallarás. Foto Toni Gutiérrez
La Semana Negra llega a su penúltima jornada, la que echa el cierre a lo literario. La actividad de un sábado siempre resulta frenética, el programa se apura y se dan los últimos encuentros de los autores.

Biedma y Fallarás, dos autores que escriben con rabia

Juan Ramón Biedma y Cristina Fallarás tienen un charla cruzada, donde el uno hablará del libro de la otra y viceversa. Siempre es interesante escuchar a los autores analizar la obra de otros. Les presenta Cristina Macía que ha estado buscando lo que les une a los dos: «la rabia, que les asoma a cada línea que escriben».

Fallarás dice que antes de leer la novela de Biedma, Antirresurreción, pensaba que no lo podría gustar un libro de zombies. Y sin embargo, se pasó toda la noche leyéndola. Le gusta por la bestia, por que dan más miedo los vivos que los muertos, los que matan a los zombies que los propios zombies. Pero lo que más miedo da es la Iglesia, de la que la novela nos muestra su podredumbre. Los personajes son siniestros, siempre con alguna tara, y, a pesar de ello, el lector se reconoce más en ellos porque lo normal es la bestia que llevamos dentro.

Biedma dice que Fallarás es su autora preferida, una mujer muy salvaje que está cambiando la novela negra, una voz clara que habla desde un nivel distinto para retratar la sociedad que somos, la que lo está haciendo tan mal. Las niñas desaparecidas está protagonizada por una detective embarazada que anteriormente había sido periodista de sucesos. Arranca con la desaparición de unas niñas de buena familia, de clase acomodada y se adentra en una Barcelona periférica y sórdida, de los barrios de la miseria. Biedma nos dice que no es una novela de enigma tradicional. Fallarás añade que Las niñas desaparecidas tiene dos ejes muy dolorosos: la violencia contra los niños y el consumo de niños. Su motivación le viene de una iglesia católica que permite el abuso de menores como forma de poder y luego de una sociedad y unos medios que no se hacen preguntas ante la pornografía infantil ¿De dónde salen y a dónde vuelven esos niños consumidos por las redes de pornografía? Solo se nos nombra a los culpables, los que son detenidos, pero no a las víctimas y la población no pregunta por ellos.

Carpa abarrotada para el acto con los grupos municipales ¿A dónde va la Semana Negra?
Carpa abarrotada para el acto con los grupos municipales ¿A dónde va la Semana Negra? Foto Toni Gutiérrez
¿A dónde va la Semana Negra?

La actualidad de este año en la Semana Negra es su continuidad y si ésta será en Gijón. Para tratar este tema la Semana Negra ha preparado una mesa para debatir sobre ello y a la que ha invitado a todos los grupos municipales. El FAC, fuerza que ostenta la alcaldía y el gobierno municipal, ha declinado asistir, parece ser que ninguno de sus concejales tenía un hueco en la agenda. De moderar el debate se encarga Ángel de la Calle y la mesa la forman Francisco Santianes (IU), Santiago Martínez Argüelles (PSOE), Pablo Fernández (PP), Manuel Pecharromán (PP) y Paco Ignacio Taibo II (Semana Negra). En la primera fila del público se sentaban Tini Areces y Paz Felgueroso. La carpa de A Quemarropa llena a reventar, incluso se habían colocado sillas en el exterior para la gente que se agolpaba interesada en seguir de primera mano este coloquio. Silencio recogido de atención mientras las intervenciones, muchos aplausos y abucheos cuando el ponente se lo merecía por desviar la atención y soltar perogrulladas.

Martínez Argüelles defiende la mezcla del festival entre la cultura y los espacios de ocio, algo que lo hace único e irrepetible. Señala la idoneidad del emplazamiento actual y recalca el apoyo ciudadano con el que cuenta la Semana Negra. Por lo que pide los medios para garantizar la continuidad en Gijón.

Por su parte Santianes, además de aplaudir la excelente programación cultural abierta a todos y con un marcado carácter popular del evento, ahonda en esa sintonía entre la ciudadanía de Gijón y la Semana Negra. Sería un error que el ayuntamiento dejara de apoyarla. Cuenta que hay un plan del equipo del gobierno, que ha pactado con la Universidad para que el festival no repita en esta ubicación, para deshacerse de la Semana Negra y que la responsabilidad recaiga en los ciudadanos.

Jóvenes apoyando la continuidad de la Semana Negra en Gijón
Jóvenes apoyando la continuidad de la Semana Negra en Gijón. Foto Toni Gutiérrez
Fernández y Pecharromán comienzan defendiendo la continuidad del certamen, pero se ve que quieren hablar de otra cosa. Tenían ganas de meterse con el anterior gobierno municipal y hablar de malas cuentas, de un gasto de dinero demasiado elevado para estos tiempos en la Semana Negra, de falta de diálogo con las otras fuerzas, de los gastos extra para poder colocar la noria y de una política cultural horizontal y no sectorial en el Ayuntamiento. Pecharromán pone tres premisas para la continuidad del festival en Gijón, que lo haga con un consenso sobre su ubicación, que abarque manifestaciones culturales de todo signo y que se haga más austera. Sobre la propia Semana Negra apenas parecen tener ideas, y las que se les ocurren las tienen sujetas con hilos, cogidas al vuelo en una visita accidental, como la idea que le ha venido a Fernández de evolucionar rotulando las carpas para mejorar su estética.

Taibo habló de evolución, sí. De incluir teatro de calle, circo… También tiene sus premisas, las mismas que se llevan cumpliendo en estas 24 ediciones. La Semana Negra seguirá manteniendo su esencia, mezclando cultura con fiesta popular y apostando por ofrecer una propuesta literaria que convoque al pensamiento crítico. Para llevar a cabo esta propuesta se necesita financiación y apoyo activo de las instituciones y la ciudad. Respecto a la parcela en la que se sitúa esta edición señala que es perfecta, que no hay ningún motivo para que no se utilice el año que viene. No hay duda, la Semana Negra quiere seguir siendo lo que es y quiere serlo en Gijón. El problema es que la decisión está en manos de un equipo de gobierno que ha estado ausente durante todo el festival.

Al terminar la charla, hay convocada una manifestación de apoyo en las calles del recinto. Se mezclan jóvenes, ancianos, escritores y público en general que sabe que la Semana Negra de Gijón debe seguir cumpliendo años en la ciudad.

José Antonio Martín Pallín y Francisco Prado Alberdi durante la presentación del libro Solidaridad con el juez Garzón
José Antonio Martín Pallín y Francisco Prado Alberdi durante la presentación del libro Solidaridad con el juez Garzón. Foto Toni Gutiérrez
¿Quién «disparó» contra el Juez Garzón?

La Fundación Juan Muñiz Zapico participa en la Semana Negra cada año. Suele presentar libros con ideología, que tratan aspectos relacionados con Asturias y la lucha de su clase obrera. Libros que hablan de mineros, de metasiderúrgicos, de luchadores por la libertad. Este año presentan el libro Solidaridad con el juez Garzón. Presenta el acto su director Benjamín Gutiérrez, la modera Alejandro M. Gallo y participan Francisco Prado Alberdi, José Antonio Martín Pallín, Rubén Vega.

José Antonio Martín Pallín, magistrado del Tribunal Supremo, no puede empezar la presentación sin mostrar previamente su apoyo a la continuidad del festival en Gijón. «Ánimo y adelante. No se dejen arrebatar la Semana Negra».

Explica después que el Juez Garzón ha adquirido una fama universal y el libro comprueba la repercusión internacional de esta trama que se ha construido en su contra. Hablando en términos de novela negra, en su caso sabemos quién no es el asesino, pero no sabemos quiénes van a asesinarle. Tenemos unos hechos, unos crímenes del franquismo y conocemos a sus autores. Contamos con más de 130.000 desaparecidos, se firmaron más de 120.000 sentencias a muerte. Garzón quiso que Franco, algunos de sus ministros y seguidores, pasaran a la Historia como delincuentes. Pero surge el nerviosismo de algunos y se admitió una querella de Manos Limpias, un sindicato de tres personas, contra el juez. Alguien está utilizando este mecanismo judicial con fines ideológicos para que no se sepa lo que ocurrió en el periodo criminal del Franquismo. ¿Quién «disparó» contra el Juez Garzón? Es un fuego cruzado.

Lo único que se pretende con el libro es mostrar la solidaridad con el juez, ir contra las tropelías que se están cometiendo e ir quitándonos ese pasado ominoso. El homenaje que espera Martín Pallín es que sienten en el banquillo a Garzón y toda la comunidad internacional, que ya se ha pronunciado absolviéndole, contemple este desaguisado.

Por su parte el historiador Rubén Vega profundiza en el significado de la iniciativa del Juez Garzón en su causa contra el Franquismo, ya que vino a poner en tela de juicio la ley de amnistía que definió la Transición a cambio de fijar una ley de punto y final con la que hacer prescribir todos los crímenes del fascismo en España. El juez Garzón no pretendía condenar a los responsables, la mayoría fallecidos y el resto en edades muy avanzadas, pero sí satisfacer el deber moral de un país de saber lo que pasó, porque tenemos la obligación de establecer la verdad y hacerlo con rigor.

Los autores del libro Pepsi La Frontera recibiendo el aplauso del público
Los autores del libro Pepsi de la Semana Negra, La Frontera, recibiendo el aplauso del público. Foto Toni Gutiérrez
El libro Pepsi, un sueño cumplido

Manuel Rivas firma ejemplares de su novela Todo es silencio, deteniéndose con cada lector, sin prisa, deleitándose en la charla con quien le pide que le estampe una dedicatoria. Es un hombre al que le gusta la cercanía. Mientras, también en la carpa del Encuentro, David Torres presenta su libro Punto de fisión, una novela muy negra, cargada de humor, con un Francostein (Franco construido a pedazos) y por la que pululan unos terrorista chulapos. La de Torres es una tarea complicada, la del telonero, pues la carpa se va llenando lentamente de gente que está llegando para el siguiente acto, la entrega del libro Pepsi que este año lleva el título de La Frontera y que presentan Ángel de la Calle y Paco Taibo.

Taibo le puso el título y cuenta que le costó más de una hora convencer a Ángel. Los dos juegan a los amigos discutidores. Luego señala que en toda frontera hay una valla, pero que él pensó en el título mucho antes que la valla de la ignominia creciera mágicamente rodeando la Semana Negra. Él había pensado en que los conflictos entre países, regiones, etnias, vecinos… son conceptos artificiales y absurdos. Lo limítrofe da mucho juego. Así que reclutó un equipo apasionante de todo el mundo para que lo llevara a cabo. El libro no existiría sin Pepsi, quien siempre ha estado apoyando el proyecto cultural.

J. M. Caro Barrantes, representante de la marca, solo tiene palabras de agradecimiento y muestra el orgullo de tener un libro en uno de los mejores festivales del mundo. Se despide con el deseo de que el año que vienen también estén aquí, en el mismo sitio, entregándolo de nuevo.

El público levanta el libro Pepsi La Frontera para la foto final
El público levanta el libro Pepsi La Frontera para la foto final. Foto Toni Gutiérrez
La parte más emotiva corre a cargo de Ángel de la Calle que contó una historia personal que explica por qué el libro se regala. Explica que él era un niño pobre al que le gustaba la cultura. Veía a los hijos de los directores que tenían aquellas publicaciones con las que él soñaba. Entonces pensó que, si fuese por él, los libros los daría gratis, para que así todos los niños los pudieran tener.

Cuando formó parte de la organización de la Semana Negra recuperó aquella idea, buscó los escritores y dibujantes que se ofrecieron desde el primer momento a colaborar desinteresadamente. Después buscó la pasta para financiarlo. Que no puedas tener un libro por no tener dinero es lo peor del mundo. Se despide dando las gracias a Pepsi por cumplir el sueño de un niño.

viernes, 29 de julio de 2011

Un viernes intenso en la Semana Negra

Todo lo que nos preocupa tiene su espacio en la Semana Negra


Viernes 29 de julio de 2011. Gijón


Almudena Grandes charlando con Miguel Barrero
Almudena Grandes charlando con Miguel Barrero. Foto Toni Gutiérrez
La Semana Negra es un hervidero de escritores, que han ido llegando para hacer de esta feria una fiesta de la cultura popular.

Almudena Grandes se va a pasar su vida contando la historia del siglo XX

Almudena Grandes viene a presentar su última novela Inés y la alegría, que es la primera de una serie de seis que nos quieren contar la historia de la Guerra Civil hasta 1964, cuando Franco celebra los 20 años de Paz. En ellas tratará de introducir personajes sobre los hechos reales. Esta primera nos cuenta la invasión del Valle de Arán, que aunque no salió no deja de ser una hazaña épica. Para construir el modelo de revolucionario total, Grandes coloca como protagonista a un asturiano, del pueblo de su abuela.

En el libro se novela la historia sentimental de Pasionaria con Jesús Monzón porque la autora quería desmitificar una parte de la imagen de Pasionaria que se asienta sobre un pedestal polvoriento y remitificar con esa imagen de mujer enamorada que se pasea por el Kremlim para pedirle a Stalin un favor por amor. Cree que es positivo transformar la fotografía de madre universal del proletario hacia el de esa mujer.

Después repasó su carrera literaria y lo que cada uno de sus libros significa, haciendo comparaciones y explicando sus motivaciones. Si las primeras trataban de los conflictos de edad de su generación, las últimas están hablando de la recuperación de la memoria, que en el fondo es el asunto pendiente de su generación. Al final se va a pasar su vida contando la historia del siglo XX.

Le preguntaron por qué Carrillo sale tan poco en Inés y la alegría y defendió que no tiene porqué aparecer más de lo que lo hace en la novela. Como escritora tiene la libertad de elegir lo que cuenta y cómo lo cuenta. No es una historiadora. Un historiador tiene que contar cosas increíbles que son verdad y un el trabajo del escritor es contar invenciones que deben parecer reales. El novelista puede ir más allá para rellenar las lagunas a las que no llega la realidad.

Entre el público se encontraba Joaquín Sabina, que le preguntó por Benito Pérez Galdós. Grandes confesó que es el autor que más le ha influido, como lectora y escritora. Su segundo mejor novelista, después de Cervantes.

Javier Calvo y Raúl Argení durante la presentación de Corona de flores
Javier Calvo y Raúl Argení durante la presentación de Corona de flores. Foto Toni Gutiérrez
Un asesino en serie anda suelto por las calles victorianas de Barcelona

Hay muchas cosas de la política barcelonesa de los últimos años que no le gustan a Javier Calvo y que le producen un rechazo político. Le repugna esas políticas llevadas a cabo desde el Ayuntamiento para expulsar de barrios típicos a una serie de población para hacer espacios y elementos para uso del turismo. Barcelona se ha llenado de heladerías. Decidió indagar allí donde cree que está el origen del mal y lo identificó en un momento, a finales del XIX con la expansión de la ciudad, cuando del Rabal se extirpó su componente sagrado, la época de la fiebre del oro de la ciudad.

Así surge Corona de flores, colocando en ese tiempo a un asesino en serie que va matando por la ciudad, con un ambiente victoriano, semejante a los de Conan Doyle y Dickens, con sus callejones, neblina, luz de gas… Sobre si la violencia que aparece es un tanto sensacionalista, explica que en la poca investigación que realizó encontró que en aquel momento la brutalidad era algo normal. Así que es una simple constatación.

Cuenta que a la hora de ponerse a escribir esta novela histórica, le preocupaba no poner filtros desde el siglo XXI a aquella etapa, algo que tiñe el género y lo desvirtúa.

Antologías de cuentos, unos de terror y otros de rock & roll

Aquelarre es una antología de cuentos de terror. Para presentarla están tres de sus autores Juan José Plans, Juan Ramón Biedma y Ismael Martínez Biurrún que comparten mesa con Jorge Iván Argiz y Cristina Macía. Cuentan el ambiente, el proceso, las conversaciones con el editor.

Plans, que participó en muchas de las primeras Semanas Negras, no pudo dejar pasar la oportunidad de explicar que este año, por la problemática de la continuidad, quiso volver a estar presente, pues el festival debe seguir en esta ciudad.

Por su parte Esteban Gutiérrez y Patxi Irurzun presentan Simpatía por el relato. Del rock a la literatura, un conjunto de cuentos escritos por gente relacionada con la música. Les acompañan Pablo Tamargo de Black Horde, Agnes de Lilith y Felipe Zapico de Deicidas (los dos primeros estarán con su banda en el concierto de esta noche) que leen fragmentos de sus relatos. El libro es un encuentro entre el rock y la literatura, porque las dos cosas forman parte de la vida.

Simpatía por el relato. Del rock a la literatura sirve para dignificar el Rock y también para ayudar, pues han cedido los derechos a dos asociaciones sin ánimo de lucro; la primera un comedor social en Pamplona que con los recaudado con la primera edición del libro han podido dar 1.000 comidas y la segunda un asociación de acogida a niños saharauis de Fuenlabrada que gracias a lo recaudado ya ha podido traer dos niños más.

Olga Rodríguez en su conferencia sobre Egipto y la post revolución
Olga Rodríguez en su conferencia sobre Egipto y la post revolución. Foto Toni Gutiérrez
Olga Rodríguez nos trae información directa que nos permite entender la situación egipcia

Sin duda la charla de Olga Rodríguez sobre Egipto y post revolución resulta algo sensacional, es un placer escuchar a esta mujer desplegando información veraz y humana. Sabe de lo que habla y se nota. Con sus palabras permite al oyente construir una estampa certera, completa y verídica, sentir que se está escuchando a quien ha vivido la realidad de primera mano, pero también de quien se ha preocupado por profundizar en las causas para llegar a las raíces de lo que está ocurriendo. Su forma de desplegar los antecedentes de la situación en Egipto, de explicar las revueltas allí ocurridas, emociona. Olga Rodríguez es una periodista con mucha inquietud, una gran comunicadora, que colabora con el proyecto de Periodismo Humano. Su trabajo es su pasión, su información directa e imprescindible para entender nuestro mundo.

Repasa la historia de los movimientos sociales y obreros en Egipto desde el año 2000, y como cada una de estas acciones fueron preparando el terrero para unas revueltas que poco tienen de espontáneas. Habla de la corrupción, de cómo se extiende y salpica, de lo difícil que resulta luchar contra ella por su imbricación con los poderes económicos mundiales. De las sorpresas que los propios activistas han sentido con el éxito de participación ciudadana. Hace también un repaso sistemático de las revueltas, contando cada uno de sus logros.

La conferencia se transmite en streaming para que pueda ser seguida a través de Internet en cualquier lugar del mundo.

¿Y si tuviésemos que elegir entre ser víctima o se torturador, dónde se colocaría cada uno?

Tras la charla de Rosa Montero que ha convocado a numeroso público por ser uno de los alicientes del día, le toca el turno a Carlos Sálem. Esta vez no presenta una novela, sino un texto teatral que se ha publicado recientemente: El torturador arrepentido. En la presentación, Cristina Macia describe a Sálem como uno de los escritores canallas y Marcelo Luján avisa de que esta vez se ha puesto un poco serio, pues habla de dictaduras y desaparecidos. Para un argentino, la dictadura cívico-militar de Videla es el mal absoluto. Lujan explica que su generación se salvó por los pelos y que este texto es muy valiente, con un verdugo y una víctima que no han sido construidos sobre clichés facilones.

Sálem explica que El torturador arrepentido es el libro que más ha tardado en escribir. Se crió en la Patagonia, donde la represión de la dictadura no llegó con tanta fuerza. Nunca fue torturado, pero mucha de la gente a la que conoce sí pasó por esa situación. Esta historia se responde a la pregunta: ¿qué ocurre si salgo a la calle y me encuentro comprando el pan a mi torturado? Para ello su protagonista se encuentra en el teatro, viendo una función, con el jefe de los que le torturaron en el pasado. Tiene que cumplir la promesa que se hizo de matarlo, pero en el fondo ya no quiere, tiene una vida acomodada. En el escenario de El torturador arrepentido conviven el presente y el pasado que ejerce de conciencia. ¿Si me vengo haciendo algo injusto no me estaré convirtiendo en lo mismo que mi torturador? ¿Si tuviéramos que elegir entre torturados o víctima, que escogeríamos? Hay dictaduras, pero lo peor es no enfrentarse y quedarse cruzado de brazos mirando para otro lado.

Después Carlos Sálem lee un fragmento, un monólogo del torturador, que pone la piel de gallina. Ante tanta emoción, es mejor dejar aquí la presentación, no hace falta añadir nada más.

Benjamín Prado y Alejandro Gallo presentando Operación Gladio
Benjamín Prado y Alejandro Gallo presentando Operación Gladio. Foto Toni Gutiérrez
Operación Gladio cuenta cómo la CIA entró por la puerta de atrás en nuestra democracia

Benjamín Prado presenta Operación Gladio, una novela basada en una organización real y documentada. Gladio fue una red creada por al CIA y la OTAN con el fin de evitar la llegada a los gobiernos de las izquierdas europeas. Para ello diseñaron y llevaron a cabo actos terroristas en los que se terminaba culpando a radicales de izquierdas o ultraderechistas. Uno de estos casos fue la matanza de Montejurra que ocurrió en nuestro país, pero Alejandro Gallo detalla también casos en Italia, Grecia, Argentina, Mozambique, Turquía y Francia. En todos ellos se ha constatado la autoría de Gladio. Habla de Carrero Blanco, que no era un personaje visto con buenos ojos por EE.UU. y de coincidencias sospechosas.

Cuando Bejamín Prado toma la palabra comienza diciendo que Franco era muy sanguinario y muy idiota, que incluso se dejó timar por un austriaco que vino a venderle la gasolina en polvo. Operación Gladio es una novela de espías, en la España de la Transición, en la que opera una red paramilitar, Gladio, creada y financiada por los norteamericanos reclutando pistoleros nazis y camisas negras. Va contando el armazón sobre la que ha construido su historia. Es ficción, para rellenar los huecos y las sombras que la Historia no ha podido completar porque no ha encontrado el papel que lo constata. En la novela cabe de todo, es como una batidora en la que puedes añadir condimentos de la realidad con otros ficticios. Operación Gladio cuenta cómo la CIA entró por la puerta de atrás en nuestra democracia.

El movimiento 15-M es un pequeño triunfo que nos está mostrando las carencias de una democracia

Olga Rodríguez repite. Junto con Juan Luis Sánchez y Javier Bauluz comparten mesa de Fotoperiodismo para hablar del 15-M, una realidad que se está contado poco y bastante tergiversada.

Bauluz habla del proyecto de Periodismo Humano, un medio que busca informar de lo que sí importa. Es necesario que la prensa profundice en el contexto para informar. Es necesario que los periodistas profesionales recuperen el periodismo, y de que éste se ponga al servicio del ciudadano. Los medios son un servicio público que cumple una función social, más que el negocio en el que se han convertido. También señaló que esta crisis es una estafa con el eslogan de «Todo por la pasta».

Después Juan Luis Sánchez explica cómo vivió el origen del 15-M y el seguimiento que desde Periodismo Humano se ha hecho del movimiento, deteniéndose en cómo se fue juntando la gente en la acampada Sol y cuales fueron los motores de cada una de las primeras jornadas que fueron aumentando la solidaridad. También de cómo todos los medios enviaron a periodistas para cubrir la noticia, pero cuando su trabajo llegó a las mesas de redacción, los editores no le dieron importancia porque no supieron cómo clasificarlo, ni quién lo impulsaba ni contra quién iba. No supieron contarlo, no se atrevieron y decidieron no hacerlo. Mientras las redes sociales ardían.

Olga Rodríguez enfoca su análisis en las diferencias y similitudes entre los movimientos del El Cario y Madrid y de cómo ambas movilizaciones han sacado a la luz un sentimiento compartido de mucha indignación y hartazgo, hasta el punto de legitimizarlo, cuando unos meses antes se hubiera considerado como una postura radical. Ahora sabemos que no todos los votos son iguales, que hay una élite con poder y dinero que está por encima de los propios Derechos Humanos, que los medios no están reflejando la realidad. El movimiento 15-M es un pequeño triunfo que nos está mostrando las carencias de una democracia.

Después se abre un turno de intervenciones entre el público. Me quedo con uno de los jóvenes que explica que el movimiento ha abierto caminos inéditos. En primer lugar el de recuperar los espacios públicos para la ciudadanía, hemos descubierto que la calle es de todos. El segundo es la utilización de un lenguaje horizontal con un gran valor simbólico. El tercero es el consenso y el respeto, algo que requiere un esfuerzo tremendo pues obliga a insistir en buscar los puntos de encuentro. Añade que no tiene perro, ni sabe tocar la flauta, que tiene un trabajo y un buen sueldo, pero que hay trenes que solo pasan una vez en la vida. El que quiera que se suba.

Luis García Monero, Joaquín Sabina y Benjamín Prado en la velada poética
Luis García Monero, Joaquín Sabina y Benjamín Prado en la velada poética. Foto Toni Gutiérrez
La hermosa tradición de la velada poética

La noche se cierra con la velada poética. Convocados por Taibo, acuden a ella Luis García Montero, Benjamín Prado y Joaquín Sabina. Juntos tienen un mano a mano, para ir recitando sus versos. La carpa del encuentro está repleta, se disparan más flashes que nunca, pues todo el mundo quiere guardar un recuerdo gráfico de la velada. Casí todos miran a Sabina, pero hay quien, sorprendido, ve la noticia en el público, quien va grabando la expectación más que el propio acto. Cierto que parece magia que, a estas horas tan tardías, el público quiera escuchar versos más que ir de bares. Que se congregue, escuche y aplauda. Es algo inaudito que pasa año tras año, una contradicción que se ha instaurado como hermosa tradición.

Cuando Sabina lee sus versos, no se escucha otra cosa. Se le mira con devoción, se ve un cierto componente de mitificación que siempre le persigue. Desgrana su ritmo, lo asienta en las repeticiones y las largas enumeraciones que tan bien describen un estado de ánimo. Montero elige versos como dardos, como cuentos, con un gusto por la musicalidad poética. Prado selecciona los suyos comos sueños, cargados de deseos. Juntos van haciendo un espacio que se amplía a todos. Prado invita a Juan José Téllez para que lea uno de sus versos y después a Almudena Grandes.

Cuando el tiempo se acaba, los tres juntos cantan un tango con letra de Sabina dedicado a la Semana Negra y a Gijón.

Fallo de los premios literarios Semana Negra 2011

Reynaldo Amado Liyo, Ismael Martínez Biurrún, Juan Esteban Constaín, Javier Calvo, Cruz Morcillo y Pablo Muñoz, Lluc Oliveras y Ricardo Piglia se llevan los premios de esta edición


Viernes 29 de julio de 2011. Semana Negra. Hotel Don Manuel. C/ Linares Rivas, 4. Gijón


Los ganadores Ismael Martínez Biurrún, Juan Esteban Constaín, Javier Calvo, Cruz Morcillo y Pablo Muñoz, Lluc Oliveras y Ricardo Piglia y las portadas de los libros premiados
Los ganadores Ismael Martínez Biurrún, Juan Esteban Constaín, Javier Calvo, Cruz Morcillo y Pablo Muñoz, Lluc Oliveras y Ricardo Piglia y las portadas de los libros premiados
La Semana Negra de Gijón entrega sus premios literarios. Salvo el premio de relato policíaco que se organiza en colaboración con el Ateneo Obrero de Gijón, se trata de premios detrás de los cuales no hay retribución monetaria. El mecanismo que se sigue para ellos es en varias fases. Existe un grupo numeroso, superior a la centena, de escritores y otras personas relacionadas con el mundo de los libros que durante el año van nominando las novelas que les parecen interesantes. Tienen que ser libros originalmente escritos en español y editados el año anterior a la edición actual de la Semana Negra; el hecho de no haberse editado en España no elimina la participación de dicha obra. La organización de la Semana Negra los va leyendo y aplicando los criterios de selección. Las novelas seleccionadas se entregan a los jurados que se forman siempre con escritores que asisten a la edición del año, preservándose su identidad. Se puede decir que son unos premios transparentes, que nunca se apoyan en elementos extra-literarios.

Antes de comenzar, Rosa Montero nos presenta unas hojas de firma en apoyo y defensa de que la Semana Negra continúe en Gijón. Se podrá firmar en todos los hoteles y dentro del recinto del festival se podrá hacerlo tanto en la librería Negra y Criminal como en las carpas.

Taibo informa que el sábado 30, a las 19:30, en la carpa de A Quemarropa, tendrá lugar el coloquio ¿A dónde va la Semana Negra?, con la participación de los grupos políticos municipales y el director de la Semana Negra. Se ha cursado invitación a cada uno de los grupos municipales para su asistencia, pero a la fecha de la lectura de los premios aún no tenían ninguna confirmación de asistencia. Explica Taibo que el funcionamiento del coloquio se establecerá con una intervención de 8 minutos por participante y posteriormente un segundo turno de réplica, esta vez de 5 minutos. Cuenta que este coloquio ha sido motivado por la presión que está recibiendo la organización desde la calle para continuar. Señala que no es una decisión de la Semana Negra, sino del pueblo de Gijón y de su Ayuntamiento.

El ganador del Concurso Internacional de Relatos Policíacos fue Reynaldo Amado Liyo de España por su relato Arráncame la vida con el último beso de amor. Quedaron finalistas los argentinos Laura Masolo con La doctrina y Kike Ferrari con Este infierno de mierda. El jurado estuvo compuesto por Fritz Glockner, Eduardo Monteverde y Sebastien Rutés.

Los premiados Juan Esteban Constaín y Ismael Martínez Biurrún con su Rufo
Los premiados Juan Esteban Constaín y Ismael Martínez Biurrún con su Rufo
El premio Celsius a la mejor obra de ciencia ficción, fantasía o terror de 2010 escrita en español se ha concedido a la novela Mujer abrazada a un cuervo del español Ismael Martínez Biurrún. Este libro se ha impuesto a Los muertos de Jorge Carrión (España) y El sueño de los dioses de Javier Negrete (España). Formaron el jurado de este premio Daniel Mares, Rafael Marín y Paco Taibo II.

Ismael Martínez Biurrún cuenta que su novela es un thriller fantástico en el siglo XVII, durante una epidemia de peste. Su protagonista es una mujer, estudiante de medicina, con una gran fortaleza y una debilidad. La fortaleza es el don de poder dar saltos en el tiempo, un don que sin embargo ella vive como una maldición. La debilidad que presenta es de carácter familiar.

El premio Espartaco a la mejor novela histórica de 2010 escrita en español se ha concedido a la novela Calcio del colombiano Juan Esteban Constaín. El resto de finalistas de esta edición han sido Miguel Bonasso (Argentina) con La venganza de los patriotas y Cristina Sánchez-Andrade (España) con Los escarpines de Kristina de Noruega. El jurado estuvo compuesto por los escritores Fermin Goñi, Alfonso Mateo Sagasta y Juan Miguel Aguilera.

Constaín explicó que su novela habla de la prehistoria del fútbol, un partido entre el imperio de Carlos V y la república de Florencia. Añadió que el conocimiento es el mejor camino hacia la felicidad, pero que para alcanzar ese conocimiento la Universidad tiene que ser libertaria.

Javier Calvo, Cruz Morcillo y Pablo Muñoz en la rueda de prensa de los ganadores
Javier Calvo, Cruz Morcillo y Pablo Muñoz en la rueda de prensa de los ganadores
El premio Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela de 2010 escrita en español se ha concedido a la novela Corona de flores del español Javier Calvo. Se quedaron a las puertas del premio las novelas Monstruos Perfectos de Miguel Ángel Molfino (Argentina), Las tres balas de Boris Bardin de Milo Krmpotic (España) y Mitología de Nueva York de Vanessa Montfort (España). El jurado estuvo formado por Jorge Iván Argiz, Antonio Jiménez Barca y Gregorio Casamayor.

Javier Calvo resumió que ésta es su primera novela negra y que trata de los crímenes que un asesino en serie comete en Barcelona a finales del siglo XIX.

El premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción sobre tema criminal de 2010 escrita en español se ha concedido ex aquo a las obras Palabra de Vor de los españoles Cruz Morcillo y Pablo Muñoz y a Confesiones de un gánster de Barcelona del español Lluc Oliveras. El otro finalista fue Héctor de Mauleón (México) por Marca de Sangre. El jurado estuvo compuesto por Javier Sánchez Márquez, Carles Quiles y Pedro de Paz.

Pablo Muñoz y Cruz Morcillo contaron que el libro es la crónica de un éxito de un país, donde una pocas personas creyeron que la mafia rusa era un peligro. Recuerdan al recientemente fallecido Madero que solía decir que «para hacer justicia, no hace falta toga».

El premio Dasiell Hammett a la mejor novela negra de 2010 escrita en español se ha concedido a la novela Blanco nocturno del argentino Ricardo Piglia. Esta novela se impuso a las de Juan Ramón Biedma (España) con El humo en la botella, Willy Uribe (España) con Cuadrante las Planas, Manuel Rivas (España) con Todo es silencio, José Carlos Somoza (España) con El cebo, Hiber Conteris (Uruguay) con El séptimo año y Juan Bolea (España) con Orquídeas Negras. El jurado lo formaron Elia Barceló, Raul Argemí y David Torres.

jueves, 28 de julio de 2011

La Semana Negra, la feria de los escritores y del público

La literatura negra es la novela social del siglo XX


Jueves 28 de julio de 2011. Gijón


Rogelio Grajal, Carlos Quilez, Pablo Muñoz y Cruz Morcillo presentado Palabra de Vor
Rogelio Grajal, Carlos Quilez, Pablo Muñoz y Cruz Morcillo presentado Palabra de Vor. Foto Toni Gutiérrez
El recinto de la Semana Negra vuelve a tener el aire de fin de semana, es la tarde del jueves. La agenda del día se ha cargado de actividades y además luce el sol, algo que no evitará que a última hora se cuele entre los huesos una brisa fresca que hace imprescindible una chaqueta.

Luchando contra la mafia rusa

Las charlas que modera el periodista Carlos Quilez suelen ser muy interesantes. Hoy habla de la mafia rusa con Rogelio Grajal y los autores del libro Palabra de VOR, los periodistas de ABC Pablo Muñoz y Cruz Morcillo. Todos coinciden en que la lucha frente a cualquier organización mafiosa triunfa si se consigue quitarles el dinero, algo que supone un proceso muy complejo pues son muy grandes las dificultades para llegar hasta ese dinero. Nos previenen de esa imagen idílica de unos rusos que son buena gente porque han llegado con un maletín cargado de dinero para comprar una urbanización, no traen delincuencia alrededor, ni tráfico de drogas. Que solo son gente de dinero que viene aquí a descansar, es mentira. La realidad es que son un holding del crimen que se asienta en tres pilares. El primero son los pequeños delitos, atracos y extorsiones que realizan con mucha violencia. El segundo nivel es el control de empresas de energía y telecomunicaciones. El último la corrupción política. Tres patas que convierten a estos grupos en algo realmente peligroso. No son locos, son auténticos profesionales, que además están asesorados por los mejores bufetes y cuentan con medios jurídicos y técnicos. Se trata de organizaciones muy estructuradas, a las que resulta muy difícil hacerles un seguimiento.

El vor coronado es el capo de una organización mafiosa rusa. No tiene propiedades, pero todo está a su disposición. El libro Palabra de VOR esta basado en operaciones contra el crimen organizado del planeta y nos explica el éxito español, que se ha convertido en el único país de Europa que ha condenado a un capo de la mafia rusa, lo que ha creado cuerpo jurídico. Se trata de Zakhar Kalashov que fue detenido en la operación avispa. Para escribir se han leído todos los sumarios judiciales. Ha sido mucho trabajo para que al día siguiente de su publicación unos abogados quisieran retirarlo. Han sufrido muchas pequeñas zancadillas, presiones, cosas curiosas que a Cruz Morcillo, en cierto modo, le han quitado las ganas de seguir sobre el tema.

Kike Ferrri y Paco Taibo presentando Que de lejos parecen moscas
Kike Ferrri y Paco Taibo presentando Que de lejos parecen moscas. Foto Toni Gutiérrez
Que de lejos parecen moscas, novela policíaca escrita con ideas, literatura e ingenio

Kike Ferrari ganó el año pasado el concurso de relatos de la Semana Negra, después le dieron el premio de la Casa de las Américas. Su novela Que de lejos parecen moscas se ha publicado a tiempo para poder llegar a la Semana Negra. Taibo la describe como una novela diferente, trabajada sobre un personaje central que es un industrial argentino manchado por la dictadura y reconvertido en la época de Menem en un hombre de éxito. Se construye el enigma desde la página uno, cuando este personaje abre el maletero de su coche y se encuentra con un cadáver esposado. ¿Quién le pudo echar un muerto a él?

Ferrari explica que quería dejar a un lado a los protagonistas típicos del género, así que pensó en construir un personaje que le sentara como una patada en los huevos. Piensa que no tiene enemigos, que el capital que ha atesorado le permite tener las manos limpias, pero se va a encontrar con que no es así.

Taibo añade que el final es estupendo, que a Ferrari le ha quedado una novela redonda en la que pasan cosas. Literatura policíaca escrita con ideas, literatura e ingenio y que se lee con pasión. Ha puesto el listón muy alto.

Kike Ferrari es un hombre político, con un pasado activo de militancia en los movimientos de izquierda argentina, que se despide con un «Salud y arriba los pobres del mundo».

Cristina Fallarás y Diego Ameixeiras con el Rufo del Premio del Director de la Semana Negra
Cristina Fallarás y Diego Ameixeiras con el Rufo del Premio del Director de la Semana Negra. Foto Toni Gutiérrez
Los premios oficiosos de los directores

En la Semana Negra hay muchos premios, los hay oficiales y también oficiosos. En realidad son disculpas para que unos autores feliciten a otros.

La asociación Novelpol entrega dos premios. El primero a la mejor novela policíaca que recae en Juan Ramón Biedma por El humo en la botella. El segundo se concede a la persona o institución que más ha hecho por el género. Se lo entregan a la Semana Negra. Son premios sin remuneración económica, así que Novelpol entrega vino y queso a los premiados para que lo celebren.

En los últimos diez años, la Semana Negra ha establecido como tradición los premios del Director de la Semana y del Director del A Quemarropa. Son subjetivos, no buscan premiar lo mejor ni lo de más calidad, sino a aquellos libros que preparando el festival de este año les han parecido los más importantes, divertidos, amenos o que les sorprendieron por encima de otros. Ángel de la Calle, director del A Quemarropa, se lo concede a Pere Joan por Nocilla dream. Taibo, como director de la Semana Negra, reparte el suyo entre las dos novelas que más le sacudieron. Explica primero que se está dando un proceso de transformación y cambio en la novela negra escrita en castellano, a la que se incorporan voces con un discurso nuevo, muy duro y que no deja ver luz al final del túnel. Esas dos novelas son Díme cosas sucias de Diego Ameixeiras y Las niñas perdidas de Cristina Fallarás.

Cristina Macía y Maruja Torres presentando Fácil de matar
Cristina Macía y Maruja Torres presentando Fácil de matar. Foto Toni Gutiérrez
Maruja Torres divertida y mostrando su compromiso

La carpa del encuentro se llena para escuchar a Maruja Torres. Viene a presentar su última novela Fácil de matar, pero en realidad lo que quiere es charlar un rato, quitar plomo a estos tiempos con un poco de frivolidad. Cristina Macía debería presentarla, pero reconoce que no hace falta, así que Maruja Torres arranca: «quiero levantar mi humilde cerveza por el negro Gijón, por la gran Semana Negra, por Paz Felgueroso y por Daniel Palacio, por lo que son, por lo que representan y porque volveremos». Suenan aplausos entre el público. Macía y Torres comienzan una amena conversación, de amigas íntimas.

Han pasado veinte años durante aquella época en la que tuvo que seguir a Julio Iglesias en su gira de veinte conciertos por Estados Unidos para preparar un libro para una editorial muy seria. No le salió así, le quedó muy pop. Cuando se publicó, con otra editorial claro, se tituló ¡Oh, es él! Viaje fantástico hacia Julio Iglesias. Allí estaba la que ahora es la protagonista de Fácil de matar. Un personaje que se ha convertido en Maruja Torres misma, aunque con 14 años menos para que pueda echar algún polvo. Dice que lo bueno del Líbano ya lo ha contado muchas veces en muchos sitios. Pero que escribió esta novela para contar muchas cosas que no le gustan del Líbano y que encajaban en el género. Un crimen político se camufla como pasional, pero han quedado daños colaterales, han muerto dos criadas de las que nadie sabría decir su nombre. De esa falta de compasión nace la historia.

Después de este diálogo con Cristina Macía lleno de complicidades, el público le hace preguntas. Hablando de periodismo afirma que afortunadamente es banal y transitorio. Es mejor así. Los medios tradicionales, en el mejor de los casos, han tratado el 15-M como si las personas que participaron fueran potenciales compradores de ipad. Sin embargo el tratamiento en los medios digitales (Periodismo Humano, blogs…) ha sido mejor. A Maruja Torres le parece que si no existiera el 15-M se estaría cortando las venas con el Hola. Lo tienen todo por aprender y se están llenando de contenido. Van despacio, pero es porque van muy lejos. La presencia del 15-M le supone una esperanza y dice que todos tenemos que estar detrás haciendo fuerza para protegerles y ayudarles.

Las revueltas árabes de Líbano y Túnez son dignidad. Los dictadores a los que se han echado han dejado detrás mucha mierda, con asesinos, corrupción y un neocolonialismo que vivía muy bien con sus «repsoles» y «gasesnaturales». Mientras que la gente de allí era muy pobre. Les han robado y los recursos de su país están en cuentas suizas. Para Europa, esos países sólo son fiable si tienen un dictador.

A la charla ya le quedaba poco tiempo. Paz Felgueroso, entre el público, le agradece las palabras del principio. Yampi templa las cuerdas de su guitarra entre bambalinas. Se va formando una larga cola de fieles que buscan una dedicatoria de la escritora. Y así llegó la hora del cubata con el que acompañar las firmas.

Hijos de Mary Shelley: Félix J. Palma, Patrica Esteban Erlés, José Carlos Somoza y Fernando Marías
Hijos de Mary Shelley: Félix J. Palma, Patrica Esteban Erlés, José Carlos Somoza y Fernando Marías. Foto Javi Álvarez
Escuchar a los autores contar sus cuentos

Fernando Marías se ha convertido en editor, ha buscado una serie de autores y les ha sugerido un tema para realizar un libro colectivo. En este caso los viajes a través del tiempo. A este proyecto, que tendrá continuidad lo ha llamado Los hijos de Mary Shelley pues el resultado final es una especie de Frankestein construido de diferentes autores, con fragmentos. La camisa de Marías, como en sus últimas presentaciones, también hace juego con el libro, Cronotemia, como si el uno se transformase en el otro.

Le acompañan algunos de estos autores que han participado en el primer libro para representar en vivo los relatos que han preparado. Félix J. Palma lee un relato que es una carta. Patrica Esteban Erlés nos cuenta una historia sin acompañarse de ningún papel. José Carlos Somoza hace un mix, pues aunque va leyendo realiza incisos para dirigirse al público o matizar algo.

Después va siendo hora de tomar algo. Frente a la carpa del Encuentro se alza el bar de Pachu Antuña, seña y santo de la comida en los recintos de la Semana Negra. Sus mesas están llenas de escritores, de lectores y de alguno que no es ni una cosa ni la otra, pero que tiene hambre. Hay puestos de comida rápida de todas las especialidades, pulperías… Todos con su espacio donde reponer fuerzas, charlar y mirar pasar el bullicio de un lado a otro. Sitios en los que detenerse frente al vértigo con el que todo se desarrolla.

La Generación Torrezno: Carlos Salem, Jerónimo Tristatne, Pedro de Paz y Juan Ramón Biedma
La Generación Torrezno: Carlos Salem, Jerónimo Tristatne, Pedro de Paz y Juan Ramón Biedma. Foto Toni Gutiérrez
Jerónimo Tristante presenta El valle de las sombras

Jerónimo Tristante viene a presentar su novela El valle de las sombras. Le acompañan Carlos Salem, Pedro de Paz y Juan Ramón Biedma porque los cuatro juntos forman la Generación Torrezno.

De su novela cuenta que es una historia policíaca ambientada en la construcción del Valle de los Caídos, la obsesión de Franco que decide construirse un mausoleo gigantesco en una España que se moría de hambre. Es una novela de personajes con dos protagonistas opuestos, el republicano apresado que es obligado a trabajar en la construcción del monumento y el militar del bando nacional. En El valle de las sombras vemos muchos hechos reales a través de los ojos del preso republicano, pero también hay historias inventadas. Tristante añade que tenía la necesidad de explorar el tema de la Guerra Civil porque fue un fracaso de nuestra sociedad, pero también porque sacó fuera y se pudo ver lo mejor de algunas personas.

La presentación también sirvió para que el resto de la Generación Torrezno nos hablara entre bromas de sus próximos trabajos que saldrán muy pronto. Salem tiene preparada para octubre una porno novela negra. Pedro de Paz, para las mismas fechas, sacará una novela de intriga cuyo eje es un libro cuyo contenido escapa a toda lógica y nunca debió existir. Biedma prepara una comedia ambientada en 1930, en los tres últimos días de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, con una trama que involucra a un sereno y a Jardiel Poncela.

Manu Brabo contando su experiencia
Manu Brabo contando su experiencia. Foto Toni Gutiérrez
Manu Brabo cuenta su experiencia en Libia

Las jornadas de fotoperiodismo se abren con Manu Brabo que viene para charlar con el público. La carpa de A Quemarropa está abarrotada, pues sus paisanos quieren escucharle. Las fotos le sirven de pretexto, mientras las va pasando sobre el monitor se detiene en cada una de ellas. Algunas las explicas, otras le traen un recuerdo que nos cuenta. Así va contando que cuando llegó a Bengasi le vinieron a la cabeza la destrucción que se ve en las fotografías de Barcelona en el 36, con la Guerra Civil. Viviendas devastadas, sensación de ruina y un montón de gente corriente formando un ejército. Los voluntarios, los rebeldes, le ganaron desde el primer día, son gente cariñosa, amable, que le trató bien, que siempre que pudieron le ayudaron. Le dieron de comer, le llevaron a los sitios. Tomó partido, pues las medias tintas no le gustan. Defiende su postura, pues no quiere que ningún país pase por los cuarenta años de dictadura que vivió España.

Cuenta lo que le sorprendía, la falta de armas y esa semejanza con las obras de nuestras ciudades, donde uno estaba armado y los demás simplemente animaban. Es un ánimo con riesgo, pues lo hacen en primera línea. Increíble es que todo se parase, incluso la guerra, en las horas de oración. O las peticiones progresistas en muchos aspectos, pero que nunca tratan la igualdad, porque allí las mujeres parecen invisibles. Narra que sólo veía mujeres en algunas manifestaciones. En esos casos se las llamaba para ser usadas como imagen y colorido porque sabían que a la prensa occidental les gustan esas fotos. Habla con una sinceridad pasmosa, de una forma sencilla, sin prisa, con un aire sosegado que contrasta con la fuerza de las imágenes que toma.

Cuando las cosas se pusieron mal, empezó la guerra, y muchos periodistas se fueron. Otros, como Manu, se quedaron. Por algo lleva la etiqueta colgada de periodista de guerra. No quiso dejar escapar la oportunidad de hablar de los freelance y de las condiciones en las que realizan su trabajo. Un trabajo que es su vida.

miércoles, 27 de julio de 2011

Un día cualquiera en la Semana Negra

Libros, proyectos, música, política, movimiento asambleario, juristas, fuegos de campamento… Pasado, presente y futuro


Miércoles 26 de julio de 2011. Gijón


Paco Ignacio Taibo II charla con Gisbert Haefs
Paco Ignacio Taibo II charla con Gisbert Haefs. Foto Toni Gutiérrez
Pasear por la Semana Negra de Gijón es encontrarse con todo. Empiezas por las librerías y sin darte cuenta has cargado el zurrón con un montón de libros para leer, tantos que no hay verano tan largo como para despacharlos.

Te sientas en la carpa de A Quemarropa y está hablando Fernando Iwasaki de sus libros. Tiene muchos relatos cortos, pero dice que llegó a eso de los microrrelatos antes de que se pusieran de moda. Ahora le invitan constantemente a eventos relacionados con este microgénero, aunque señala que también tiene textos más largos. Por lo que cuenta parece que el terror se lo toma con humor. Tiene un bonito hablar, tanto en las palabras que va usando como en el acento de un peruano afincado en Sevilla.

En la carpa del Encuentro Yampi se acuerda de Antonio Vega, así que toca y canta El sitio de mi recreo. No le da tiempo a más, Taibo se acerca con Gisbert Haefs que nos va a presentar, tal como lo hiciera hace unos días Andreu Martín, sus nuevos proyectos que saldrán publicados en los próximos meses. El alemán es un tipo curioso que habla castellano a la perfección. Sobre todo escribe novela histórica de calidad, de esa que nos trastoca la historia. Anibal y Troya son dos de sus novelas más conocidas de este género. También se dedica a traducir, por ejemplo a Borges. Y aún le queda tiempo para escribir novelas policíacas como La carcajada del general y Asesinato en la colina. Con el género policíaco cambia de registro, introduce el sarcasmo y se enfrenta al poder.

Me gusta escuchar a Haefs decir que los escritores escriben lo que quieren leer, pero no pueden comprar. Así que si quieren leerlo deben escribirlo primero. Lo que tiene entre manos, para otoño e invierno, son dos nuevos libros. El primero es una novela policiaca que se titulará Y en lo alto un cuervo. El segundo es histórico, La venganza del emperador, y nos llevará por oscuros sucesos que ocurrieron en el Renacimiento: la Reforma de Lutero, la guerra de los campesinos en Alemania, el saqueo de Roma y el asedio de Viena por los turcos. Explica que tuvo que encontrar primero el personaje que pudiera querer ver todas esas cosas horribles y pasar por esos decorados. Lo encontró y también el móvil: la venganza.

Al terminar la charla, vuelve Yampi a su silla al final del escenario, enchufa su guitarra y se arranca por Sabina.

En el A Quemarropa, Alfonso Mateo Sagasta interroga a Luis García Jambrina sobre su novela El manuscrito de nieve. Sigue con Fernando Rojas y esta vez se cruza con el Lazarillo de Tormes. La picaresca y los bajos fondos de Salamanca y de su Universidad están presentes en esta novela histórica.

Miguel Presno de pie con el micro en la carpa de la Asamblea 15-M
Miguel Presno, de pie con el micro, en la carpa de la Asamblea 15-M. Foto Toni Gutiérrez
En la carpa del 15-M está acabando la charla de Nacho Villaverde sobre Participar, elegir y representar. Me quedo a la siguiente que se titula Derecho de petición para una democracia directa. Me gusta como habla Miguel Presno, un jurista muy didáctico que va explicando cómo y por qué debemos impulsar una democracia más participativa. Lo primero es cambiar la Constitución, no es intocable como nos quieren hacer creer y nos pone muchos ejemplos de los países que están alrededor y no tienen esos prejuicios. Como los ciudadanos no podemos hacerlo directamente, nos explica el Derecho de Petición como estrategia para solicitar a las administraciones que sí pueden promover los cambios, pero también para obligar a esas instituciones a posicionarse. Nos habla de ejemplos, de mecanismos, de participar y el tiempo se va deprisa.

Regreso a la carpa del Encuentro porque hay un fuego de campamento, simbólico, para contar historias de terror. Patricia Erlés rompe el fuego con su relato. Después vienen José Luis Zarate, Elia Barceló y Fernando Iwasaki. No dan mucho miedo, pues falta el ambiente necesario, esa oscuridad rota por una hoguera, la voces profundas salidas de lo más hondo de la tierra y las linternas que iluminen lo más tétrico mientras que nos insinúan que lo peor está fuera de ese haz de luz.

En el escenario central tocan Los Berrones, el grupo de agro-rock asturiano por excelencia. Suenan muy bien, ya son muchos los años que llevan sobre el escenario. No puedo creerme la cantidad de gente que se ha reunido para verlos. Sus canciones suenan potentes, con la fuerza de la experiencia. El público se divierte coreando cada uno de los temas que van haciendo, se los saben todos.

A las once de la noche empieza la Asamblea conjunta del 15-M entre escritores y participantes. Muchos escritores y también muchas personas de la Acampada Gijón. Van surgiendo distintos puntos de vista, encuentros, desencuentros. Hay exposiciones más dialécticas y otras más directas y sencillas. Hay una búsqueda de puntos de confluencia y se va oyendo de todo, opiniones y anécdotas. El sueño de participar en la vida y en las decisiones, el de cambiar este mundo para hacerlo más justo, se van haciendo realidad. Apenas son dos meses, hay que dar tiempo al tiempo, pero el camino está iniciado. La gente se reúne y habla, se escuchan los unos a los otros, se aprenden los mecanismos de moderación, y se avanza sin prisa.

Así contadas parecen muchas cosas para una tarde, pero lo cierto es que apenas si ha sido un pequeño porcentaje de todo lo que la Semana Negra ofrecía para el miércoles.

Dani «el Rojo» nos cuenta su vida

Se siente orgulloso de haber salido de esa vida, pero no reniega de ella


Miércoles 26 de julio de 2011. Gijón


Carlos Quilez y Dani el Rojo presentando Confesiones de un gángster de Barcelona
Carlos Quilez y Dani «el Rojo» presentando Confesiones de un gángster de Barcelona. Foto Toni Gutiérrez
Por la Semana Negra pasan escritores y a veces también tipos que tienen tras ellos historias que contar. Dani «el Rojo» es uno de ellos. Ex-atracador, ex-delincuente, ex-toxicómano y ex-presidiario. Carlos Quilez lo presenta como un hombre que ha sabido pagar cuando tenía que pagar y luchar cuando tenía que hacerlo. Una persona con mucha fuerza para ser capaz de centrarse en su salud, su vida y un futuro legal. Lluc Oliveras ha recogido su vida para escribir Confesiones de un gángster de Barcelona.

Dani «el Rojo» dice que al salir de la cárcel quería llevar una vida corriente y trabajar, algo que no había hecho nunca. Encontró a la mujer idónea y así, gracias a ella, salió adelante. Trabajando se puede vivir, lo que pasaba es que le daban trabajos sin responsabilidad y muy mal pagados, le contrataban para seguridad y de aparcacoches, así que tenía que coger varios. Por suerte tenía amigos de la infancia que luego se hicieron conocidos. Se encontró con Loquillo que se alegró mucho de encontrarle fuera de la cárcel y de la droga y le dio trabajo.

Para él su vida era normal, no tenía que explicarla. No quería escribirla, pero tampoco ocultaba su pasado. Lo que sí fue viendo es que a quien se la contaba mostraba interés. Le habían contratado como asesor para un documental sobre atracadores de los años 80 y el guionista, tras escuchar su historia le hizo una sinopsis. Así se decidió a escribirla.

Habla de la apertura que supuso la muerte de Franco, una realidad que pasó en aquel momento. El dictador había encerrado a la sociedad. Del 70 al 75 entró cierta influencia de Francia y de Inglaterra, la de Estados Unidos llegó con su muerte. En aquel momento tomar droga era lo bueno. Él tomaba cocaína y heroína, siempre por vía intravenosa. No aconseja las drogas. Señala que el problema es que están prohibidas, y a todo joven le llama lo prohibido. Si se legalizaran se quitaría el narco y la corrupción que compran con su dinero. Sin beneficio no habría negocio. Legalizada solo la tomaría el que realmente quisiese. La droga se acabó, lleva catorce años fuera de ella y no ha vuelto a delinquir. Se siente orgulloso de haber salido de esa vida, pero no reniega de ella. Uno es la consecuencia de la vida que ha llevado, no se puede rehuir del pasado.

De drogas sabe mucho, cuenta incluso el origen de la heroína. La creo una farmacéutica para librar de su adición a los morfinómanos de la Segunda Guerra Mundial. Confiesa que se ha metido verdaderas pasadas, pero nunca tuvo ninguna sobredósis. Dice que suele haber dos motivos, o es que te quieres ir, o es que te falta dinero. Él no iba buscando la papelina, al atracar podía permitirse comprar en cantidades mayores y buena calidad.

Dani el Rojo presentando Confesiones de un gángster de Barcelona
Dani «el Rojo» presentando Confesiones de un gángster de Barcelona. Foto Toni Gutiérrez
Dani «el Rojo» venía de una familia en la que no necesitaba el dinero para vivir. Describe que su primer robo fue con 8 años, cogiendo unas gomas o rotrings. Sintió dos emociones, la primera la de si le iban a pillar o no y la segunda la de quedarse con el dinero que sus padres le habían dado para comprar aquellas cosas. Ambas generaban mucha adrenalina. Te vas haciendo mayor y quieres más emoción y más chutes de ego. Después del de la adrenalina, adquirió el vicio del dinero y después el de la droga. Con influencias negativas haces lo incorrecto. Es como la vida misma, empiezas de la nada y si tienes dos dedos de capacidad vas subiendo. Empezó robando cualquier sitio con caja registradora y se dio cuenta de que lo que estaba haciendo eran muchos atracos para muy poco dinero. Así que se profesionalizó. Tenía un padre empresario y quería hacerlo bien. Su objetivo era conseguir dinero fácil. Los bancos es donde está el dinero, así que empezó a atracarlos. Y eso engancha aún más. Se enganchó al modo de vida que da atracar bancos.

¿Todo lo que cuenta Confesiones de un gángster de Barcelona es cierto? Quilez señala que el delincuente es consustancialmente mentiroso, hasta la ley le permite mentir, pero el opina que es cierta, que está escrita desde el vientre.

Dani «el Rojo» sonríe y añade que es una novela basada en su vida, pero Lluc la aumentó. Por dar un porcentaje dice que el 80% de los hechos son reales. Por norma mientes, como para decir que no se es un delincuente. También se fantasea un poco. Otras veces es la propia percepción de la vida que no es totalmente real, sobre todo si se va cargado de droga. Siguiendo con los números confiesa que no los ha contado, pero que le ponen 500 atracos, 150 de ellos a bancos. Se llevaron 1.200 millones en un HispanoAmericano, un atraco que les llevó tres días.

Tenía su modus operandi, atracaba profesionalmente por dinero y por lucro, pero su físico es muy reconocible, metro noventa, fuerte, no pasa desapercibido. Sabía que tras cada atraco la policía le iba identificando y se lo iban apuntando en la cuenta del debe.

Reconoce que se lo ha pasado bien en la cárcel, que ha vivido en ella. Quizá para alguien que es inocente sea inviable, pero si eres un delincuente forma parte de la vida. Sabes que te van a coger. Si te culpan de una y has hecho cuarenta vas incluso contento. Cuando entró por primera vez los presos llevaban cinco días de huelga de hambre. Vivió en la cárcel la época de la COPEL (COoperativa de Presos En Lucha), porque había mucho que mejorar (celdas de cuatro personas con 11 recursos, comida que se servía en el suelo, no había terapeutas…). La COPEL quería que la cárcel la llevaran los presos desde dentro, pero al final no sirvió, los cabecillas consiguieron mayores favores y se creó otra casta.

La policía, en las diligencias previas que se llamaban entonces, le ha cascado, pero también reconoce que se libró mucho por no venir de una familia desestructurada. Cuenta que la tortura tiene un fin, hacer miedo en el detenido, pensar que le van a matar para que hable. Pero el sabía que no le iban a matar y a que le den hostias nunca le ha tenido miedo.

martes, 26 de julio de 2011

Mujeres que escriben novela negra, investigadoras como protagonistas

Operación Drácula una novela que se mueve dentro de un mundo donde el crimen se ha internacionalizado

Martes 25 de julio de 2011. Gijón


Pilar Sánchez Vicente y Alejandro M. Gallo presentando Operación Drácula
Pilar Sánchez Vicente y Alejandro M. Gallo presentando Operación Drácula. Foto Toni Gutiérrez
Alejandro M. Gallo presenta en la Semana Negra la última novela de Pilar Sánchez Vicente titulada Operación Drácula. La intención de Gallo es la de dar unas pinceladas que sugieran más que cuenten. Empieza señalando que ésta es la primera novela negra que escribe Pilar Sánchez Vicente, autora que tiene varias novelas históricas. Lo primero que sorprende al leerla es que una principiante haya sido capaz de manejar todos los resortes del género. Confiesa que cogió la novela con cierta aprensión, explica que fue por el título que le sugería una trama en la que se mezclaban vampiros y cosas por el estilo. Pero no hay que dejarse engañar por el título porque nada más empezar a leerla se llevó el «estacazo». Los personajes dominan el argot policial, está bien documentada y escrita con absoluto rigor. Además nos introduce a una inspectora de homicidios que es la mujer encargada de las pesquisas. La novela no es una investigación en una habitación cerrada, porque estos casos ya no ocurren en la realidad. Lo que hay es una internalización del crimen, donde nos encontramos con trata de blancas. Vivimos en civilizaciones altamente criminalizadas.

Toma la palabra Pilar Sánchez Vicente, que no ha parado de gesticular y saludar a los amigos mientras la presentaba Gallo. No es que hable en asturiano, pero sí mantiene las terminaciones de las palabras en su lengua. Se desenvuelve con mucha soltura y desparpajo, haciendo más ameno aún lo que cuenta. Explica que el título resulta algo engañoso, que está motivado porque el centro de la historia son las mafias rumanas que tenemos en España y un personaje al que apodan Dracul. Que las mujeres aparecen tanto como prostitutas como con la investigadora, es algo que no quería dejar pasar. Realizó un trabajo de campo muy grande, manejando documentación sobre las redes de prostitución, sobre Rumanía y también lo hizo sobre temas policiales. Habla de la trata y cuenta las vejaciones y engaños a que son sometidas estas mujeres. Una realidad muy dramática sobre la que Operación Drácula se convierte en una denuncia de esta situación, que no olvidemos, genera mucho dinero, pues el mercado de la carne es uno de los pilares del mercado negro.

La novela se cruza también con una historia del pasado que ocurrió en Rumanía, en la época de Nicolae Ceauşescu, algo que le ocurrió a un profesor de la Universidad de Bucarest. Hablando de Rumanía y aquel tiempo, cuenta que es la esencia de un país rico que de un día para otro, los obreros se quedaron en la calle, que les llegó la ruina de golpe.

La novela es un cambio en su trayectoria, dónde se vio obligada a variar su forma de escribir. Transcurre en una semana y no en periodos de siglos como estaba acostumbrada en sus anteriores trabajos. Además los lectores del género tienen sus propias imágenes que por lo tanto no es necesario escribir, por lo que tuvo que intentar abandonar su estilo didáctico de la novela histórica.

Termina la presentación recuperando un relato de cuando tenía 12 años que ha encontrado recientemente rebuscando entre papeles viejos y que responde muy bien a la pregunta que suelen hacerle siempre sobre su reivindicación constante sobre el papel de las mujeres en nuestra sociedad. Sobre el tema del hombre en el año 2000 escribió una redacción que comienza diciendo «En el año 2000 los maridos dependerán de sus esposas» para continuar retratando una sociedad futura, llena de progreso, donde las mujeres serían su motor.

La tarde de los fundadores de la Semana Negra

Hacer una fiesta de pueblo muy grande, en la que, en lugar de vírgenes y santitos, hubiera escritores


Martes 25 de julio de 2011. Gijón


24 años después, un homenaje a nuestros fundadores. Alejandro Ortea, Vicente Álvarez Areces, Paco Ignacio Taibo II y Juan Cueto, acompañados por la fotografía de Silverio Cañada
24 años después, un homenaje a nuestros fundadores. Alejandro Ortea, Vicente Álvarez Areces, Paco Ignacio Taibo II y Juan Cueto, acompañados por la fotografía de Silverio Cañada. Foto Toni Gutiérrez
Había mucha expectación, pues hasta ahora el festival no había hablado nunca del propio festival en las charlas de la Semana Negra. Bajo el título de 24 años después, un homenaje a nuestros fundadores y con la presentación de Alejandro Ortea, se reunieron en la mesa los fundadores del evento Juan Cueto, Vicente Álvarez Areces y Paco Ignacio Taibo II, con la fotografía de Silverio Cañada acompañándoles.

Ortea contó su experiencia personal de como se había enterado de la primera Semana Negra. Trabajaba de barman temporal, cuando entraron Juan Cueto y Chus Quirós. Venían hablando de sus cosas. Ortea pegó el oído haciendo como que estaba a sus cosas, sin prestarles atención. Así les escuchó nombrar el puerto del Musel y la Semana Negra. Hablaban de espacios para ellas, de elementos decorativos, de Tini Areces y Silverio Cañada, aún no estaba Taibo. Así fue como se enteró de lo que iba a ser la primera Semana Negra.

El Musel se llenó de gente diferente. Desde aquel primer año siempre hubo intentos de ciertos sectores de la derecha de evitar que se celebrara. En aquella ocasión hablaban de que la ubicación en el puerto podía dejar desabastecida a la ciudad de los plátanos canarios que llegaban todas las semanas.

Taibo tomó la palabra para seguir contando. Con Manuel Montalbán y Andreu Martín quería organizar en 1988 un congreso de literatura negra en Barcelona. Querían hacer un encuentro de la Asociación Internacional de Escritores Policíacos, AIEP, y juntar a soviéticos y norteamericanos. Pasó por Gijón y Silverio Cañada le dijo que tenía que conocer a Tini Areces. Fue a visitarle y el alcalde dijo que nada de Barcelona, que tenía que celebrarse en Gijón. Lo consultó con Montalbán y con Martín y les pareció bien. Areces siguió con sus ideas, un congreso le sabía a poco, quería un gran festival que sirviera para poner el nombre de Gijón en el planeta. Preguntó cuánto costaría y Taibo dijo que mucho, incapaz de poner una cantidad al concepto.

Los fundadores de la Semana Negra homenajeados: Vicente Álvarez Areces, Paco Ignacio Taibo II y Juan Cueto. Foto Toni Gutiérrez
Vicente Álvarez Areces, Paco Ignacio Taibo II y Juan Cueto
En una ciudad pequeña, la discusión política y la forma de acercarla a la ciudadanía siempre es limitada, pero queda el camino de la cultura para hacer un pensamiento crítico.

Continuó Cueto recordando que Montalbán le había confesado que aquel día de Semana Negra fue para el escritor el que mejor se lo había pasado en un festival. El truco dice que fue mezclar un congreso serio con las fiestas populares de Asturias. Cuenta que tomaron como referencia para aquel primer festival dos ejemplos: las piraguas del Sella y la Feria de Muestras. Fue Chus Quirós quien propuso el Musel como escenario, una auténtica maravilla poder desplegar la Semana Negra entre aquellas enormes grúas. Desde que vieron el espacio ya no pudieron pensar en otro sitio. Sabían desde el primer momento que los bares de la ciudad tenían que estar incorporados al evento, así que bajaron los containers y los convirtieron en bares. Se podía beber y también lanzarse al mar. Todos estos detalles fueron dando un tono perfecto de festival internacional y además se llenó de gente: «asistieron 73.000 personas, contadas por la Guardia Civil».

Areces, en su turno, comenzó hablando de Silverio Cañada, una persona muy particular al que se le ocurrieron muchas ideas con el negocio de su padre. Algunas de ellas muy difíciles de llevar a cabo. Después nos cuenta el Gijón de 1988, una ciudad que no estaba articulada, que sufría una fuerte crisis industrial y con la ciudadanía desmotivada por falta de perspectivas laborales. La ciudad necesitaba elementos de choque que fueran muy ambiciosos. Iniciaron para ello un plan urbanístico y buscaron eventos que permitiera a Gijón transcender y darse a conocer. Arrancaba la recuperación. La Semana Negra dio ese empujón y esa gran oportunidad. El recorrido que ha ido haciendo por esos 24 años –Musel, Fomento, Astilleros, Parque del Piles, Molinón, Astilleros Riera y Universidad– ha ido plasmando el camino de una ciudad que aspiraba a desarrollarse, de sus grandes espacios públicos, de su futuro. La Semana Negra acompaña y va enseñando una ciudad en transformación.

El festival siempre ha vivido en medio de la polémica, de una crítica feroz que se ha convertido a su vez en el motor de su continuidad porque siempre ha contado con el apoyo de la gente de Gijón. El tren negro aglutinaba a los escritores en Madrid y los traía a la Semana Negra. Personas relevantes que han pasado como uno más. Aquí se ha demostrado que la cultura se ha fundido con lo popular, que no es un elemento por encima de lo cotidiano como pide el pensamiento conservador. Gijón es una ciudad en la que se sabe convivir. No hay porqué temer a la multitud, la masa se autorregula muy bien y no es un problema para la ciudad. La Semana Negra es una historia maravillosa. Su fuerza interior ha superado cualquier dificultad.

Alejandro Ortea, Vicente Álvarez Areces, Paco Ignacio Taibo II y Juan Cueto
Alejandro Ortea, Vicente Álvarez Areces, Paco Ignacio Taibo II y Juan Cueto. Foto Toni Gutiérrez. Foto Toni Gutiérrez
Alejandro Ortea recuerdó que fue en casa de Juan Cueto donde se celebró la reunión para planificar por vez primera el festival. No se podían imaginar la evolución. Lo que querían entonces era hacer una fiesta de pueblo muy grande, en la que, en lugar de vírgenes y santitos, hubiera escritores.

Explicó Cueto que una vez decidido Gijón como sede, se reunieron en su casa para tener una tormenta de ideas, donde fueron surgiendo pensamientos disparatados (un tren negro, un periódico –el A Quemarropa– que se voceara, un café de chinos…) Todo lo que no tenía el festival lo inventamos allí. Y lo curioso es que todas aquellas ideas salieron adelante con un grupo de escritores que le dieron el carácter que tiene. No hay otro encuentro igual en Europa.

Ahora se habla de que puede ser el último año que se celebre, o de que se vaya a otro sitio porque habrá otros lugares capaces de recoger este evento. El Ayuntamiento de Gijón es quien debe decidir, pero Cueto señala que no les ve por allí, a pesar de que lo que se está celebrando es un acto cultural.

Añadió Ortea que el desafío de la Semana Negra durante estos veinticuatro años es hacer un festival con los que la apoyan y también con los que están enfrente de ella.

Yampi actúa mientras una nube de fotógrafos retrata la llegada los fundadores de la Semana Negra
Yampi actúa mientras una nube de fotógrafos retrata la llegada los fundadores de la Semana Negra. Foto Toni Gutiérrez
Tomó de nuevo la palabra Taibo y vuelve al pasado. La Semana Negra nació como un festival para un solo año. Fue la crítica de la derecha con su cruzada conservadora y roñosa quien les hizo reaccionar y permitió que hubiera una segunda edición y una tercera... No se dejaron derrotar. Taibo señala que a él le va la guerra y que cuanto más tontos y conservadores son los oponentes mejor se lo pasa. Ya ha ganado 24 veces. Es cierto que esa crítica y ataques enloquecidos ha producido mucho desgaste cada año en quienes organizan y trabajan en ella.

Se pueden hacer festivales de muchas maneras, a través de contactos, con mucho dinero… Pero lo que tiene la Semana Negra es un concepto claro. La ilustración asturiana la hicieron las clases obreras con sus propuestas, construyéndola desde abajo. Las bibliotecas las hicieron los Ateneos Obreros. La Semana Negra es un festival diferente. Si han tenido lo mejor de la literatura negra, histórica, fantástica, de terror, cómic… ha sido porque ese concepto ha funcionado de gancho para que los escritores vengan a un encuentro fraternal, de compañerismo, con una fuerte raigambre democrática y popular. Han roto el equilibrio a favor de una lectura diferente, crítica, que construya a las personas con un pensamiento libre. No hay que leer por obligación, sino porque la lectura siempre es algo subversivo. Respecto al futuro, Taibo señala que ya hablarán el domingo.