jueves, 8 de julio de 2010

Preparados, listos, ya…

Arranca oficialmente la Semana Negra con una tertulia de los autores en la Casa América


Jueves 8 de julio de 2010. Casa América. Madrid


Los escritores Laura Esquivel, Paco Ignacio Taibo II y Rodolfo Pérez Valero durante la tertulia
Los escritores Laura Esquivel, Paco Ignacio Taibo II y Rodolfo Pérez Valero durante la tertulia
La Casa América de Madrid acogió el primer acto de la Semana Negra de Gijón. Así se inaugura una actividad frenética, una fiesta de la literatura, que continuará en Gijón alargándose hasta el próximo día 18 en el que se apaguen las luces y el sueño nos venza. Paco Ignacio Taibo II planteó la tertulia para resolver la siguiente pregunta: «¿por qué elegimos las literaturas de género para contar nuestras historias?». Los autores uno a uno fueron dando sus explicaciones desde su óptica personal, muchos recurrieron a su infancia, a sus recuerdos y a una necesidad de contar historias que les preocupan. Tiene algo de juego, de no querer crecer también, de invento. Se habló de que hoy en día los géneros no son puros, que los autores mezclan, que las etiquetas son para otros, para los editores y libreros que necesitan organizar en estantes cada novela escrita.

Algunos reconocen que en el mundo que vivimos hay una influencia del cine, de la televisión, del teatro, de la música... que van variando las formas de escribir literatura. Es una manera nueva que no existía antes. «Somos lo que comemos y escribimos lo que hemos leído». No todos están de acuerdo, pues el cine se ha encargado de convertirlo todo en estereotipos, algo de lo que la novela debe huir porque no es un camino para ser más rico, más guapo o más alto. La literatura es la pasión máxima y si uno no escribe bien la siguiente página se muere.

Cristina Fallarás, que este año compite con su novela Así murió el poeta Gudalupe al premio Hammett explicó que la mejor manera de mezclar los dos temas que le preocupan, la muerte y la rabia, es la novela negra, y que si además le sumas la política...

Carlos Salem, que también es finalista del Hammett con Pero sigo siendo el rey explicó que a él lo que le gusta es escribir novelas degeneradas y que para ello utiliza elementos del género negro.

Cartel anunciando la presentación de la Semana Negra
Cartel anunciando la presentación de la Semana Negra
Paco Ignacio Taibo II, cuerpo y alma de la Semana Negra, aclaró que la novela negra y los géneros son la literatura social de los siglos XX y XXI. La idea de denuncia sobre lo corrupto de nuestra sociedad aparece en boca de varios autores. No sólo se valora esa capacidad permanente de lucha, sino algo más íntimo y personal. A la vez, frente a la educación formal, la novela negra aporta una educación sentimental necesaria para las personas. Tiene también un carácter idealista, para que los buenos puedan ganar en algún sitio y en algún tiempo, para que los demás veamos la luz al final del túnel.

El colombiano Mario Mendoza que opta al premio Hammett por Buda Blues habló de lo que está ocurriendo en Hispanoamerica y de qué forma lo que allí surge es la vanguardia mientras que el primer mundo se ha ido convertido en retaguardia con la que salvaguardar sus valores. Este estado es el que le permite expresar que «nunca como ahora el género negro ha sido tan necesario».

Otro de los finalistas del Hammett con su novela Ciudad santa es el argentino Guillermo Orsi quién confesó que escribe desde antes de empezar a escribir. Reflejó su profesión como una pasión. Dice que él viene de otro tipo de literatura, pero, que sin querer, en sus novelas siempre le aparecía un muerto sobre el que había que investigar porque no era fácil explicar su fallecimiento. El género negro trata de acercarse al individuo, a la gente que son las víctimas.

Hay escritores que vienen del mundo del periodismo y han encontrado en el género la oportunidad de contar historias que no tienen cabida en los diarios, de profundizar en ellas y de decir cosas que de otra forma no se escucharían. La literatura en el fondo es una forma de poder narrar aún más la realidad.

Alguno apunta a que la literatura negra le ha condenado a ser feliz. ¿Se puede encontrar un motivo más importante?

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