Y los pies que se van solos a bailar
Miércoles 14 de julio de 2010. Semana Negra. Playa del Arbeyal. La Calzada. Gijón
Yampi
Podía parecer que aquí todo son libros, pero no es así. Por ejemplo, a las siete y media pasa una de esas cosas mágicas de la Semana. Es la operación Chopin y en todo el recinto se interrumpen las actividades y suena la Polonesa opus 53, más conocida como la Heroica. De esta forma peculiar se rinde homenaje al bicentenario del nacimiento del músico Fryderyk Franciszek Chopin.
Hay lugar para asuntos musicales y para que suenen muchas músicas y muy diversas por todos los lugares. Yampi se encarga de ambientar los huecos entre presentaciones con su guitarra. Ayer le tocó poner banda sonora a la firma de ejemplares de Lorenzo Silva. Su voz potente, la de quien se ha construido a si mismo en la calle, va llamando la atención a quienes pasean por fuera de la carpa. Se detienen, le miran y algunos entran. Si hay que silbar se silba, tampoco se le da nada mal. Pero si algo destaca es su eterna sonrisa en la boca, una mueca que no pierde por nada. Sus ojos pequeños lo observan todo, va mirando cada detalle, sabiendo cuando subir, señalando correcciones a los técnicos y encontrando algunas complicidades. Nada le rinde. La Semana Negra no sería la misma sin él. Empezó tocando Debajo del puente, de Pedro Guerra. Después hizo Un minuto largo, largo, el único tema propio que interpretó anoche. Musicó el poema de Ángel González El día se ha ido, al que siguieron El sitio de mi recreo de Antonio Vega, Bubble de la Orquesta Mondragón y dos temas de Sabina con los que se despidió Calle Melancolía y Mi amigo Satán.
La Shica
Todas las noches hay un concierto dentro de la Semana. Se hacen en un rincón de la playa donde se ha colocado el escenario para que el público escuche a los artistas desde la arena. Las carpas chiringuito que rodean el escenario apagan sus equipos de música, sabiendo que cuando termine el concierto será el momento en el que se llenen sus barras de gente sedienta a la búsqueda de una copa.
Hoy toca La Shica, una voz muy interesante que ha llegado a grabar un tema de su álbum con Miguel Poveda. Es fusión lo que hace, flamenco, copla, hip hop. Esta ceutí tiene todas las influencias, pero a pesar de ello su sonido es propio, labrado con sus manos. Su estilo también. Sobre el escenario se mueve como por su casa, pues lo suyo muchas veces se adorna de un divertido teatro para interpretar el tema. Es dicharachera y divertida, pero no tiene pelos de la lengua, habla del maltrato y también de la nueva mujer que va tomando la calle con coraje. Ella no es esclava de nadie. Canta Asesino una letra que pone los pelos de punta y también Te quiero mucho, pero no pa to los días cargada de ironía. Se divierte con Shicaboom, con El probador al que el público hace coros en el estribillo y con Sevillanas de la liebre. Así va desgranando su arte, su fuerza y sus ganas.
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