Es tiempo de regresar a la cotidiana realidad
Domingo 18 de julio de 2010. Gijón - Cudillero - Bus negro
La espicha de Cudillero
Tras el acto de clausura, tomamos el autobús que nos acercará a Cudillero para la espicha que supone el fin de fiesta. En el bus se escuchan conversaciones interesantes, una de ellas la protagonizan Carlos Salem, Guillermo Orsi, Mario Mendoza y Javier Márquez, hablan de los libros electrónicos, a unos les preocupa, a otros les parece que ambos soportes pueden existir sin problemas, los hay que piensan en los nuevos contratos que tendrán que firmar con pereza...
En el puerto nos recibe una joven banda, Avanti Cudillero, de gaitas y tambores que tocan varias canciones para nosotros. Sigue un breve discurso de Taibo, ya sin voz ahora que la maratón se ha terminado. El alcalde de Cudillero nos presenta su bello pueblo marinero y nos acompaña hasta el anfiteatro, a uno de los bares que tiene reservada su terraza para esta espicha. La sidra corre de mano en mano, los autores ya saben los ritmos con los que se bebe y las formas. Hace apenas diez días la dejaban calentar en los vasos, ahora han aprendido. Entre «culín y culín» va saliendo la comida: unas croquetas, chorizos a la sidra, empanada, tortilla, calamares, parrochas y chipirones. A las tres todo termina con las fotos de familia en el puerto antiguo. Las últimos abrazos y la promesa de escribirse los unos a los otros todos los días.
El equipo responsable de la Semana Negra posa en Cudillero
Charlas, recuerdos, intercambios de tarjetas, planes conjuntos, deseos futuros, tiempo de pensamientos y mil historias que se cruzan para que cada autor vaya tejiendo su siguiente novela. Todo sirve para amenizar un viaje largo que tropieza al llegar a Madrid con la caravana de los domingueros que vuelven al tedio del verano en la capital.
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