viernes, 16 de julio de 2010

La obligación del escritor de transformar del mundo, ¿sueño o realidad?

Las tertulias siguen con intención de dibujar el oficio de escritor


Viernes 16 de julio de 2010. Semana Negra. Playa del Arbeyal. La Calzada. Gijón


Rogelio Guedea, Willy Uribe, Jon Arretxe, José Ramón Gómez Cabezas y Enrique Rubio
Rogelio Guedea, Willy Uribe, Jon Arretxe, José Ramón Gómez Cabezas y Enrique Rubio
Se despertó el día lloviznando, uno de esos en que tienes que abrir el paraguas, de un cielo gris que se echa de menos en la distancia. No suele haber cinco días seguidos en Asturias sin unas gotas que la reverdezcan, es su clima y la verdad es que me resulta una delicia. Nada cambia los ritmos ni los hábitos, varía el paisaje que se abre de paraguas multicolores, de impermeables y chubasqueros, de charlas meteorológicas entre dos vecinos. A la hora que el recinto de la Semana Negra de Gijón se despereza, a eso de las cinco de la tarde ya no quedan restos, tampoco fue para tanto.

La tertulia de esta tarde reune a Rogelio Guedea, Willy Uribe, Jon Arretxe, José Ramón Gómez Cabezas, Enrique Rubio, Carlos Zanón, Juan Ramón Biedma, Guillermo Orsi, Raúl Argemí, Gregorio Casamayor, Elsa Plaza, Sanjuana Martínez y Paco Taibo para hablar sobre Novela negra de la realidad a la moda a la búsqueda.

Como dice Biedma le preocupa que el género está ya asumido por la sociedad, lo que ha mermado su capacidad de transgresión y denuncia. Los medios de comunicación han integrado el mensaje y se acabó el escándalo. ¿Qué vamos a seguir denunciando? Literatura frente a realidad a la hora de elegir los temas que tratamos. No debemos pintar escenas más truculentas que la propia realidad, pero el escritor debe de ir un punto más allá que el periodista, no puede contentarse con el simple hecho de la condena, necesita adentrarse en lo que denuncia para desentrañarlo.

Argemí piensa que cuando escribimos un libro no estamos modificando la realidad, para eso hay que hacer una revolución o tomar el poder. No somos distintos a nuestra realidad, así que aquí es evidente el descafeinamiento y que ya no se llega a la profundidad, se denuncia lo que conocemos todos. Hay otro plano del compromiso de la persona, que transciende al escritor. Su apuesta sigue clara, siempre va a haber grupos de inadaptados que van a tener un concepto de rebelión antes esa realidad.

Guillermo Orsi, Raúl Argemí y Gregorio Casamayor
Guillermo Orsi, Raúl Argemí y Gregorio Casamayor
Todos comparten en ese tema de la superficialidad en la nueva literatura, de la falta de interés o capacidad por adentrarse en la profundidad de las cuestiones para denunciar con todas las evidencias. Si la nueva novela negra que viene de los países nórdicos nos interesa es porque describe las fisuras de la sociedad europea acomodada. ¿Qué es lo siguiente a contar, lo que queda pendiente? Hay que entrar en las cabezas de los financieros, en los mundos que no se han tocado, para narrar nuevos caminos por contar. Se puede explorar los demonios propios porque estos enlazan con la realidad de nuestra sociedad y verbalizar lo más execrable que lo social nos deja. Echar raíces profundas en las pequeñas historias y conflictos. Mutar hacia lo psicológico, indagando y pinchando las creencias establecidas de la gente. Simplemente proponer un punto de reflexión al lector.

Influir en la realidad es otra de las intenciones del escritor de género. Dickens influyó en su época, pero ahora denunciar toda la corrupción no sirve de mucho. Tender a lo cotidiano, a dibujar emociones que enseñen nuevos puntos de vista. La ficción tiene difícil superar la realidad, se compite con los noticieros, con sus imágenes, así que el poder del escritor de cambiar el mundo hay que tomárselo con cierto escepticismo.

¿Cuántas veces leer algo te ha hecho pensar y cambiar las formas de hacer las cosas? Escribir es una dinamo para el lector que tiene efectos multiplicadores porque es subersiva: abro un libro y soy otro. La literatura construye arquetipos, luego descubres que quieres ser como ellos. Escribes y los efectos son insospechados

Guillermo Orsi explica que como ciudadano quiere vivir en una sociedad más justa, por eso le preocupan esos financieros tan educados que están tomando decisiones que nos comprometen a todos, ese es el misterio que le gustaría desentrañar.

Hoy se me queda grabado la voz de Gregorio Casamayor diciendo que «como ciudadanos tenemos una responsabilidad y como escritores otra, la de escribir historias que hagan pensar al lector».

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