Porque una democracia no es tal si no permite a sus ciudadanos elegir la forma de gobierno
Martes 13 de abril de 2010. Ateneo de Madrid
Marcos Ana, poeta
Marcos Ana comentó que cuando la Segunda República llegó se encontró con una sociedad estancada, muy distanciada de Europa y sus tiempos. Teníamos un 50% de analfabetismo entre los trabajadores. El gobierno republicano no tuvo dudas, apoyó la enseñanza construyendo escuelas, mejorando los sueldos de los profesores, apoyando la profesión de maestro. Las órdenes religiosas vieron un peligro en ello, ya que mayoritariamente la educación en España era su privilegio. Al igual que el magisterio se potenció el teatro. La cultura de aquellos tiempos tenía una vocación de libertad para ofrecer a la humanidad un sueño que le lleve a un mundo mejor.
Terminada la guerra, el dictador Franco señaló que el desarrollo del magisterio había sido una de las causas principales de la situación previa y legisló contra él. Temía la ideología de nuestros maestros y realizó una revisión total para eliminar lo que se había sembrado durante aquellos pocos años de República. Sus leyes en este campo fueron punitivas y preventivas. Eso explica la represión que vivió el colectivo de los maestros, el más duramente castigado, porque fueron ellos los que se enfrentaron a los caciques y a los curas. No podemos olvidar aquel esfuerzo y les debemos el digno homenaje que se merecen.
Armando López Salinas, escritor
López Salinas habla de la memoria como un asunto de justicia que debe comenzar condenando los juicios sumarísimos del franquismo. López Salinas se sitúa en el presente y comenta que la actual democracia ha sido conquistada por los hombres y mujeres, por los obreros y no simplemente traída de la mano por un Borbón, un rey que no firmó la Constitución, como tratan de hacernos creer a través de claras manipulaciones históricas. A veces cabe pensar en el olvido programado por los sacristanes del poder, que echa tierra sobre las huelgas obreras de los años sesenta, sobre los sacrificios de los trabajadores.
No quiso dejar pasar la oportunidad sin hablar de Egunkaría, donde el juez ha reconocido la posibilidad de la tortura en los días de las detenciones y del cierre del medio de comunicación. Señaló que la Constitución salida de la Transición adolece del un vicio de arranque, de continuidad sin rupturismo de una dictadura, y que no devolvió al pueblo todas las libertades. Instauró una monarquía y mantuvo a las mismas castas dominantes para que siguieran velando por sus propios intereses. Pero la forma de estado que debió haber restaurado es la república, aquella por la que lucharon millones de trabajadores durante la guerra y en los años posteriores del franquismo. Nos exhortó, porque ha llegado su hora, a plantear una alternativa republicana que tendrá que afirmarse en la expansión de los derechos humanos. Preparar una república federal que vaya más allá de las actuales autonomías, que continúe por las vías de un socialismo real, que remedie las desigualdades sociales, que renuncia a la guerra, que reivindique la memoria y las ideas de la Segunda República. Todos estos valores sólo se recuperarán cuando se pueda elegir la forma de gobierno. Armando López Salinas cerró su intervención con un contundente «viva la Tercera República».
Asunción Balaguer, actriz
Después siguió la lectura entremezclando gentes anónimas y personalidades políticas como Enrique Santiago, José Manuel Mariscal, Juan de Dios Villanueva, Sira Rego, Juan Iglesia y Rocío Val. Hubo comentarios diversos por parte de los intervinientes tras la lectura de su artículo, como la representante de Villaverde que trajo a colación el recuerdo de una coplillas porque la República también fue alegría popular. Hay quien expresó que vivimos momentos de corrupción moral como la del PSOE y su contrarreforma y corrupción explícita como la del PP, así que estos tiempos nos demandan una refundación democrática y eso tiene un nombre. Hay jóvenes de una generación que está entre la X y los Ni-Ni que confían y esperan ser los que traigan la Tercera República. Hay quien agradece el honor que significa poder leer un artículo de la República, que fue asesinada, porque de esta forma rinde tributo a la memoria de sus padres y a tantos otros de aquella generación que lo perdieron todo por defender aquel sueño. Hay quien recitó un poema propio dedicado a sus abuelos campesinos en Zamora. Hay quien recordó que los artículos de la Tercera están aún por escribir y que tienen que ser aún mejores.
Así entre deseos y recuerdos se llegó al artículo 125 que cerraba la Constitución republicana y su lectura. Sonó el Himno de Riego y las organizadoras repartieron las flores tricolores que adornaban el atril entre los asistentes.
2 comentarios:
Conmemoremos el día de la República, no por nostalgia de lo que pudo ser, sino por confianza en lo que vendrá.
No es nostalgia, es la altura que nos ha de servir de listón inicial. Celebremos lo que fue y lo que será, porque las dos partes van juntas.
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