Policía alcohólico, paisajes murcianos, la C.I.A., prostitutas que se caen desde el campanario de la catedral... Corre el año «1969».
Se presenta «1969», la novela de Jerónimo Tristante, en la carpa A Quemarropa de la Semana Negra de Gijón y con la compañía de J. R. Biedma.
Cuenta Tristante que uno de los mayores placeres de un escritor es poder cambiar de época, que las novelas son pequeñas máquinas del tiempo que sirven para visitar otras realidades. Se trasladó a 1969 porque es el año de su nacimiento y también porque quería dejar aparcado al policía Victor Ros que protagoniza sus novelas. Lo ha cambiado por su antítesis: Julio Alsina, un policía alcohólico, de los perdedores con raza, manso, abandonado por su mujer y ninguneado en el trabajo. En Navidad lo llaman porque una prostituta se ha caído desde el campanario de la catedral. Este hombre, que lleva el fracaso pegado a la piel de forma congénita, iniciará una investigación que supondrá su rehabilitación personal.
Biedma alaba a Tristante por lo bien que construye sus personajes, con claras motivaciones y cargados de fuerza para agitar la trama. Son los que permiten hacer verosímil al lector la trama que va leyendo. Nos muestra el tejido político de la época, sin tergiversar ni dulcificar por los cuarenta años transcurridos. Nos habla de un franquismo en el que se enfrentan por un poder la vieja falange de camisas azules contra los tecnócratas venidos del Opus. Son unos tiempos por un lado maravillosos y por otro imperfectos, en los que la ilusión vuelve a la calle, donde surge un cierto consumismo y una preparación tácita de nuevos tiempos que tendrán que venir.
Entre risas cuenta lo difícil que es ambientar una novela negra en Murcia y que además te la publiquen. Cuenta en su novela que en La Tercia, a unos kilómetros, hay unos americanos que parecen ser de la C.I.A. y ese es uno de los misterios. Que si nos lo contaran, saldríamos corriendo con más ganas a comprar el libro.
2 comentarios:
Engancha desdel principio. Es el primer libro que leo de este escritor y voy a leer más.
Os recomiendo también a Domingo Villar y su detective Leo Caldas.
Gracias, por la recomendación. Tomo nota.
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