Una guitarra, una voz, silbar y una sonrisa
No hay Semana Negra de Gijón en la que Yampi no ofrezca un concierto. Puede tocar en cualquier sitio, esta vez es en la carpa de A Quemarropa. No he explicado aún que A Quemarropa, además de una de las carpas de presentaciones de libros es también el nombre del periódico de la Semana Negra. Se edita a diario y recoge información de los actos del día anterior y el programa para el día.
Decía que Yampi puede tocar en cualquier sitio, sólo necesita de su guitarra, el libro azul de letras de canciones -escrito a mano- y el atril sobre el que lo coloca. Para elegir una canción va pasando las hojas del cuaderno hasta dar con la que le convence. En ese punto suenan las primeras notas de la canción e irrumpe toda su fuerza con voz de trueno, de cantante forjado en la calle. Esas son sus armas a las que une una sonrisa permanente mientras canta, que sólo pierde para silbar.
Abre el concierto con dos temas propios «La escopeta del 26» y «Un minuto largo largo». Lo siguiente es un poema musicado de Ángel González «Esto no es nada» con el que abre un repertorio de otros artistas. De Sabina elige «Quién me ha robado el mes de abril» y «19 días y 500 noches»; de Kiko Veneno «Lobo López» y de Revólver «Manager's blues». Cierra con dos temas propios que ya interpretó ayer: «A Quemarropa salió» y «Semana Negra del 2009».
Lentamente como llegó, Yampi recoge y se va. No hay bises, aquí siempre prima la puntualidad más absoluta.
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