Los republicanos españoles que liberaron París

Una compañía de antimilitaristas que se mandaban solos

Si antes hablaba de la manera de presentar de Fernando Marías ahora le toca el turno a otro de esos anfitriones habituales de la Semana Negra de Gijón: Alejandro M. Gallo. No puede evitarlo, cuando de literatura se habla, le pone pasión a todo lo que cuenta. En este caso se presenta en la carpa de A Quemarropa el libro «La nueve» de Evelyn Mesquida. Para situarnos nos habla del general Petain comparando al ejército republicano español tras perder la guerra de ejército de ratas. En una magistral lección de historia nos va llevando a esa otra imagen, cinco años después, en la que una parte de aquel ejército que ahora forma la Novena Compañía de la Legión extranjera llegan los primeros en la liberación de París.

Este es un libro con un trabajo de investigación de muchos años y apoyado en los testimonios de aquellos hombres que Evelyn Mesquida ha logrado entrevistar. Unos muchachos entonces que con menos de 20 años, derrotados por el fascismo español de Franco, escapan a Francia, país que les acoge en sus campos de prisioneros, lugar en el que van a ser humillados, pasarán hambre y sed, morirán de frío y de tristeza. Para llevarles a una pregunta: ¿Quieres volver a España o incorporarte a la Legión? Tres mil de ellos eligieron la Legión y comenzó de nuevo su lucha. Si antes, en España, se habían enfrentado a los ejércitos de Franco, Hitler, Mussolini y Salazar ahora su decisión seguía estando contra el fascismo y a favor de la libertad. Participan en todos los combates, desembarcan en Normandía, son los primeros en liberar París y llegan después hasta el mismo bunker de Hitler. Allí, mermados, por las bajas, sólo llegaron dieciséis.

Su heroica historia, bien documentada, no interesa a franceses ni a norteamericanos, que la tapan y esconde para glorificarse a ellos mismos. No querían hablar de un ejército de rojos españoles triunfantes. Hasta sus banderas de la República española les fueron retiradas de cada una de sus tanquetas.

Para cerrar el acto se proyectó un vídeo con imágenes de la época y testimonios actuales de sus protagonistas. Al finalizar, con la carpa llena, se escuchó el aplauso más fuerte del día.