Los directores chilenos Cristián Galaz y Andrea Ugalde hablan de los maravillosos años que nos quedan por vivir
Cartel de la película El regalo
El argumento parte con el día de la jubilación de Francisco (Nelson Villagra). De pronto se siente inútil, sin nada que hacer, lo que se ve agravado por su estado civil de viudo. No le permiten seguir enseñando y comienza un camino hacia la depresión. Afortunadamente sus dos amigos Tito (Julio Jung) y Pacheco (Jaime Vadell), lo perciben y le regalan un viaje para jubilados. Le tienen que obligar, pero los tres juntos toman el tren que les llevará a los hermosos paisajes publicitados de las termas de Chillán. En la misma excursión están Lucy (Gloria Münchmeyer), una antigua enamorada de Francisco, Carmen (Delfina Guzmán), que es feliz disfrutando de lo que la vida le depara sin ningún tapujo y Nicolás (Héctor Noguera), un homosexual al que le ha dejado su pareja recientemente.
El enredo en todas sus situaciones y confusiones es el espacio en el que se mueve la película: compartir una habitación con una persona del otro sexo porque tu amigo ha ligado, confusión sexual por una visión de una escena a medias, esconder un objeto, insinuarse, los malentendidos... El regalo bien podría ser una película para televisión por cómo se ha rodado; de esas con la que acompañamos las sobremesas de muchas tardes aburridas porque queremos ver vivir a los demás. ¿Qué nos enseña esta película?, que la felicidad no tiene edades y que la vejez es el tiempo de ser libres.
Nelson Villagra y Delfina Guzmán en una escena de la película El regalo
Jubilarse produce mucha confusión, obliga a reiventarse. Muchos pensamientos negativos acuden a la cabeza, la idea de suicidio puede aparecer de una forma clara, convertida en obsesión, como solución. Dejar de ser productivo laboralmente se convierte en una tragedia. La película, a pesar de sus rasgos de comedia, no huye de confrontar este tema, pero sabe desgastarlo con humor, bromeando con inteligencia sobre ello, minimizándolo para que se pueda observar en la distancia lo absurdo de la decisión.
Que el trabajo nos hace adictos y que cuando se acaba nos deja un vacío enorme es la base del film. Somos «trabajólicos» y todo, nuestra vida incluida, lo medimos con variables laborales. Es el tiempo libre un enemigo que nos desgasta. Ese es el error que busca subsanar y explicar El regalo.
La homosexualidad en la vejez es otro tema latente, la no reconocida y el peso de los años, de haber afrontado otro modelo de pareja diferente y su resultado cuando se ha quebrado. En el fondo es el mismo tema de la soledad, que no entiende de sexos.
Y la remembranza o nostalgia de un pasado que debe sumarse al presente, siempre que sea un camino de diversión. Olvidar lo negativo y quedarse con lo positivo es el mensaje diáfano que emite El regalo, porque aún queda mucho por vivir.
Buenas interpretaciones de todo el elenco hacen la historia creíble. Descaro e ironía en Delfina Guzmán y Julio Jung, dramatismo en Héctor Noguera y Nelson Villagra, ingenuidad en Gloria Münchmeyer y pragmatismo en Jaime Vadell. Hay en la película una aparición estelar del cantante Buddy Richard que interpreta con los actores de la película su tema Tu cariño se me va. Sirve de cierre amable y rítmico para El regalo, pues en el fondo siempre hay algo con que obsequiar a los demás.
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