Miércoles 8 de abril de 2009. En el Teatro Bellas Artes. Madrid
Cualquier obra se sostendría sobre el arte de María Galiana y Rosario Pardo, con su sola presencia, pues se trata de dos actrices con demostrada capacidad interpretativa como para llenar todo el escenario. Además «Fugadas» trae bastante más equipaje en la maleta que el cartel: un buen texto y mucha comedia.
La amistad se forja. Lo hace tanto sobre los puntos en los que se está de acuerdo como a través de las desavenencias. Requiere constancia con grandes dosis de esfuerzo. El viaje que ellas emprenden sirve para comprenderse, después de haber pasado por las estaciones de compañía, apoyo, crítica, sinceridad, frustraciones y esperanza. Un camino durante el que fijarán y adaptarán las normas de la relación, lo que aplica y lo que no, los polos positivos y negativos, lo compartido frente a lo desechado por inútil. Es en este proceso en el que se construirán como personas, lo que permite que cualquiera pueda sentirse reflejado. Carmen (María) representa la experiencia, pero también la vitalidad, las ganas de hacerlo todo y probar cada situación que se le presenta. Se impulsa por un egoísmo sano que, antepuesto a los prejuicios, la individualiza y la obliga a progresar a cada instante como motor de todo cambio, incapaz de detenerse. No es ésta una dulce abuelita. Por el contrario, Marga (Rosario) se presenta más indecisa, pensando que siempre hay que dejar una puerta abierta para volver o conformándose con los modelos establecidos. Necesita del impulso que Carmen le ofrece para encontrar realmente su camino de felicidad.
El texto insiste en anteponer la capacidad de decisión individual ante todo. Lo preconcebido se sustituye por lo razonado. De la misma forma que la familia impuesta, llena de comportamientos tópicos, se abandona por los amigos elegidos.
¿Cómo se logra que además la obra divierta? Con dos interpretaciones memorables, sazonadas de mala leche y vis cómica, dirigidas por la inagotable omnipresencia de Tamzin Townsend y apoyándose en avances técnicos que permiten simular los decorados pintados de otros tiempos pasados en el teatro.
Decir que tuve un pequeño Déjà vu, y es que hacia el final existen dos momentos en los que parece que la obra termina: la luz se apaga y el público aplaude como si así hubiera sido, pero que simplemente resultan el corte entre el fin de una escena y el principio de la siguiente. Lo mismo que me ocurrió hace muchos años viendo la película «No te mueras sin decirme a dónde vas».
A modo anecdótico: La obra original se estrenó con gran éxito en el mítico Teatro Variétés de París el 21 septiembre de 2007. La producción obtuvo el premio del público de los prestigiosos Premios Raimu 2007 de teatro y cine francés.
Autores: Pierre Palmade y Christophe Duthuron Traducción: Fernando Ariño Versión: Yolanda García Serrano Productor: Jesús Cimarro | Reparto: María Galiana y Rosario PardoDirección: Tamzin Townsend Diseño de escenografía y vestuario: Rafael Garrigós Diseño de iluminación: José Manuel Guerra Audiovisual: Alvaro Luna y Bruno Praena Fotografías: David Ruano Diseño gráfico: David Sueiro Comunicación y prensa: Nico García Realización de escenografía: Mambo Decorados, Sfumato y Peroni Ayudante de dirección: Emilio Lorente Ayudante de producción: Ana Cunquero Jefe de producción: Raúl Fraile |
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