José Manuel Serrano Cueto recupera para el presente las historias de varios actores y actrices de reparto en el documental Contra el tiempo
¿Por qué? Por el entrañable deseo de conocer la historia de nuestro cine y recuperar rostros que habíamos olvidado.
Cartel de la película documental Contra el tiempo
El actor Antonio Mora visita a estas personas para entrevistarlas porque desea aprender de ellas y saber cómo era la profesión entonces. Una disculpa para dejarles hablar y filmarles de nuevo. Ese viaje sirve de hilo conductor principal del documental. Las preguntas de Mora les permiten a los actores contar su pasado y mostrar su presente para que sea el espectador el que complete el cuadro y saque sus propias conclusiones acerca de cómo ha ido cayendo el tiempo sobre ellos y ellas y cuál ha sido ese proceso de envejecimiento que les ha alejado de nuestras pantallas. Indagar en lo que fueron y en lo que se han convertido hace que en el aire flote un interrogante sobre si ese paso del tiempo y nosotros nos hemos comportado con justicia.
Pero Contra el tiempo es también un homenaje, un ajuste de cuentas, una revancha, un combate contra el olvido y una oportunidad de ver el lado entrañable del cine, el de las personas, el de carácter más humano. Cine dentro del cine. Ese prisma desde el que lo mira todo José Manuel Serrano Cueto se hace entrañable, vivo y logra impregnar el documental de un sabor que va variando, que a veces es dulce y otras amargo, a ratos nos sabe a pesimismo para después convertirse en optimismo y viceversa, pero que siempre destila un amor hacia el cine muy contagioso.
Lone Fleming, Antonio Mayans, Ricardo Palacios, Fernando García Rimada, Carlos Bravo, Mabel Escaño y Aldo Sambrell cuentan sus anécdotas y nos reímos con ellos. A todos les queda un cierto halo de misterio a su alrededor. Muchos de ellos aún mantienen intacto el encanto canalla o esa mirada inquietante que les llevó a las pantallas en su momento. Después de la anécdota, el recuerdo con el que se va reconstruyendo la importancia de una etapa del cine, va surgiendo el dolor del silencio y olvido que les recorre. Ahora tienen otras vidas, algunas alejadas, otras apegadas aún al mismo mundo del cine. Unos añoran ese pasado y volverían sin dudarlo. Otros no tanto, les gusta recordarlo eso sí, pero ya está, hace tiempo que decidieron pasar página para seguir adelante con sus vidas.
En el documental hay entrevistas, pero no se abunda en exceso sobre el recurso del «busto parlante», ese personaje que habla a cámara para contarnos todo y al que simplemente escuchamos. Tampoco se tira apenas de archivo. Es mejor acercarse hasta tocar la intimidad del personaje, donde las confesiones vayan más allá de las palabras. Esas decisiones tomada por el director le dan viveza a la película y un ritmo cinematográfico que transciende al género del documental. Ese toque diferente, como de nostalgia combativa que va más allá de sentarse a escuchar anécdotas, y que tiene intenciones, consigue el interés y la complicidad del espectador.
Hoy se estrena Contra el tiempo, lo hace en Artistic Metropol de Madrid, una nueva sala dedicada al cine independiente, clásico y sobre todo de re-estreno para poder recuperar todas esas buenas películas que se estrenaron en un mal momento y no tuvieron la oportunidad que se merecían.
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