miércoles, 24 de junio de 2009

La incomunicación familiar que amordaza y no ayuda

«Tres días con la familia» muestra el silencio de lo explícito

Mar Coll es una directora joven, de 27 años, con un aspecto muy aniñado, tanto que aparenta ser una adolescente. Sin embargo su juventud, en muchos aspectos, se queda sólo en el papel, pues sus palabras y su cine están cargados de madurez. «Tres días con la familia» es su ópera prima: una gran película, cargada de emoción y con una gran capacidad descriptiva.

La película arranca cuando Lea (Nausicaa Bonnín) regresa del extranjero para el entierro de su abuelo. Van a ser tres días de convivencia con el resto de la familia. Los Vich i Carbó siguen como siempre, cargados de ritos y formalismos que alejan el espacio íntimo y familiar hasta convertirlo en otro espacio social más, con sus barreras, silencios y límites impuestos por el respeto, los juicios y los prejuicios, a la vez que anula toda posibilidad de sinceridad y lastra cualquier intento de comunicación. Los lazos familiares le resultan a Lea una losa que no le permite contar sus problemas a modo de desahogo. No puede permitirse mostrar sus debilidades, ni es capaz de soportar las flaquezas de los demás, lo que le lleva a tener que elegir entre el aislamiento o moverse dentro de los mismos parámetros de falsedad compartidos por la familia, algo que no es capaz de soportar y que no quiere hacer. Entre sus familiares hay una escritora, su tía Virginia (Amâlia Sancho) a la que espera como emblema de la verdad, sin embargo, cuando aparece no resulta ningún alivio, se ha convertido en una cínica y emocionalmente resulta como el resto.

La familia se ve poco, dicen que el trabajo no se lo permite, que todos están muy ocupados, tanto que una hora de viaje es demasiado tiempo y no les permite acercarse. En las pocas ocasiones en que se ven, son momentos en los que sus charlas se cargan de trivialidades, llenándose se gestos tópicos y repetidos. No hay otro tipo de conversaciones, así que cuando éstas se agotan se recurre a la música, que se convierte a menudo en el mejor sustitutivo a la comunicación, ya que les permite callarse sin que aparezca la incomodidad del silencio. El largometraje nos muestra a gentes incapaces de transmitir sus emociones, callados y taciturnos, deseando que se acabe el paripé para volver al día a día que les oculta esta realidad.

«Tres días con la familia» además de un análisis certero sobre el espacio familiar y sus formas de comunicación internas, puede tomarse también como una radiografía de la burguesía catalana, donde la apariencia oculta los fracasos, que por muy evidentes que resulten nunca se nombran de forma explícita. Los patrones de la comunicación se transmiten de una generación a la siguiente, adoptándose sin paliativos. Ni siquiera la modernización que supone la presencia de la juventud resulta efectiva, simplemente marca distancias, pero es incapaz de traspasar las mismas barreras que sus mayores han marcado.

Otro de sus puntos fuertes es el trabajo de los actores y actrices, que logran plasmar a la perfección este ambiente. Nausicaa Bonnín es la protagonista y la que, a través de su mirada, arrastra al espectador dentro de la familia. Es una cara joven desconocida, que sin embargo llega con gran experiencia en el teatro y logra bordar su papel a través de una expresividad que sorprende. La acompaña un gran reparto coral, en el que destacan Eduard Fernández dando vida al padre de Lea, y trayendo un personaje impotente y vencido ante los valores de la familia sobre los que ha claudicado; o la madre que interpreta la actriz francesa Philippine LeRoy-Beaulieu con gran sensibilidad; o su tíos Francesc Orella, al que se responsabiliza de todos los pequeños errores cotidianos y al que, en el fondo, nadie escucha, y Ramón Fontserè que se convierte en el nuevo y tiránico cabeza de familia que guiará a los Vich i Carbó sin que nada cambie.

Esta película se financia dentro del proyecto Ópera Prima de la ESCAC (Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya), para apoyar los nuevos talentos allí surgidos y lo realiza combinando a estos jóvenes artistas con otros profesionales ya consolidados y que también se graduaron en la ESCAC.

«Tres días con la familia» resultó una de las grandes triunfadoras de la última edición del Festival de Cine de Málaga donde Mar Coll se llevó la biznaga de plata a la mejor dirección, Nausicaa Bonnín la biznaga de plata a la mejor actriz y Eduard Fernández la biznaga de plata al mejor actor.



A modo de pequeño anecdotario: Al terminar sus estudios en la ESCAC, Mar Coll preparó como trabajo fin de carrera un cortometraje que tituló «Última Polaroid» y que se llevó el premio de cortos del certamen Versión Española de TVE.

PuntoPuntoPuntoPuntoPunto



Título original: Tres dies amb la família
País: España
Género: Drama
Fecha de estreno: 26/06/2009
Duración: 85 min.
Versión original: Catalán - Castellano - Francés
 Reparto: Nausicaa Bonnín, Eduard Fernández, Philippine LeRoy-Beaulieu, Ramón Fontserè, Francesc Orella, Amâlia Sancho, Aida Oset, Artur Busquets, Isabel Rocatti, María Ribera, Greta Fernández, Cristina Gamiz, Abel Zamora, David Verdaguer, Mercè Compte, David Vert, Óscar Intente, Dafnis Balduz, Nadia Campas, Josep María Busquets, Leonor Bonacasa, Josefina Espinosa, Yasmine Raiss, Abel Sanahuja, Marc Padilla y Santiago Gimeno-Bayón
Dirección: Mar Coll
Productora: Escándalo Films
Productores ejecutivos: Sergi Casamitjana, Ainzta Serra y Lita Roig
Guión: Mar Coll y Valentina Viso
Fotografía: Neus Ollé
Montaje: Elena Ruiz
Sonido: Jordi Ribas
Música: Maikmaier
Dirección de arte: Xènia Besora
Vestuario: Mariel Gimeno-Bayón
Maquillaje: Jess Aguirre
Casting: Mireia Juárez
Dirección de producción: Toni Carrizosa
Dirección de postproducción: Luis de la Madrid
Distribuidora: Wanda Films

No hay comentarios: