martes, 30 de junio de 2009

¿Se puede ser a la vez torero y republicano?

«José Tomás, una hipótesis republicana» repasa la temporada taurina del 2008

José Tomás, una hipótesis republicana. Liturgia del dolor y feria de la política. Javier VillánUno se va marcando retos en la vida. Los hay que se ponen delante de un toro. En mi caso me sirvió una decisión más sencilla, la de leerme un libro cuyo eje central son los toreros y lo que hacen dentro de una plaza. No soy aficionado a los toros, es más, me desagrada encontrármelos en alguna televisión mientras voy pasando de cadena en cadena. Pero algo me llamó la atención vivamente en la portada del libro. Tal vez pensar que podía existir un torero republicano, o fue quizá revisar el mito de la rica escritura preciosista, metafórica y rebosante de los críticos taurinos, o la simplicidad de la foto de un rostro cargado de cicatrices. Lo cierto es que me atreví.

Javier Villán es todo un maestro de la escritura. Usa el lenguaje con precisión, recreándose y agigantando las situaciones, como si todas ellas fuesen únicas e irrepetibles. Tirando de memoria unas veces y otras de libreta, viene y va con orden o desconcierto según le apetezca, pero sin perder el hilo de lo que quiere contar; parando algunas pocas veces para tomar impulso o como dando un reposo al lector, un aviso que luego completará.

El libro se divide en tres partes y se añade una cuarta que más bien resulta un apéndice para señalar lo que ha transcurrido en el tiempo que va desde la finalización de la escritura hasta la entrada en imprenta. La primera parte describe la farándula que se junta en estos mentideros y saraos. Para ello se ampara en el premio Paquiro que se le entrega a José Tomás. Con detalle recorre las mesas llenas de aristócratas y políticos. Lo hace con su mirada, para situar los antecedentes. Sube al estrado, charla, recuerda y sobre todo cuenta. Supone una acertada forma de arrancar. La segunda parte semeja un libro de viajes, los que realiza para seguir la temporada taurina que resta. Recurre a las crónicas de sus compañeros y a las suyas propias, mientras señala con sus manos indicando que al final vendrá la corrida sobre la que deposita sus expectativas. Esa corrida queda para la tercera parte, donde se describe el triunfo de José Tomás en Barcelona.

Parte del libro se dedica también a describir a los seguidores de José Tomás, que el autor divide básicamente en dos corrientes, los tomasistas que son aquellos aficionado a los que les gusta el diestro y los tomistas, que han hecho del torero su dios particular. Surge también como contraposición tanto la de aquellos aficionados indiferentes y como la descripción de sus rivales antagónicos, su temporada y la lucha por gobernar el escalafón.

Respecto a la hipótesis republicana, desde el inicio, el autor la trata como un juego, ya que lo natural es que los toreros sean -o se hayan hecho- de derechas. No por ello pierde interés el libro. Dice Villán que la hipótesis no se sustenta sobre ninguna declaración política y concreta de José Tomás, más bien en que no brindó un toro al rey, haciéndolo en su lugar al público y en algún comentario posterior de Joaquín Sabina. El mismo juego trato de hacer yo con el autor, si escribe en «El Mundo» mayor posibilidad tiene de ser monárquico y del «PP». No se descubre su orientación, ni permite que se intuya tampoco, hasta casi al final dónde textualmente dice: «Cuando se discute la taurofilia de los actuales Borbones, siempre acabo diciendo lo mismo: que vayan o no a los toros me da igual. A mí lo que me gustaría es que no hubiese reyes, pero, si ha de haberlos, que, al menos, sean justos y benéficos».

Para cerrar la reseña me gustaría citar lo que hecho en falta. Es cierto que se habla mucho del dolor de los toreros, pero nada del sufrimiento y la agonía. El libro pinta estampas donde la estética taurina manda. Evoca imágenes gobernadas por el torero, su figura y el plante que presenta, sobre las que sitúa al toro en un segundo plano.

A modo de pequeño anecdotario: Destacar lo polifacético del autor. En «El Mundo» se dedica tanto a la crítica de toros como a las de teatro. En la escritura abarca tanto el ensayo, como la novela y la poesía.

Sin puntoSin puntoSin puntoPuntoPunto


Título: José Tomás, una hipótesis republicana. Liturgia del dolor y feria de la política
Autor: Javier Villán
Editorial: Ediciones Akal
Colección: Foca Investigación
Género: Ensayo (Sociedad)
ISBN: 978-84-96797-31-4
Año de publicación: 2009
Páginas: 160

viernes, 26 de junio de 2009

Sentido homenaje a los luchadores por la libertad y contra el franquismo

«Operación Exterminio» una novela de Alejandro M. Gallo

El pasado 10 de junio de 2009 llegó a las librerías la quinta novela de Alejandro M. Gallo con el título de «Operación Exterminio» en la que se narran los crueles sucesos de la guerra sucia contra la guerrilla republicana durante la represión franquista. No utiliza «paños calientes» mientras nos conduce a un final trágico cargado de la desesperanza que suponen los hechos ciertos de nuestra historia.

Se trata de una obra necesaria, imprescindible incluso, con gran agilidad en su ritmo y de buena calidad literaria. Cargada de tensión, a la vez que avivada por la emoción y los sentimientos de sus personajes, rinde tributo a todas aquellas personas que lucharon por la libertad contra el franquismo. Se narra a través de la voz de una mujer, dando a conocer la parte activa que ellas mantuvieron durante esos años; su callada y precisa labor de enlaces, de informadoras, de colaboradoras y de afectivas amantes con sus hombres las pocas veces que podían bajar desde el monte. Sus luchas por ser reconocidas como iguales y también el sufrimiento diario con el que cumplían sus tareas están presentes en el libro, así como las torturas difícilmente soportables, tanto por su dureza como por la humillación que suponían, a las que las fuerzas represoras, como brazo ejecutor de la dictadura, recurrían para obtener información de ellas una veces y otras para saciar sus frustraciones.

En la cárcel de Carabanchel, entre los presos políticos, Falange introduce a Don Carlos, el «francesito», con el objeto de infiltrase en la guerrilla, para obtener información de sus posiciones y campamentos con el fin de acabar con ella y aumentar su prestigio. La acción recibe el nombre en clave de «Operación Exterminio». En paralelo, el autor va repasando la vida de dos hermanas, enlaces con los del monte, y su entorno. Ambas historias confluyen en un punto y entonces los más negros presagios del lector van tomando forma.

Los lugares elegidos por Gallo resultan cinco escenarios trazados con maestría. La cárcel, mostrada con la crudeza despiadada, que va hundiendo el orgullo con represión y fuerza bruta. Los cuarteles como tranquilas balsas desde las que se conspira, inmunes a la sangre y las acciones que se determinan. Los pueblos asustados y gobernados por la derecha reaccionaria y los curas que oprimen a sus habitantes hasta ahogarlos. Las ciudades algo más independientes y que permiten una vida más licenciosa -hasta ciertos límites-, pero que sus calles son vigiladas y recorridas por supervisores. El monte, donde la supervivencia y la militancia con sus acciones políticas deben fundirse, se convierte en el único lugar en el que las ideas de justicia social resultan principios sobre los que regirse.

Muy acertado resulta el haber plasmado sobre la novela la lucha que existe entre las diferentes fuerzas, cómo la Guardia Civil y la Falange que compiten por llevarse los favores del Caudillo, aún a cambio de ensuciarse hasta entrometerse. Esta lucha política que se establece enriquece la lectura y avisa de las bajezas que se van a cometer, desmanes propios de quién busca su beneficio y su satisfacción personal, donde el rencor flota entre los mandos y los que pertenecen al último escalafón.

Alejandro M. GalloEl autor logra dibujar los personajes con tal maestría que se pegan a la piel. Unos resultan entrañables, otros deleznables. La línea de sus comportamientos los separa con nitidez según su calaña sea buena o mala. Frente a la épica lucha de los guerrilleros se presentan las vergonzantes acciones del poder, que son matizadas en varios tonos de grises que van entre el ciego deber cumplido hasta el regocijo por un escarnio salvaje y desmedido.

Gallo advierte desde la primera línea que «la novela está basada en hechos reales, por lo que todo parecido con la realidad no es fortuito». Esta realidad se palpa con rotundidad por el buen y extenso trabajo de documentación del autor, así como por su integración dentro de la novela, a la que se incorpora con naturalidad, resultando totalmente transparente para el lector y formando parte del propio argumento.

A modo de pequeño anecdotario: Al finalizar la novela se abre la incógnita sobre el verdadero nombre de la poetisa que narra toda la historia. El enigma no se desvela basándose en el principio inquebrantable de los poemas épicos de la guerrilla antifranquista por el que sólo se citan por su verdadero nombre o seudónimo a los muertos y a aquellos vivos que dieron su consentimiento.

Medio puntoPuntoPuntoPuntoPunto


Título: Operación Exterminio
Autor: Alejandro M. Gallo
Editorial: Ediciones B
Colección: LaTrama
Género: Novela histórica
ISBN: 978-84-666-4166-1
Año de publicación: 2009
Páginas: 442

jueves, 25 de junio de 2009

Fiestas de León. L’Excuse, «Homocatodicus»

Mario Gumia y Dominique Lajoux forman la compañía de teatro L’Excuse de gira con su espectáculo «Homocatódicus», incluido en esta V Muestra de artes de calle. Son franceses y tecnológicos, ya que han sustituido sus cabezas por modernos monitores. Lo que supone un primer impacto como espectador y una curiosidad de saber de qué forman se orientan y cómo son capaces de realizarlo, vamos lo que hay detrás, la tramoya.

El Maestro Salvatore y su fiel escudero Gianni llegan a la ciudad cargando con sus maletas y un ramo de flores a la búsqueda de Isabel, sin duda una especie de Dulcinea. De ella muestran un foto y un punto en el plano donde piensan encontrarla. Con estas premisas se comunican con el público a lo largo de la calle Ancha. Van preguntando y actuando con ellos, pidiéndoles que les orienten, les hagan una foto, les escriban una indicación o cualquier otra cosa que les pueda servir. Su cabezas, de pura tecnología, tienen la mitológica lentitud de las máquinas y sus razonamientos sólo se sirven de una lógica no moldeable.

Difícil de catalogar, se me ocurre la trillada palabra original, o sino acudir a sus carteles de promoción que señalan el espectáculo como «teatro itinerante de vídeo». Para complicarlo más, ellos mismos definen su trabajo como «arte burlesco, teatro en la calle y en cine».

Fiestas de León. Ganso, «Renato»

También dentro de la V Muestra de artes de calle, Ganso presenta su espectáculo «Renato». El personaje que interpreta es del hombre maduro que siempre ha vivido bajo las faldas de su madre, sin crecer, sublimando sus deseos a las obligaciones que ella le impone. Pero la madre ha fallecido y por primera vez en su vida puede hacer lo que realmente desea. Curiosamente lo que uno siempre quiere tiene que ver con el consumismo, en este caso lo que ha comprado en la tele tienda de turno es el kit de circo. Por fin, Renato tiene un circo, portátil eso sí. El espectáculo está orientado a niños utilizando las técnicas tradicionales del payaso que busca risas, un poquito de complicidad y al que nada le sale como espera. Fuera de guión, el viento que hoy soplaba en la plaza de la Catedral no le ayudó; al moverle una y otra vez sus útiles de trabajo le complicaba la actuación.

Tuvo un comienzo delicado, pues parte del público de la grada se enfadó con los que se habían colocado delante. Se levantaron voces que pedían que se sentasen o se fueran. Renato lo supo aprovechar integrando la situación en la obra, aunque algo se asustó viendo que el texto podría tener que variar.

Fiestas de León. Tequila en directo

Tequila, es una banda de corta vida, cuatro discos en cuatro años que sin embargo forman toda una leyenda de nuestro pop, por su frescura y juventud, valores ambos con capacidad de demoler todos los aburridos principios de aquella sociedad que despertaba de un franquismo opresor. Pioneros de la movida madrileña, ¿quién no les conoce?

Resumiendo: nacen en el 75, su primer disco es del 78, se disuelven en el 82 y 26 años después vuelven a juntarse para tocar sus canciones que siguen sonando bien, incluso modernas. De los originales quedan Ariel Rot y Alejo Stivel; Julian Infante y Manolo Iglesias nos dejaron y Felipe Lipe no quiere salir de gira. Así que toca completar la banda con Josu García (guitarra), Mac Hernández (bajo), Daniel Griffin (batería) y Mauro Mieta (teclados).

Aunque Alejo parezca la cara del grupo al encargarse de la voz, Ariel lleva el peso real, musicalmente hablando, sosteniéndolo con su guitarra, destacando siempre y dando una brillantez que no está al alcance del resto. Cada una de sus notas se diferencia, sus coros se distinguen y sobre el escenario se muestra incansable, con una vitalidad que sobrepasa lo explicable si miramos su fecha de nacimiento. Creo que es uno de nuestros mejores músicos, compositores y cantantes, como ha demostrado tanto en Tequila, como en Los Rodríguez y en sus discos en solitario que son profundamente admirables. Un concierto de Ariel Roth es siempre una buena elección. La voz de Alejo no es la que era y la acústica de una explanada abierta con la fachada a modo de frontón de la Junta a su espalda, no le hace ningún favor. Sin embargo aguanta todo el concierto, cediendo exclusivamente en la única canción que no es de Tequila, se trata de «Sábado en la noche», de Morris, en la que se oye la voz de Ariel. Resulta más fresca y mejor conservada, una pena que no cantase ninguna de sus canciones.

Salta se queda para los bises, cuando uno se da cuenta que han repasado yo lo bueno y lo mejor de su discografía.

Fiestas de León. Mario, «Queen of the Circus»

La V Muestra de artes de calle es de lo que más me llama la atención. Son dos los espacios que ocupa, la calle Ancha para ver teatro en movimiento y la plaza de Regla (frente a la Catedral) con gradas desde la que ver teatro sentado.

El primer artista que disfruto es Mario con su espectáculo «Queen of the Circus». Detrás del nombre de Mario se esconde el norteamericano Clarke McFarlane y lo primero que admiro de él es su dominio de los idiomas. Es un afán desmedido por comunicarse el que le lleva a mezclar idiomas, gestos y expresividad. Prima en él llegar al espectador para compartir ante todo. Lo consigue, es más, me quedo pasmado viéndole. Se trata de un malabarista que realiza sus números al ritmo de la música de Freddie Mercury y su banda Queen.

Sigo pasmado de su habilidad para hacer participar a la gente. Primero una chica con la que realiza varios malabares, después un muchacho fuerte que participa en un divertido duelo de plátanos y en la interpretación malabarística de «Barcelona». Y al final, a todo el público que le lleva en volandas de un extremo al otro de la plaza.

Extraordinario. El tiempo ha pasado volando en esta experiencia a caballo entre el circo y la interpretación. Incomparable también el marco que supone la Catedral a las espaldas del artista.

León en fiestas

Hacía tiempo que no estaba en León cuando se celebran sus fiestas patronales, y hoy me resultan extrañas, como si las viera de lejos, emborronadas en una parte por la distancia que tomo y en otra por los recuerdos de niñez que me evocan. No es la perspectiva adecuada si se pretende ser equidistante.

León es una ciudad esplendorosa, o más bien lo fue como bien recuerda su catedral presidiendo sus calles. Digo lo fue y no lo es porque aquel ayer es la mirada que tiñe el presente, anquilosado entre aquellas piedras. Ciudad que espera con un idea en mente, la obligación de que cada mil años se le presente una nueva oportunidad de lucirse. Llegaron los romanos antes de que empezáramos a contar los siglos y le dieron el primer barniz que se fue diluyendo con el paso del tiempo. Más tarde la presencia musulmana supuso un nuevo impulso que logró un resurgimiento posterior, cuando se instaura el Reino de León cuyo apogeo y expansión durará hasta finales del siglo XIII. Después se detuvo el reloj de la ciudad: se preservó el polvo del pasado y poco más. Básicamente, desde entonces, la ciudad duerme con la confianza de que un futuro acontecimiento histórico la despierte. No sabe cuántos siglos tendrá que esperar, pero tiene la certeza de que volverá a ocurrir.

Tal vez no sea necesario ser tan dramático, en León, de unos años a esta parte, algo se progresa, algo se desarrolla y algo se moderniza. En cierta forma se mira a Valladolid sin confesarlo y a Oviedo para dar pequeñas pinceladas a nuestras calles. Del estancamiento político mucho tiene que ver el carácter leonés y otro tanto la pertenencia a una Comunidad que tiene otros intereses. Incapaces somos de desentrañarlos. Sabemos que pertenecemos a Castilla y León no por idiosincrasia sino por pura pereza de nuestros políticos cuando se configuró el mapa autonómico, por seguir callados, sin levantar la voz. Sabemos que estamos unidos contranatura, siempre enfrentados y sintiéndonos el perdedor patológico que parece no ser más que una coletilla al nombre de Castilla, la misma que sirve para diferenciar la «vieja» de la «nueva», con otras palabras menos cargadas de significados negativos.

En lo económico no hay mucha salida, al carecer de una mínima industria y tras el desmantelamiento del tejido agrícola, el sector servicios es el que queda. El barrio «húmedo» cada día se hace más turístico, sin perder su esencia. Escaparate y punto de encuentro por donde nos vamos volviendo a ver los unos a los otros, los que pasan allí todos los días y los que nos fuimos, escapando del futuro difícil y encorsetado que predecíamos, echando en falta estudios y trabajo dentro del propio León. Las tapas se hacen más tradicionales y el chateo de vinos y cortos de cerveza la costumbre y el principio de cualquier otra conversación. «Ponme otro vino y mira a ver que toma Andrés» y Andrés, que cruza la mirada contigo, sonríe, se acerca y comparte sus cuitas, las mismas de entonces, las de siempre. «¡Qué bien sientan estas sopas de ajo! Es tomárselas uno y sentir que el estómago se le asienta» y a unos metros alguien responde «Claro, como debe ser». Decía, o pensaba sin llegar a haberlo dicho, que el aire conservador de la ciudad se respira un poco menos en algunas partes del «húmedo», algo más progresista, algo más abierto a una cultura diferente. Veo más bares, veo, después del paseo por la calle Ancha, a todo León acodado en sus barras y algún turista que sonríe feliz. Los precios siguen siendo bajos si los comparamos con Madrid, incluso suenan a poco, a que el tiempo se detuvo en la estación de trenes de León. La calidad no se ha perdido.

Hoy los bares por el «húmedo» están algo más vacíos, la fiesta es por barrios nuevos, por aquellos descampados en los que yo aprendía a conducir y que hoy se han llenado de edificios, barrios que albergan, por ejemplo, el Auditorio, la Junta y el MUSAC. Mejor, así se puede tener algo de espacio en el «Pote» tomando su champiñón o cierta comodidad en el «Racimo de oro» para comerse unas patatas o la pizza de la «Competencia» apoyado en la barra o las sopas de ajo de las que hablaba antes en el «Gaucho». Podría seguir eternamente.

Ya hablo de las fiestas de San Juan y San Pedro 2009. Empiezo con lo cultural, el recorrido literario (o romántico según preguntes) Memorial Miguel Delgado es una tradición en el programa. Este año está dedicado a Guzmán el Bueno y recibe el nombre de «El paseo de Don Alonso Pérez de Guzmán». Me asusto al llegar, lo que veo es a la banda municipal y a cuatro actores vestidos a la usanza medieval. Además no hay demasiada gente y los que hemos venido no somos precisamente adolescentes. Los músicos interpretan el himno de León, se presenta el recorrido de este año y una artista local, cuyo nombre no logro recordar ni encontrar, lee el primer texto. Estamos frente a la estatua de bronce que León le dedicó a Guzmán el Bueno, personaje histórico e ilustre nacido en tierras leonesas. La escultura señala con su mano hacia la estación y los de aquí decimos que lo hace para indicar a los forasteros que «si no te gusta León, por ahí queda la estación». Es una broma vieja y un ejemplo taciturno de nuestro carácter: sin revanchas, directo. Aprendo dos cosas, la primera es que nunca se inauguró oficialmente y la segunda que es obra del escultor Aniceto Marinas, famoso por la estatua de Eloy González que preside la plaza de «Cascorro» del rastro madrileño.

Después se representa un pequeño texto por los actores, que pertenecen al grupo teatral Diadres, y comienza la ruta. Con los municipales cortando el tráfico y siguiendo a la banda que toca música de la suya, la comitiva se desplaza al siguiente punto. Al llegar al actual ayuntamiento abandono. Habrá que dejar algo para otro año.

Me quedé con la curiosidad de saber quién fue Miguel Delgado. Se trata de un antiguo funcionario del Ayuntamiento de León, ya fallecido, que participaba en la organización de las fiestas. Cada año presentaba una iniciativa de carácter cultural en la que varios autores iban glosando a un personaje por diversos rincones de la capital leonesa. Ahora estos recorridos se acuerdan de él llevando su nombre.

En las Eras de Renueva, a la orilla del Bernesga son los fuegos artificiales. Este año se ha elegido a una empresa pirotécnica gallega, de carácter familiar, creada en 1960 y por más señas que responde al nombre de Xaraiva. Los fuegos son sencillos, con algún destello, supongo que no están los tiempos para tirar cohetes. Después, a unos metros, en la explanada del Auditorio, se quemará la falla en la hoguera de San Juan. Sencilla también, una columna de libros por la que trepa una lagartija. Arde bien, con orden, sin que la estructura se derrumbe antes de tiempo. Luego, a unos metros de nuevo, en la explanada de la Junta, comienza el concierto de Tequila que prefiero no reseñar ahora. Aquí sólo quería decir que el PP leonés se quejó porque les resultaba sospechoso que el consistorio, del PSOE, hubiese contratado al mismo grupo que actuaba en los mítines socialistas de la última campaña a las elecciones europeas. Qué quieren que les diga, que «piensa el ladrón que todos son de su condición». Bueno pues lo digo, que fueron muchos años de gobierno «popular» empeñado en invitar a Julio Iglesias y compañía.

miércoles, 24 de junio de 2009

La incomunicación familiar que amordaza y no ayuda

«Tres días con la familia» muestra el silencio de lo explícito

Mar Coll es una directora joven, de 27 años, con un aspecto muy aniñado, tanto que aparenta ser una adolescente. Sin embargo su juventud, en muchos aspectos, se queda sólo en el papel, pues sus palabras y su cine están cargados de madurez. «Tres días con la familia» es su ópera prima: una gran película, cargada de emoción y con una gran capacidad descriptiva.

La película arranca cuando Lea (Nausicaa Bonnín) regresa del extranjero para el entierro de su abuelo. Van a ser tres días de convivencia con el resto de la familia. Los Vich i Carbó siguen como siempre, cargados de ritos y formalismos que alejan el espacio íntimo y familiar hasta convertirlo en otro espacio social más, con sus barreras, silencios y límites impuestos por el respeto, los juicios y los prejuicios, a la vez que anula toda posibilidad de sinceridad y lastra cualquier intento de comunicación. Los lazos familiares le resultan a Lea una losa que no le permite contar sus problemas a modo de desahogo. No puede permitirse mostrar sus debilidades, ni es capaz de soportar las flaquezas de los demás, lo que le lleva a tener que elegir entre el aislamiento o moverse dentro de los mismos parámetros de falsedad compartidos por la familia, algo que no es capaz de soportar y que no quiere hacer. Entre sus familiares hay una escritora, su tía Virginia (Amâlia Sancho) a la que espera como emblema de la verdad, sin embargo, cuando aparece no resulta ningún alivio, se ha convertido en una cínica y emocionalmente resulta como el resto.

La familia se ve poco, dicen que el trabajo no se lo permite, que todos están muy ocupados, tanto que una hora de viaje es demasiado tiempo y no les permite acercarse. En las pocas ocasiones en que se ven, son momentos en los que sus charlas se cargan de trivialidades, llenándose se gestos tópicos y repetidos. No hay otro tipo de conversaciones, así que cuando éstas se agotan se recurre a la música, que se convierte a menudo en el mejor sustitutivo a la comunicación, ya que les permite callarse sin que aparezca la incomodidad del silencio. El largometraje nos muestra a gentes incapaces de transmitir sus emociones, callados y taciturnos, deseando que se acabe el paripé para volver al día a día que les oculta esta realidad.

«Tres días con la familia» además de un análisis certero sobre el espacio familiar y sus formas de comunicación internas, puede tomarse también como una radiografía de la burguesía catalana, donde la apariencia oculta los fracasos, que por muy evidentes que resulten nunca se nombran de forma explícita. Los patrones de la comunicación se transmiten de una generación a la siguiente, adoptándose sin paliativos. Ni siquiera la modernización que supone la presencia de la juventud resulta efectiva, simplemente marca distancias, pero es incapaz de traspasar las mismas barreras que sus mayores han marcado.

Otro de sus puntos fuertes es el trabajo de los actores y actrices, que logran plasmar a la perfección este ambiente. Nausicaa Bonnín es la protagonista y la que, a través de su mirada, arrastra al espectador dentro de la familia. Es una cara joven desconocida, que sin embargo llega con gran experiencia en el teatro y logra bordar su papel a través de una expresividad que sorprende. La acompaña un gran reparto coral, en el que destacan Eduard Fernández dando vida al padre de Lea, y trayendo un personaje impotente y vencido ante los valores de la familia sobre los que ha claudicado; o la madre que interpreta la actriz francesa Philippine LeRoy-Beaulieu con gran sensibilidad; o su tíos Francesc Orella, al que se responsabiliza de todos los pequeños errores cotidianos y al que, en el fondo, nadie escucha, y Ramón Fontserè que se convierte en el nuevo y tiránico cabeza de familia que guiará a los Vich i Carbó sin que nada cambie.

Esta película se financia dentro del proyecto Ópera Prima de la ESCAC (Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya), para apoyar los nuevos talentos allí surgidos y lo realiza combinando a estos jóvenes artistas con otros profesionales ya consolidados y que también se graduaron en la ESCAC.

«Tres días con la familia» resultó una de las grandes triunfadoras de la última edición del Festival de Cine de Málaga donde Mar Coll se llevó la biznaga de plata a la mejor dirección, Nausicaa Bonnín la biznaga de plata a la mejor actriz y Eduard Fernández la biznaga de plata al mejor actor.



A modo de pequeño anecdotario: Al terminar sus estudios en la ESCAC, Mar Coll preparó como trabajo fin de carrera un cortometraje que tituló «Última Polaroid» y que se llevó el premio de cortos del certamen Versión Española de TVE.

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Título original: Tres dies amb la família
País: España
Género: Drama
Fecha de estreno: 26/06/2009
Duración: 85 min.
Versión original: Catalán - Castellano - Francés
 Reparto: Nausicaa Bonnín, Eduard Fernández, Philippine LeRoy-Beaulieu, Ramón Fontserè, Francesc Orella, Amâlia Sancho, Aida Oset, Artur Busquets, Isabel Rocatti, María Ribera, Greta Fernández, Cristina Gamiz, Abel Zamora, David Verdaguer, Mercè Compte, David Vert, Óscar Intente, Dafnis Balduz, Nadia Campas, Josep María Busquets, Leonor Bonacasa, Josefina Espinosa, Yasmine Raiss, Abel Sanahuja, Marc Padilla y Santiago Gimeno-Bayón
Dirección: Mar Coll
Productora: Escándalo Films
Productores ejecutivos: Sergi Casamitjana, Ainzta Serra y Lita Roig
Guión: Mar Coll y Valentina Viso
Fotografía: Neus Ollé
Montaje: Elena Ruiz
Sonido: Jordi Ribas
Música: Maikmaier
Dirección de arte: Xènia Besora
Vestuario: Mariel Gimeno-Bayón
Maquillaje: Jess Aguirre
Casting: Mireia Juárez
Dirección de producción: Toni Carrizosa
Dirección de postproducción: Luis de la Madrid
Distribuidora: Wanda Films

domingo, 21 de junio de 2009

Cinco minutos de historia

Apareció hace unos días. Se trata de un noticiero de título «El amanecer de una nueva era en España», con una duración de 21 minutos que elaboró la Fox Movietone. Se encontró oculto en una caja con los colores de la bandera republicana, dentro de la que ha permanecido más de 70 años.

La muestra que viene a continuación pertenece a poco más de cinco minutos del noticiero. Suficiente para ver la pasión de los políticos y ciudadanía de entonces. ¡Cuánto nos queda por avanzar para volver al punto en el que estuvimos!



viernes, 19 de junio de 2009

Motivos para no enamorarse

Dentro de la programación de Argencine 2009 que es una muestra de cine argentino organizada por la Comunidad de Madrid se proyectó la película «Motivos para no enamorarse». No es su primera proyección en España, ya que el largometraje había participado con anterioridad en el Festival de Málaga de Cine Español donde consiguió el premio del público y una mención para su actriz Celeste Cid, ambos galardones de la sección Territorio Latinoamericano. A pesar de ello, aún no tiene distribuidora en nuestro país, por lo que es posible que no llegue a estrenarse comercialmente en nuestras salas.

Por circunstancias de la vida Clara (llamemos así al personaje que interpreta Celeste Cid, ya que su nombre verdadero es una incógnita que no desvela y Clara es el nombre que utilizan todas las teleoperadoras del callcenter en que ella trabaja) termina viviendo en un cuarto de la casa de Teo (llamemos así al personaje que interpreta Jorge Marrale, ya que su nombre verdadero es otra incógnita que tampoco se desvela y Teo es el nombre que en un momento dado le pone Clara homenajeando a un peluche). Ella es joven y algo desafortunada en el amor. Él es viejo y un tanto descontento con la vida. La pareja resulta a todas luces dispar. Cada uno va a aprender del otro. Ella conseguirá seguridad. Él obtendrá vitalidad. Y eso que les falta a cada uno y que al otro le sobra, será irremediablemente el detonante de su amor. No oculta el director este desnivel de edad al poner en boca de Teo lo irracional de la situación.

Si tuviera que describir la película con una palabra diría divertida. Es cierto que encierra toda la cursilería de las comedias románticas mezclada con el embrujo del acento argentino, pero sus gotas de ironía y el buen ritmo elevan a la película un escalón más. Otro de los aciertos es un mensaje positivo que afianza a los personajes mientras les señala que en la vida es necesario hacer aquello que nos satisface.

Estéticamente, existe en la película un juego de colores muy interesante. De tonos alegres, bastante azulados para representar los ambientes que domina Clara y un tanto oscuros y algo tenues para los de Leo. Este juego evoluciona, cuando se mezclan, como ocurre en la casita de la playa, pero sobre todo en los dibujos finales de Teo, que han incorporado los colores de Clara en algunas, primero con timidez y después completamente.

Respecto a las actuaciones, son estupendas. Sorprende una hermosa Celeste Cid cargada de intención en esta su primera película. Ella tiene experiencia en series de televisión e inquietudes que le han hecho interpretar en teatro o escribir y dirigir en el 2008 un corto titulado «Limbo». Jorge Marrale, por su parte y como acostumbra, borda su personaje, con sencillez, sin esfuerzo, desbordando humanidad y sensatez.



A modo de pequeño anecdotario: De la música de la película se encargó el músico Federico Marrale que es hijo del actor protagonista Jorge Marrale. Dentro de la banda sonora se pueden escuchar también dos canciones de Andrés Calamaro.

Sin PuntoMedio PuntoPuntoPuntoPunto



País: Argentina
Género: Comedia
Duración: 90 min.
Productora: Cine Ar
 Reparto: Celeste Cid, Jorge Marrale, Laura Azcurra, Irene Sexer, Esteban Meloni, Mónica Gonzaga, Mariana Briski y Rodolfo Ranni
Dirección: Mariano Mucci
Productores: Daniel Burman y Diego Dubcovsky
Productor ejecutivo: Daniel Botti
Guión: María Laura Gargarella
Fotografía: Andrés Mazzon
Montaje: Alejandro Brodersohn
Sonido: Enrique Segura y Jesica Suárez
Música: Federico Marrale
Diseño de producción: Eva Saevich
Directora de arte: Valeria Jusid
Vestuario: Florencia Cegatti
Maquillaje: Marisa Amenta
Peluquería: Etel Verón
Directores de producción: Federico Eibuszyc, Sebastián Ponce y Barbara Sarasola-Day
Ayudante de dirección: Antonio Barrio

jueves, 18 de junio de 2009

Parque Vía

«Parque Vía» es una película de ritmo lento, que se detiene en los detalles, con la mirada perdida hacia adentro. La de Beto (Nolberto Coria), un hombre que lleva muchos años cuidando una casa vacía en la ciudad de México al que ya le angustian las pequeñas salidas al exterior, a esa urbe bulliciosa y caótica. Recibe pocas visitas, la señora de la casa (Tesalia Huerta) y su chófer muy de cuando en cuando o la de Lupe (Nancy Orozco) amiga, prostituta y amante que acude una vez a la semana. Algún día se asoma a la puerta cuando llega el vendedor ambulante de tamales. Otros viene la mujer de la inmobiliaria que enseña la casa para venderla sin muchas esperanzas y algún posible comprador que se acerca en la visita a preguntarle alguna curiosidad. Sin embargo Beto no se aburre, lleva la vida que desea.

Beto es un tipo raro que lo tiene todo controlado, hasta lo más incontrolable; en una de las primeras escenas recoge la ropa de la azotea y al finalizar, cuando cruza el umbral de la casa, comienza un chaparrón imprevisto. No quiere sorpresas, ni emociones que le saquen de su monotonía y de ver una televisión que siempre presenta noticias de sucesos. Forjando día a día su agorafobia que se ve plasmada a la perfección en las escenas de exterior, tanto en su rostro angustiado como en el sudor que le va cayendo sobre él.

La rutina se rompe cuando se consigue vender la casa. Momento en el que la película crece, ahora que, después de tanta observación, se ha desentrañado completamente el mecanismo de pensar de Beto. Al surgir este problema para el cuidador la película se carga de tensión y obliga al protagonista a tomar decisiones, muchas de ellas apoyadas en las casualidades que él va hilando. La acción aparece hacia el final, dando paso a los mejores momentos de la cinta.

La película se asienta sobre el actor principal, que no es profesional, sino el auténtico cuidador de la casa. El suyo es un rostro con fuerza, de mirada enigmática capaz de esconder un mundo tras ella. El perfecto constructor de monotonía.

Como es una película en la que las cosas no se dicen directamente, el espectador se informa por pequeños gestos, detalles que se muestran con inteligencia para ser observados. El tiempo pasa despacio a la espera de provocar sensaciones o reflexiones. Es esta excesiva lentitud el único pecado de la película.



El largometraje ha tenido un largo recorrido por festivales, donde ha ido cosechando diversos premios. En el FICCO de México obtuvo el premio del público y el de mejor película latinoamericana. En el festival de Locarno se llevó el Leopardo de Oro y el premio de la prensa. Del Festival des 3 Continents de Nantes se trajo el Globo de oro a la mejor película y el mejor actor. En La Habana se alzó con el Coral a la mejor ópera prima... También pasó por España; de San Sebastián se llevó una mención especial y de Huelva la Carabela de plata a la mejor ópera prima. Se presentó en certámenes y muestras de Londres, Tokio, Valdivia (público y mejor dirección), Kerala (Cuervo de oro a la mejor película), Göteborg (ópera prima), Miami (mención a dirección), Roma, Milán, Viena, Rotterdam, Buenos Aires, Copenhague, Jeonju, Nueva York, Washington y Albacete. No cabe duda de que la película tiene algo especial que consigue darle cierto brillo.

A modo de pequeño anecdotario: Enrique Rivero, en esta su primera película, interviene como guionista, director, montador y productor. Su madre, Tesalia Huerta, se incorporó al rodaje para interpretar el papel de La Señora, cuando Enrique Rivero tomó la decisión de cambiar de actriz a mitad del rodaje. Y para cerrar, la película está dedicada a su hermano Manolo.

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País: México
Género: Drama
Fecha de estreno: 19/06/2009
Duración: 86 min.
 Reparto: Nolberto Coria, Nancy Orozco, Tesalia Huerta, Lorena Vieyra, Federico Flores, José Antonio Fuentes, Gerardo Cuevas, Óscar Daniel Cabrera, Miguel Ángel Guereca, José Fransisco Pérez, Miguel Ramos, Diego Armando Millan y Guillermina Velasco
Dirección: Enrique Rivero
Productora: La comunión
Productores: Paola Herrera y Enrique Rivero
Guión: Enrique Rivero
Fotografía: Arnau Valls Colomer
Montaje: Javier Ruiz Caldera y Enrique Rivero
Sonido: Raúl Locatelli y Alejandro de Icaza
Directoras de arte: Nohemi González
Distribuidora: Wanda Films

miércoles, 17 de junio de 2009

Las películas son el resultado de un momento puntual en la vida del director

Enrique Rivero presenta en Madrid su ópera prima «Parque Vía»

Enrique Rivero en la Casa América de MadridEl 19 de julio llega a nuestras pantallas «Parque Vía», un largometraje mexicano que trata sobre la soledad y la monotonía. Converso con su director, Enrique Rivero, en un acogedor salón de la Casa América de Madrid.

Javi Álvarez: ¿Por qué decides abordar como tema del largometraje la historia de un hombre que cuida una casa vacía en la ciudad de México?

Enrique Rivero: A Beto ya le conocía de hace mucho tiempo, pero en uno de mis viajes a México de repente vi su realidad, la de una persona encerrada en una casa grande durante mucho tiempo. Pensé entonces que ésta era una historia para contar. De regreso en Madrid empecé a darle vueltas a lo que pasaría con Beto si la casa se vendiera. A partir de esta premisa surge la ficción, en la que van entrando mis miedos y opiniones frente a la rutina, la monotonía… y con este material empiezo a desarrollar la historia. Las películas son el resultado de un momento puntual, sobre todo de la vida de un director. Parque Vía soy yo hace dos años, luego los pensamientos van cambiando y seguro que si tuviera que volver a hacerla el planteamiento sería diferente.

JA: Nolberto Coria (Beto) no es un actor profesional, sin embargo su presencia sostiene el peso de la película, ¿no te resultó una decisión arriesgada?

ER: No habría película sin Beto. Al revelar la primera prueba de cámara suya me di cuenta de la fuerza que tenía su imagen en pantalla. Comprendí que era indispensable acercarle la cámara a la cara en varias tomas para transmitir esa veracidad. Luego nos dio a todo el equipo momentos mágicos, convirtiendo en belleza las tareas normales que iba realizando. El día que grabamos la escena del cepillado de dientes, al finalizar, todos aplaudimos.

JA: Respecto a la casa, ¿es real o forma parte también de la ficción?

ER: No. La casa existe. Su dirección es Parque Vía 2040. Además si tocas el timbre te abre Beto y te da un tour por ella.

JA: Además de la casa, aparecen también algunos exteriores.

ER: Muestran la situación de agorafobia y de miedo a México D.F. del personaje. En general son lugares bonitos pero que Beto no es capaz de disfrutar. Son espacios que gustan a la mayoría de las personas: un mercado, el panteón Mixquic en noche de difuntos, la calle Reforma conduciendo y sin tráfico… Sin embargo este bullicio y su caos a él le resultan agobiantes.

JA: El papel de La Señora está interpretado por Tesalia Huerta, tu madre, ¿de qué manera llega ella a la película?

Cartel de la películaER: Ella entró para salvarme el proyecto. A mitad del rodaje cambié de actriz, así que hice castings, pero no me convenció nada de lo que vi. Nunca había pensado en ella para el papel, me resultaba difícil sacarla de su rol de «mi madre» para ponerla en otra situación. Vino para apoyar la idea de unos jóvenes con ilusión. Me ayudó mucho. Se convirtió en la primera en llegar y la última en irse, motivando a todo el equipo con su ejemplo.

JA: Parque Vía ha recorrido muchos kilómetros para ser vista en diferentes festivales, de los que ha ido obteniendo varios premios, ¿cuál es el mejor recuerdo que te llevas de ellos?

ER: Hay tres elementos muy importantes. Uno es el primero, que es el premio del público en el FICCO de México D.F., porque se trataba de la primera vez que enseñaba la película y además ante su público natural y con muchos de mis amigos como espectadores. La acogida que tuvo me demostró que había logrado comunicar con el espectador. Después recuerdo el Leopardo de oro en el Festival de Locarno, porque desbordó todas las expectativas. Y finalmente el más emocional, el premio al mejor actor para Beto en el Festival des 3 Continents de Nantes, ya que la película está basada en él, aparece en casi todos los planos, y no tienen sentido otros premios sin reconocer su valor.

JA: Sin embargo, aún no se ha estrenado en México. ¿Para cuándo?

ER: La opinión de los distribuidores de México es que estos premios no van a repercutir en taquilla, así que voy a distribuirla yo. Para eso me he asociado con una promotora cinematográfica. Va a ser una distribución pequeña, controlada y en la que tendré gran capacidad de decisión. Tenemos previsto estrenar en México para el mes de noviembre. Por casualidades, en mi primera película he pasado por todos los procesos, desde el guión hasta la producción. Ha resultado un buen aprendizaje.

JA: ¿Cuál es tu relación con España?

ER: Nací en Madrid, pero no soy de aquí. Conozco España y he vivido épocas en la capital, porque es una ciudad especial que me gusta mucho.

JA: Para terminar, me gustaría saber como llegaste al mundo del cine.

ER: Bueno, yo estudié Ingeniería Industrial. Se me hizo una carrera entretenida y me sirvió porque me formaron una manera de pensar orientada a resolver problemas que seguiré utilizando toda la vida. Después viví en Estados Unidos. Allí, trabajando en un banco, vi exactamente el infierno en que se podía convertir mi vida: acomodada, establecida y controlada. Decidí salir corriendo y venirme a Madrid para estudiar lo que me gustaba: cine. No había pensado en ser director, porque entonces no me sentía capaz.

lunes, 15 de junio de 2009

Vacaciones de ferragosto

Gianni Di Gregorio puede resultar un desconocido en España, pero sin embargo carga a sus espaldas un gran currículo que comenzó como ayudante de dirección y actor dentro del teatro. Hasta que se vio seducido por el cine, cuenta que por culpa de Scorsese y su «Malas calles». Cambió de medio, pero no de método, comenzó de nuevo como ayudante de dirección, labor que compaginó con la escritura de guiones. Entre sus muchas participaciones baste citar la del guión de «Gomorra» con el director Matteo Garrone, que a su vez se convirtió en su productor.

Aunque «Vacaciones de ferragosto» es su primera película, sorprende por la maestría con la que está rodada. Tanto como su otro gran valor, la espontaneidad que no se detiene nunca. Se trata de una comedia divertida; básicamente por cómo se cuenta y por la manera en que los personajes van adueñándose de la historia.

La madre del protagonista es una mujer arrolladora, de marcada personalidad y encerrada en un universo propio. A la casa van llegando otras ancianas, aparcadas por sus hijos cincuentones que buscan o necesitan un respiro para este ferragosto y ven en Gianni -que ya cuida de su madre- la salvación. Son mujeres que se han visto relegadas a un segundo plano por la agitación de un tiempo moderno que las ignora y que les condiciona su soledad. Rendidas ante un mundo que avanza rápido, dentro de una sociedad que a su vez teme a la vejez lo mismo que a la muerte, sociedad incapacitada para comprender los sentimientos. La madre, con cierto recelo marca las distancias, poniendo en marcha un mecanismo que nos anticipa el choque de los «trenes». Sin embargo este punto resulta el inicial, aquel desde el que se van moviendo para descubrir que su humanidad está intacta, que convergen más veces que divergen. Son mujeres mayores que convierten en fiesta la primera oportunidad que tienen de romper su monotonía, usando para ello su vitalidad y el gramo de locura que aún les resta. De la misma forma la película va cambiando el prisma que la enfoca. El pobre Gianni, sobrepasado por las cuatro mujeres, se dedica heroicamente a tenerlas contentas y sobrevivir. El calor de agosto se contrarresta con la frescura de sus comportamientos, haciendo surgir una convivencia hermosa y pacífica.

Corre el vino como si de agua se tratase por muchos fotogramas. Pero no lo hace como excusa para que los personajes se desinhiban, por el contrario se bebe con naturalidad para que el vino blanco pueda convertirse en un compañero. Como ocurre también con el Trastevere o la ciudad, desgastada como sus protagonistas. De bonitos exteriores, destaca el paseo en moto por una Roma vacía para encontrar a la orilla del Tíber la comida especial que buscan para celebrar la festividad.



El reparto, salvo el administrador que interpreta el actor de teatro Alfonso Santagata, lo forman actores no profesionales. Cuenta el director que para estos papeles primero buscó actrices profesionales, pero enseguida se dio cuenta que la historia necesitaba de unas señoras que nunca hubieran actuado, que carecieran de vicios formales y que destacaran por la fuerza de su personalidad. No se equivocó, ellas tomaron el rodaje e hicieron que la historia fuera cambiando en función del humor que ellas tenían, pero se lograba una espontaneidad y autenticidad decisivas. Los otros actores masculinos que aparecen son amigos de infancia del propio director. Respecto al protagonista, que él mismo interpreta, se atrevió porque después de mucho buscar a un hombre de mediana edad, más o menos alcoholizado y que hubiera vivido muchos años con su madre, se miró a sí mismo y recordó que además de todo eso también había estudiado interpretación de joven.

Así pasa el tiempo de espectador, con mucha rapidez. De pronto aparecen los créditos y, que duda cabe, yo quería más; poder seguir viendo otro ratito por la misma mirilla que Gianni ha abierto para mostrar su casa y la vitalidad con la que le han despertado las ancianitas, ya convertidas para siempre en adorables.

A modo de pequeño anecdotario: La realidad es que en el verano del año 2000, el administrador de la comunidad de propietarios, sabiendo que en ese momento Gianni Di Gregorio era moroso, le propuso que se ocupara de su madre durante las vacaciones de ferragosto (es como llaman los italianos a la fiesta del 15 de agosto). En un arrebato de dignidad, el director se negó, pero siempre se preguntó qué habría pasado si hubiese aceptado. Esta historia, de lo que no fue, es la que ha llevado a la pantalla.

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País: Italia
Género: Comedia
Fecha de estreno: 22/05/2009
Duración: 75 min.
 Reparto: Gianni Di Gregorio, Valeria De Franciscis, Marina Cacciotti, Maria Calìzia, Grazia Cesarini Sforza, Alfonso Santagata, Luigi Marchetti, Marcello Ottolenghi y Petre Rosu
Dirección: Gianni Di Gregorio
Productora: Archimede
Productores: Matteo Garrone y Alessandro Sogliuzzo
Guión: Gianni Di Gregorio. Basado en un argumento de Gianni Di Gregorio y Simone Riccardini
Fotografía: Gian Enrico Bianchi
Montaje: Marco Spoletini
Sonido: Filippo Porcari
Música: Ratchev y Carratello
Directores de arte: Susanna Cascella y Massimo Gaudioso
Vestuario: Silvia Polidori
Director de producción: Gianfranco Strazza
Distribuidora: Alta Films

miércoles, 10 de junio de 2009

7 minutos

«7 minutos» es una comedia coral entretenida. Las citas rápidas, de siete minutos de duración, son el punto de partida para hablar de las nuevas formas de enamorarse en una sociedad con problemas para relacionarse y abordar los conflictos personales de sus protagonistas, personajes éstos de edades y situaciones sociales muy dispares.

Enamorarse no resulta fácil en una sociedad como la actual, con tantas complicaciones y sin apenas tiempo. Se convierte en un proceso laborioso, donde la felicidad exige un precio de peaje y sólo se obtiene como resultado de una ecuación que pondera, a manera de méritos, los sacrificios realizados. Las relaciones se ven afectadas por el entorno y su día a día, pero también por otros valores como la amistad, la lealtad, el éxito, lo sencillo de lo rutinario, el carácter, la ley... Sin embargo, algunas veces, vence la sorpresa que rompe lo cotidiano y lleva a apreciar lo que tenemos cerca y no habíamos ni sospechado.

También, y principalmente, hay humor, ya que el largometraje viene cargado de situaciones cómicas que llaman a la risa y es el prisma a través del que se muestra lo que va transcurriendo. Se trata de un buen guión, con ritmo, que se desenvuelve y se resuelve a la perfección y que han escrito a cuatro manos la directora Daniela Fejerman y Ángeles González-Sinde (antes de convertirse en la Ministra de Cultura). Confesó Fejerman, que cuando lo escribían y para documentarse mejor, una de las dos guionistas acudió a una de estas sesiones de citas rápidas. Cuestión de trabajo, como lo fue el beso final, dicen las malas lenguas que se necesitó un ensayo de más de media hora.

Se trata de una película completa, con buenas interpretaciones por parte de todo el elenco artístico. Marta Etura y Antonio Garrido resultan una pareja perfecta, que se mueve en el extraño equilibrio que va entre el desquicio y la necesidad. Luis Callejo sostiene un triángulo, en el que Pilar Castro maneja un personaje egocéntrico que resulta muy cómico y en el que me sorprendió especialmente el registro que alcanza Toni Acosta, un papel tan dramático como sensato, y que le sirvió para ganar la biznaga de plata a la mejor actriz de reparto en la última edición del festival de cine de Málaga. No fue el único premio de la película, ya que Asier Etxeandia obtuvo la biznaga de plata al nuevo valor del cine español. Destaca también Cristina Alcázar en su corto e intenso papel de anfitriona.



A modo de pequeño anecdotario: En un momento dado, dos de los protagonistas van a ver una película en versión original, blanco y negro y subtitulada. Aparecen en pantalla varios de los fotogramas e incluso su título: «Angustia». En realidad los actores de esas escenas son Daniela Fejerman y su pareja que habla noruego. Se rodaron en Alicante.

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País: España
Género: Comedia romántica
Fecha de estreno: 12/06/2009
Duración: 102 min.
 Reparto: Luis Callejo, Toni Acosta, Marta Etura, Antonio Garrido, Pilar Castro, Asier Etxeandia, Juanma Cifuentes, Cristina Alcázar, Jorge de Juan, Pedro Casablanc, Aitor Mazo y Mercedes Castro
Dirección: Daniela Fejerman
Productoras: Castafiore films y Tornasol Films
Productores: Gerardo Herrero, Mariela Besuievski y Javier López Blanco
Guión: Daniela Fejerman y Ángeles González-Sinde
Fotografía: Alfonso Parra
Montaje: Fernando Pardo
Sonido: Juan Borrell
Música: Roque Baños
Director de arte: Federico García Cambero
Vestuario: Cristina Rodríguez
Maquillaje: Eva Alfonso
Peluquería: Kenyar Padilla
Directora de reparto: Camila-Valentine Isola
Director de producción: Josean Gómez
Distribuidora: Alta Films