La Semana Negra nos trae a Qiu Xiaolong
Domingo 6 de julio de 2014. Semana Negra. Gijón
Qiu Xiaolong en la Semana Negra
Qiu Xiaolong: explicando y entendiendo China
Probablemente el escritor chino Qiu Xiaolong sea el novelista más mediático de esta edición de la Semana Negra. Dice Ángel de la Calle que lee a Qiu para aprender lo que será España en un futuro cercano. Seguramente no se equivoque. El detective Chen, un poeta, miembro del partido comunista y buen comedor, protagoniza la saga de novelas de Qiu Xiaolong. El autor ha leído a Montalbán y le fascina la forma que tiene de escribir sobre cocina. Reconoce que Carvalho es uno de sus personajes favoritos, pero que cuando empezó la saga no lo conocía. Qiu vive en San Luis, en medio de los Estados Unidos, y allí casi todos los restaurantes son de comida rápida norteamericana. Incluso los restaurantes chinos se han americanizado. No es una comida buena. Por eso la parte gastronómica de Chen en realidad es un diálogo psicológico con esa comida de su país que el autor añora. Pepe Carvalho y Chen Cao tienen varios puntos en común: un pasado de afiliación política y el hecho de que ambos están desencantados con su sociedad, así que la comida es uno de los pocos placeres que tienen para superar esa desazón vital. Qiu solo lleva tres días en Gijón y reconoce que la comida aquí es una maravilla; tal vez si hubiera emigrado a Asturias, Chen no sería como es.
Cuando comenzó a escribir la primera novela de la saga quería entender y explicar la sociedad china del presente en estos tiempos tan confusos. Su problema era la estructura para contar la problemática social. Un detective era un personaje conveniente para ello y decidió explotarlo. De esta forma empezó con un misterio dentro de la trama. A la editora le gustó y le pidió que siguiera. Él no había pensado en una novela de detectives; quería contar las circunstancias sociales y políticas de China, no resolver un asesinato.
Su protagonista es poeta, lo que le permite usar la poesía en sus novelas. Qiu señala que es una tradición cultural de las novelas clásicas de China, donde se utiliza para iniciar cada capítulo y para enfatizar la aparición de nuevos personajes. Incluye sus propios versos para meter mayor intensidad. Le gusta mezclar y piensa que poesía y novela negra casan bien. Sabe que hoy en día es difícil encontrar lectores de poesía.
Alejandro Gallo y Ángel de la Calle presentan a Qiu Xiaolong
Los primeros libros de la serie han sido traducidos al chino. La autoridad competente los leyó y decidió que aquello no podía ocurrir en Shangai, así que en China la ciudad pasó a llamarse H y se cambiaron todos los elementos reconocibles, nombres de calles y hasta su restaurante favorito. Sin embargo todas las críticas decían que la novela retrataba Shangai. Le sorprende que al autor no le permitan decir que la historia pasa en Shangai, pero a los críticos sí. Reconoce que si viviese en China no podría tratar los mismos temas, no solo por la censura, sino porque los escritores chinos han establecido también una propia autocensura que les dice sobre lo que no deben escribir. Aunque está deseando volver a su país no está seguro que allí pueda tener la misma libertad. Así que, a pesar de su comida, sigue en EE.UU. Un país al que llegó en 1988 para estudiar con una beca. Estando allí, al año siguiente ocurrió lo de Tiananmen. Dice que no es que se implicara mucho, pero hizo una colecta en apoyo a los estudiantes chinos. Le metieron en una lista negra y no pudo publicar el libro de poemas que estaba escribiendo. Decidió no volver al terminar la beca y cambiar de idioma a la hora de escribir.
Shangai fue la primera ciudad china en recibir la colonización europea y culturalmente ha sido el lugar más cosmopolita del país. Es un buen sitio para explicar la China del presente, el choque entre lo viejo y lo nuevo, entre lo occidental y lo oriental. Qiu visita la ciudad cada año y reconoce que siempre termina perdiéndose porque vive un fuerte y constante desarrollismo. Ha notado que la población ha ido cambiando, que cada vez es más materialista. Las primeras veces le preguntaban por el coche que conducía, por la ropa que llevaba… Ahora es la revés le dicen a él el coche que debe comprar o lo que está de moda. Cuenta que hay burbuja inmobiliaria y que aunque los salarios son la mitad de los de San Luis, las casas cuestan el doble. El gobierno conoce la situación y le preocupa porque sabe que la burbuja va a explotar.
Cuando termina la charla, el público gijonés que ha llenado la carpa le despide con una sensacional ovación.
Daniel Pérez Navarro: todos somos parte del matadero que se está formando
Daniel Pérez Navarro presentando su novela en la Semana Negra
Reconoce que le gustan los narradores fríos, como cirujanos, que no ofrecen el menor dato emocional si no es a través de un detalle físico mínimo. Le gustan el miedo y el juego psicológico. Afirma que es el lector quien debe completar la novela. Hay en su historia un sótano donde se encierra a las víctimas. El libro no muestra la tortura, simplemente describe los instrumentos que se pueden usar. Esa simple descripción es terrorífica. Confirma que es una novela violenta, pero que no se enseña la violencia. El consumo de carne humana es aterrador y se ha hecho hasta hace poco. No es una novela de zombies, pero hay en ella un grupo de personas que necesita comer carne humana.
La protagonista es una adolescente rebelde que se abre a la primavera de la vida, pero que se encuentra en un submundo que no se imaginaba y del que forma parte. En cierta forma es una novela de escapismo y de realidades que están escondidas y que cuando se muestran nos descubren un mundo oscuro. Pérez Navarro explica que le resultó difícil construir a esa adolescente, pero que sin embargo el personaje del padre, con todo lo cerrado y terrible, no le costó nada. Es un hombre que se ve obligado a hacer cosas horripilantes, aunque el lector va a apoyarle, a decir que le entiende. Es un padre obligado a hacer el mínimo mal posible porque no le queda otro remedio. Indirectamente todos somos parte del matadero que se está formando. La novela encierra una fuerte carga de crítica social.
Lorenzo Silva: Nos endeudamos para hacer cosas que ahora no tienen valor
Lorenzo Silva presentando su novela en la Semana Negra
Lorenzo Silva ha venido a la Semana Negra a presentar su novela Los cuerpos extraños, una nueva entrega de la saga de Bevilacqua. Esta vez le toca investigar la muerte de una alcaldesa del levante español. No es Rita Barberá, Silva lo que hace es ficción. Esta historia podría ocurrir por toda nuestra costa mediterránea donde se han favorecido burbujas inmobiliarias, donde no se ha querido saber de dónde venía el dinero. En todos estos lugares de nuestro arco mediterráneo se dan historias poco claras. En ellos hace veinte años se hizo una apuesta por un desarrollo inmobiliario y turístico rápido sobre el que sostener todo lo demás. Incluso la economía pública apostó por la especulación. El dinero que movió era un dinero «especial» que no iba a durar siempre. Se han hecho muchas insensateces con él. Nos endeudamos para hacer cosas que ahora no tienen valor. La apuesta salió mal.
En este país tenemos una visión de la Guardia Civil como un elemento represor, no olvidemos que se trata de un cuerpo policial militarizado. Todas estas dificultades no le han alejando de elegir como protagonistas a miembros de este instituto. Lo considera un desafío, una provocación y una oportunidad. Como escritor le permite enfrentarse a estos prejuicios. Siempre ha sido un buen observador de las paradojas de la realidad y reconoce que en su etapa de abogado se encontró con muchos hombres y mujeres que eran guardias civiles y que estaban muy lejos del imaginario colectivo que nos hemos formado. La práctica es que ese carácter tan rígido les da una mayor independencia y les permite resolver asuntos que otros cuerpos, por cuestiones políticas, no asumen. Le interesa esa limitación que sin embargo les hace trabajar dentro de una organización que apunta a esos blancos.
Dani el Rojo: su vida en el filo
Dani el Rojo presentando sus novelas en la Semana Negra
Cuando salió de la cárcel y se desenganchó, el rock and roll le ayudó. Pedía trabajo, pero su curriculum se limitaba a ser un atracador de bancos, algo no muy útil en la vida normal. Encontró a un tipo que pensó que qué mejor seguridad que un ladrón y le dio trabajo. Conoció a la mujer de su vida. Coincidió con una amigo de su juventud, Loquillo, y, al ver que ahora tenía una nueva vida, le dio un trabajo en la música. Que Dani no tomara drogas era un plus para que le contrataran los músicos. Cuando vieron que funcionaba, empezaron a llamarlo directamente las discográficas. Gracias a todos ellos, cada vez que le salía un trabajo tenía un chute de ego que le permitía mantenerse fuera de las drogas.
Ha hecho de todo. Para promocionar sus novelas preparó un monólogo. En esas estaba cuando le llamó Planeta. Querían novelas distintas. Firmó un contrato para tres. Aquí se ha traído dos de ellas, La venganza del tiburón y El secuestro de la virgen negra. Afirma que a la tercera le falta ya poco. Su vida es una novela negra, por lo que no le ha resultado difícil elegir el género; le ha salido sin querer. Se siente un trasgresor, así que su protagonista es un delincuente como él y la policía es mala. El otro elemento de trasgresión que utiliza es el humor. Dice que el protagonista de estas novelas no es Dani el Rojo, aunque se le parezca. Añade que se ha divertido mucho haciéndolas y sobre todo con las putadas que le ha preparado a su personaje.
León Arsenal: las fronteras medievales
León Arsenal presentando su novela en la Semana Negra
Las fronteras son lugares que se guían por el honor. El corazón de un rey se ha perdido. Los escoceses son culpables y los españoles, encargados de cuidar a los que llegan para combatir con ellos, también. Todos han perdido el honor y la única forma de recuperarlo es encontrando el corazón.
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