lunes, 21 de julio de 2014

Qiu Xiaolong habla de Chen Cao como poeta, miembro del partido y gourmet

Entrevista con Qiu Xiaolong en la Semana Negra de Gijón

Martes 8 de julio de 2014. Semana Negra. Gijón

El escritor chino Qiu Xiaolong
El escritor chino Qiu Xiaolong
La Semana Negra nos trajo este año al escritor chino afincado en San Luis (EE.UU.) Qiu Xiaolong, autor de la saga de novelas del inspector Chen Cao. Tuve la oportunidad de charlar con él para hablar de literatura, filosofía, Oriente, Occidente…

Javi Álvarez: ¿El hecho de que su personaje Chen Cao además de policía sea poeta no es una forma de preservarlo y colocarlo sobre una atalaya para, en cierta forma, poder usarlo como una vara con la que medir la sociedad china?

Qiu Xiaolong: Efectivamente, yo quería, que además del punto de vista de un policía, Chen Cao pudiese analizar las situaciones en las que se ve envuelto desde la perspectiva de un poeta. Son miradas completamente diferentes pero complementarias. Como policía su deber es juzgar los hechos, ver la perspectiva legal de qué está bien, qué está mal e intentar resolver esos misterios; pero como poeta puede juzgarlos a otro nivel, digamos que desde un punto de vista de justicia poética. No se trata solo de condenar a un asesino porque ha matado a alguien, sino de intentar entender las circunstancias sociales y culturales, el cómo y el por qué, averiguar los motivos que le han llevado a cometer el crimen. Son puntos de vista contradictorios que a veces no coinciden bien, pero me gustaba que alternasen y diesen una visión más compleja.

El poeta romántico inglés Percy Shelley dijo una vez en una de sus obras que el poeta debería ser el juez más alto de la realidad. Es un sueño, un ideal romántico, que funciona muy mal en la realidad, pero me gusta la idea de que el poeta debería ser el que trasladase su visión de las cosas.

JA: En sus novelas las mujeres participan pero no están nunca en un primer plano. ¿Sería posible en la China actual que el inspector Chen fuera una mujer?

QX: Es una idea muy interesante. Mi personaje favorito de toda la serie de novelas es Peiquin, la mujer del inspector Yu. Siempre intento que por lo menos uno o dos capítulos de la novela sean contados desde su punto vista. Ella no es policía, pero está muy metida en las investigaciones, ayuda a su marido Yu y también al inspector Chen. Tiene uno de los papeles más importantes de la serie. Quizás podría ser una buena idea que una de las próximas novelas la escribiese enteramente desde su punto de vista, que ella diera su perspectiva, porque realmente me interesa. Lo ideal sería un relato corto contado por completo desde su perspectiva. Hasta ahora es cierto que las mujeres, incluido ella que es la más destacada, han tenido un papel muy secundario. Sería distinta una novela policial contada desde el punto de vista de una mujer china normal, que no esté dentro de las fuerzas del orden, en vez de ser siempre los maridos los que lleven el papel protagonista.

Qiu Xiaolong
Qiu Xiaolong
JA: Hay muchos detectives a los que les gusta la gastronomía. La mayoría, aparte de comer, cocinan. ¿Sería posible en algún momento que Chen cocinase o es algo totalmente imposible?

QX: Yo cocino, además me gusta mucho hacerlo. Es cierto que en algún capítulo el detective Chen cocina un poco, pero no es para nada como Pepe Carvalho, el personaje de Vázquez Montalbán, donde esta característica sí forma parte integral. De momento se le ve sobre todo comiendo en restaurantes tradicionales. Quizá debería hacer que cocinase más. Supongo que esto tiene que ver conmigo mismo. En Estados Unidos suelo cocinar a menudo, pero cuando estoy de visita en Shangái no tengo tiempo para hacerlo, estoy siempre de un lado para otro, así que como fuera. Quizás eso se filtre subconscientemente en el personaje.

JA: Chen se define porque es poeta, miembro del partido y le gusta la gastronomía. ¿De dónde le vienen estas características al personaje?

QX: El hecho de que sea un gourmet está relacionado con un amigo mío, que es también miembro del partido, periodista y escritor, al que le gusta mucho comer. Él intenta compensar lo que no le gusta de su vida y de su trabajo con la gastronomía. No tuvo la posibilidad de elegir, las circunstancias políticas le obligaron a trabajar para el partido y busca el equilibrio personal a través de la comida.

Chen es poeta como yo. Soy poeta, escribo poesía, aparte de la que aparece publicada en las novelas. Además siempre me pareció una buena idea que el inspector dedicase parte de su tiempo a esta ocupación. En las novelas clásicas chinas hay poesía: al principio de cada capítulo e incluso al final hay una cita de un poema clásico, también se incluyen versos para marcar el ritmo. El hecho de ser un escritor chino y tener un personaje chino me permite mezclar esta estructura poética también en mis novelas.

JA: Si usted tuviese un personaje que fuese occidental y sus tramas se desarrollasen en occidente, ¿qué otras características le definirían?

QX: La verdad es que no lo sé. Puede que si el protagonista fuese occidental ni siquiera fuese poeta. Aunque hay personajes occidentales como el detective Dalgliesh escrito por la británica P. D. James que además de detective también es poeta. Se refiere a ello en las novelas pero nunca, a diferencia de las mías, aparece publicado ninguno de sus poemas. Como mucho dice que ha sacado una nueva antología, pero nunca vemos escrito nada de sus poemas.

JA: ¿Entiendo que no se ha planteado una novela en Occidente con un protagonista occidental?

QX: A pesar de que llevo más de veinte años viviendo en los Estados Unidos, no considero que conozca lo suficiente como para escribir un libro ambientado en Occidente y con protagonistas occidentales. Es cierto que en uno de los libros de la serie, el inspector Chen tiene que viajar a Estados Unidos y la mitad del libro está ambientado en Shangái y la otra mitad en Estados Unidos, pero es un protagonista chino el que da su punto de vista sobre lo que ve allí.

Qiu Xiaolong
Qiu Xiaolong
JA: Hablando de la mezcla de culturas y sociedades, ¿qué valor de la cultura asiática se llevaría a Occidente y cuál de Occidente a China?

QX: Es una pregunta complicada, sobre todo porque China está cambiando a tal velocidad que en algunos aspectos es más occidental y más capitalista que muchos otros países occidentales. Por ejemplo, estuve de visita el año pasado en Shangái y observé mayor culto por las marcas comerciales de lujo que en San Luis, donde resido actualmente y apenas hay tiendas de este tipo. Si ahora tuviera que elegir una característica asiática sería alguna de las de mi personaje Chen Cao, como la pasión por la poesía clásica que es algo muy típico de la cultura oriental. O quizás ciertos valores del confucionismo que siguen formando parte de la vida diaria de China, no tanto como filosofía compleja sino como pequeñas enseñanzas útiles para la vida diaria.

En cuanto a la segunda parte de la pregunta, una idea occidental que me interesa es la que desarrolló Goethe en su novela Doctor Fausto: si te esfuerzas, si sufres o lo pasas mal pero le pones dedicación y empeño, puedes conseguir cualquier cosa y el esfuerzo habrá valido la pena. Esto también es la base de la idea del capitalismo que desarrolla Max Weber, que si uno lo pasa mal pero lucha y se esfuerza puede conseguir siempre llegar a sus objetivos. Creo que es una idea típicamente occidental que difiere de la tradición china. La filosofía china tradicional te enseña justo lo contrario, que tienes que contentarte con lo que tienes, que no debes buscar más, sino que dentro de lo que te ha venido dado tienes que buscar la felicidad. Aunque claro estos tiempos son muy distintos. Con la globalización y los cambios que está viviendo China, ya no cabe que sus contemporáneos se contenten fácilmente con lo que tienen, seguramente ahora tengan muchas más aspiraciones que antes. Pero desde un punto de vista filosófico y tradicional, Occidente siempre propuso que si no estás contento busques algo distinto, mientras que la filosofía China siempre busca la felicidad en uno mismo, no en lo que le rodea.

JA: ¿Volverá alguna vez a vivir en China? Y si es así, ¿bajo qué condiciones?

QX: Espero que sea posible y que pronto pueda regresar a China para vivir, pero de momento no, por ahora solo puedo ir de visita. La condición principal sería poder escribir con total libertad, sin tener que preocuparme por la censura, como pasa ahora. Por ejemplo, yo escribo en inglés y en las traducciones al chino han sustituido Shangái por una ciudad imaginaria llamada Ciudad H para que no se reconozca. Si se respetase esta libertad, podría vivir allí y escribir tal como ahora, aunque seguramente sería un cambio y tendría que volver a acostumbrarme. También tendría problemas técnicos porque en Shangái mi idioma diario sería el chino, así que seguramente volvería a escribir en chino y eso sería todo un cambio para mí. Pero sí, sí que me veo volviendo a establecerme en Shangái.

La República Cultural

miércoles, 16 de julio de 2014

Y también pasaron por la Semana Negra…

… Rosa Ribas, Craig Russell, Alexis Ravelo, Javier Pérez de Andújar y Fernando López

Días 9, 10 y 11 de julio de 2014. Semana Negra. Gijón

El trabajo del día a día hizo que muchas otras charlas interesantes de la Semana Negra se quedaran solo en el bloc de notas. Trato hoy de recuperar algunas de ellas de aquella vorágine.

Rosa Ribas: un crimen en un pueblo perdido de los cincuenta

Rosa Ribas presentando su novela en la Semana Negra
Rosa Ribas presentando su novela en la Semana Negra
Ángel de la Calle, para presentar la novela El gran frío de Rosa Ribas y Sabine Hofmann, hace un batiburrillo con todo aquello que le ha impresionado. Habla de la España profunda de los años 50, de Ana, una periodista que hace notas de prensa de sociedad para La Vanguardia, de un crimen en un pueblo de Teruel perdido, pequeño y cerrado, del viaje por caminos tremebundos hacia atrás en el tiempo siguiendo la ruta del autobús, de que Ana debe acompañar a Isidro Castro, de la Brigada de Investigación Criminal, para hacer una crónica al estilo del El Caso en ese pueblo, de la nieve blanca en un lugar negro, de una historia de estigmas, de corrupción, un caso abismal que sigue ahí… Se nota que la novela le ha gustado mucho.

Rosa Ribas explica que la vida rural es muy dura, que la España de los cincuenta también lo era. Que eso forma el entorno que buscaba. En Don de lenguas, la anterior novela que había escrito con Sabine Hofmann, exploraron una gran ciudad, Barcelona, en la misma época. Sobre los estigmas se hizo dos preguntas: ¿a quién le importa y por qué? Dice que Sabine viene de la liturgia protestante y que esto le parecía muy raro, pero que al documentarse vio que en Baviera también existía un culto morboso a la sangre.

De sus personajes se queda con Aurelia, la dueña de la pensión, a la que descubrimos a través de la mirada de Ana. Es cortante, seca, habla con monosílabos, pero la periodista nota que hay algo detrás. Con su instinto va apreciando los pequeños detalles y es capaz de ganársela sacando un café-café de su maleta, algo que en un pueblo perdido de la comarca del Maestrazgo es solo un sueño. Aurelia es el personaje clave, en el que confluyen todos los hilos de la novela y todo el pueblo. Cualquier instantánea del lugar refleja que viven un presente que es una perpetuación de la Edad Media, pero no saben que pueda existir otra cosa. Los poderes son el amo del pueblo que controla a los hombres y la Iglesia que lo hace con las mujeres. El poder central de Madrid está muy lejos.

Sobre el hecho de escribir sus novelas con la alemana Sabine Hofmann dice que procuran que el lector no note la diferencia, como si las hubiera escrito una sola persona. En su anterior novela se reunieron al principio para estructurarla y luego cada una iba escribiendo un capítulo diferente, cada cual en su idioma. Tocaba traducir, corregir... Se hizo largo. Para El gran frío han cambiado de procedimiento. Han planificado la novela juntas, pero esta vez el texto lo ha escrito mayoritariamente Rosa Ribas. Hofmann escribió dos capítulos para meterse más en la historia y luego funcionó con el papel de lector-corrector. Con la siguiente ya verán porque no quieren repetir fórmulas, ni temas, ni formas de trabajo. No tienen prisa, cuando esté estará. En Don de lenguas tenían muchos hilos narrativos, pero para El gran frío han buscado otra forma de narrar que han encontrado en la fuerza que tiene el ambiente, en el aislamiento y en un peligro latente que Ana no sabe dónde está, pero que va a venir.

Craig Russell: la múltiple personalidad

Craig Russell presentando sus novelas
Craig Russell presentando sus novelas
El escocés Craig Russell fue policía y trabajó en el mundo de la publicad. En los noventa decidió dedicarse a escribir. Explica que cada vez conoce más el oficio. Explora la novela negra para discutir cuestiones filosóficas. Añade que como escritor uno intenta explicarse a sí mismo, quién es, dónde vive y cómo es su época. Russell tiene dos sagas. Una de ellas la protagoniza el comisario Jan Fabel en la ciudad de Hamburgo en el tiempo presente. La otra es la del detective Lennox y se desarrolla en los años 50 en Glasgow. Cuenta Russell que en los 50, Glasgow pasó de ser la segunda capital del imperio a una ciudad deprimida postindustrial. Le interesaba conocer su propia identidad, además también es un tema que le gusta. Explica que la cultura escocesa tiene muchos vínculos con la cultura del norte de España y que siente que aquí, al ser la mentalidad parecida, se entiende el sentido de humor de Lennox. Reconoce que en nuestro país siempre le han tratado bien y que es un buen mercado para sus libros, tanto que está aprendiendo español –esto último lo dice en castellano–.

No puede evitar que le pregunten por el proceso Escocés. Responde que es un tema complicado, que él forma parte de una partido federalista europeo muy pequeño. Le gusta el modelo escandinavo. Su opinión va por un futuro dentro de Europa. Así que la propuesta importante para quien gane debe ser seguir en Europa. El Reino Unido es euroescéptico. Ingleses y escoceses tienen distinto punto de vista sobre casi todo. No le gustaría que Escocia se separase de Inglaterra, pero sí quiere que tenga mayor autonomía. Quizá sea la hora del independentismo. Sabe que España no lo apoyaría para que no sea un ejemplo que pueda seguir Cataluña. Reconoce que no sabe lo que va a votar. Es un tema que le pone muy nervioso. Hay que ser muy cuidadoso con los asuntos de independencia, pensarlo todo bien. No se debe reaccionar desde las presiones inmediatas, pone para ello como ejemplo otra vez Cataluña donde opina que los votantes independentistas catalanes han aumentado por consecuencia de la crisis. Quizá este asunto del proceso escocés no tiene relevancia con la serie de Lennox, pero en cierta forma cree que sí. En los cincuenta está el origen. Surge la idea de la britanización al convertirse las ciudades escocesas en sedes manufactureras británicas.

La música tiene una significativa presencia e influencia en sus novelas. Dice que la gente oye la música de su generación y se olvida de las modas anteriores. Mientras escribe escucha música de los 50 para la serie de Lennox y alemana para la de Fabel. Le gusta mucho la cultura alemana, pero reconoce que su música es mala. A sus hijos no le gusta ninguna de las dos, le han regalado unos cascos como indirecta.

La rueda de prensa no acaba aquí, pues hay una revelación. Christopher Galt, el autor de la novela futurista El tercer testamento, es el propio Graig Russell. La novela tiene un elemento de ciencia ficción, pero está ambientada en la realidad de nuestro tiempo. La ha escrito para preguntarse a dónde nos va a llevar la aceleración de la tecnología en un futuro próximo. Aunque ya se lo han preguntado más veces, dice no estar influenciado por Philip K. Dick. Cuando lo escribió era algo muy diferente, un thriller en el que trataba temas distintos a sus novelas habituales y por eso quiso tener otra identidad. Aunque la novela ya ha salido en España, aún no lo ha hecho en el Reino Unido. Tal vez cuando lo haga vaya firmada con su nombre verdadero, en ese sentido está recibiendo muchas presiones por parte de la editorial. El autor explica que tiene una visión clara de quien es Galt y quien Russell y le gustaría seguir con el seudónimo porque así los lectores identifican claramente la diferencia del tipo de obras y también porque Galt le permite escribir con un inglés más norteamericano. Ha recibido apoyo de sus lectores, pero supone que cederá a las presiones de los editores. Lo que sí tiene claro es que a partir de ahora mantendrá dos corrientes de novelas.

Alexis Ravelo: la literatura canaria en auge

Alexis Ravelo presentando su novela
Alexis Ravelo presentando su novela
A Aléxis Ravelo lo presenta Paco Camarasa. Dice de él que no es Ross Macdonald. Lo aclara: de Macdonald decían que escribía siempre la misma novela, pero que cada vez lo hacía mejor. Sin embargo Ravelo no hace nunca la misma novela, nunca es más de lo mismo. Añade que cada libro que escribe es mucho mejor. Dice que La última tumba va de sexo, dinero, poder… y venganza en los bajos fondos de Canarias. Es un escritor que sigue la tradición de las novelas negras americanas de capítulos cortos e historias cortas. No necesita más. El librero destaca también el manejo del lenguaje del escritor.

Ravelo explica que está aquí gracias a Paco, porque él fue el primer librero de la península que confió en sus libros. Afirma lo dicho, sobre todo que es una novela de venganza, la del Conde de Montecristo más tonto de la historia. Dice que se inspiró en un hecho real, pero que todo es ficción. Le llamó la atención cómo en un asesinato se trataba de silenciar y ocultar las tendencias sexuales de la víctima. Pensó que eso le venía bien. Pero los libros no están hechos de buenas ideas, afirma, sino que una novela se va haciendo de malas ideas. Termina contando que quería hablar de la gente del barrio de su generación y de cómo, de pronto, les llegó todo tipo de droga.

Javier Pérez de Andújar: el patriotismo desde el sentido del humor

Javier Pérez de Andújar presentando su libro en la Semana Negra
Javier Pérez de Andújar presentando su libro en la Semana Negra
Javier Pérez de Andújar está en la Semana Negra para presentar su libro Catalanes todos. Lo escribió en 2002; en aquella época hacían un fanzine de cachondeo y como Franco era de hacer reír prepararon un artículo sobre sus visitas a Cataluña. Dice que se informó en el Hola, el diario oficial. En las páginas se veía a los que se pegaban la vida padre mientras teníamos una dictadura. Y con esos pies de foto que encontró buscó la manera de contar cada una de las 15 visitas que Franco realizó a Cataluña. Ahora se acaban los derechos de aquel libro y lo iban a guillotinar. Así que le preguntó a su editor si podía sacarlo en este momento de una forma, más que oportuna, oportunista. Pérez de Andújar es de los que piensa que no hay que vender la misma moto dos veces, así que lo que hizo fue reescribirlo con mayor profundidad en los personajes, metiendo ecología y otras novedades. Lo ha tenido que actualizar para llegar hasta la Vía Catalana y ha incorporado monstruos de hoy como Paco Merienda, un personaje que dirige un periódico que tiene que tener razón. Además le añadió La División, una obra de teatro no publicada sobre el discurso de Suárez que quería dimitir y dimitió.

Reconoce que el libro es una obra de humor, de cómo era la sociedad catalana franquista. Está escrito con afán de provocar la risa. Con el discurso patriótico la gente se pone muy solemne y se envuelve de pureza. El patriotismo es un sustantivo, la nación se puede cambiar y el patriotismo se hace intercambiable, patriotas de otro sitio con las mismas ideas. Con el nacionalismo catalán se dijo mira que bien han quedado recibiendo a Franco. Hubo una casta catalana que se benefició, medró y se hizo rica con el franquismo. Pretende reflejar una categoría que se quiere olvidar. Los protagonistas eran franquistas recalcitrantes y lo fueron hasta que murió Franco. Muchos franquistas abrazaron el discurso de Convergencia solo para frenar a los rojos. Al PSUC y al PSC los desarmaron desde el nacionalismo.

El libro va por la segunda edición, su autor dice que lo leen, les gusta y se lo pasan bien. Señala con pena que Catalanes todos no ha molestado al sector del nacionalismo catalán. Si quieres tocar las pelotas tienes que hablar en serio. Ellos, como el libro va en broma, no se sienten identificados. La dialéctica con el humor no va con ellos, es una vía que no quieren tocar. Ellos siempre van en serio.

Fernando López: saldando cuentas pendientes

Fernando López presentando su novela en la Semana Negra
Fernando López presentando su novela en la Semana Negra
El argentino Fernando López presenta su novela Odisea del cangrejo. Alexis Ravelo nos cuenta como arranca: con un señor en el hospital saliendo del coma. Suponemos que ha pasado por un suceso violento, pero eso irá llegando. Está contada por este hombre, en esa especie de duermevela por el que atraviesa. Todo tiene que ver con una desaparición que parece un crimen y que está relacionada con él. El protagonista es Alejandro, un juez.

Explica Fernando López que la intriga de la novela está sobre todo en saber si su destino final será la muerte o la cárcel. El juez Alejandro está rindiendo cuentas. Empieza a recordar su vida personal, afectiva y su relación con su padre y con sus hijos. La novela trata todos los temas y recorre los últimos 30 años de Argentina. En ese sentido también salda cuentas con el pasado, con ese grupo de personas que luchó contra la dictadura y que ahora viven cómodamente como burgueses. El momento más importantes para Alejandro es cuando recuerda su vida de revolucionario. Siente que desde entonces ha vivido un retroceso, como un cangrejo, que ha abandonado todas sus convicciones. Le pesa ser un burgués. La novela está contada como una memoria, en un clima de somnolencia y total irrealidad, con todos los recuerdos juntos, de la misma forma que hace la memoria.

Cartel de la Semana Negra (ilustración de José Muñoz)
Cartel de la Semana Negra (ilustración de José Muñoz)
Odisea del cangrejo transcurre en 2001, en la época de crisis más grande de la democracia argentina que vino tras la dictadura. Hay una hecatombe total, donde se derrumban los valores morales. Le suelen preguntar por qué eligió que Alejandro fuese juez y siempre responde que porque también son seres humanos, con sus aciertos y errores, tienen la misma condición. Añade que no tiene que ver con el hecho de que él mismo haya sido juez. En su país es habitual que los jueces lleven una vida disoluta con la sensación de total impunidad. Ellos viven así, se dan los gustos que quieren. Hay una verticalidad que tiene que ver con el cargo y que se traduce en poder. Tienen patentes especiales y muchas ventajas sobre el ciudadano común.

La novela transcurre en Saltito, en realidad es San Francisco de Córdoba, el lugar donde nació el autor. Cuenta que algunos se han escandalizado allí. Dice que la novela negra se distingue por crear un malestar específico en los lectores. Eso es lo que ha utilizado, seres normales que viven en una pequeña ciudad, con sus oficios, y a los que sin embargo les ocurren cosas que no están en esa normalidad.

Con la novela le ha pasado una cosa muy curiosa en Argentina. Fue finalista del premio Planeta con ella y la editorial decidió publicarla, pero la cuestión se fue retrasando de tal forma que Fernando López escribió la segunda parte Áspero cielo. El embrollo es que al final se ha publicado antes la segunda parte que la primera.

La República Cultural

domingo, 13 de julio de 2014

Un objetivo político y cultural

Se da por clausurada esta edición de la Semana Negra

Domingo 13 de julio de 2014. Semana Negra. Gijón

Ángel de la Calle, José Luis Paraja y Ana Gonzáles clausurando la Semana Negra
Ángel de la Calle, José Luis Paraja y Ana Gonzáles clausurando la Semana Negra
Tocaba despedida. A las puertas del Don Manuel había abrazos, besos y adioses, pues estos días se viven con mucha intensidad. Cierto que había habido cierta desbandada, la mayoría de los argentinos optaron por regresar a Madrid en tren por la mañana muy temprano, querían estar seguros de poder encontrarse frente a la televisión a las nueve de la noche para ver si a Argentina le daba por ganar el Mundial. Qiu Xiaolong se despedía con la tristeza de dejar atrás unos días memorables. No se va muy lejos, a Santander. Va a impartir unas jornadas en la Universidad Internacional Menédez Pelayo. Los autores que volvían en el bus negro iban colocando sus maletas en el autobús para ir por última vez en esta edición al recinto de la Semana Negra.

Se había hecho un poco tarde. La jefa de prensa, Lorena, quiso que nos hiciéramos una foto de familia, pero Mauricio, el responsable de la carpa del Encuentro, no quería acumular más retraso y dijo que ya habría tiempo después para retratos. No deseaba que el último día se fuera al traste la puntualidad que se había trabajado impecablemente durante los nueve días anteriores. Subieron a la mesa para clausurar esta edición los responsables de la misma: Ángel de la Calle y José Luis Paraja. A ellos se unió Ana Gónzalez, la consejera de Educación y Cultura del Principado de Asturias. Empezó ella con un discurso leído de arriba a abajo, de un corte serio y con un mensaje institucional al que luego darán voz los medios locales.

Siguió Paraja, con su concisión habitual de unas pocas frases bien concentradas. Dijo que esta locura es un festival cultural de zahorra y tarima. Pero no solo es cultura, también diversión. En la Semana Negra se mezcla la literatura y el churro. Se abraza la conciencia con el compromiso a una realidad que nos rodea y vinculado a la gente del pueblo. Para cerrar da las gracias a todos los trabajadores.

Ángel de la Calle a quien da las gracias en primer lugar es a José Luis Paraja. Lo hace por aguantarle todo el año y también por no perseguirle con un cuchillo jamonero cuando decide gastarse 400 € en una moqueta para esta carpa. El periódico A Quemarropa se titula esta mañana «Todo para el pueblo», tuvieron una duda hasta el último momento. Iban a poner «Grandes esperanzas» porque las tenían para el año que viene. Pero dice que las buenas noticias las contará luego.

El autobús ardiendo
El autobús ardiendo
Añade que la verdadera clausura fue anoche, con 600 personas en esta misma carpa para recibir el regalo de un libro. El objetivo claro de la Semana Negra es la promoción de la lectura, por eso estamos todos aquí. Pero la Semana Negra tiene espíritu y alma. Hay un objetivo cultural que es también político. En este instante, a Ángel de la Calle le suena el móvil y escuchamos el tono que tiene: A las barricadas. Cuelga sin responder y continúa. Explica que este año han tenido la posibilidad de tener otra carpa y lo han hecho. La mejor forma de resistencia es crecer.

En este punto se acaba la clausura. No se hace por voluntad sino que fuera el autobús en el que habían venido los autores está ardiendo. Está vacío, por suerte no había nadie en él. Se levanta una columna de humo negro y del autocar salen llamas. Los fotógrafos ya están tomando las instantáneas sobre las que contarán la historia mañana. Los autores miran. En algunos corrillos hay cierta intranquilidad por los equipajes, pero afortunadamente, salvo dos maletas, ya se habían cambiado todas al otro autobús. El dibujante José Muñoz no puede evitar estar muy nervioso, el autobús estaba parado frente a la carpa donde se encuentra su exposición. Son los dibujos de toda una vida. Por suerte las carpas son ignífugas y, a pesar del fuego y el calor, al final se recuperan todas las láminas intactas. Solo se han derretido algunos faldones de las carpas de exposiciones y de A Quemarropa.

Policía y bomberos llegan pronto. Estos últimos sacan sus mangueras y apagan el fuego con rapidez. Primero el humo cambia del negro al blanco y luego solo queda el grotesco esqueleto del autobús. No le pasó nada a nadie. En realidad ha habido mucha suerte, el autocar se ha quemado sin nadie dentro, con el recinto cerrado a los visitantes y en un espacio de paso por lo que no se ha propagado. En la Semana Negra están acostumbrados a que surjan problemas y a encontrar la forma de resolverlos cada vez que se producen. Al final, todo esto se convertirá en una anécdota que se comentará en las próximas ediciones y quizá forme parte de la trama de más de una de las novelas que escriban.

Ya solo queda la espicha de clausura que se hace en el concejo de Aller, en Moreda. Eso sí, con un poco de retraso sobre el horario previsto. Cosas de la vida.

La República Cultural

sábado, 12 de julio de 2014

Una forma de vida muy dura

La Semana Negra da voz a las Mujeres del carbón

Sábado 12 de julio de 2014. Semana Negra. Gijón

Hay una frase que decía Taibo tras terminar cada charla: «Esto es la Semana Negra de Gijón y sigue». Es una frase que forma parte del imaginario de la Semana Negra y que muchos de los presentadores adaptan y recuerdan como un guiño. En realidad Taibo nos decía con su frase que el tiempo pasa, que la presentación anterior ya había terminado y que corriéramos porque sin la menor pausa ya teníamos delante el siguiente plato que nos ponía la vida. No hay descanso y sí mucha hambre.

Las Mujeres del carbón: están unidas y en lucha para que el carbón siga siendo su el sustento de muchas comarcas

La mesa de las Mujeres del carbón: Raquel Arce, Yolanda Fernández, Rubén Vega, Anita Sirgo, Raquel Valbuena y Marian Manzano
La mesa de las Mujeres del carbón: Raquel Arce, Yolanda Fernández, Rubén Vega, Anita Sirgo, Raquel Valbuena y Marian Manzano
Al grito de «Aquí están, estas son, las mujeres del carbón» coreado por el público comenzó el acto más emotivo y lleno de corazón de esta Semana Negra. Se respiraba un ambiente combativo de fraternidad contagioso y emocionante que ponía la piel de gallina. A las cinco mujeres que hay en la mesa las presenta Rubén Vega, habla del espíritu de lucha que tienen y no dice más porque estando ellas sabe que pinta poco.

Anita Sirgo viene a contar la experiencia del pasado, la de muchas mujeres luchadoras contra el franquismo de las que hoy son herederas las Mujeres del carbón. Le han dicho que tiene poco tiempo y trata de concentrar su discurso, de decir solo lo importante. Al principio parece que el micrófono no se escucha muy bien, no importa su voz indomable tiene suficiente fuerza para que al final de la carpa también la oigan. Está contando como fueron las luchas de entonces, en los tiempos difíciles de la clandestinidad. Pero lo consiguieron. Cuando llegó la huelgona del 62 ya estaban preparadas. Llevaban un mes de huelga y los esquiroles querían volver al tajo. No podían consentir que rompieran la huelga sin haber conseguido nada. Las mujeres estaban organizadas, así que pacíficamente, pero hartas y a por todas, se pusieron en marcha. Llevaban maíz para los esquiroles, se lo tiraban a las piernas y les llamaban gallinas. La huelga duró dos meses y se lograron muchas cosas. No tenían libertad de expresión, ni móviles, ni nada. Pero sabían usar su lengua y sus piernas, yendo casa por casa, tienda por tienda, para mandar comida a los presos y para sus propias casas porque como no entraba un sueldo no había qué comer. Pero sobre todo lo hacían para concienciar porque fuera de las familias mineras no veían los problemas que había. Los mineros estaban defendiendo sus derechos y los nuestros, lo de las tiendas también.

No fue fácil, pero sabían que había que luchar. Creían en esa lucha, solo así podían conseguir una libertad que no tenían. Las mujeres se encerraron en la catedral de Oviedo, en el obispado y en las iglesias. Ahora volvemos a las mismas y hay que estar en la calle otra vez luchando. Así es como trabajaban las mujeres entonces, con mucho sufrimiento, pero no las doblegaba nadie. Las mujeres fueron muy importantes en las luchas pasadas, las de hoy también son muy válidas y tenemos que apoyarlas en todo, nos dice. Nos pide al público que sigamos luchando, pero que seamos constantes. No vale salir a la calle una vez al año, hay que hacerlo todos los días. Nos dice que salgamos pacíficamente porque así podremos estar en la calle al día siguiente. De provocar ya se encargan ellos y si respondemos nos echaran la culpa y nos llamarán revoltosos.

Anita Sirgo contando su experiencia como luchadora antifranquista
Anita Sirgo contando su experiencia como luchadora antifranquista
Raquel Valbuena viene de la cuenca leonesa de Gordón y le toca explicar cómo se formaron las mujeres del carbón. Se empezaron a organizar después de la visita al Senado donde contaron su problema. Estaban todas, pero no se conocían. Hace un año fueron a Madrid, en homenaje a la marcha de los mineros y para mostrar su fuerza. No fue fácil, pero llegaron. Ahora se han convertido en una familia. Saben que la unión hace la fuerza, así que da igual de que cuenca sean, ni para qué empresario trabajen, todas están luchando por lo mismo. Nos quieren cerrar las minas y echar a la calle. Lo fundamental es que estemos todos y todas a una. Ellas ya lo están haciendo, ahora le toca al resto.

Marian Manzano viene de Aragón. Cuenta que es fácil hablar del colectivo de Mujeres del carbón, se ve cómo son y qué hacen. En Aragón empezaron con una huelga en 2012 para defender sus puestos de trabajo y por su subsistencia. Ahora están peor. Ellas cortaron carreteras, hicieron protestas… Empezaron a forma la familia que son. Cuantas más piedras les pongan en el camino, más fuerza les dan. Quieren demostrar a sus hijos que las comarcas pueden seguir viviendo de extraer carbón, su sustento. Es un trabajo duro, pero quien está en la cuenca minera sabe dónde está.

Raquel Arce dice que no está acostumbrada a hablar, que ella es de megáfono y no de micrófono. Son las Mujeres del carbón, que no las mujeres de los mineros, aunque ella si lo sea y se sienta orgullosa; pero lo estaría igual si su marido fuese panadero. Lo dice porque en el colectivo hay mujeres sin parentesco que quieren que la mina siga, igual que quieren sanidad o educación. La unión de la gente hace la fuerza. Son asindicales y apartidistas, aunque cada una tiene sus ideas. Siguen saliendo a la calle, aunque lo hagan solas. Hay que dejar de mirar quien convoca y salir a manifestarse. Mientras haya problemas, estarán en la calle.

Las mujeres del carbón cantando el Santa Bárbara bendita
Las mujeres del carbón cantando el Santa Bárbara bendita
Arce nos dice que ya son internacionales, que tienen una mujer de Gales. Confiesa que están en asamblea permanente, que funcionan a salto de mata. Le apena que lo que consiguió la generación de Anita Sirgo lo estamos perdiendo, y remarca que no es que nos lo quiten, sino que lo estamos perdiendo. Si la saliéramos a la calle podríamos defenderlo. Se acuerda de los compañeros de las subcontratas porque si toda la minería está mal ellos van saliendo por la puerta de atrás.

A Yolanda Fernández le toca hablar en último lugar. Ya lo dijeron todo, señala. Recuerda que conoció a Anita Sirgo en Cerredo, cuando se proyectó A golpe de tacón. Dice que se quedó impresionada por el cortometraje y por la persona en sí. Hoy se encuentra con ella compartiendo mesa y se siente orgullosa. En su comarca se han unido a los profesores y han emprendido una lucha conjunta y solidaria por la educación y la minería. Allí las minas están en concurso de acreedores, el Principado cierra los ojos y lo que les queda es esperar un nuevo empresario que se haga con la empresa. Se sienten abandonados.

Entre aplausos, gritos y consignas, con todo el mundo pie, puño en alto se canta un emotivo Santa Bárbara bendita. Luego todas juntas, con el resto de compañeras se colocan ante la mesa con sus reclamaciones.

Dolores Redondo: una escritora navarra descubriendo el mundo

Dolores Redondo presentando su novela en la Semana Negra
Dolores Redondo presentando su novela en la Semana Negra
La anterior novela de Dolores Redondo, la primera, se titulaba El guardián invisible. Con ella inició una trilogía que protagoniza la inspectora de la Policía Foral de Navarra Amaia Salazar. Está en la Semana Negra para presentar la segunda: Legado en los huesos. Dolores Redondo explica que planificó los tres libros como una trama completa, lo que no quita para que haya una evolución entre una novela y otra. Reconoce que en la anterior, por ser la primera, tuvo cortapisas, miedo a hablar de ciertos temas. En esta segunda se ha soltado más. Respecto a la estructura, si El guardián invisible era como una punta de lanza, Legado en los huesos está construida con círculos concéntricos. En esta entrega hay dos casos. El primero comienza con una profanación en una iglesia y el segundo es un asunto de un imitador que quedó pendiente en la primera novela.

Este año quería dedicarlo a acabar la tercera entrega y luego a viajar para promocionar la trilogía. Ya sabe que se irá a Buenos Aires el próximo verano porque le han dado el SN-BAN. Habrá que reestructurar, dice. El éxito de las novelas le ha obligado a viajar mucho, así que imagina que el que viene lo vivirá como un jet lag perpetuo. Dolores Redondo quizá sea en estos momentos la escritora española de novela negra más traducida, sus novelas están en diez idiomas y llegan a más de treinta países. Tiene mucho éxito en los países que hablan castellano, pero también en Noruega porque encontraban ciertas similitudes entre la mitología nórdica y la vasconavarra. Sus novelas están empezando a salir en Brasil, Japón, Taiwan, China, Australia… Agradece a la Semana Negra que con su primer libro la llamaran, pues sirvió para poner el foco sobre la calidad de la novela por encima de otros prejuicios. Con el éxito, es a nivel personal donde hay que poner más cuidado, para que las personas que la quieren y que la han ayudado a ser la persona que es sigan cerca. Dice saber valorar las cosas que más importan. La literatura es importantísima en su vida, pero no es lo más importante. Sus ideas y su forma de ser la han llevado hasta aquí por eso quiere mantener los mismos valores. Seguir viviendo en la misma casa y haciendo las mismas cosas permite disfrutar y que los pies toquen el suelo.

Cuando escribe se siente viva. Dice que es su manera de filtrar la realidad que a veces es muy dura. La manera de tratar estos temas escabrosos podría parecer que nos hace más duros. Sin embargo es al contrario, nos lleva a ser más sensibles. Explica que mantiene la misma sensación que cuando empezó a escribir su primer relato con 14 años. Cuando escribe solo tiene un señor: la novela. Al mirarla desde fuera le da miedo, pues dentro de ella hay responsabilidades, ilusiones y ganas. Es como prepararle una fiesta sorpresa al lector. Antes no sabía que iba a venir nadie y ahora sí. En sus novelas cuenta lo que le apetece, lo que le pide el cuerpo. Es su universo. El hecho de que le haya comprado los derechos de la anterior novela un productor alemán no ha cambiado esto. Confía en seguir conservando esa libertad, aunque eso suponga complicar la película.

Adrian McKinty: contar la realidad del Úlster y sus causas

Adrian McKinty presentando su novela en la Semana Negra
Adrian McKinty presentando su novela en la Semana Negra
Adrian McKinty está en la Semana Negra presentando Oigo sirenas en la calle, su última novela editada en España. Se trata de la segunda entrega del detective Sean Duffy. Es un policía católico en Belfast, dentro de un cuerpo de mayoría protestante que llega hasta el 90%. Del otro lado también estaba mal visto, pues el IRA no quería policías católicos, los consideraban peor que el enemigo y los mataban rápidamente. Duffy está en peligro constante por su religión. Por si fuera poco el autor le hace aún más diferente, es de clase media, cuando el origen mayoritario de la policía es la clase obrera, es bohemio cuando en el cuerpo no solían tener más allá de los estudios básicos y además viene de otra zona. Explica McKinty que le interesaban todas esas fricciones porque así, como escritor, le resultaba más fácil plantear conflictos. Reconoce que le gusta hacerle sufrir, por eso utiliza también el cliché del detective que encuentra a la mujer fatal y sabe que su historia va a acabar mal.

De la Oigo sirenas en la calle dice que tiene final feliz, se casan y van a vivir a Melburne, uno no sabe si bromea o si está hablando de sí mismo, pues esa es la propia historia de McKinty no la de su personaje. No habla de la novela, pero para contar su origen nos explica la historia de John Delorian, un charlatán que convenció a Margaret Thatcher para construir en Belfast una fábrica de coches deportivos, cuando no había ninguna experiencia en este sentido en la ciudad. Les metió en la cabeza la idea de convertir la factoría en una empresa puntera dentro del negocio de la automoción. Con su palabrería logró que Londres invirtiese en medio de la vorágine del conflicto y la cosa acabó bastante mal. Cuando salió el primer modelo fue un fracaso. Así que Delorian decidió convertirse en un traficante de cocaína al que termina capturando el FBI. La fábrica no se salvó. Luego vino la ironía, con la película Regreso al futuro el coche se convirtió en un modelo de culto.

Como le gusta el cine habla de que Hollywood ha hecho muchas películas sobre el conflicto del Úlster y todas horribles. Es porque simplifican entre buenos y malos. Y no es así. Además se les escapa el humor negro de la época que se utilizaba para enfrentarse a la realidad. Revisa con pasión la filmografía de cine alrededor del conflicto, lo bueno y lo malo de cada película. Gesticula. En general a todos los largometrajes que cita les va echando en falta matices y que no llevan la historia hasta las últimas consecuencias. Repasa a Neil Jordan del que dice que le ha faltado sinceridad y le ha sobrado visión artística, a Ken Loach… y así sigue. Se queda con un película hecha para televisión que se llamó Harry’s Game y también con Bloody Sunday.

Cuando le preguntan a McKinty si no exagera el ambiente norirlandés de guerra en sus novelas, responde que cree que no. En los 80 era como Siria en la actualidad. Recuerda haber ido a ver Blade Runner, una película en la que aparece una lluvia constante, están en guerra y se muestra un futuro pesimista. Pues al salir sentía que aún seguía en esa misma guerra del film, solo que era más real que en la pantalla. Antes nadie se atrevía a hablar de lo que ha pasado en el conflicto de Irlanda del Norte. En los 80 si le llevabas un libro a un editor sobre esto no lo quería. Buscaban la imagen bucólica de Irlanda, las mujeres en bicicleta y poco más. La literatura no hablaba de política y era mucho más lírica. Hasta hace tres años nadie quiso hablar de las causas. Se siente orgulloso de echar la vista atrás en sus novelas y mirar hacia los motivos del conflicto. Reconoce que fueron tiempos confusos, con muchos errores en ambos bandos, sin buenos ni malos. Por eso siente una gran responsabilidad de contar las cosas tal y como fueron. Empezó a escribir en 2003, trató todos los temas, menos el de Irlanda, en cierta forma reconoce que siguió la misma ley del silencio que los demás.

La situación sigue siendo terrible en el Úlster. Hay una generación que no vivió el conflicto armado pero que se ha radicalizado y siguen recurriendo a la violencia. Católicos y protestantes no se mezclan nunca. Continúa el sentimiento de venganza y un gran odio de una comunidad hacia la otra. En realidad subyace el mismo problema. En los últimos cuatro años, Belfast ha cambiado demográficamente, ahora la mayoría es católica, igual que en el resto de Irlanda, así que los británicos se terminarán yendo. Quedan tres batallones de infantería. Reconoce que no tiene una visión optimista, que piensa que a corto plazo se mantendrá la situación, pero a medio habrá problemas.

Todos los cuentos, el cuento: el libro que regala la Semana Negra

La tradición manda. Como todos los años se regala un libro. El de este año se llama Todos los cuentos, el cuento y es la recopilación completa de los relatos premiados en estos XXVII años de Semana Negra. Como siempre, había libros para todos. Lo que no evita las aglomeraciones de un público deseoso de llevarse a casa un pedacito del alma impresa del festival.

Reparto del libro gratuito de la Semana Negra Todos los cuentos, el cuento
Reparto del libro gratuito de la Semana Negra Todos los cuentos, el cuento

La República Cultural

viernes, 11 de julio de 2014

Luchar sin descanso toda la vida

La Semana Negra se acuerda de los republicanos

Viernes 11 de julio de 2014. Semana Negra. Gijón

De los cronocopios dijo Cortázar que eran verdes y pocas pistas más nos dio. Esta Semana Negra quiere rendir un homenaje especial a este escritor. La charla central del día estará dedicada al escritor argentino. Porque Cortázar era un cuentista, el libro que mañana se regalará es un compendio de los relatos que han ganado o quedado finalistas de todas las ediciones del Concurso Internacional de Relatos Policiacos que se han hecho en la Semana Negra. El Rufo se echó un bote de pintura verde por encima para ser cronocopio. Julio Cortázar está presente.

Alejandro Gallo y Paco Roca: Los republicanos de «la nueve»

Paco Roca durante su presentación en la Semana Negra
Paco Roca durante su presentación en la Semana Negra
Hace unos años Evelyn Mesquida recupero la historia de «la nueve» y le dio voz. El novelista Alejandro Gallo y el dibujante Paco Roca han coincidió en la Semana Negra porque cada uno de ellos trae un libro relacionado con esa misma historia.

Galló presenta Morir bajo dos banderas. Explica que con el tiempo todos los colectivos y organizaciones políticas han ido reconstruyendo su historia. Los que nunca lo hicieron fueron los republicanos españoles. Contaba el general Leclerc que los republicanos españoles habían resistido durante tres años a cuatro ejércitos fascistas. Eran los soldados más preparados. A partir del 39 se fueron incorporando en la Legión Extranjera. Los brigadistas internacionales y los españoles consiguen derrotar al invencible Rommel por primera vez. A los españoles todos los ejércitos que lucharon contra el fascismo los querían y ellos se distribuyeron en sus filas. Sin embargo la historia les silenció. Franco no iba a hacerles publicidad y el chauvinismo francés no permitiría decir que fueron los primeros en liberar París. Hasta los americanos quisieron robarles el papel protagonista en el asalto al Nido del Águila de Hitler. Para Gallo aquellos republicanos son unos héroes que nacieron del pueblo.

Roca, que presenta Los surcos del azar, coincide en decir que son los grandes olvidados de la historia. Es cuestión de cada país reivindicar a sus héroes. En la historia francesa no cabían los luchadores españoles, no podían consentir que los que entraron primero en París fueran un grupo de comunistas y rojos. Así que quedaron en el olvido. A los soldados españoles, esa frustración de no haber conseguido lo que querían les llevó de una guerra a otra porque en realidad todas eran la misma lucha contra el fascismo. No acabar la última batalla, la de entrar en España, les hizo sentir rencor por Francia y por España. Los historiadores después de la Segunda Guerra Mundial no volvieron a darles importancia. Es a principio de siglo cuando vuelve a despertarse el interés por ellos. Lo que les ocurre a los soldados españoles de no reconocer toda su historia llena de heroicidades les ha pasado a muchos excombatientes de la Guerra Civil que vivieron un largo silencio personal, primero porque no podían contarlo y después porque no le interesaba a nadie.

Alejandro Gallo durante su presentación en la Semana Negra
Alejandro Gallo durante su presentación en la Semana Negra
Alejandro Gallo cuenta que cuando se terminó en Europa, aún había guerra en el Pacífico. Francia mandó sus tropas al Vietnam. Leclerc se lleva con él 1200 españoles, unos voluntarios y otros forzosos como los maquis que habían pasado la frontera. Al terminar la guerra estos hombres sienten que no tienen donde volver, así que desertan y se unen a las filas del Vietcong formando un ejército que termina enfrentándose a los norteamericanos y franceses con los que habían compartido trincheras en la Segunda Guerra Mundial. La guerra de los españoles duró más de 30 años. Sobre ese sentimiento de frustración y abandono explica el caso de Ramón de la Sota, un héroe muy condecorado por el ejército estadounidense. Al acabar la guerra, el gobierno americano reconoció a Franco y Sota le mandó sus medallas y les dijo la parte de la anatomía por donde podían metérselas.

En opinión de Paco Roca, aquellos republicanos no tenían otra motivación en su vida que luchar contra el fascismo, a pesar de haber sufrido mil humillaciones. Si Francia hubiese tenido soldados franceses, los españoles no hubiesen estado. Llegaron porque les necesitaban. También cuenta una anécdota, en el tren de vuelta, un republicano español muestra orgulloso en su pecho las medallas que ha ganado. Un soldado norteamericano borracho le pregunta a quién le ha robado esas condecoraciones. Después le pega un tiro. El norteamericano pensaba que un español nunca podía ganar aquellas insignias. Jamás les comprendieron allá donde lucharon. Paradójicamente han sido reconocidos en Francia antes que en España, han sostenido los héroes que nosotros hemos sido incapaces de mantener.

Gallo termina explicando lo del valle de Arán, una historia que le enerva. Al final de la guerra habían hecho un corredor para llevar armas. Se habían dedicado a hacer prisioneros y entregárselos al ejército americano a cambio de armas. Era una especie de mercado con unas tablas de cambio determinado. Esas armas eran para entrar en territorio español por Arán. Querían asentarse en un territorio pequeño y defenderlo para mantener una división territorial dentro de España. Pero lo hicieron en octubre, sin tener en cuenta el frío de los Pirineos y a los que no eran españoles les dijeron que se fueran. Como operación militar a Gallo le duelo mucho.

Francesc Escribano: es imposible salir indemne de la lectura de este libro

Francesc Escribano presentando su libro en la Semana Negra
Francesc Escribano presentando su libro en la Semana Negra
Francesc Escribano presenta la obra colectiva Desenterrando el silencio. Antonio Benaiges, el maestro que prometió el mar, un ensayo que ha coordinado el propio Escribano y en el que han participado Francisco Ferrándiz, Queralt Solé y el fotógrafo Sergi Bernal. Cuenta que esta historia, la de preparar el libro, empezó hace cuatro años en Bañuelos de Bureba, un pueblecito de la sierra burgalesa. Los de allí sabían que tenían dos fosas en las que se repartían entre cien y doscientos cuerpos de personas que fueron fusiladas en las sacas que se hicieron. Se les enterraba como a perros en las cunetas. Aún tenemos en España muchos miles de sepultados en fosas que no se han abierto. Esta historia nace ese día, en la fosa común de la Pedraja. Cuando se estaba abriendo con los familiares alguien dijo «ahí debe estar enterrado también el maestro». El maestro era Antonio Benaiges.

Desenterrando el silencio. Antonio Benaiges, el maestro que prometió el mar es la historia de un joven catalán de Mont-Roig del Camp, un pueblecito con mar, que sueña con ser maestro porque es su vocación. Consigue el título y su primer destino se lo dan en ese pueblo perdido de Burgos. Llegó a él con una imprenta y un gramófono, pues usaba la técnica pedagógica de Freinet. Hacía que los niños y las niñas contaran su vida cotidiana y con estos textos imprimían los cuadernos. Nunca habían visto el mar. Les preguntó cómo se lo imaginaban. Aquellos cuadernos en los que lo describen son poesía pura, una metáfora viva de unos niños contando sus sueños. Escribano nos hace imaginar la escena con los alumnos llevando a sus casas, en las que no hay libros, el que han escrito ellos y que además no solo es el primero sino que está firmado con su nombre en la portada. Nos hace fijarnos en lo importantes que se podían sentir. Benaiges es feliz en Bañuelos de Bureba siendo maestro. Al año siguiente le dan un destino superior y el responde que dónde va estar mejor que allí, viendo crecer y aprender a sus alumnos. Les prometió el mar: «cuando llegue el verano próximo, aunque la escuela esté cerrada, voy a venir a buscaros y llevaros a mi pueblo. Allí tengo una casita y podréis ver el mar». El 17 de julio de 1936 regresó a Bañuelos de Bureba para cumplir su promesa. Al día siguiente vino la insurrección fascista. A él le detuvieron el primero. Los maestros de la República fueron la avanzadilla por eso se convierten en objetivo para el franquismo. Los alumnos quemaron sus libros porque si les encontraban con ellos era suficiente motivo para una pena de muerte.

Cuando llegó la paz de los muertos, se incoó un procedimiento para desposeerle del título de maestro. El expediente es espeluznante. Se abrió indicando que Antonio Benaiges estaba en paradero desconocido, cuando todos sabían que lo habían fusilado. Querían matar su alma y su memoria. Sin embargo, en el exilio, sus compañeros maestros que enseñaban usando el método Freinet ponían a Antonio Benaiges como un autor más en los nuevos libros que hacían sus alumnos. Y nosotros ochenta años después estamos aquí hablando de él. Es emocionante ver su nombre en la escuela de Bañuelos de Bureba o el recuerdo de él que tienen en Mont-Roig del Camp.

Escribano explica que tenían ante sí un puzzle y que con todas esas piezas han conseguido explicar la historia, el pequeño relato de un hombre al que mataron por ser maestro porque eso era revolucionario. Prometiéndoles el mar les hacía soñar, ser libres. Eso era lo subversivo. Los autores de este libro están muy orgullosos de haber rescatado esta historia con todas sus letras. Han encontrado tanto miedo como esperanza, tanto desasosiego como ilusión. Una alumna les dijo que nunca olvidará la importancia de haber tenido un maestro como él. A ella le enseñó a ser libre y a sacar lo que llevaba dentro.

Después vinieron las preguntas del público. Cada una de ellas fue un sentido agradecimiento por haber escrito este libro.

Jesús Cañadas: un Indiana Jones donde se ha quitado al héroe para poner al friqui

Jesús Cañadas presentando su novela en la Semana Negra
Jesús Cañadas presentando su novela en la Semana Negra
Jesús Cañadas es un friqui porque se divierte siéndolo. Huye de lo convencional. La novela que trae es Los nombres muertos. Le presenta Alejandro Caveda que lo cuenta todo del libro. Cañadas le mira incrédulo. No sé si lo de Caveda ha sido una venganza contra el autor por haberle sugerido que mejor presentaban sentados sobre la mesa, una postura en la que se nota que Caveda no terminaba de estar cómodo. Lleva una lista con el análisis y los puntos que quiere tratar. Los dos juntos son como el agua y el aceite.

Cañadas dice que aunque sea una historia lovecraftiana no es un libro de terror. La suya es una novela de aventuras que cuenta un viaje desde Providence hasta Damasco, pasando por Londres y Berlín, que emprenden los escritores Howard Phillips Lovecraft, Fran Belknap Long y Robert Erwin Howard. El motivo del viaje es encontrar el Necronomicón, un tomo de magia negra que no existe, se lo inventó Lovecraft en uno de sus relatos y que en cada ficción fue rodeando de detalles reales de ocultismo y al que otros autores han referenciado. Hay gente que hoy se cree que existe. Borges creó una ficha falsa en la biblioteca de Buenos Aires, una broma que se ha extendido a otros lugares. Incluso en Cádiz, la ciudad natal de Cañadas, existe una, tú puedes acercarte al bibliotecario con ella y decirle quiero este libro. El bibliotecario te mirará y te dirá lo siento, pero ese libro no existe.

¿Cómo es que Lovecraft se embarca en este viaje si sabe perfectamente que el Necronomicón lo ha inventado él? Siempre hay motivos. Cañadas explica que la novela está inspirada en el personaje de Indiana Jones, en la irreverencia de quitar al héroe y meter al friqui. Reconoce que se lo pasa bien escribiendo y que ha puesto todo lo que le mola. Le apetecía coger a Lovecraft y colocarlo dentro de la historia. A mitad de novela también se cruzan cuatro personajes más Aleister Crowley, Arthur Machen, un joven J.R.R. Tolkien y Sonia Greene, la exmujer de Lovecraft. Como está inspirada en Jones no podían faltar los nazis.

Cañadas habla de la documentación de su libro. Se define como una rata de biblioteca. Explica con detalles cómo se pudo ir a Providence, la ciudad natal de Lovecraft, y pasar allí dos semanas. Su casa es ahora un Starbucks, así que no hay mucho que ver en ella. En la biblioteca local tienen guardadas sus cartas, unas 80.000, fue muy prolífico como escritor de correspondencia. Pudo verlas, pero confiesa que no le sirvieron para nada, que tiene una letra que no hay quien la lea.

Sobre Lovecraft dice que fue un renovador del género, pero no en su época. El agobio de la forma más el horror del fondo hacen de él un maestro. Era un tío antipático, pero sin embargo encandilaba a le gente y le querían. Declaraba que admira a Hitler y sin embargo se casa con una judía, Sonia Greene. De ella dice Cañadas que le resulta una mujer fascinante, muy valiente, con dos cojones, pero que emocionalmente dependía de él.

Foto y periodismo: inmigración, tortura, agresión y desahucio

Javier Bauluz y Juan Medina
Javier Bauluz y Juan Medina
La charla de hoy del 18 Encuentro Internacional de Foto y Periodismo de Gijón en realidad son tres mesas claramente diferenciadas: inmigración, tortura y desahucios. Anticipa Javier Bauluz que en este día en que la ley mordaza nos silencia un poquito más, se hablará de la represión que nuestra policía ejerce sobre la prensa y recordará la cruda realidad desmemoriada que dice que un fotógrafo vale lo mismo que su última foto.

En la primera de las charlas, Juan Medina nos habla de su interés por documentar los movimientos migratorios. Empezó en Canarias a finales de los 90 y ahora se ha ido a las fronteras de Ceuta y Melilla. Dice que cada vez es peor para ellos, un viaje más doloroso y más injusto. En Canarias le ponían dificultadas porque decían que sus imágenes iban a perjudicar el turismo. Se trata de una falacia para ocultar y evitar que se cuente la realidad, de desviar la noticia. Si vamos a la estadística veremos que con la llegada de pateras aumentó el número de turistas; decir esto es tan estúpido como lo contrario. El hecho de que en todo este tiempo no haya cambiado nada le hizo plantearse el sentido de su trabajo. Medina explica que creer que tomar una fotografía puede cambiar la situación sería algo presuntuoso. Pero tomarla es su obligación, la responsabilidad que tiene. Se trata de documentar una situación denigrante y crear un flujo de información para el momento y para la historia. A estos inmigrantes se les ha quitado la características de personas ante los Estados, de esta forma se pueden cometer con ellos todo tipo de irregularidades. Como Medina no es político, ni filósofo, no tiene capacidad de decisión, lo que puede es tomar imágenes. En la playa del Tarajal, en la frontera de Ceuta, murieron 15 personas por disparos de pelotas de goma que realizó la Guardia Civil. Eso se vio porque alguien lo había grabado. Las versiones oficiales tuvieron que desmentirse una y otra vez. Sin embargo el 6 de febrero el tema se paró. Hubo un gran salto en la valla de Melilla. Estábamos hablando de 15 personas muertas y de pronto la noticia es que un grupo grande nos «invade». Ese giro, como periodistas, nos tiene que hacer reflexionar y no correr como pollos sin cabeza. Paremos un poco y veamos lo que pasó en Ceuta con los testimonios de los sobrevivientes.

Como cada vez es peor, Juan Medina siente que tiene que contarlo más. Es lo que le ha tocado y lo que debe hacer: denunciarlo. Cuando no hay testigos se oculta absolutamente todo. Si tiene que describir a los inmigrantes utiliza el adjetivo «valientes». Son jóvenes que buscan mejorar su vida y la de su familia y nosotros los tratamos a palos. La declaración de los Derechos Humanos es solo papel mojado.

Alejandro Zapico y Rubén Vega
Alejandro Zapico y Rubén Vega
En la segunda de las charlas, Rubén Vega y Alejandro Zapico nos cuentan el proyecto en el que están trabajando. Se llama Torturados y nos muestran 18 minutos de él. Rubén Vega explica que trataban de documentar la tortura durante el franquismo a través del testimonio de las víctimas. Hablan en primera persona ante la cámara, contra un fondo negro para que solo sean sus historias lo importante. Es un trabajo para el futuro donde estos testimonios tendrán un valor extraordinario. Sabe que es difícil contarlo, sobre todo ante quien lo niega, que sienten que son víctimas de un crimen vergonzante.

Vega relata que en algún punto tomaron consciencia de que en cierta forma, al acotarlo a ese periodo, estaban diciendo que la tortura se acabó con la Dictadura y que no querían legitimar la tortura actual. Así que lo extendieron. Explica Zapico que quieren desmontar eso de en España solo se torturaba en la Dictadura. Se hizo en la Transición y se hace ahora. Lo avalan todos los informes de organismos internacionales independientes. Amnistía Internacional nos saca año tras año y aquí no pasa nada. Nuestra democracia se construyó sobre una miseria moral que convirtió a los torturadores del franquismo en los policías de la democracia. En el 77 les amnistiaron y a muchos los mantuvieron en sus puestos. No se contó. Luego el PSOE los ascendió convirtiéndoles en los garantes de los Derechos Humanos, mientras que las víctimas no tuvieron ningún reconocimiento. Pero no es una cosa de un pequeño grupo que sigue, los Mossos d'esquadra son un cuerpo nuevo y también han sido condenados por casos de tortura. Parece que tiene que ver con una porción del poder.

La idea de la tortura es la del último mecanismo del sistema para mantener el control. Cuando nuestras fuerzas de seguridad quieren escarmentar a un delincuente o a un yonqui le dan una paliza. La tortura no busca la verdad, sino el sufrimiento. La víctima cuando cede intenta decir lo que cree que quiere que diga el torturador, sea verdad o no. Contra la tortura no es posible ser neutral, ni indiferente, ni siquiera ignorante. En la medida en que no la ves porque no quieres, te está poniendo del lado del torturador. Lo que la víctima necesita es que compartas la carga con ella. El verdugo lo que te pide es que no hagas nada. El que no quiere ver es cómplice. Vega pide al gobierno que investigue las denuncias y se deje de indultar a los torturadores.

Rodrigo García y Jaime Alekos
Rodrigo García y Jaime Alekos
A la última de las chalas se suman Jaime Alekos y Rodrígo García, dos estupendos fotoperiodistas que están documentando la represión en las manifestaciones y en los desahucios. Vergonzantes son las imágenes con las que Alekos muestra la agresión de la policía a siete periodistas en una de las manifestaciones. Causa sonrojo y un doloroso desasosiego ver la impunidad de la policía. No se preocupan de nuestros derechos sino que se comportan con chulería, como sinvergüenzas, especialmente uno de ellos que nadie puede entender que después de ver estas imágenes siga vistiendo uniforme.

Rodrigo García explica las dificultades que viven a diario para sacar adelante su trabajo. La función de la policía es que no salgan esas imágenes porque no quieren que se vean. Sobre el chaleco blanco de la prensa reconoce que tiene uno, pero que trabaja sin él. Han intentado borrar su trabajo varias veces, pero no es diferente si llevas el chaleco. Les pegan y amenazan igual. En realidad es un arma de doble filo porque te distingue y no te sirve; te detienen igual. Cuando denuncian las agresiones, las ven y las archivan. No las notifican al denunciante y prescriben.

Jaime Alekos explica que se ha convertido en una obsesión de la policía ir por el mensajero. Está en contra del chaleco blanco. Lo considera una discriminación que restringe quien puede informar. El que no lo tiene queda fuera y por tanto no tiene derecho a contar lo que ve. Después presenta su documental Unanimidad 35 en el que nos muestra con profundidad de qué forma se viven los desahucios. Lo hace desde la continuidad para que comprendamos el proceso completo y que la historia no se acaba cuando se para un desahucio porque seguirán intentando llevarlo a cabo de nuevo.

La República Cultural

Los premios los dan los compañeros

La Semana Negra ya tiene su palmarés

Viernes 11 de julio de 2014. Semana Negra. Hotel Don Manuel. Gijón

Las novelas ganadoras de los premios de la Semana Negra y sus autores. De izquierda a derecha: Mariano Quirós, Jon Bilbao, Alexis Ravelo, Elia Barceló y Francesc Escribano
Las novelas ganadoras de los premios de la Semana Negra y sus autores
De izquierda a derecha: Mariano Quirós, Jon Bilbao, Alexis Ravelo, Elia Barceló y Francesc Escribano

Ángel de la Calle quiere explicar cómo es el proceso de los premios de la Semana Negra. Consultan a escritores, críticos literarios y entendidos que no hayan publicado durante el año anterior y les piden, según su opinión, los mejores libros editados del pasado año en lengua castellana. Suman lo que tienen y eso da lo que da: los finalistas. A partir de aquí la organización se desentiende, ya es cosa de los jurados, que cuando llegan a la Semana Negra todavía desconocen al resto de compañeros con los que van a decidir cada premio. Los premios no tienen dotación económica, solo el valor de que te lo entregan los compañeros. La única excepción es el SN-BAN. Este premio consiste en invitar a uno de los autores españoles de los que participa en la Semana Negra al festival Buenos Aires Negro (BAN) del año que viene. Es un premio simétrico, pues en el BAN eligen un latinoamericano que enviarán a la próxima Semana Negra. Para elegir a esos dos escritores se reúnen los directores de ambos festivales, Ernesto Mallo y Ángel de la Calle, y de forma democrática y justa eligen.

El reparto de premios es el siguiente.

El Premio XXVI Concurso Internacional de Relatos Policiacos es para Dos hombres de negocios, de Francisco Bescós Menéndez de la Granda (España). Los finalistas han sido Negra indigestión, de José Manuel Paradela Gil (España) y Blanco artificial de Kike Ferrari (Argentina). En la lectura de estos premios surge la anécdota simpática de la mañana. Es el escritor Fernando López quien hace las funciones de secretario del jurado, confiesa que no tiene el acta e intenta de memoria recordar los títulos y los nombres de los ganadores. No lo consigue del todo. No obstante se desenvuelve con gracia de tal forma que todo se vuelve risas y aplausos. Lo que debería haber sido un desastre, se ha quedado en una anécdota para la memoria. Ángel de la Calle al final dice que ya decidirán el castigo que le aplican a López.

El Premio Celsius a la mejor obra de ciencia ficción, terror o fantasía escrita en español es para Ánima Mundi. Hijos del clan rojo, de Elia Barceló (España), publicada por Destino. La autora lo recibe muy emocionada. Agradecidísima, dice, porque le hayan dada ya un premio por solo un tercio de la novela. Confiesa que no se lo esperaba y que supone una gran alegría porque la Semana Negra es su casa.

Los ganadores de los premios de la Semana Negra presentes: Jon Bilbao, Alexis Ravelo, Dolores Redondo, Elia Barceló y Francesc Escribano
Los ganadores de los premios de la Semana Negra presentes: Jon Bilbao, Alexis Ravelo, Dolores Redondo, Elia Barceló y Francesc Escribano
El Premio Espartaco de novela histórica es para Shakespeare y la ballena blanca, de Jon Bilbao (España), publicada por Tusquets. El autor dice que más que una novela histórica es una novela de ideas para reflexionar sobre los elementos que condicionan el trabajo de un escritor. Es la historia de un William Shakespeare que está escribiendo una obra de teatro con una ballena que se parece sospechosamente a la novela que escribió Herman Melville. Se lo dedica a su mujer y a su hija, las influencias de la vida real siempre son las más fructíferas.

El Premio Memorial Silverio Cañada a la mejor primera novela negra es para No llores, hombre duro, de Mariano Quirós (Argentina), publicada por Eduvim.

El Premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción de género negro es para Desenterrando el silencio. Antonio Benaiges, el maestro que prometió el mar, de Francesc Escribano, Francisco Ferrándiz y Queralt Solé (España), publicada por Editorial Blume. Escribano se ha encargado de coordinar el proyecto, lo describe como un libro sobre los años más negros de nuestra historia reciente. El fotógrafo Sergi Bernal estaba haciendo un reportaje fotográfico en un pueblo de la montaña burgalesa sobre la apertura de una fosa común donde se esperaba encontrar cientos de cuerpos. Alguien dijo que entre ellos estaría el Maestro. Siguieron ese hilo y escribieron la historia de Antonio Benaiges, un hombre al que mataron por ser maestro. En la República fueron la avanzada, lo que les convirtió en uno de los colectivos más perseguidos durante la Guerra Civil y el franquismo. Para enseñar, Benaiges utilizaba el método Freinet, hacía que los niños escribieran un pequeño libro donde describían un mar que no habían visto. Les prometió a cambio llevarles a ver el mar durante las vacaciones. Había vuelto el 18 de julio al pueblo para cumplir su promesa. Ese día le mataron.

Elia Barceló, Alexis Ravelo, Dolores Redondo, Jon Bilbao y Francesc Escribano
Elia Barceló, Alexis Ravelo, Dolores Redondo, Jon Bilbao y Francesc Escribano
El Premio SN-BAN es para Dolores Redondo. La autora dice que está viviendo un año con buenísimas noticias. La han elegido para saltar el charco, pero reconoce que el «saltito» verdadero es la noticia de que se publiquen allí sus novelas. Lleva tiempo recibiendo el cariño de Latinoamérica y también invitaciones para acudir a diversos festivales. Le ha llegado el momento. Expresa que se siente muy feliz.

El Premio Dashiel Hammett de novela es para La estrategia del pequinés, de Alexis Ravelo (España), publicada por Alrevés. El jurado de este premio también ha otorgado una mención especialmente a la novela Don de lenguas, de Rosa Ribas y Sabine Hofmann (España/Alemania), publicada por Siruela. Ravelo, al atender a la prensa, recuerda a Josep Forment, fundador y director de la editorial Alrevés que ha fallecido durante la celebración de esta Semana Negra. Explica que Josep hizo esta novela con la que se ha llevado el premio mucho mejor, es «uno de esos tipos que los escritores necesitamos para que nuestros borradores se conviertan en libros». Le dedica el premio porque lo bueno que hay en la novela es gracias a él. Es una novela de perdedores. Hay una escort venida a menos, un camarero cincuentón que lleva varios años en el paro y un antiguo delincuente que lo había dejado pero que con la enfermedad de su mujer necesita dinero. Juntos deciden hacer un volcado a un narcotraficante. Son tres perdedores que se asocian para cometer un delito. Es una historia sencilla sobre gente sencilla que tienen que salir adelante.

La República Cultural

jueves, 10 de julio de 2014

Mujeres y rebeldías

Dominique Manotti, Maruja Torres y Elia Barceló en la Semana Negra

Jueves 10 de julio de 2014. Semana Negra. Gijón

A media tarde, camino de la Semana Negra me crucé con una manifestación. Asturias sigue siendo una tierra combativa que no se cansa de salir a la calle a pelear por unos derechos que nos están robando. Lanzan petardos, gritan consignas, agitan sus pancartas… La forma reivindicativa de la clase obrera asturiana es un ejemplo y un aldabonazo para muchas conciencias que se han dormido. No cabe la resignación.

Dominique Manotti: la frontera entre las empresas capitalistas y las empresas criminales se ha disuelto

Dominique Manotti presentando sus libros en la Semana Negra
Dominique Manotti presentando sus libros en la Semana Negra
La francesa Dominique Manotti tampoco se ha resignado. Fue organizadora sindical y ahora escribe novela negra. La última que ha aparecido en castellano se titula Conexión Lorena y la última que ha aparecido en catalán es Un habitual en la comisaría. No es la primera vez que viene a la Semana Negra. Recientemente ha publicado en su país una novela ubicada en la Italia de los años de plomo y otra obra más corta que es el monólogo de Madoff cuando está en la cárcel. Tiene dos ejes de trabajo. Uno trata de recuperar la memoria –bromea con que a sus 70 años tiene edad para recordar muchas cosas- de las luchas políticas y sociales, especialmente en Francia. El otro eje lo define sobre los nuevos aspectos del capitalismo y cómo la frontera entre las empresas capitalistas y las empresas criminales se diluye. De esto último puede poner miles de ejemplos. El último de ellos es el de la introducción en el cálculo del PIB de los beneficios que producen la prostitución y la venta de drogas. Este ejemplo resulta una muestra inequívoca de la disolución de esa frontera. Si se interceptan drogas en la aduana y no se dejan circular, baja el PIB del país. Madoff creo el NASDAQ y lo presidió durante 10 años. Mientras lo hacía estaba construyendo sus negocios ilegales y lo sabía todo el mundo. La multa a la banca francesa de 10 millones de euros también está ahí para que la tengamos en cuenta. Hay otro tema al que los periodistas no han prestado aún demasiada atención. Los embargos sobre Irán, Cuba y Sudán están decretados por los EEUU, no son internacionales, ni tampoco franceses. Pero en la medida que el Banco Central Francés opera en dólares está autorizando a los EEUU para que controlen sus operaciones. Las excepciones al embargo pasan por el gobierno americano exclusivamente, que las concede a sus empresas, pero no a las extranjeras. En Irán, antes del embargo, Francia estaba muy presente. Ahora, cuando vuelva a levantarse y puedan competir de nuevo, las empresas francesas ya no están, solo las americanas. Es un robo organizado, una relación económica basada en la fuerza y con el consentimiento político. Manotti dice que podría seguir poniendo muchos más ejemplos. El mundo económico está cambiando, pero sin reglas, así que es la situación ideal para la novela negra porque hay mucho que contar. La literatura negra nos dice que el crimen no es una excepción, sino que forma parte de los engranajes de la vida cotidiana. Ahora esto cada vez es más claro y lo ve todo el mundo.

Su etapa como sindicalista mantiene una relación profunda con sus novelas. Insiste en que es muy mayor aunque sus gestos vivos y su mirada lúcida dicen que sigue siendo joven. En Francia, su generación conoció la política con la guerra de Argelia. Su historia militante empezó en los 60 y luego llegó el mayo del 68 donde estableció lazos con la intelectualidad francesa. La mayoría de ellos se fueron a partidos muy politizados como los trotskistas y maoístas. Manotti viene de una tradición marxista con una veta de Gramsci y Rosa de Luxemburgo y su deriva fue hacia el sindicalismo donde se significó. Estuvo muy vinculada con el sindicalismo italiano y mantuvo contactos con el español en los 70. Cuando llegó al poder Mitterrand decidió que la izquierda estaba jodida por un largo tiempo y empezó a escribir.

Al preguntarle sobre el éxito del Frente Nacional en Francia responde que es una cuestión complicada. Es novelista y no está en política, así que lo que puede ofrecer es su punto de vista individual. Su ascenso está relacionado con el hundimiento de las élites, tanto en sentido ideológico como moral. Lo que no sabe es cómo va a evolucionar esto. Los jóvenes están igual de podridos que los viejos. Sonríe y mirando a la prensa afirma que quizá tenga una visión pesimista.

Si le preguntan por la elección entre trabajo o ecología reconoce que también es algo complicado entrar a analizarlo. Nos transmiten que si separamos la basura vamos a salir de esto. Obviamente es una caricatura. En una sociedad dirigida fundamentalmente para buscar beneficios, no cree que sea probable el pensamiento ecológico. A no ser que haya una revolución que proyecte objetivos y valores distintos a los que hay. El esfuerzo individual, el que se plantea con la separación de las basuras, no sirve para nada. Es un asunto muy grave que hay que diseñar bien y correctamente. Añade que en Francia se ha descubierto que los insectos están desapareciendo, lo que va a afectar en gran medida a la agricultura del país.

La caída del muro de Berlín fue un hito importante de un proceso muy largo, ya cuando había empezado en política sabían que caería. Los jóvenes comunistas franceses hablaban de abandonar el stalinismo para volver al leninismo, pero perdieron y el partico comunista francés no se movió. Después de la Segunda Guerra Mundial hubo un compromiso fuerte, pero que se fue rompiendo con los años. En su opinión hubo dos momentos importantes que fueron el paso del oro al dólar y los gobiernos de Margaret Thatcher, pero la izquierda no supo analizar la situación, no elaboró un discurso y perdió.

Dominique Manotti reconoce que también hay novela negra de derechas, pero que un buen libro rico en contenido es 50% del autor y 50% del lector, por lo que es posible darle la vuelta.

Maruja Torres: «no voy a hacer el paseíllo por los periódicos, ya los conozco a todos»

Maruja Torres presentando su libro en la Semana Negra
Maruja Torres presentando su libro en la Semana Negra
La SER se ha derechizado, pero sus trabajadores siguen donde tienen que estar, dice nada más empezar Maruja Torres. Tenía otra frase preparada para arrancar, añade, «perdonadme que no venga con un novela negra, pero sí con un libro que habla de un intento de asesinato, el mío». De la que habla es de la escena del sofá con un director -al que le dan la patada hacia arriba al año siguiente- despidiéndola de El País. La novela se titula Diez veces siete. Una chica de barrio nunca se rinde. Hay muchas formas de resistir con las cartas de la baraja que te han tocado en la vida, esta es la manera de Maruja Torres, sus naipes. Explica que sintió un gran disgusto por dejar de trabajar en un medio en el que llevaba más de 30 años. Cuando has estado tanto tiempo te sientes muy cómoda. Ahora tocaba reinventarse. Se dio cuenta que su vida, cada siete años, había dado un giro. La novela cuenta este despido y también sus historias de infancia que se van metiendo por el medio. Señala que ajusta cuentas con su madre. No somos por casualidad lo que somos. Ella no es como su madre quería que fuera precisamente porque su madre lo quería.

Estamos en un momento grave afirma sin tapujos. Cuando la despiden siente que no va a ser ella la que le quite el puesto a alguien que lo necesite más. Está en una edad de dar opinión y tiene su pensión. La decisión que debe tomar se resume en «opinión o nada». No iba a hacer el paseíllo por los periódicos, ya los conocía a todos. Mongolia también tiene una parte seria, esa línea que dice que si a partir de ella te ríes es cosa tuya. Cuando escribía en El País, Maruja Torres ya hablaba bien de esta revista. Así que cuando la llamaron se unió. Dice que porque le gustan los jóvenes, ver que es gente que da la batalla, que tienen la necesidad de rebelarse con mucho humor e ironía. Lo que viene ahora es lo digital y para el papel se queda lo más valiente, como Mongolia. La proclamación ha servido para ver que todos los medios eran iguales. El papel se va a quedar para las cosas originales porque para topicazos ya hemos tenido 30 años, y treinta años más. El que haga las cosas en papel debe saber que no va a competir en digital. Maruja Torres reconoce que pensaba que era libre a la hora de escribir pero en eldiario.es se siente mucho más. Explica que al no tener un tamaño determinado sus columnas se ha hecho más libre, republicana y anticlerical. Aunque en El País no se cortaba, añade. Ahora en El País están con los malos, antes no era así. Respecto a lo digital señala que se ha vuelto en poco tiempo muy aficionada a las redes sociales. Maruja Torres lee en internet y retuitea lo que cree que debe ser leído. Es un renacer, un estar en el mundo real.

La misma noche que la sacan de El País, deja la novela negra que está escribiendo y empieza con este libro que presenta. Quería hacer una segunda parte de sus memorias, que éstas no se quedasen solo en contar la época de vacas gordas. El hacerlo le ha servido para tirar hacia arriba y sentirse revivida de nuevo. Confiesa que ahora retomará aquella novela que interrumpió. Va a ser más dura. Su protagonista vuelve a España y la realidad le va a dar en los morros. Dice que habrá muchos muertos y que el besamanos real le ha dado muchas ideas. Se va a titular Laureles amargos.

Su charla da para muchísimo más llenándose de anécdotas y titulares como cuando reconoce que no se le dan bien las relaciones estables, pero que es excelente para las inestables. Juega sobre una línea frívola, pero cuando le preguntan de política habla claro. Dice que los que mandan son los mismos, que siguen. Nos hemos ido conformando. En nuestro país se ha creado un miedo sibilino y subterráneo a quedarse fuera del sistema, sin trabajo. Comenta que como persona mayor tiene la sensación que hemos tragado mucha mierda. Explica que lo nuestro no fue una Transición porque no nos llevó a otra parte, sino al mismo lugar. Que la llamen la Permanente. Uno de los padres de la Constitución es el abogado que defiende a la infanta imputada, ¿qué imagen les estamos dando a los jóvenes? Los políticos que han subido o bien han trincado o se han adocenado. Los partidos nuevos y los que se reciclan se deben ocupar de escuchar. Van a tener que comunicarse con la gente, mantener un diálogo fluido entre los políticos y la calle. ¿Vamos camino de pelearnos entre nosotros?, le preguntan. Nunca se está seguro de nada, ella ha visto países estables disolverse en dos semanas. No cree que nos peleemos, el miedo en los 70 estaba mucho más visible, hubo muertos. Ahora hay otras cosas. Tenemos un gobierno central inmovilista y muchas fricciones locales. El auténtico problema debemos resolverlo nosotros en las urnas. Es fácil señalar la violencia, culpabilizar al otro que es la política en la que se ha quedado el gobierno. Reprimen manifestaciones y piquetes de huelga. El derecho a la huelga está desapareciendo. La represión contra los movimientos sociales es fuerte. Señala que contra la represión solo queda la desobediencia. Si ella hubiese sido Felipe VI habría bajado a la manifestación y sin embargo la respuesta política la dio Cifuentes mandando a la policía a reprimir a los que llevaban símbolos republicanos. Están recurriendo a la porra y a la cruz, y a veces las mezclan. Es carcundia. Los recortes les han venido al pelo para volvernos pobres.

Maruja Torres en vez de Podemos les llama Debemos. No le parece que sean flor de un día, señala que después de sus resultados electorales abdicó un rey. No les votó, lo hizo a EQUO, pero reconoce que tenía tres papeletas en la mano: IU, EQUO y Podemos, y que el joven que estaba a su lado también. Se alegró mucho por Podemos. Además su presencia en las instituciones va a permitir verlos en acción y según lo que haga decidirá su voto la próxima vez, porque hay que votar a alguien que se comprometa y que sepa explicar también la parte idealista de su programa que no van a poder cumplir y por qué. Ella ha vuelto a salir a la calle a manifestarse contra la nueva ley del aborto. Cuando Gallardón se presentaba por primera vez a la alcaldía de Madrid, ella ya pudo darse cuenta que estaba lleno de beatería y que era de «superderechas». Hay algo vengativo en él, solo tenemos que ver con qué saña nos quiere constreñir y castigar. El aborto es un medio para su venganza. Recuerda su cara de agobio cuando las chicas de Femen irrumpieron en el parlamento. Su mal está entre las tetas y lo sagrado.

Elia Barceló: Nos manipulan, nos matan y nos destruyen y aún así seguimos admirándoles porque son guapos

Elia Barceló presentando su novela en la Semana Negra
Elia Barceló presentando su novela en la Semana Negra
Marta Menéndez presenta a Elia Barceló. Se nota que son amigas cómplices porque cuando reviso las fotografías que he tomado durante la charla, me doy cuenta de que en todas ellas parpadean las dos a la vez.

Elia Barceló explica que empezó con la Ciencia Ficción, pero que no se dedica a ese género en exclusiva como se dice en Internet. Lo que pasa es que en la red se ponen pequeñas informaciones que se cortan y pegan y al final lo que se hace es repetir lo que dijo el primero. Presenta Hijos de Atlantis que es la segunda entrega de la trilogía Anima Mundi. Ella dice que Hijos de Atlantis es la parte central de una novela gordísima, porque en realidad forma parte de una historia más grande. A la editorial le propuso que salieran en un solo tomo y fue la propia editorial la que decidió que se publicasen por separado. Dice gordísimo porque cuando escribe un libro como este hay que darle espacio para que los personajes piensen. También quiere que cuando llegan a un sitio el lugar quede descrito de tal forma que si un lector va allí pueda reconocerlo. Por eso no puede cortar páginas.

En esta novela terminamos de conocer a todos los clanes y vemos sus luchas de poder y de control. Añade que tiene un punto de partida fácil y que luego se va complicando. Para los que no leyeron la primera entrega, Hijos del Clan Rojo, cuenta que en Anima Mundi hay 21 personas que parecen humanas pero que no lo son. No se sabe de dónde viene aunque hay muchas leyendas y mitología alrededor. Son diferentes, regenerables, envidiosos, rejuvenecen o envejecen a voluntad, muy discretos y, como viven más de mil años, han tenido tiempo para hacerse muy ricos e influyentes. Son los que controlan el mundo, pero su egoísmo les lleva a estar enfrentados. En Hijos de Atlantis van a salir a buscar si sus leyendas son reales, lo que permite a la autora tratar ese otro plano de realidad del que creen que proceden. Es una novela de descubrimientos, todo el mundo encuentra cosas de sí mismo que no sabía. Para los que empiezan con Hijos del Clan Rojo señala que arranca con una especie de larga crónica rosa juvenil, les pide que no se asusten, que confíen en ella y que ya entenderán los motivos más adelante.

Respecto al género de su libro dice que es híbrido, una novela mestiza, psicológica, de Ciencia Ficción, con escenas de terror y sobre todo de aventuras y de personajes. Hay que unir mitologías para que con esta premisa empiece a tener sentido. Dice que es una mentira creíble. Cuando le preguntan si sus libros resultas complicados, explica que esta novela tiene muchos escenarios por todo el planeta y con cuarenta y tantos personajes principales, lo que hace que pasan muchas cosas. Además, de vez en cuando, te cuentan historias que habían pasado antes. Señala que ella forma parte de una hornada de escritores a la antigua, que quizá podría tener más éxito si buscara lectores menos despiertos. Pero no, escribe para la gente que se divierte con los juegos que ella propone. Su novela no es difícil para quienes están acostumbrados a leer.

Comenta que como escritora tiene mucha suerte porque sus personajes vienen con todo. Sabe quiénes son, su historia, cómo hablan, lo que les gusta… y lo que no sabe le va viendo luego. Le preguntan cómo puede compaginar esa aparente dulzura que muestra con la crueldad con la que trata a alguno de sus personajes. Responde que es muy dulce, pero que piensa. Hay momentos en que tiene que ser cruel, que lo hace por el propio bien de esos personajes. Las víctimas las escribe como víctimas porque su destino está marcado y se les nota. Si Dios existiese, debe tener una sensación similar.

En la primera novela de Anima Mundi los raros tienen más pesos y en la segunda crece el protagonismos de los humanos. Es así a propósito, explica, pues no somos tan tontos como ellos piensan y nos podemos equiparar. Si nos uniéramos podíamos conseguir mucho. Hijos de Atlantis también es una imagen de nuestra sociedad y una crítica a lo que está pasando. Nos manipulan, nos matan y nos destruyen y aún así seguimos admirándoles porque son guapos.

La República Cultural