martes, 12 de febrero de 2013

¿Por qué desaparece un cadáver?

Oriol Paulo compite con El cuerpo por el Goya al mejor director novel


Cartel de la película El cuerpo
Cartel de la película El cuerpo
¿Por qué? Porque es un buen thriller.
Con El cuerpo, Oriol Paulo debuta en la dirección de un largo. Aunque ya tenía cierta experiencia dirigiendo -un corto, un mediometraje y una película para televisión-, su carrera cinematográfica la había desempeñado sobre todo como guionista, destacando especialmente por el guion de Los ojos de Julia.

El cuerpo solo tiene una nominación en estos premios Goya, la de dirección novel para Oriol. Quizá se merecía alguna otra más, pues se trata de una digna película de género, bien hecha y mejor rematada. La intriga se mantiene y tras cada pieza que se coloca surge otra que parece tener peor encaje con las anteriores, que vuelve tirante el puzzle hasta que se le encuentra su lugar exacto. Ese desconcierto programado que se crea en el espectador como un estado de ánimo inducido es un elemento peligroso sobre el que jugar, sin embargo, la película lo controla y lo convierte en su punto fuerte. Ese control que existe entre lo que los personajes saben y lo que el espectador descubre está milimétricamente inmerso hasta en la propia sinópsis: «El vigilante nocturno de un depósito de cadáveres es atropellado tras abandonar su puesto de trabajo en estado de pánico. Cuando la policía se presenta para investigar, descubre que el cadáver de una mujer recién fallecida ha desaparecido de la morgue. Sin ninguna pista que aclare el extraño suceso, el Inspector Jaime Peña recurre a Álex Ulloa, el viudo de la mujer desaparecida. Juntos, durante el transcurso de una noche intensa, intentarán descubrir la verdad sobre las misteriosas causas de la muerte de la mujer y la desaparición de su cuerpo…»

Cuando se pierde el control de una situación preparada y ésta se vuelve adversa, cuando las dudas nos van rodeando hasta hacerse insoportable la presión, la condición humana se resquebraja. Confesar hasta el último secreto se convierte en una posibilidad que nos puede parecer plausible. Pero esa confesión ni calma ni alivia. Las cosas no son ni la sombra de lo que parecen, porque hay otro que ahora tiene los hilos y está tirando de ellos. Ni siquiera los secretos contados disminuyen la incertidumbre de lo desconocido, de esa trama angulosa que nos intranquiliza. Con ese material está construido El cuerpo a través de dos elementos: un guion si fisuras y una interpretación que aumenta la inquietud.

Nadie nos cae bien. En ningún personaje encontramos rasgos que nos hagan confiar ciegamente en él. Mayka Villaverde (Belén Rueda) es egoísta y mala porque tiene el mundo a sus pies obedeciéndole. El inspector Peña (José Coronado) resulta inquietante con su caracterización inocente y ridúcula y sus explosiones de carácter, además llega con un pasado confuso. Álex Ulloa (Hugo Silva) tampoco tiene un comportamiento que pueda gustar, ya que es el siervo que quiere convertirse en amo. Carla Miller (Aura Garrido), a pesar de sus hermosos ojos, tampoco es clara.

Precisamente, de esa desconfianza en los personajes porque cada cual esconde algo surge la necesidad del espectador por descubrir todo el entramado que hay detrás. La primera pregunta que se hace es quién ha robado el cadáver, pero el interrogante correcto, el que se debería hacer para desentrañar el misterio, es por qué desaparece el cadáver. ¿Para qué todo esto?, ¿cuál es el propósito que hay detrás?

Fuera llueve, es una noche plomiza. Ese tiempo inclemente es el único posible para dibujarnos el estado de ánimo en el que confluyen los personajes. En esas noches de lluvia es cuando todos nos entretenemos mirando por la ventana, fabulando mientras las gotas resbalan inexorables tras el cristal. Dentro, sin embargo, están los culpables, las consecuencias y el ajustar las cuentas. Esa tensión insoportable con la que apretar para saber la verdad. El proceso de construir esa explicación se va pegando a la película, respirando su aire y jugando bazas nuevas. Por eso sorprende que ésta sea una primera película pues está hecha con asombrosa madurez.

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