miércoles, 29 de febrero de 2012

Young Adult, personajes atascados en la edad del instituto

El director Jason Reitman y la escritora Diablo Cody vuelven a trabajar juntos, después del éxito que consiguieron en 2007 con Juno

Cartel de la película Young Adult
Cartel de la película Young Adult
Estados Unidos es la tierra del marketing, cada producto tiene establecido su «target» o público objetivo. Así, como ejemplo de esta catalogación objetiva, nos encontramos con que las novelas que van dirigidas a los adolescentes se etiquetan en las librerías estadounidenses como «Young Adult» y tienen su propia estantería. De esa categoría surge el título de la película, pues Mavis Gary (Charlize Theron), la protagonista de Young Adult, es una escritora de una serie de libros sobre un grupo de jóvenes que están en el instituto. Es una serie que llega a su fin porque ha tocado fondo, como la propia escritora. Mavis no se siente muy reconocida, su nombre no figura en portada sino en letra pequeña en la solapa, se ha separado, cada día bebe más y al despertarse no le gustan los hombres que han pasado la noche en su cama y que siguen allí. No lleva la vida que soñó. Cuando estaba en el instituto de su pueblo era la más guapa y destacaba en todo lo que hacía, entonces todas las chicas querían ser como ella, aunque en el fondo la detestasen. Pero aquellos tiempos han pasado, solo hay que mirar la habitación de su apartamento para entenderlo.

Cuenta Diablo Cody, la guionista de la película, que empezó a escribir este guion a raíz de una noticia asombrosa que encontró en la prensa: una mujer había vuelto a buscar a su novio del instituto muchos años después. Se hizo muchas preguntas para crear al personaje, pues le interesaba inspeccionar ese arquetipo de personas que se quedan ancladas en el pasado, que consideran que su mejor época ocurrió en el instituto y que pretenden recuperar aquella vida de entonces, a toda costa, a través de la misma relación con el hombre que las hacía felices entonces, negando cualquier cambio posterior.

La película la dirige Jason Reitman, director de los trabajos Gracias por fumar, Juno -película ésta cuyo guion también fue escrito por Diablo Cody- y la exitosa Up in the Air. Sin embargo Young Adult no llega al mismo nivel, se queda más abajo, en el de una película con buenas intenciones pero que no termina de cuajar. Tal vez porque aquí la adolescencia carga con una mala leyenda y no reviste para casi nadie tiempos de felicidad, como mucho sentimos una cierta nostalgia por el fin de la infancia y solemos desterrar la adolescencia que viene luego. Tal vez este es el motivo por el que el largometraje no llega a despertar el suficiente interés, a pesar de los giros de guion y del tratamiento novedoso que supone el punto de vista desde el que aborda el tema.

Charlize Theron en una escena de la película Young Adult
Charlize Theron en una escena de la película Young Adult
En todo duelo de comedia romántica hay dos mujeres enfrentadas, la protagonista que debe deshacer todo el nudo con sus encantos y la rival que siempre es mala y nadie sabe por qué estúpidas decisiones la ha elegido el chico. Aquí resulta al revés, la rival es simpática, profesora de niños con necesidades especiales y tiene una banda de rock. De esta forma surge lo novedoso, porque, aunque toda la historia presenta la apariencia de una comedia romántica -chica guapa quiere recuperar a chico inocente-, la decisión de su tratamiento va por otro camino, el de convertir Young Adult en un ejemplo de anti-comedia romántica. En primer lugar porque la relación que busca recuperar la protagonista no va a ninguna parte. En segundo lugar porque vamos descubriendo la fuerza del amor de su ex-novio con su compañera actual, son una pareja compenetrada, perfecta y que además acaban de tener un bebé que sella cualquier fisura de la relación; de la vida de ellos sí que se podría haber hecho la comedia romántica, pero aquí son los secundarios de la historia. Finalmente, el último punto que no encaja dentro del género es el estado de ánimo del personaje principal, una mujer que se ha quedado atascada en una época y que se encuentra deprimida y un tanto desequilibrada, tan vulnerable que no puede protagonizar ninguna comedia romántica.

Ese es el verdadero argumento de la historia, la vulnerabilidad de las personas que se muestran duras por fuera, como si fueran grandes triunfadoras, pero que por dentro no han sabido crecer ni madurar. Mavis Gary es una mujer emocionalmente inmadura que debe emprender un camino de hundimiento para poder pasar página y arrancar una nueva etapa. La atrofia es quizá el tema de Young Adult, la atrofia anímica de Mavis en su viaje de retorno desde Minneapolis, la física de Matt Freehauf (Patton Oswalt) y la general del pueblo de Mercury, un lugar de ambiente provinciano donde sus habitantes parecen comportarse como palurdos, y sin embargo resultan personas satisfechas con la vida sencilla que llevan e incluso se muestran felices.

Lo superficial no sirve para siempre, hay momentos en los que se precisan afectos, caricias, oídos cercanos y brazos alrededor de los hombros. Esa división simple de un mundo que se divide entre ganadores y perdedores se ha quedado corta. Cuando la adolescencia se acaba resulta imposible distinguir con una mirada a qué clase pertenece cada cual. A Mavis, ver como se le cae todo a su alrededor le produce impotencia, no sabe cómo resolver los problemas en el mundo de los adultos, donde no sirven los esquemas de triunfo en el instituto, ni las fórmulas que adopta como escritora, ni copiar los diálogos que escucha en la calle. Debe empezar a plantearse sus propias cuestiones existenciales.

Matt Freehauf, el chico que en el instituto tenía la taquilla al lado y al que nadie miraba, iba para fracasado. No tenía muchas posibilidades, además de su gordura, se metían con él por ser gordo y también le dieron una paliza que le destrozó la vida solo porque los demás pensaban que era homosexual. Tampoco superó el instituto, ahora pinta muñecos, destila whisky y vive con su hermana Sandra (Collette Wolfe), que también se quedó en el pasado. Y sin embargo los dos son el corazón de la película, por su calidez y por su humanidad, son los únicos que hacen evolucionar a Mavis. Matt porque sabe decirle las cosas tal y como son y Sandra porque le sube la moral cuando ha tocado fondo, en una de las mejores escenas de la película.

Charlize Theron realiza una gran interpretación en Young Adult, sosteniendo un personaje con muchas aristas, al que podemos detestar en un inicio pero al que terminamos mirando con una cierta ternura. Consigue meterse completamente en su piel y darle la credibilidad que necesita. Otro actor muy acertado en la película es Patton Oswalt que se apoya en la expresividad de sus ojos y en la muleta de su personaje para hacerlo crecer humanizándolo. Collette Wolfe aprovecha muy bien los pocos momentos en los que aparece para forjar un personaje al que imprime verdadero carácter.

La película se deja ver, es cierto, pero defrauda por las expectativas que se crean a su alrededor y no se cumplen.

A modo de pequeño anecdotario: Mavis Gary regresa a su pueblo, del que sabemos su nombre Mercury y que se encuentra en el estado de Minnesota. Sin embargo es un nombre inventado, un topónimo falso, aunque existe una compañía industrial llamada Mercury Minnesota Inc. con sede en la localidad de Faribault y dedicada a la fabricación de chapas metálicas. Los habitantes de Mercury llaman a Minneapolis, capital del estado, la «mini-manzana», haciendo con ello una broma local. Las localizaciones se realizaron en la ciudad de Rogers y en el condado de Sherburne. Son lugares pequeños en los que es corriente escuchar nombrar a Minneapolis como Mini-Apple por oposición a «la gran manzana»: Nueva York. Cobra aún mayor sentido, como una broma doble, si se espera a los títulos de crédito y se comprueba que entre los agradecimientos figura una pequeña ciudad del estado de Nueva York: OrangeTown, la «ciudad de la naranja».

De su director, el canadiense Jason Reitman, se dice que asistió a su primer rodaje al poco de nacer, con once días, mientras su padre, Ivan Reitman, rodaba entonces Desmadre a a la americana. El joven Jason fue apareciendo en diferentes largometrajes de su progenitor: Los gemelos golpean dos veces, Los cazafantasmas 2 y Dave, presidente por un día.

Jason Reitman estudió en la universidad del Sur de California, donde se integró en el grupo cómico Commedus Interruptus. Durante el segundo año de universidad montó un negocio de calendarios colegiales que tuvo tanto éxito que le permitió financiar su primer corto: Operation, un trabajo que terminaría presentando al festival de Sundance en 1998. Filmó varios cortos más y también trabajó para una productora de publicidad realizando anuncios publicitarios que lograron varios premios internacionales, como en Cannes.

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