El Festival de Cine Alemán de Madrid estrena la taquillera Fack ju Göhte
Viernes 13 de junio de 2014. Festival de Cine Alemán de Madrid. Cine Palafox. Madrid
Cartel de la película Fack ju Göhte
Viendo Fack ju Göhte te ríes y te diviertes. Así que el film seguramente cumple sus objetivos. También deja una poca de moralina sobre el sistema educativo, los alumnos conflictivos y el poder que tiene el profesorado para ayudar a que las personas de la siguiente generación tengan más oportunidades, corregir para que puedan disfrutar de lo que nosotros no tuvimos. Para ellos señala que la voluntad es más importante que el mero conocimiento. Y así, hasta el más gamberro, si sabes conectar con él, cae rendido. Solo hace falta que dejemos en casa el egoísmo, que nos preocupemos de quien más necesitas y que seamos felices con ello, pues nada hay mejor que la satisfacción por ver que formamos personas que van a mejorar el mundo. Todos y todas merecen una oportunidad y el sistema educativo debe esforzarse en dicho sentido.
Sin embargo, no pude quitarme de encima la sensación de que ya había visto esta película muchas veces. El cine estadounidense ha repetido el mismo patrón hasta la saciedad. Fack ju Göhte copia y explota el modelo, con algunas aportaciones propias. La primera de ellas es dulcificarla con un humor más europeo, con cierto cinismo, y haciendo un espejo con la realidad, enseñando el otro lado, el que no es literario. «¿Tú no querías ser camello? Pues esto es un yonqui pasando el mono». Y nos reímos de ver como un adolescente se topa con la realidad, igual que nos habíamos reído por la ocurrencia de elegir una profesión ilegal porque significa tener dinero rápido y fácil. La segunda de las aportaciones que ofrece la película es la de hacer una mezcla con la comedia romántica. Colocar dos polos opuestos que se atraen, porque los extremos siempre están equivocados y la verdad se haya en el punto medio. Eso es lo que dicen los medios de comunicación, el mensaje con el que nos bombardean y por aquí la película también cumple. El limón y el agua, si se les añade azúcar, producen limonada. Y la última de estas aportaciones es la sencillez. Fack ju Göhte nada tiene que ver con la sofistificación hacia la que han evolucionado estas comedias gamberras los yanquis, repletas de medios, efectos especiales. Aquí todo es más sencillo, más simple, más directo.
Lo dicho: diversión, pero nada nuevo. Hasta el final es el que esperas.
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