Marcos Ana, hablando de una Transición incompleta, nos recuerda que no es lo mismo luchar contra la libertad que defenderla
Martes 30 de octubre de 2012. Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla. Madrid
Cartel del homenaje a Marcos Ana en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla
El rector, para presentar al resto de ponentes, explica que son ya siete los años que AMESDE lleva investigando lo que pasó en este país, haciendo un trabajo encaminado al estudio y a la recuperación de la memoria del siglo XX como un elemento de reflexión que amplíe los campos de luz para la interpretación de los sucesos del siglo XXI y poniendo el acento en los aquellos que lucharon en condiciones hostiles por la recuperación y el mantenimiento de los valores democráticos. Marcos Ana es uno de los que emprendieron esa lucha.
Jaime Ruiz, en su intervención, marca el carácter del acto: el reconocimiento a una figura imprescindible para conocer nuestro pasado. Se lamenta de que después de 75 años, desde aquel momento en el que se crearon las ilusiones de forjar en España un país democrático, aún sigamos reclamando lo obvio. AMESDE está tratando de unir con un puente la Segunda República y la democracia de 1978, porque el siglo XX nos dio una lección de valores democráticos a los que se opusieron en toda Europa soluciones totalitarias. De la Transición señala que los vencidos perdonaron a los vencedores a cambio de una convivencia que todavía no se ha estabilizado. Ruiz añade que no es posible tener una democracia sin recuperar la labor de los movimientos antifranquistas y establecer una reconciliación sin desmemoria, algo que no hemos hecho. Marcos Ana es un referente de lo que significó esta lucha antifranquista y a nosotros como sociedad nos toca mantener vivo ese recuerdo, decirle que su lucha no fue estéril y que trasladamos el legado que representa a los jóvenes para que no lo olviden.
Marcos Ana y Javi Larrauri en una foto de archivo.
Por cortesía de Javi Larrauri
Por cortesía de Javi Larrauri
Comenta Marcos Ana que hay muchas cosas que no se han resuelto como se debía. En la Transición no se movió nada, se quedó todo como estaba y el poder del pasado sigue estando en los entresijos de nuestra democracia. También habla de la juventud, es a esas generaciones que tienen la llave del futuro a las que debemos dirigirnos para «dejarles las ideas por las que luchamos y seguimos luchando». Confía en que estos jóvenes prosigan la lucha y que sean sus conciencias las que les dicten la necesidad de querer lograr un mundo más justo y más feliz.
Por su parte, Javi Larrauri indica que se hace necesario un ejercicio de memoria para que podamos encontrar hacia dónde queremos ir o al menos saber a qué lugares no queremos regresar. Marcos Ana es una persona generosa y de un compromiso constante. En estos tiempos difíciles se nos hace más necesario mantener la memoria fresca y la mente lúcida para recuperar figuras nobles. La voz y la imagen de Marcos Ana, su testimonio, nos sirve para saber que la solidaridad puede vencer a la mezquindad, que la avaricia puede ser derrotada por la justicia social. El documental Marcos con eme de memoria, en palabras de su autor, pretende narrar a través de los testimonios de Marcos Ana lo que pasaron las miles de personas que como él lucharon contra el fascismo en defensa de la Segunda República Española. Arriesgaron su propia vida luchando por un mundo libre y en democracia, y posteriormente tuvieron que hacer frente a la sangrienta represión franquista durante la dictadura. Aquellos valores por los que lucharon se desvanecen ahora a marchas forzadas, incluso se están destruyendo hasta los derechos fundamentales. Nuestra maltrecha democracia cada vez se parece más al antiguo régimen dictatorial. Javi Larrauri finalizó su intervención invitándonos a recoger el testigo de Marcos Ana como solución.
Tras sus palabras se proyectó el documental Marcos con eme de memoria, un trabajo que forma parte de un proyecto artístico usando la pintura, el dibujo, la fotografía y el vídeo y que Javi Larrauri ha dedicado a la figura y obra del poeta y luchador antifranquista Marcos Ana, un referente contemporáneo que sigue en activo. El documental nos presenta a Marcos Ana hablando de diferentes momentos de su vida, recitando, cantando y explicando sus opiniones sobre el presente. Ese diálogo que se establece entre Marcos Ana y el espectador da la imagen precisa de un hombre imprescindible, sencillo y eternamente luchador, que cree en el ser humano y en la libertad. Esos instantes se funden con imágenes del proceso de creación de la obra pictórica, que resultan como pausas, como momentos para la reflexión, y que se potencian con el sonido de piezas instrumentales significativas, como La Internacional o El himno de Riego. Rompen el silencio del trabajo solitario de la creatividad y acompañan el pensamiento. En las manos de Larrauri, mientras dibuja y pinta, vemos el trazo firme de un artista que busca el pulso a la memoria, con tranquilidad, recordando y trazando las líneas que le llevan de un punto a otro. Uno se pregunta en qué pensaba mientras pintaba, e inmediatamente le viene a la cabeza la respuesta, seguro que recordaba en esos instantes lo que Marcos Ana le había contando en sus conversaciones, lo que retrata en su documental.
Tras la proyección se abrió un debate con el público presente en el que se escucharon múltiples palabras de agradecimiento a Marcos Ana y se elogió la calidad humana del documental. A Marcos Ana le preguntaron sobre si estaba contento con la situación actual de esta democracia precaria y respondió que no podía estarlo pues es una situación injusta. Dijo que ésta no es la España ni la sociedad que queremos, así que nos toca seguir luchando con serenidad, con profundidad y sin descanso, pues la derecha también trabaja en todo lo contrario.
El acto se despidió con un anécdota de José Carrillo recordando los días en que conoció a Marcos Ana cuando éste había salido de la cárcel. Era como un niño porque lo preguntaba todo, dice. Ahora sigue siendo igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario