La película rumana Marţi, după Crăciun (Tuesday, after Christmas) se llevó los premios de mejor largometraje, mejor actor y mejor actriz en la 48 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón
Vicente Areces, presidente del Principado de Asturias le entrega a la actriz Mirela Oprișor el premio de mejor película durante la gala de clausura de la 48 edición del Festival de Cine Internacional de Gijón
Sección oficial: Marţi, după Crăciun
Marţi, după Crăciun (Tuesday, after Christmas) sin duda ha sido la gran ganadora de esta edición de 2010: mejor película, mejor actor (Mimi Brănescu) y mejor actriz (ex aequo: Mirela Oprișor y Maria Popistașu). Representa bien la ola de cine rumano que nos llega y a costa de la cual se han hecho tantos chistes este año en el Festival. Marţi, după Crăciun forma parte de esa nueva cinematografía que se está dando en Rumanía, de historias sencillas, realistas, de personajes que resultan próximos, de tomas fijas, sin grandes textos, ni grandilocuencia en los diálogos, que pretende ser directo, de ritmo lento y que resulta un tanto aburrido. Es como rodar un gran drama, pero hacerlo poniendo todo el detalle en lo cotidiano. Es un cine cargado de hastío.
Cartel de la película Marţi, după Crăciun (Tuesday, after Christmas)
Marţi, după Crăciun puede ganar un festival, pero no va a levantar pasiones en el público pues carece del brillo de lo excepcional. Su encanto es el mismo que tiene la propia vida, así que no hay relumbrón posible. En lo técnico, la película se ha hecho con corrección. En lo artístico, se ha sustentado por las tres magníficas interpretaciones de sus protagonistas. Costará el año que viene acordarse de la película que ganó en 2010.
Al terminar la película, frío recibimiento del público, que rápidamente se fue levantando y abandonando la sala en silencio. No se escuchó ningún aplauso. No hubo corrillos a la salida de gente hablando apasionadamente de la película.
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