Del realismo y las intenciones
Papeleta de votación para el premio del Público
Mi paseo matinal me llevó lejos del centro, hasta el Centro Municipal de Empresas de La Calzada que no conocía. Se trata de una antigua fábrica de la empresa Cristasa. Un edificio modernista, de ladrillo rojo, que en 1992 acondicionó el Ayuntamiento para albergar diferentes proyectos empresariales de la ciudad. Bonito por fuera y por dentro básicamente funcional aunque manteniendo su encanto.
Los labios cargados de impotencia
Cartel del largometraje argentino Los labios
Tres mujeres se encargan de elaborar un censo sanitario en una zona muy depauperada. Son tres asistentes sociales enfrentadas directamente con la exasperante dificultad de lidiar con un trabajo que realizan de la forma más humana posible, pero que las divide entre la urgencia de ser útiles y la impotencia de ser superadas por las circunstancias. Viven juntas en una casa abandonada facilitada por el ayuntamiento, hogar acondicionado y abastecido con mucha precariedad. Además cada una de ellas se encuentra en una etapa vital diferente, lo que se plasma en asunciones distintas de la situación.
Cuando se habla de objetividad en el cine de una forma obsesiva siempre se acaban haciendo experimentos que en aras de un realismo todopoderoso sacrifican muchos valores del cine y hasta la paciencia del espectador. La película cojea en sus personajes, de los que no se habla del pasado, del que se intuye pero no se avanza, de un presente que nos explica, de unos comportamientos sin justificar. Me resultó demasiado áspera de ver. No encontré otra cosa en ella que un realismo anodino y construido por encima de un barrio deprimido que sin bien produce cierto desasosiego no consigue fijar la atención.
Tilva Ros, adolescentes patinadores
El director serbio Nikola Lezaic en la rueda de prensa de su película Tilva Ros
Tilva Ros, que compite en la sección oficial del Festival, me ha parecido una película sincera y cruda, que en cierta manera explica la cultura jackass como una válvula de escape, como la forma de rellenar el presente, justo cuando se van a acabar todos sus privilegios y tendrán que convertirse en la siguiente generación de adultos.
El director serbio Nikola Lezaic en la rueda de prensa explicó que no fue skater durante su juventud y que nada tiene que ver con el mundo del monopatín, pero que vio un vídeo de youtube hace tres años de un grupo de jóvenes de 19 años en su localidad. Le despertó la curiosidad y se puso a investigar. Se preparó un borrador antes de conocer a los patinadores. Después, al conocerles fue modificando el guión, ajustándolo para que tuviera credibilidad. Se tomó la película como un puzzle donde encajar y explicar cada uno de los vídeos colgados en Internet. El guión terminado nunca se lo entrego a los chicos para que lo leyeran, así que iban escena a escena.
A Lezic le gusta decir las cosas claras y muestra en todo momento el entorno social, las huelgas de los mineros, sus manifestaciones, el mundo del trabajo en manos de los empresarios… Es el fondo, el peligro hecho realidad pero que los chicos ignoran.
Preguntado sobre la violencia tomada como parte de la diversión de estos muchachos, respondió que la juventud de hoy en día consigue hacer amigos con mayor facilidad. Dice que en general se piensa que los adultos no entienden a los jóvenes, siempre ha sido así. No cree que en la actualidad sean más violentos que otras generaciones anteriores, pero ahora tienen más medios para captarlo y compartirlo. Hay gente enferma en cada esquina, pero el problema no tiene que ver con la juventud, sino con personas concretas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario