martes, 18 de noviembre de 2014

¡Moncloa, dígame!


Ilustración: Artsenal
Ilustración: Artsenal
–¿Es ahí la casa del presidente del Gobierno del Reino de España?… ¿Se puede poner?… De parte de Pedro… Sí, me conoce, hemos coincidido en unas cuantas reuniones y hasta hemos comido juntos alguna que otra vez. Yo también me dedico a la política… Pues dígale que tiene una llamada, que es muy importante… Sí, para mí lo es, y para él también, seguro… Un asunto de estado, cuéntele… Sí espero…

(diez minutos después, con siete canciones tarareadas y un gin tonic premium a medias)

–Mariano, ¿no te acuerdas de mí?… ¡No!, ¡pues anda que no habremos jugado juntos al tabú con la Merkel, el Matteo y el Françoise! Ahora no podemos decir recortes, tampoco crisis, ni paro. ¡Anda que no nos reíamos ni nada!… ¿Qué no caes?… Soy Pedro Passos Coelho… Sí, precisamente como el escritor de «El alquimista»… No, no, no soy familia suya… ¿Qué no te suena mi nombre entonces?… No, el acento que tengo no es de Murcia, es portugués… Uso gafas y me peino con raya a la izquierda… ¿Ni aun así?… Mariano, soy el primer ministro de Portugal… ¿Ya me ubicas entonces aunque sea ligeramente? ¡Menos mal!… Te llamaba para una cosilla… A lo mejor te da la risa y todo. A mí la primera vez que me lo contaron mis asesores me chocó un poco, ya te aviso… Verás es que aquí nos hemos cansado de ser independientes. Eso de tener un país está muy bien, pero luego tienes que gobernarlo, que tomar decisiones, que hacer cosas, ¿qué te voy a contar que no sepas?… Eso, que es muy cansado y que como no hay dinero para tantos países, a los asesores se les ha ocurrido que la República de Portugal ingrese en el Reino de España… Como una autonomía más, eso sí tiene que ser con rango de Comunidad Histórica… ¿A ti qué te parece?… Entonces lo ves bien. Me alegro… Sí, sí, nos estamos apoyando en que venimos de un tronco común y en aquello de que en un tiempo pasado fuimos un único país… No, no, lo de pedir perdón por habernos separado en su momento no lo vamos a hacer… Sí, estamos dispuestos a admitir a vuestro Felipe como soberano… Bueno, yo no usaría eso de «una, grande y libre» en la televisión para explicarlo… Para eslóganes ya tendremos tiempo… Lo del reparto, si te parece, lo decidimos luego, ahora hay que centrarnos en dar los primeros pasos… Sí, lo primero será dar una rueda de prensa conjunta… No, no, en directo, nada de plasmas… Vale, nosotros te escribimos lo que tienes que decir… De acuerdo, sin paréntesis, ni citas, ni nada de eso… Sí, eso ya lo tenemos pensado: vamos a hacer una consulta soberanista… Sí, sí, dejar que el pueblo vote… Sí, sí, queremos tener a la ciudadanía en cuenta, que se exprese… Que sí, que no lo podemos arreglar al margen de la gente… Ya, que vosotros lo del referéndum en España no lo veis… Que no lo recoge la Constitución… Que tenéis que preguntarlo al Constitucional y que se puede hacer muy largo el asunto… ¿Se os ha ocurrido reformar la Constitución?… No, no, tan sagrada no es, que ya os pusisteis de acuerdo con lo del artículo 135… No, no tenemos prisa, somos de esos que piensan que a camino largo paso corto… ¿Me estás dando largas?, ¿pero si hace un momento me has dicho que te entusiasmaba la idea?… Ya, que te viene a la cabeza Gibraltar… No, pero esto es otra cosa… Ya sé que es algo de lío lo de unirnos, pero es una buena idea para los dos… Ya, que lo de tener que preguntar a la gente te da sarpullido… Que prefieres no hacer nada y que las cosas se arreglen solas… De acuerdo, pues lo dejamos así, cada uno con su país… Venga, otro abrazo para ti y un beso para tu mujer.

(A la memoria de Miguel Gila y que me perdone por la torpeza de tratar de sacar punta al tema de la consulta soberanista a su manera)

Revista Gurb

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