Que el transporte público en Madrid se está deteriorando a marchas forzadas es algo conocido. Sin embargo cada vez nos cuesta más caro a las personas que lo utilizamos para movernos. Madrid en Transporte Público nace como respuesta a la política de recortes y precarización del transporte público que el Gobierno Regional y el Ayuntamiento han impulsado en los últimos años: progresivamente hemos asistido a un incremento de tarifas muy por encima del IPC, a un recorte brutal de servicios en Metro, a la desaparición del buhometro, al cierre de vestíbulos e, incluso, al desmantelamiento de una línea ferroviaria como la de Pinto-San Martín de la Vega. Para darse a conocer, esta mañana, en el intercambiador de Atocha, se han presentado al resto de la sociedad.
El primero en tomar la palabra ha sido el escritor Isaac Rosa. Acude como ciudadano preocupado con lo que está ocurriendo con nuestros derechos. Además de preocupados, estamos irritados y cabreados. Así que es hora de que usuarios y trabajadores nos unamos para defender lo nuestro. Madrid en Transporte Público es un espacio de resistencia ciudadana frente a los que hoy están degradando y amenazando el futuro del transporte público en la Comunidad de Madrid. Debemos rescartarlo de esas manos que lo han gestionado mal, sin transparencia, externalizándolo y poniéndolo al servicio del modelo inmobiliario. Isaac Rosa explica que es necesario garantizar la función social del transporte público. No podemos permitir que se imponga un modelo de troceamiento y privatización como el que están siguiendo otros servicios. Debe ser totalmente público, universal, accesible, de calidad y con financiación suficiente. Es hora de transformar el cabreo en acción.
Tras él interviene Mariano, representando a la plataforma de Madrid en Transporte Público. Cuenta que este acto es el primero, pero que llevan más de dos meses de reuniones y asambleas. La rapidez con la que se está deteriorando el servicio -reducción de líneas, horarios, frecuencia…- deja traslucir el aparente deseo de privatizarlo por parte de sus gestores. Ante esta realidad es necesario construir un dique de contención a estas intenciones, pero que también sirva para proyectar el transporte público como eje principal de la política de movilidad porque es el medio más equitativo, barato, eficiente y de menor impacto ambiental. En definitiva: Más transporte público y de más calidad. El programa no se queda en lo abstracto sino que propone seis medidas concretas:
1. Reducción de las tarifas actuales, introducción de nuevos Abonos Sociales gratuitos para personas sin empleo, familias con ingresos inferiores al Salario Mínimo y menores de 13 años y ampliación del Abono Joven hasta los 30 años.
2. Recuperar los servicios suprimidos por los recortes y ampliar el servicio público a lugares donde hoy no llega o es insuficiente: poblaciones, polígonos, hospitales…etc.
3. Accesibilidad universal, con estaciones y vehículos adaptados a personas con problemas de movilidad y eliminación de controles racistas.
4. Mantenimiento de la propiedad y la gestión pública del transporte colectivo.
5. Realizar una auditoría ciudadana de la deuda contraída para verificar qué partidas son ilegítimas y por tanto no deberían devolverse.
6. Establecer una política fiscal finalista: que los ingresos autonómicos y/o municipales obtenidos del automóvil se dediquen a financiar un transporte público de calidad.
Los inmigrantes piden a Metro de Madrid que no colabore con el acoso que realiza la policía en sus instalaciones y erradique de ellas la idea racista de los controles policiales por ser actuaciones discriminatorias, ilegales e inmorales.
Los desempleados explican que el transporte público les sirve en sus viajes personales y también en los que emprenden para buscar trabajo. Sin ingresos no pueden costearse el transporte público, así que solicitan un abono transportes gratuito para toda persona cuyos ingresos no supere el Salario Mínimo Interprofesional.
Los trabajadores y trabajadoras del transporte público madrileño hablan de los recortes y de cómo se ha reducido plantilla y bajado los salarios. Quieren mantener sus condiciones laborales y alejar el transporte público de las políticas de recortes para seguir teniendo un servicio y unas instalaciones de calidad.
Los jóvenes señalan que con la excusa de los recortes nos roban el transporte y el futuro. Se enfrentan al alto índice de desempleo juvenil, a un acceso al trabajo precario y a la subida de las tasas universitarias. En esas condiciones, ante el aumento de tarifas que ha llevado el precio del abono joven a un 10% del Salario Mínimo Interprofesional y con la realidad de que el abono joven de transporte solo llega hasta los 23 años, consideran que sus necesidades de movilidad se ven mermadas. Exigen que el abono joven se extienda hasta los 30 años.
Finalmente, las personas que viven en los pueblos de la Comunidad de Madrid contaron que sufren el mismo problema de los transportes públicos pero en dos sentidos: como usuarios de los transportes interurbanos y también de los urbanos porque ambos medios deben coger para llegar a su trabajo. Los recortes alargan el tiempo de transporte con más esperas y menos líneas. Nunca se pagó tanto y nunca hemos tenido un servicio con menor calidad.
El acto no dio para más, se hizo necesario recoger la pancarta y disolverse pues la seguridad privada contratada por Renfe así lo solicitaba. Queda la promesa de vernos en las calles y el grito de «Transporte público y de calidad» que nos une.
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