La Muestra de Cine de Lavapiés nos adentra en la miseria alrededor de la inmigración ilegal
Cartel de la película documental Qu'ils reposent en révolte (Des figures de guerre)
Hay documentales que sirven para informar, como ocurrió con la programación de ayer en la Muestra. Otros, sin embargo, lo que pretenden es que el espectador pueda meterse en la piel de otros semejantes. No resulta tarea fácil hacernos sentir lo que padecen algunos seres humanos que han tenido mucha menos suerte que nosotros. De este segundo grupo es Qu'ils reposent en révolte (Des figures de guerre), un trabajo del director francés Sylvain George que retrata la inmigración ilegal en Francia. Para ello rodó durante más de tres años en Calais, punto habitual de paso en las rutas de la emigración hacia Inglaterra. Allí llegan personas de diferentes lugares del mundo y esperan con paciencia su oportunidad para poder cruzar al otro lado del Canal de la Mancha. Unos lo harán intentado colarse en alguno de los muchos camiones que por allí circulan y otros a través del puerto marítimo. Su espera se hace larga y Sylvain George no pierde detalle. Nos muestra con dureza las condiciones infrahumanas en las que se ven obligados a convivir.
El espectador se adentra en lo cotidiano de la vida de estos emigrantes clandestinos. Con lentitud y paciencia, la misma con la que ellos pasan el día esperando, vamos viendo lo que hacen y cómo entretienen las horas muertas. Se dedican a su higiene personal, a buscar su oportunidad, a ir de un lado para otro, a correr delante de la policía que les hostiga, a charlar y a recordar. De esa forma se nos va haciendo visible la ciudad fantasma de los emigrantes, esa que pasa desapercibida y que los medios ignoran por lo general. Ellos, los que viven en ella, le han dado un nombre: «la jungla».
Quizá las partes más interesantes del documental ocurren cuando algún inmigrante cuenta su historia a la cámara. Cada una de ellas narra una tragedia, una muestra de superación humana, una esperanza incansable de encontrar un lugar mejor donde labrarse un futuro próspero. El sufrimiento y el dolor es la otra cara de la moneda, algo que Sylvain George no nos escamotea. Así nos muestra los primerísimos planos de los pies destrozados de tanto caminar cuando llegan o la forma en la que se van quemando o cortando las huellas para no ser identificados. Si las imágenes y las palabras son impactantes, no lo son menos los silencios explícitos, e incluso la eliminación del audio. Pequeños espacios para que el espectador pueda reflexionar sobre lo que ve.
Una escena de la película documental Qu'ils reposent en révolte (Des figures de guerre)
Abundan en el documental las imágenes en las que se contempla el agua, ya sea un río, las olas del mar, una fuente de la que va cayendo o la lluvia. Sirven por su sonoridad, por su grandeza, pero también por convertirse en una metáfora de que el agua siempre sigue la corriente y camina hacia su destino: el mar. Si la transportas de nuevo a su origen, volverá a hacer el mismo camino, tantas veces como lo intentes. Así de terca es la naturaleza. La inmigración sigue las mismas pautas. Ninguna deportación es una solución. Si las condiciones de vida en sus países de origen no mejoran, ellos volverán a llegar otra vez, y otra, y otra… Hasta que lleguen a su destino o mueran intentándolo.
Qu'ils reposent en révolte (Des figures de guerre) nos muestra las condiciones de vida de esta inmigración ilegal de Calais y lo hace tratando de ser objetivo, desde un plano de igualdad entre quien retrata y quien es retratado. El uso del tiempo lento, casi real, es otro de los atributos que definen el documental. Sin duda esa igualdad y proximidad que se establece son dos factores que trabajan para conseguir la empatía buscada. La realización en blanco y negro potencia la oscuridad e iguala la luz de las muchas horas de rodaje. Mucho trabajo que hace que el documental sea largo, de dos horas y media.
Sylvain George consigue ese objetivo inicial de ponernos dentro de la piel de otros. Y sin embargo, el visionado de su película resulta duro de ver. La excesiva duración, lo contemplativo y los muchos silencios hacen que Qu'ils reposent en révolte (Des figures de guerre) tenga un público reducido, el realmente interesado en saber sobre las condiciones de vida de los inmigrantes ilegales que llegan de paso a nuestra ciudades.
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