«Ander» llega con un mensaje directo y político de verdad
Cartel de la película «Ander»
Es una película de dudas, en las que cada personaje debe resolver solo su rompecabezas. Pero sobre todo es una película de palabras, donde las gentes hablan, dicen y cuentan. En ese sentido es directa. Y optimista, todo camino hacia la felicidad pasa por las decisiones de uno mismo, por aceptarlas y defenderlas una vez tomadas. Un camino de valientes. Así contado parece fácil, pero detrás se observa un trabajo complejo para transmitir todo un esquema político, con intención, que le dé a su vez un valor completo al mensaje que se lanza. Tiene ideología sí, y eso es bueno, porque va más allá de las opciones sexuales para hablarnos de la vida.
Cristhian Esquivel, Pilar Rodríguez (de espaldas) y Josean Bengoetxea en una escena de la «Ander»
Decía al principio que el guión es redondo, y lo decía no solo por su texto, sino también por sus personajes, trazados con todos sus recovecos, mostrando sus miedos frente a sus necesidades, señalando el peso de la tradición y la sociedad rural en cada escena, lo conveniente y al otro extremo de la calle la felicidad. Capaz de lanzar un mensaje que nos plantee la posiblidad de otras formas de unidades familiares, en las que sean afecto y apoyo los lazos que las vertebren.
Sólo tiene ocho actores para repartirse el peso dramático de la obra, pero todos responden magistralmente. La madre (Pilar Rodríguez) que con su mirada y unas pocas frases plasma a la mujer de caserío que soporta y acepta toda la tradición a sus espaldas. El amigo (Pedro Otaegui) que ha callado todos los años su amor por ella. La prostituta (Mamen Ribera) que espera el regreso de su marido para salir de una vida por la que se desliza cuesta abajo. Los dos protagonistas, el cuarentón ( Josean Bengoetxea) y el inmigrante peruano (Cristhian Esquivel) llenos de vida y entendimiento a pesar de interpretar a dos seres socialmente constreñidos y que en la secuencia de la boda de la hermana se desbordan.
No sé, son todo pequeños detalles, pero están encajados con tal perfección que la película se convierte una obra excepcional, llena de dignidad, mensaje político y verdad.
A modo de pequeño anecdotario: Roberto Castón, que debuta como director y guionista con esta película, tiene una larga trayectoria en el mundo de los cortometrajes. Antes de dedicarse al cine había trabajado como profesor de español en diferentes centros, entre los que destaca el Instituto Cervantes de Lisboa. Además es también el director del Festival de Cine GAY Lesbico Trans De Bilbao, Zinegoak desde su primera edición en 2004.
2 comentarios:
Tendré que verla, aunque no sé dónde. Aquí en León ya es difícil visionar cualquier cosa que no sea puramente comercial o para una mayoría.
Salud
Si me entero de algo más te aviso.
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