«El General», un documental que nos trae el pasado enfrentado con la realidad de México
Lo que tiene ver películas solo es que pegas el oído a la primera ocasión en que se tiene oportunidad. Así escucho a tres mujeres, que rondan los cincuenta, hablando de cine. Recuerdan «Estómago» la película brasileña que les impactó el año pasado. No tienen mal gusto me digo y luego me distraigo buscando algo en el periódico que se edita diariamente por el Festival de Cine Internacional de Gijón. Cuando vuelvo a la conversación están comentando sobre un videoclub con películas de arte y ensayo. He escrito esta escena como algo excepcional, pero estos días he comprobado que aquí esto es habitual. Las salas están llenas de gentes de todas las edades y de gustos diferentes que conviven mezclándose y compartiendo su experiencia.
Me avisó Benja, que como todos los asturianos sabe de climatología, de que iba a llover y saqué el paraguas. No llueve fuerte, pero sí de continuo. Sin embargo el tiempo no varía los comportamientos de la ciudad, ni siquiera aumenta el tráfico que se mueve al mismo ritmo, protegidos bajo los paraguas sobre los que repica musicalmente el agua.
«El General», ¿cuando retomamos la revolución?
En la sección Esbilla se presenta el documental de la directora mexicana Natalia Almada «El General», una visión personal de su bisabuelo Plutarco Elías Calles a través de unas grabaciones antiguas en las que su abuela preparaba unas memorias sobre su padre con un periodista. Almada aprovecha para mirar al México de hoy, hablando con trabajadores de la calle, ambulantes, para decirnos que mucho no han cambiado los tiempos.
Aparenta no tomar partido, mantenerse distante: dicen, cuentan, las estadísticas señalan... pero luego están las decisiones, esas imágenes de diferentes películas clásicas que utiliza dentro del documental como expresión de las ideas. Son elecciones claras, para recordar la revolución mexicana y las palabras de Zapata diciendo que habrá que seguir luchando, dando la vida incluso por mantener lo conquistado. Existe un claro trasfondo en este sentido para comparar con las elecciones mexicanas del 2006 de las que salieron dos presidentes, «uno legítimo y otro ilegítimo; depende de con quién hables te los dará cambiados».
La calle dice que los políticos mienten y roban y se olvidan de la fuerza del pueblo. Almada quiere hacernos reflexionar sobre todo esto y también criticar el valor de la tradición, al menos repensarla para saber hacia dónde nos va llevando.
En su rueda de prensa, la directora explicó que ella ha partido en el documental desde lo íntimo hacia lo público. Confesó que la parte del montaje es donde se toma posición y que lo que a ella le interesaba era trabajar sobre la construcción de la memoria: el hecho de haber escuchado las grabaciones de su abuela le cambió la visión de entorno, con una nueva perspectiva que se adentraba en sus recuerdos. Dice que sus revolucionarios, los héroes nacionales de México, emprendieron una lucha que no consiguió todo lo buscado.
Respecto a su próximo proyecto informa que quiere hablar de la zona norte, donde en los panteones se construyen capillas cada vez más grandes a las que llaman narco-tumbas.
Alberto Arce habla de su documental «To shoot an elephant»
Alberto Arce quiere que su documental se vea, por eso la licencia para su distribución es Creative Commons lo que permite que se pueda descargar de internet y ver por todo el mundo. «To shoot an elephant» está rodado en Gaza y por coherencia política no puede privatizar este trabajo, es una denuncia, así que experimenta con esta apuesta por una distribución libre. Comenta su idea de una proyección mundial para el 18 de enero. No son los únicos caminos de mostrar su película, esta yendo a varios festivales.
Dice que el público se está quedando con la experiencia que vivió él, ya que en occidente se siente mayor empatía por el cámara español que sufre una pesadilla en Gaza antes que por la realidad de los palestinos que allí viven.
¿Cómo se puede regalar la película y a parte buscarse la vida para poder seguir haciendo más? Comenta que hay muchas maneras de rentabilizarla, se puede ganar un premio en un festival, dar charlas invitado por ayuntamientos, o preparar con el material sobrante una exposición para un museo. También su salida en dvd puede ser una forma para que la gente que quiere apoyar el proyecto lo compre. De todas formas el director dice que sus documentales no precisan demasiado dinero, unos 5.000 €.
Preguntado sobre su próximo trabajo responde que en quince días se va a Iraq para rodar un nuevo documental sobre las estrategias de supervivencia durante un conflicto bélico.
En «La pivellina» basta una niña para que los problemas pierdan fuerza y surjan las risas
A la sección oficial se presenta esta coproducción italo-austriaca firmada por el matrimonio Covi-Frimmel. Es un fragmento realista de una vida complicada, la que llevan dos artistas circenses y un adolescente que viven en unas caravanas. Vida difícil, pero corazón grande, en el que siempre hay un hueco para la bondad y para cuidar a una niña abandonada sobre el columpio de un parque infantil.
De ritmo lento, hay momentos en que roza el aburrimiento, y con tomas demasiado alargadas, dibuja una pretendida atmósfera de realidad mientras va presentando la forma de vida de sus protagonistas, alejada en todo punto de los modelos sociales tradicionales y con una ética en la que el egoísmo no existe. Habla de entrega y de cariño, pero lo hace con una fotografía que toma cierta distancia, que aleja los sentimientos, como si todo lo que viéramos en la pantalla fuesen los recuerdos caseros de una familia con la que no tenemos relación.
Me avisó Benja, que como todos los asturianos sabe de climatología, de que iba a llover y saqué el paraguas. No llueve fuerte, pero sí de continuo. Sin embargo el tiempo no varía los comportamientos de la ciudad, ni siquiera aumenta el tráfico que se mueve al mismo ritmo, protegidos bajo los paraguas sobre los que repica musicalmente el agua.
«El General», ¿cuando retomamos la revolución?
Natalia Almada directora de «El General» durante la rueda de prensa
Aparenta no tomar partido, mantenerse distante: dicen, cuentan, las estadísticas señalan... pero luego están las decisiones, esas imágenes de diferentes películas clásicas que utiliza dentro del documental como expresión de las ideas. Son elecciones claras, para recordar la revolución mexicana y las palabras de Zapata diciendo que habrá que seguir luchando, dando la vida incluso por mantener lo conquistado. Existe un claro trasfondo en este sentido para comparar con las elecciones mexicanas del 2006 de las que salieron dos presidentes, «uno legítimo y otro ilegítimo; depende de con quién hables te los dará cambiados».
La calle dice que los políticos mienten y roban y se olvidan de la fuerza del pueblo. Almada quiere hacernos reflexionar sobre todo esto y también criticar el valor de la tradición, al menos repensarla para saber hacia dónde nos va llevando.
En su rueda de prensa, la directora explicó que ella ha partido en el documental desde lo íntimo hacia lo público. Confesó que la parte del montaje es donde se toma posición y que lo que a ella le interesaba era trabajar sobre la construcción de la memoria: el hecho de haber escuchado las grabaciones de su abuela le cambió la visión de entorno, con una nueva perspectiva que se adentraba en sus recuerdos. Dice que sus revolucionarios, los héroes nacionales de México, emprendieron una lucha que no consiguió todo lo buscado.
Respecto a su próximo proyecto informa que quiere hablar de la zona norte, donde en los panteones se construyen capillas cada vez más grandes a las que llaman narco-tumbas.
Alberto Arce habla de su documental «To shoot an elephant»
Alberto Arce director de «To shoot an elephant» durante la rueda de prensa
Dice que el público se está quedando con la experiencia que vivió él, ya que en occidente se siente mayor empatía por el cámara español que sufre una pesadilla en Gaza antes que por la realidad de los palestinos que allí viven.
¿Cómo se puede regalar la película y a parte buscarse la vida para poder seguir haciendo más? Comenta que hay muchas maneras de rentabilizarla, se puede ganar un premio en un festival, dar charlas invitado por ayuntamientos, o preparar con el material sobrante una exposición para un museo. También su salida en dvd puede ser una forma para que la gente que quiere apoyar el proyecto lo compre. De todas formas el director dice que sus documentales no precisan demasiado dinero, unos 5.000 €.
Preguntado sobre su próximo trabajo responde que en quince días se va a Iraq para rodar un nuevo documental sobre las estrategias de supervivencia durante un conflicto bélico.
En «La pivellina» basta una niña para que los problemas pierdan fuerza y surjan las risas
Escena de «La pivellina»
De ritmo lento, hay momentos en que roza el aburrimiento, y con tomas demasiado alargadas, dibuja una pretendida atmósfera de realidad mientras va presentando la forma de vida de sus protagonistas, alejada en todo punto de los modelos sociales tradicionales y con una ética en la que el egoísmo no existe. Habla de entrega y de cariño, pero lo hace con una fotografía que toma cierta distancia, que aleja los sentimientos, como si todo lo que viéramos en la pantalla fuesen los recuerdos caseros de una familia con la que no tenemos relación.
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