sábado, 16 de mayo de 2009

Sábado en Zaragoza

Al bajar de la habitación preguntamos algunos detalles en la recepción y nos enteremos que esta tarde estará la plantilla del Real Zaragoza, ya que utiliza el hotel como lugar de concentración antes de los partidos que juega en casa.

Hacemos un desayuno rápido y optamos por ver Zaragoza sentados en la parte de arriba de uno de sus autobuses turísticos. Elegimos la línea uno que nos lleva por el recinto de la expo. A través de una voz masculina grabada se cuenta la historia de los sitios por los que vamos pasando de una forma somera. Los primeros puntos ya los habíamos recorrido a pie, así que nuestra primera novedad la encontramos en el Palacio de Aljafería. El recorrido completo dura alrededor de una hora. La mañana ha ido avanzando y el sol empieza a molestar. Va a ser un día de calor.

Después de bajar, recorremos el Puente de piedra que siempre es un buen termómetro para ver la ciudad de paseo y observar el trascurrir calmado del Ebro. Mirando hacia la Lonja, en la plaza, se puede ver una estatua de un caballito de bronce sobre el que los niños se suben y con el que juegan constantemente.

Va siendo hora de comer algo. Para hoy hemos seleccionado Casa Portolés de entrada. Se trata de una taberna acogedora con un comedor al fondo que a estas horas están comenzando a preparar. Entre su variedad de tapas elegimos «frito de acelgas y foie», «buñuelos de la casa», «calabacín con jamón, queso y pimiento» y la «brocheta de huevo de codorniz, alcachofa, calamar y espárrago verde».

La otra parada la hacemos en la Cervecería Mayor, un lugar de apariencia sencilla, pero con buenas tapas como las dos que pedimos: «hojaldre de verduras y rulo» y «jamón batido con queso».

Al igual que ayer, comenzamos la tarde en los cines Palafox viendo «Lejos de la tierra quemada».

Muy cerca de los cines se encuentra la Continental, un bar con mucho público, bien esperando la hora de su sesión en el cine o bien tomando algo a la salida. Pedimos «perita de bacalao», «jamón con chorreras» y «calabacín con beicon y queso». De la cocina van saliendo las tapas con rapidez, reponiéndose constantemente los expositores.

El festín final lo dejamos para El Botín del Corregidor. Se trata de una hospedería con cocina moderna. Optamos por tapas en lugar de una cena tradicional y pedimos una bandeja de seis para la que hemos elegido «rulo de cabra con confitura de manzana y crujiente de jamón», «montadito de carrillera con foie fresco y salsa de oporto», «montadito de setas con foie, crujiente de jamón y huevo de codorniz», «cojonudo» (foie, jamón crujiente, pimiento y huevo de codorniz), «milhojas de madeja con pernil serrano» y «manzana con canelón de morcilla». Mucha mezcla de sabores, pero bien organizados y tan ricos que al salir miraba con pena por los que me quedaban por pedir.

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