viernes, 4 de marzo de 2005

Un paseo matutino


Esta mañana he salido un rato, he caminado por las hoy gélidas calles del centro hasta llegar a la plaza Mayor. No eran aún las diez, por lo que los camiones de reparto circulaban libremente y apenás un puñado de turistas habían comenzado a tomar fotografías. A esta hora se puede comprobar como las zonas de sombra van dejando paso a un sol que va subiendo y calentando lentamente el empedrado, basta con pararse diez minutos para comprobar el cambio. El cielo no estaba especialmente bonito, nubes tristes de día entristecido. Algún día contaré alguna historia sobre la plaza Mayor porque sé que cuando me vaya de aquí la echaré mucho de menos.

Por la calle me he cruzado con una mujer que llevaba el periódico gratuito ¡Qué! del grupo Recoletos. Lo llevaba doblado en tres partes, lo abrazaba sin que lo tuviera cogido con ninguna mano, y mostraba claramente la parte en la que figura la cabecera y el nombre del periódico. Nada especial, salvo que hace unos días me crucé con otra mujer que llevaba el mismo diario en la misma postura. Me ha dado por pensar que ambas mujeres han sido contratadas por Recoletos para hacer publicidad. Son las nuevas y modernas mujeres anuncio.

Hoy tengo mi última clase de cata, esta tarde-noche nos tocan los cavas. Ayer fueron los vinos dulces. Me dejó muy buen sabor de boca el San Emilio un vino con uva Pedro Ximénez de la bodega Lustau.

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