Javier Bauluz y Marcos Martínez Merino presentan su libro-DVD acompañados por Jordi Évole
Cartel de la presentación de #resistenciaminera en Madrid
#resistenciaminera es un libro de fotografía de 58 páginas y también un DVD con 97 minutos de vídeo. Las fotografías son obra de Javier Bauluz y el audiovisual lo grabó Marcos Martínez Merino. Ambos trabajos documentan los 65 días de la última huelga minera en España. A ellos no se les han añadido ni comentarios, ni interpretaciones. Y la verdad, los pocos minutos que nos mostraron durante la presentación sobrecogen. A mí se me pusieron los pelos de punta. Lo que vemos son hombres peleando por la continuidad de su puesto de trabajo. Y combaten porque en esta sociedad los trabajadores nada consiguen sin esfuerzo y sin lucha. A pesar de esa sencillez, las imágenes impresionan y electrizan, como si se estableciera una corriente de sentimientos subterránea, una mirada especial hacia los verdaderos héroes de nuestros días.
Se presentó el libro-DVD en Madrid, en la Casa Encendida, con sus dos autores acompañados por el periodista Jordi Évole haciendo las funciones de presentador. Évole empezó directo, diciendo que
#resistenciaminera transmite y señalando los tres porqués. Primero, es un trabajo audiovisual puro, sincero y sin trucos para mostrarnos la verdad de la lucha de los mineros. Segundo, tiene mucha dignidad, la de ellos como personas y también la de ese movimiento obrero que Évole espera que no sea el último y que se convierta en un ejemplo para otros. Y tercero, está lleno de emoción, de momentos que ponen la piel de gallina y de otros en los que hay que frenar la lágrima. Pronosticó que será un éxito porque se ve que el trabajo tiene alma. Añadió que ve mucha libertad, que nadie ha condicionado a Javier Bauluz y a Marcos Martínez porque detrás de ellos no está ninguna cadena de televisión, ni ninguna editorial. Quizá por ahí pase el futuro de esta profesión, por esos grupos de periodistas que se están juntando y haciendo cooperativas; por ser ellos, con su criterio periodístico, los que deciden lo que publican. Son una alternativa fantástica porque intentan hacer ver al ciudadano lo que está pasando en toda su perspectiva.
Javier Bauluz quiso empezar por las últimas palabras de Évole y explicar su proyecto
Periodismo humano, un medio de comunicación digital que ha cumplido ya los tres años. Arrancó con un grupo de periodistas que querían contar las historias de lo que pasaba sin depender de los bancos y haciéndolo de una manera libre, honesta e independiente que les permitiera recuperar su oficio. Por ejemplo, ellos llevan muchos años contando el tema de los desahucios. ¿Cómo surgió
#resistenciaminera? Respondió que los propios mineros les pedían las fotos y los vídeos que realizaban, así que pensaron en hacerlo bien, una cosa humilde y de calidad para devolver a los mineros esa parte de la historia que Marcos y él han capturado. Les servirá también para que los nietos de los mineros en un futuro puedan ver quiénes eran sus abuelos y qué hicieron el verano de 2012. Su intención fue siempre la de ir más allá de la barricada y de los tiros para contar la realidad de esos hombres, sus emociones, las reacciones de las mujeres de la cuenca…, en definitiva, no quedarse en la visión simplista que nos ofrecen los medios tradicionales. Bauluz habló también del nivel de represión que se está utilizando en nuestra sociedad ante las protestas, tanto con el número desmedido de antidisturbios en las manifestaciones pacíficas de la ciudadanía, como con el uso de otras dos armas: las porras y las multas económicas que vienen después de que un policía solicite una identificación.
Marcos Martínez Merino explicó que el vídeo de
#resistenciaminera es el embrión de un documental en el que está trabajando,
ReMine, el último movimiento obrero. Un trabajo que incluye entrevistas y que espera poder estrenar a finales de primavera. Contó que hizo 250 km con los mineros en su marcha a pie hasta Madrid y que en cierta forma, durante ese trayecto, se fue «aminerando». Se unió a ellos como periodista porque tenía un tema claro: quería conocer su estado de ánimo, el que les llevaba a este comportamiento. Los medios no habían ido más allá de mostrar las barricadas. El gobierno tampoco dio su visión de por qué incumplía unilateralmente el acuerdo del carbón y nunca contará por qué decide que se cierran los pozos y se deje de explotar el carbón nacional. Un gobierno que tampoco ha preparado una alternativa seria para la región. No hay un futuro para esos lugares. Además, para agravarlo se produce un silencio informativo. Marcos indicó que aquellos que trabajan en la mina son personas especiales y quería tener una mirada sin prejuicios hacia ellos. Así que, con su familia, se marchó a vivir a la cuenca minera asturiana durante siete meses y convivió con ellos.
Le interrumpió Bauluz, para explicar que Marcos desde Madrid se va a la cuenca y al final termina viviendo en Gijón, en el mismo edificio que él. Así se conocieron, como vecinos. Luego hace un repaso personal contando que las primeras fotos que él hizo como periodista fueron de guardias civiles persiguiendo a mineros. Era 1984. Después de tantos años yendo por el mundo, retratando conflictos, se encuentra ahora haciendo las mismas fotos que al principio, al lado de casa. Reconoce que con Marcos Martínez ha hecho un buen equipo porque los dos están dispuestos a llegar al mismo lugar y a un mismo tiempo, ni antes ni después. Ambos autores se han encargado personalmente de la distribución manual de
#resistenciaminera pueblo por pueblo. Durante ese reparto han tenido muchos momentos emotivos en los que fue necesario contener las lágrimas. Aquellos lugares son diferentes y su gente especial, son sinceros y no se cortan a la hora de decir lo que piensan de una forma directa.
Marcos Martínez comentó las diferentes soluciones propuestas para resolver el conflicto minero del carbón como la subrogación de sus trabajadores a otros tipos de minería. Ahora se habla también de diversificación verde. Dijo que son todo ideas peregrinas, la verdad es que en este momento lo que empiezan son los expedientes de regulación y con ellos la mitad de los trabajadores se quedan en la calle la semana que viene porque cierra toda la minería privada del carbón. Añadió Javier Bauluz que estas propuestas no son otra cosa que excusas dilatorias y que los mineros están teniendo una paciencia infinita. No le extrañaría que dentro de unos meses tuvieran que hacer la segunda parte:
#resistenciaminera, el regreso.
Javier Bauluz, Jordi Évole y Marcos Martínez Merino durante la presentación. (Foto por cortesía de
Periodismo Humano)
A continuación se abrió un debate en el que el público también participó haciendo las preguntas que consideraban relevantes. Sobre las redes sociales Javier Bauluz señaló que no les influyeron, en el sentido de que hubieran hecho lo mismo sin ellas. Las han utilizado después, para difundir el trabajo. Lo que han descubierto a través de ellas es el interés de miles de personas por conocer estas historias que los medios de siempre no quieren cubrir. Con respecto a la misma pregunta de las redes sociales, Marcos Martínez matizó que él sí vio su importancia en un detalle. Explica que la noche antes de que la marcha minera entrara en Madrid, los mineros estaban preocupados por las fuerzas armadas que les iban a recibir y no esperaban que hubiera mucha gente. Sin embargo, las redes extendieron la información y ocurrió que muchos madrileños salieron a las calles a recibirles. Marcos Martínez fue el único periodista que entró con la columna de mineros, Bauluz reconoció cierta envidia y luego añadió también que allí estaban todos los medios, pero que sin embargo al día siguiente, en la prensa, no era una noticia relevante. Lo mismo que ha ocurrido con las mareas ciudadanas del 23F.
Cuando les preguntaron si era posible la objetividad después de convivir tanto tiempo con los protagonistas, Bauluz explicó que Robert Capa decía que si una foto no era buena es porque no habías estado lo suficientemente cerca a la hora de tomarla. Así que cree que es necesaria esa proximidad para informar, psicológicamente también, porque eso es lo que permite poder entender un problema y saberlo explicar a los demás, y en ese consiste la profesión del periodista. Martínez por su parte señaló que en el vídeo no hay entrevistas y que está montado cronológicamente. Aún así no se puede ser objetivo al cien por cien. Indicó que por su parte hay una intención de que el conflicto se vea y eso ya es tomar una postura. Évole añadió que los periodistas son personas con inclinaciones y sentimientos, pero al espectador hay que darle opción a que tenga su propio criterio y analice lo mostrado desde su punto de vista. «Es importante tener pocos amigos entre tus entrevistados», completó. Sobre la objetividad, Marcos Martínez habló de la que le puede quedar a un niño de cinco años que está viendo desde el balcón como los guardias civiles persiguen a su padre.
Preguntado Bauluz por qué todas la fotografías del libro son en blanco y negro, explicó que cuando mira ve así. El blanco y negro sirve para mostrar las cosas con más claridad, porque pone la esencia de lo que sucede. También ha servido para unir y no hacer diferencias con los dos colores de camisetas, una por cada sindicato. El fotógrafo confesó que también le han pedido fotos los guardias civiles, que entre ellos seguro que habrá compradores de este trabajo y que, con mucha probabilidad, en las bibliotecas de los cuarteles mantendrán ejemplares como parte de su historia. Dijo que ha tenido conversaciones muy surrealistas con ellos sobre esto, que consideran que están cumpliendo con su trabajo «sin acritud». En general, los guardias civiles que son de allí están con la causa de los mineros, así que los traen de fuera y muy jóvenes para evitar la empatía.
Marcos Martínez contó que durante la huelga y para evitar su impacto, al Musel, el puerto de Gijón, estaba llegando carbón de Colombia. Goldman Sachs son los dueños de esas minas y están invirtiendo en ellas, así que detrás hay un carácter especulativo. Si no explotamos carbón aquí lo tendremos que comprar al precio que nos digan los que lo producen. Martínez dijo que el sector minero del carbón está subvencionado, pero igual que ocurre en Alemania y en su misma cuantía. Sin entrar en lo medioambiental, afirmó que es discutible la sentencia de que la explotación de carbón en España no tiene futuro. El carbón no es una energía que se esté terminando, al contrario. Señaló que es el único combustible fósil que hay en todos los continentes. ¿Es rentable extraerlo aquí?, se preguntó. El de la rentabilidad es un concepto confuso. Si la opción es traerlo de Colombia o Sudáfrica porque es más barato, el dinero se irá a los paraísos fiscales. Entonces limitaremos la rentabilidad a un concepto bursátil y de los mercados y nos estaremos olvidando de otra rentabilidad igual de importante, la social. Se está dejando morir la mina y no es un negocio que pueda recuperarse a través de cooperativas de los propios trabajadores, pues necesita de una inversión muy alta. Los mineros tendrán que abandonar las cuencas si se produce el cierre, pero van a luchar hasta que llegue ese momento y les quiten su forma de ganarse la vida. Contó que durante la huelga la Guardia Civil había empleado como medio de disuasión colectiva las identificaciones. Te paraban a cinco kilómetros de una barricada y si alguno de los que viajaba en el coche era minero identificaban a todos los ocupantes. Eso significaba que en breve te llegaría la notificación de un proceso judicial con una posible multa que podía moverse entre los 300€ y los 6.000€. A partir de ahí, si te pillaban cortando una carretera, al tener antecedentes por esa identificación, supondría el ingreso en prisión.
Se preguntó si los métodos que han empleado los mineros son justificables. El término violencia es complejo y en relación con ello hay muchas cosas que el periodista no se había plantado antes y que ahora sí lo hace. Dijo que si nos ponemos en su lugar y lo vemos como la manera de defender su trabajo y el pan de sus hijos, quizás sí sea justificable el camino tomado. Son un colectivo con un nivel de afiliación altísimo, en un porcentaje del 97% de sus trabajadores. También tienen detrás mucha historia de lucha, por ejemplo, en los últimos 22 años llevan 322 días de huelga. Los derechos sindicales que todos tenemos nacieron en estos lugares y se ganaron por la lucha de la clase obrera, entre los que estaban los mineros. Reconoció que lo que emocionalmente ha aprendido en su convivencia con ellos es algo que resulta impagable. Los mineros no han podido tener mucha formación académica y sin embargo todos ellos tienen discurso y sentido común. Uno de ellos le decía que no creía que existiese la clase media, que simplemente hay gente que trabaja y gente que vive de la gente que trabaja. Marcos Martínez, periodista económico, se fue de Telecinco muy quemado y solo tras su llegada a las cuencas, con lo que allí vio, pudo reconciliarse con la especie humana. Bauluz añadió que es preciso recuperar el concepto de clase obrera, eso es precisamente lo que ocurrió en Madrid cuando llegó la marcha minera: que las personas salieron a la calle porque se dieron cuenta de que ellos mismos no eran otra cosa más que trabajadores, igual que los mineros. Évole reconoció que todos hemos sido víctimas de creernos clase media y eso nos ha hecho más conservadores, pero vuelve a haber una conciencia de clase. Señaló que va a costar lo de unirnos porque el sistema ha puesto una raíz muy fuerte, pero los mineros nos han enseñado un camino. En Madrid se les recibió con el grito de «ésta es nuestra selección» y eso preocupa arriba a los que mandan que no quieren que veamos que sí se puede. Bauluz explicó que el poder lleva mucho tiempo diciéndonos que las protestas de los ciudadanos en la calle no sirven para nada, pero por contra, cada vez hay más personas que se empeñan en insistir en que si se pueden cambiar las cosas. Hay otras fórmulas, otro movimiento social funcionando y el periodista reconoce que no se sabe hasta dónde llegará. Ahí está Ana Colau con el tema de los desahucios o el germen del 15M que está latente en todas estos movimientos. Tenemos nuevos métodos, otros eslóganes y no porque estas cosas no se cuenten dejan de existir. Somos el 99% y ellos solo el 1%.
Otra de las preguntas se orientó hacia si los periodistas estaban viendo una intención política de desarticular los sectores sociales con mayor tradición de lucha obrera. Marcos Martínez señaló que en toda Europa estamos viviendo un proceso de reconversión y que básicamente hay dos formas de hacerlo. Una es como lo hizo Margaret Thatcher, aplastando directamente todos los movimientos sindicales y la otra es siguiendo una vía de desincentivación. Ahora es el momento de dar la estocada porque resulta determinante ideológicamente acabar con el movimiento obrero. Por eso nuestro gobierno se ha empleado con tanta dureza contra los mineros. Piensan lo que significará simbólicamente para los demás colectivos el haber acabado con los mineros.
Marcos Martínez Merino, Jordi Évole y Javier Bauluz posan en apoyo a la minería. (Foto por cortesía de Mujeres del Carbón en Lucha)
Jordi Évole señaló que los medios se han convertido en prensa de partido. Hablando de la situación de su profesión insistió en que le resulta incompresible que se siga aceptando cubrir ruedas de prensa sin preguntas. La salida pasa porque cada uno convierta su puesto de trabajo en una trinchera. Deben anteponerse a los intereses de los medios insistiendo en publicar todo aquello que su criterio profesional les dice que es noticia. Que sean los directivos los que tengan que decir que no, pero que no hayan sido ellos mismos los que no lo han intentado. La información es algo básico. Los medios hacen la parrilla. Confiesa que su programa es una anomalía, pero que sirve para demostrar que cuando se ofrece un contenido alternativo el público también lo quiere ver. Si no se pueden seguir haciendo estos programas diferentes, habrá que realizarlos por otras vías y con otros mecanismos, pero sin cambiar los objetivos. Javier Bauluz añadió que el periodista tiene una labor social: si los ciudadanos no reciben una buena información se van a convertir en borregos. Si se quiere luchar contra el pensamiento único, es la gente la que tiene que apoyar el periodismo o lo que vamos a tener será lo que Botín diga. Martínez explicó que cuando dejó Telecinco lo hizo por la deriva intelectual de su trabajo, el medio no le dejaba espacio para contar otras cosas diferentes que él quería contar. Nos hemos convertido en una sociedad muy infantilizada. Bauluz recuperó la palabra para explicar que lo que hacen en Periodismo Humano es dar espacio a esas otras historias que el poder no quiere que se cuenten, para hacer el periodismo que los periodistas quieren hacer. Ahora tienen el megáfono en la mano, pero hay que conseguir el mínimo de dinero para que estos proyectos periodísticos puedan seguir.
Sobre la corrupción Évole también dio su opinión: cree que hay mucha gente honrada, incluso en la política, y que en cierta manera nos despistamos poniendo el foco en aquellos a los que se consigue corromper y no tanto en los corruptores, con quienes no hemos sido igual de críticos. Señaló a los poderes económicos y a «los de siempre», esos que presumen de españoles con una banderita en la pulsera del reloj y que luego tributan en la Isla de Man. Martínez completó el mensaje diciendo que, mientras no demos un paso adelante, todos somos cómplices. Es necesario mojarse.
Bauluz, respondiendo sobre la situación actual, dijo que vivimos de las rentas de la protesta pacífica del 15M, pero cada vez hay más familias sin ningún ingreso. No sabe cuando va estallar esto, pero siente que la gasolina está en el suelo y que solo falta la chispa. Depende de una mecha bien puesta, pero no falta mucho para ello. Luego recordó que están aquí para hablar de su libro y que se puede comprar a través de internet en
paquebote.com. Añadió Marcos Martínez que el libro-DVD sirve para financiar la post-producción del documental
ReMine, el último movimiento obrero.
Escuchándoles uno se da cuenta de que los mineros no están solos.