La Fundación Juan Muñiz Zapico proyecta el documental Hay una luz en Asturias… Testigos de las huelgas de 1962
Viernes 21 de septiembre de 2012. Fiesta del PCE. San Fernando de Henares. Madrid
Presentación del documental Hay una luz en Asturias… Testigos de las huelgas de 1962
Explica Benjamín Gutiérrez, director de la Fundación Juan Muñiz Zapico de CC.OO. Asturias, la importancia de recuperar la historia del Movimiento Obrero, que nos sirve sobre todo para momentos de crisis como el actual. Avisa también que esos tiempos de crisis solo podremos capearlos desde las movilizaciones sindicales, igual que en 1962. En este panorama que se nos presenta, los mineros regresan a la palestra, ellos han vuelto a salir a la calle con el pico y la maza en la mano, sus herramientas de trabajo, para servir de ejemplo, e igual que entonces enseñarnos el camino con sus huelgas y marchas mineras de la dignidad.
Aquellos mineros de entonces eran gente joven. Cuando iban al patrón a pedir mejoras éste les respondían que qué pedían si ellos habían perdido la guerra, que lo que les tocaba era callarse y aguantar. No lo hicieron. Las Comisiones Obreras que se estaban formando por aquellos años no fueron algo puntual. Las huelgas del 62 consiguieron que un ministro de Franco se desplazara hasta Asturias para negociar cara a cara con los mineros. Llegaron a un acuerdo, pero no se abandonó la huelga hasta que se publicó en el BOE, y luego como no se cumplió se convocó de nuevo. Aquellas luchas nos enseñaron a no resignarnos y nos mostraron que el movimiento obrero es una fuerza imparable. Todos estaban juntos, eso es lo que dio miedo al régimen.
Cuenta después el escritor Armando López Salinas que en España, antes de las huelgas del 62, había ya bastantes conflictos, pero que estos no se podían desarrollar en su plenitud porque la clandestinidad no ofrecía las condiciones idóneas para permitir hacerlo. Se precisaba construir una oposición sindical al modelo de Sindicato Vertical del régimen. Desde la URSS se aconsejó que se siguiera el ejemplo de Lenin: los comunistas deben estar en los mismos lugares en los que estén los trabajadores, con los sindicatos, movilizando al conjunto de la clase obrera.
Armando López Salinas durante la presentación del documental Hay una luz en Asturias… Testigos de las huelgas de 1962
López Salinas recuerda bien los años de las huelgas en Asturias, las luchas universitarias, el asesinato de Grimau, el movimiento europeísta precipitado en el contubernio de Munich… Las huelgas del 62 fueron un punto culminante frente al sistema, el momento que convirtió una oposición platónica en real. Las asambleas de trabajadores, sus reuniones, ofrecían resultados y progresos en la lucha de clases. Los empresarios se veían obligados a negociar con los trabajadores al margen del Sindicato Vertical. Los mineros asturianos se convirtieron en un ejemplo de lucha: «Hay una luz en Asturias que alumbra España entera y es que se ha levantado toda la cuenca minera».
Pero el escritor no se queda solo en el pasado, sino que gira su mirada hacia nuestro presente para decirnos que en este tiempo, el de hoy, también se debe pelear porque si no la derrota está cantada. Señala que no va a ser suficiente una huelga, ni las manifestaciones realizadas. Cuenta que el monarca ha hablado contra el movimiento obrero. Si el Borbón plantea esas ideas hay que decirle que no sirven; y hay que decírselo con el idioma universal del obrero: la lucha de clases. Recuerda que Antonio Machado en 1915 ya decía «Jóvenes, haced política, porque si no la política se hará sin vosotros». Cita de nuevo al poeta «Si el auriga sabe su oficio, sigamos con él y paguémosle puntualmente su salario. Si guía mal, habrá que despedirlo. Porque dentro de su coche vamos todos. Mas ¿qué haremos con un cochero loco o borracho que nos lleva a galope y alegremente al precipicio? Habrá que arrojarlo a la cuneta del camino, después de arrancarle por la fuerza las riendas de la mano. Revolución se llama a esta fulminante jubilación de cocheros borrachos. Palabra demasiado fuerte. No tan fuerte, sin embargo, como romperse el bautismo».
Benjamín Gutiérrez y Víctor Díaz Cardiel durante la presentación del documental Hay una luz en Asturias… Testigos de las huelgas de 1962
Cardiel continua en primera persona, trayendo a este coloquio sus recuerdos de aquella huelga, los miedos e ilusiones de aquellos jóvenes que se enfrentaron a la dictadura para defender unos derechos laborales dignos. No fue sencillo porque se jugaban muchas cosas.
Para completar esta presentación, se proyecta el documental Hay una luz en Asturias... Testigos de las huelgas de 1962, un trabajo que se asienta sobre la voz de una treintena de testigos que participaron en aquellos hechos.
Sinopsis del documental: En la primavera de 1962 una oleada de huelgas recorre España. Partiendo de la minería asturiana, los paros se extienden hasta afectar, en desigual medida, a 28 provincias y cerca de 300.000 trabajadores. Los efectos de estos conflictos alcanzan al gobierno, que pone en tensión todos los medios a su alcance para sofocarlos, a la Iglesia católica, a la oposición clandestina y al exilio, al movimiento estudiantil y a un sector de la intelectualidad, generando además una amplia solidaridad internacional. El movimiento huelguístico asturiano de 1962 representó un hito fundamental en la oposición al franquismo y el renacer del movimiento obrero. Este documental cuenta como punto de partida con los resultados de una investigación llevada a cabo por un extenso equipo de investigadores en el 2002 y reeditado en el 2012 en el marco del 50 Aniversario de las Huelgas de 1962.
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