Tranvía Teatro, Teatre Tantarantana y Teatro del Astillero firman un proyecto conjunto comprometido con el presente
Sábado 14 de enero de 2012. Sala Cuarta Pared. Madrid
Cartel de la obra de teatro Mein Kapital
El capital lo ensucia todo y el consumismo, ese afán desenfrenado por acumular, comprar y consumir bienes y servicios que en realidad no necesitamos, se convierte en la única cara de la «felicidad». La satisfacción personal se compra con dinero, inmersos como estamos en un sistema económico por encima del ser humano, que deviene y toma el control político de la sociedad. Es el estatus social quien nos somete. Conseguir ese prestigio social es un tema de riqueza, de competencia rigurosa y sangrienta por adquirir lo último, lo más nuevo, lo que resulta chic... No importa comprometer los recursos naturales, no importa su distribución, ni dejar abandonados por el camino los ideales, solo la acumulación, nuestro ego por encima de cualquier equilibrio y a los demás, debajo, aplaudiendo.
No hay divergencia, no hay crítica en los medios, a esta política neoliberal que impera y destruye. Las voces que nos avisan son acalladas sistemáticamente, siendo tratadas como si provinieran de locos o estúpidos. El pensamiento único es nuestra derrota porque hay alternativa y es el tiempo de aplicarla.
Del Tranvía Teatro, Teatre Tantarantana y Teatro del Astillero, de su trabajo colectivo, de un encargo a autores comprometidos con nuestro siglo, surge un texto con deseo de despertarnos, escrito para hacernos pensar. Mein Kapital es una obra compuesta por ocho piezas de distintos autores. A todos ellos se les encargó una escena inspirándose en El Capital de Carlos Marx. El resultado transciende sobre el escenario, llamando la atención. No se trata de anécdotas banales, sino de un teatro que desnuda la esencia del ser humano, la piltrafa en la que el sistema lo ha convertido.
Teresa Urroz, Alfonso Pablos y Ana García en una escena de Mein Kapital
Si los textos hacen reflexionar, el buen trabajo de Teresa Urroz, Laia Martí, Daniel Martos, Alfonso Pablo y Ana García, sus cinco intérpretes, consigue desmigar cada uno de los personajes y dotarlos de la intensidad necesaria para hacer tambalear la línea de flotación del espectador con el objeto de que se haga preguntas, de que indague, de que compare su mundo con el espejo del escenario. Un trabajo complicado, de muchos cambios de vestuario, de meterse en unas cuantas pieles diferentes, de dar paso a un sin fin de géneros, de tomar perspectiva y dejarse el alma en una historia profunda.
Mein Kapital es una obra necesaria, que agita la conciencia y que va más allá del vacío entretenimiento. Es una obra para nuestras conciencias.
A modo de pequeño anecdotario: Mein Kapital es una obra por encargo. Tres compañías -Tranvía Teatro (Zaragoza), Teatre Tantarantana (Barcelona) y Teatro del Astillero (Madrid) se ponen de acuerdo y encargan a ocho de sus autores escribir una pieza teatral corta teniendo como inspiración El Capital de Carlos Marx. Es así como Inmaculada Alvear, Marta Buchaca, Francesc Cerro‐Ferran, Raúl Hernández Garrido, Daniel Martos, Albert Tola, Helena Tornero y Luis Miguel González Cruz construyen una obra colectiva.
Después, el mismo espíritu, lleva a las tres compañías a sumar esfuerzos y personas para poner en escena Mein Kapital de una forma compartida. Se elige Zaragoza para los ensayos, como una respuesta natural y lógica. Allí se cierra la obra.
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