jueves, 15 de septiembre de 2011

El Festival se acaba con la emoción de todo adiós

Los dioses de verdad tienen huesos y Marina las dos triunfadoras del 20 Festival de Cine de Madrid-PNR


Jueves 14 de septiembre de 2011. Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes. Madrid


La doble ganadora del Festival Los dioses de verdad tienen huesos. Recogió el premio Víctor Madrigal, de la ONG AIDA (Foto: Verónica Sánchez, por cortesía del Festival)
La doble ganadora del Festival Los dioses de verdad tienen huesos. Recogió el premio Víctor Madrigal, de la ONG AIDA (Foto: Verónica Sánchez, por cortesía del Festival)
El Festival de Cine de Madrid-PNR que organiza la Plataforma de Nuevos Realizadores se acaba con una gala de clausura a la que siguen la proyección de los trabajos ganadores. A las puertas del Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes se agolpan directores, prensa, actores, amigos y equipos técnicos, todos expectantes de lo que puede depararles aún este Festival. Se respira una mezcla entre aire festivo, un deseo de sorpresas, un anhelo de acertar en las quinielas de los premios y un suspiro porque no se vayan lejos, que al menos le toque la suerte a un amigo.

Amanda Guadamillas, encargada de presentar la gala, baja la escalera de un lateral y cruza el patio para llegar ante el micrófono. Viste un vestido blanco con estampados de árboles negros de trazo simple, sin mangas, con ribetes también negros sobre el escote y cerrando toda la parte superior. El vestido es de Guateque Cacahuete y lo complementa con perlas en collar, pendientes y pulsera y unos zapatos negros sencillos con cierto tacón. Después, con toda su naturalidad, saluda al público y comienza un emotivo discurso, bien contado, de cercanía y proximidad. Nos habla de que esta gala, en cierta manera, cierra el festival como si se tratara de una maleta llena de ambición. Si la miramos la veremos cargada de muchos tesoros, como los que nos ha ofrecido cada una de sus secciones. En ella se han quedado recuerdos, imágenes y sensaciones. Contó que a través del Facebook ha pedido que la gente le diga sus mejores recuerdos de este festival. Los va leyendo, a modo de aquellas cosas que ellos meterían en esa maleta tan simbólica y que casi podemos ver, si estiramos la imaginación, a sus pies. Cumple así su promesa, con emoción.

El ambiente está listo ya para entregar los premios que se acompañan con su dotación económica, un grabado de la artista asturiana Alicia Jiménez y el aliciente de convertirse en preseleccionados para los premios Goya del cine Español de este año. Éste ha sido el palmarés de esta edición:

Premio del público: Aunque todo vaya mal de Cristina Alcázar

Premio al mejor cortometraje de la sección Socios PNR: Rött Hår|Svart (Pelirrojo|Negro), de Alfonso Díaz y Luis Ángel Pérez

Segundo premio al mejor cortometraje de la sección oficial: Ámár de Isabel Herguera

Primer premio al mejor cortometraje de la sección oficial: Marina de Álex Montoya

Mención del Jurado Joven al mejor largometraje: Los dioses de verdad tienen huesos de Belén Santos y David Alfaro

Premio al mejor largometraje de la sección oficial: Los dioses de verdad tienen huesos de Belén Santos y David Alfaro

Cerró la noche José Fernández, presidente de la Plataforma de Nuevos Realizadores, recordó la historia del Festival, el giro que hace unos años le dio su directora, Elena Medina y la satisfacción que le produce el trabajo bien hecho. Tuvo palabras para su equipo de trabajo, especialmente para los más cercanos.

Andrea Dueso en una escena del cortometraje Marina
Andrea Dueso en una escena del cortometraje Marina
Después se apagaron las luces y se proyectaron los ganadores. Faltaba por recoger en estas páginas el ganador de los cortometrajes. Álex Montoya nos trae con Marina un trabajo redondo hecho con mucha sencillez y corazón. Destaca en muchos aspectos, empezando por sus exteriores, en Cudillero, que aunque es siempre por la noche, luce hermosa, especialmente en una toma desde arriba donde se aprecia su preciosa bahía de aguas verdes. Siguiendo por las duras interpretaciones de sus protagonistas. Andrea Dueso presentándonos una mujer dura en una situación frágil y Luis Zahera con un personaje hecho de silencios de tempestades y malas mares, tallado con las manos y la mirada. Continuando por una fotografía rotunda que logra plasmar con eficacia la intención de cada plano, conjugando en ellos cada uno de los detalles que lo hacen completo. Terminando con un buen guion que va dosificando la información de la historia, jugando a que nos creamos un supuesto equívoco y desentrañándolo después desde la distancia de la mañana siguiente en la que se recuerda lo que pasó primero.

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