domingo, 11 de septiembre de 2011

Cine de guerrilla

Las mesas redondas del Festival de Cine de Madrid-PNR en el Café Galdós


Domingo 11 de septiembre de 2011. Café Galdós. Madrid


José Fernández, presidente de la PNR, y Jesús Monroy, director, actor y productor
José Fernández, presidente de la PNR, y Jesús Monroy, director, actor y productor
En el Café Galdós, todas las tarde a eso de las 18:00, el Festival de Cine de Madrid-PNR que organiza la Plataforma de Nuevos Realizadores, tiene una cita participativa en sus mesas redondas. Esta vez se trataba de aclararse en eso de qué es el Cine de Guerrilla. Abrió la tertulia José Fernández, presidente de la PNR, para expresar su sensación de que el cine, tal como lo conocemos, se está viniendo abajo. Es cierto que se puede seguir haciendo cine sin recurrir a tópicos, pero cada día le resulta más difícil llegar a las salas. Rodar es cuestión de fe, de tener confianza, de esfuerzo y sobre todo de voluntad. El director toma la decisión de sacar la cámara a la calle y lo hace, pero el resto de proceso ya no depende de él. Señaló también que las instituciones españolas llevan años empeñadas en crear industria y no lo consiguen, pero mantienen el mismo sistema. Si conservamos estas pautas perderemos la frescura del cine.

José Víctor Fuentes describió el cine de guerrilla como una forma de hacer cine, un cine chico, con pocos medios, con independencia de si se tiene dinero o no para hacerlo. Es una decisión, no algo que se elige por obligación cuando no se dispone de capital económico. Explicó que cada uno de los presentes tendrá su propia definición, pero todos vendrán a decir lo mismo. El cine de guerrilla es el que se hace fuera de las instituciones, al margen del sistema de subvenciones, de la financiación de las cadenas de televisión y con una actitud transgresora.

Jesús Monroy nos habló de Nómada Films, un proyecto de producción, distribución y cartera de profesionales en el que está involucrado. En cinco años han logrado producir once cortometrajes (presentan siete en este festival), un largometraje y una web-serie. Todo con pocos medios, sin co-producciones para no tener limitaciones y mucho trabajo, pero siempre con la intención de tender una mano a la gente que viene de nuevas.

Elena Medina, directora del festival, trató de enfocar la conversación en otros aspectos. En estos tiempos de tanta accesibilidad resulta fácil hacer una película. Queremos hacerla y no esperamos. ¿Pero qué pasa después?, ¿cuál es nuestra perspectiva una vez acabada?, ¿qué canal reivindicamos, cómo vamos a preocuparnos del retorno? Como ejemplo pone su documental, que después de pasar por cuatro festivales se distribuyó como un producto musical en dvd por los mismos canales que sigue la música. El sistema actual de distribución está hecho por y para el cine de gran presupuesto. Hay que buscar otras vías para que se pueda mostrar este cine y la apuesta debe salir de los propios cineastas. Los grandes no van a dar oportunidades, así que habrá que salir a la búsqueda del espectador y del lugar. Habrá que montar circuitos y dar con otra forma de distribución. Confesó que no tenía la solución.

Virginia Park que organizaba junto a José Víctor Fuentes el Festivalito contó que lo que habían visto es que había muchas obras, pero no dónde exhibirlas, pues eso lo controlan desde dentro de la industria. Es cierto que las salas se están transformando a digitales, pero se mantienen las mismas condiciones.

Los directores José Víctor Fuentes y Tommy Llorens
Los directores José Víctor Fuentes y Tommy Llorens
José Víctor Fuentes añadió que quien hace cine de guerrilla quiere distribuir por sí mismo, pero lo malo es que a los meses ha perdido fuego. Señala que faltan agentes de distribución para este tipo de películas pequeñas. Hay que ser una guerrilla organizada. Parece que hoy en día Internet es la gran salvación, un lugar donde poner las películas gratis, pero faltan una plataforma de cine independiente digital que le de cauce, lo gestione y produzca ingresos. Son proyectos que faltan, que no ve que salgan.

Tommy Llorens afirmó que una película no es otra cosa que un buen guion, buenos actores y el director para que entre todos hagan la película cojonuda y no cada actor el papel de su vida. Confesó que le gusta el cine digital de guerrilla y que está dentro de él, pero que quiere que sus películas se vean. No es partidario de poner las películas gratis en Internet, cree que nos hemos acostumbrado a lo del coste cero para ver películas y eso habrá que variarlo para que el cine pueda seguir existiendo. Habló de filmin como una solución, una página web que funciona como un videoclub y dónde la página y el director van a medias. Sobre las subvenciones insistió en que sus mecanismos le parecen bochornosos y propuso un nuevo mecanismo, que lo que se subvencione sea el precio de la entrada al público que vaya a ver las películas de nuestro cine, para así entrar en una competencia real.

Francisco Brives presentó la iniciativa ArtHouse Madrid que está reclamando un edificio público para ser puesto a disposición de los cineastas y creadores como un lugar donde, a modo de co-working, puedan desarrollar su trabajo y sus proyectos. Contó también la frustración habitual de encontrarse con un trabajo terminado, pero no hallar el lugar donde proyectarlo y empezar a rentabilizarlo. Nadie va a vender el trabajo de un cineasta independiente, el propio director se ve obligado a llegar hasta el final del proceso. Propone salir al exterior para no quedarnos dentro de esta endogamia nacional, dignificar la profesión, tener un salario, repartir mejor el dinero del cine y una red de distribución al margen de la institucionalizada.

En su segunda intervención, Jesús Monroy, habló de que los festivales como éste son una solución. Después volvió al canal de Internet como vía de distribución, un canal falso en su opinión, pues para que las plataformas admitan la película, ésta debe tener todos los certificados, sino no será reconocida y no se mostrará. Sin certificación no hay ingresos que provengan de Internet, así son las normas. Es necesario cambiar la ley de cine, una solución que no considera utópica.

José Víctor Fuentes explicó que él trabaja al margen del sistema, pero que eso no le ha impedido hacer cine y buscar subvenciones para ello. Cree que la conversación no está en si hacen cine de guerrilla o no, sino en empezar a pensar de otra manera, porque hay que demostrar que la gente quiere ver las películas que ellos hacen. Y eso lo da Internet. Quejarse está bien, pero hay que hacer cosas.

En mi opinión todos tienen una idea de lo que es cine de guerrilla que a grandes rasgos coincide. Lo que no comparten son las soluciones. En el fondo cada cual tira por su camino y con parsimonia va haciendo su cine, a su manera y con sus medios, desconfiando del resto. Así, los proyectos colaborativos no parecen ver nunca la luz.

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