«La Cabra Mecánica» inicia en Gijón su gira de despedida.
Viernes 16 de octubre de 2009. En Casino (Sala Acapulco). Gijón
Portada de «Carne de Canción», disco de despedida de la Cabra Mecánica
La Cabra para mí representa una explosión que contagia alegría y buen rollo, que invita a la diversión, a la fusión, a la crítica, a una sociedad distinta y con esperanza que está por llegar... Escucharles y ser feliz es lo mismo. Así, de golpe, a las primeras notas, canturreando, moviéndome, saltando, entre lo cotidiano que se mira con otro prisma y a la vez alejado de mi propia rutina. Difícil de explicar si no se ha estado frente a ellos. Con esa misma fuerza arrancó el concierto entre las notas de «Felicidad» y me di cuenta de que Lichis, por mucho que cierre La Cabra, seguirá sobre los escenarios: se le ve espléndido, divirtiéndose con su banda, disfrutando.
Ninguna de sus mejores virtudes se han perdido. Cambian los músicos, ya no está «Nuria Fergó» (Julián Kanevski) y las guitarras de Pepo López y Fernando Polaino toman matices diferentes, pero salto y canto. La batería de Dani Ortín suena distinta, con otra fuerza, pero todo encaja a la perfección y salto y canto. Las nuevas versiones llevan a las viejas canciones a caminos sorprendentes, pero salto y canto. Me divierto como si fuera la primera vez.
No habla mucho sobre el escenario, en realidad no lo necesita para comunicarse con el público, pues ya se encarga de hacerlo su música. Si que saluda a «los compañeros del metal» que en Gijón toma un doble significado, o, con frecuencia grita «Viva la República» como apuesta de vida y esperanza de una sociedad más justa.
Presenta las tres nuevas canciones «Valientes», «Carne de canción» y «Yayo yaya» y sus letras llevan la misma carga de profundidad. Suena «La lista de la compra», «Que te follen» o «La fábula del hombre lobo y la mujer pantera» y el público enloquece. Sus viejas canciones «Arroz con ajo», «Vengo de Lavapiés», «El último cantautor», «Reina de la mantequilla», «La maceta», «Todo a cien»... se han convertido en himnos. Las de su disco anterior «Hotel Lichis», «Gracias por nada», «Pinocho» o «Antihéroe» sin dejar de ser personales se vuelven más emotivas y colectivas.
Y así sigue, repasando casi todo su repertorio en un concierto largo y sentido que cierra con el el mítico «Knocking on the heavens door».
Supe entonces que Lichis no nos dejará huérfanos, que cambiará el nombre de su proyecto y que su evolución le llevará por otros rumbos, pero seguirá cuidando de nosotros, los que necesitamos de su alegría contagiosa, con sus nuevas canciones. Yo por mi parte lo tengo claro, a repetir en Madrid.
A modo de pequeño anecdotario: El próximo proyecto de Lichis se llamará Miguelito. Se trata de un homenaje a la canción que le escribió su amigo Jairo Zavala, de Depedro. En paralelo también forma parte del grupo de blues «TroubleMakers».
Banda:
Miguel Ángel Hernando «Lichis» (voz y guitarras)
Fernando Polaino (guitarras españolas y acústicas)
Pepo López (guitarras acústicas y eléctricas)
Jordi Jornet «Cobre» (bajo)
Daniel Ortín (batería)
1 comentario:
Que ganitas tengo de verles en Madrid... gracias por tu crítica.
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