lunes, 6 de mayo de 2013

Cine mudo con ritmo para inaugurar la Muestra de Cine y Trabajo

El Ateneo Cultural 1º de Mayo de CC.OO. organiza la XI Muestra de Cine y Trabajo


Lunes 6 de mayo de 2013. Auditorio Marcelino Camacho. Madrid

Cartel de la XI Muestra de Cine y Trabajo
Cartel de la XI Muestra de Cine y Trabajo
La Cultura no es neutral, retransmite la forma de pensar de quien la origina. Toda creación es dependiente de su autor y su pensamiento, sin lograr escapar del sistema sociopolítico y económico del que forma parte. El Capitalismo ha impuesto un cine dominante con el que representar el mundo y con el que crear sus mitos. Frente a ese esquema es necesario oponer el nuestro, el de un cine obrero, de clase, de izquierdas. Por eso resulta tan necesario e importante la Muestra de Cine y Trabajo que organiza cada año el Ateneo Cultural 1º de Mayo de CC.OO. Se encarga de organizarla Manuela Temporelli y la presenta con muy pocas palabras. Recuerda a los presentes las películas que se proyectarán los próximos días: Las nieves del Kilimanjaro y Almanya (martes 7), Made in L.A. y El capital (miércoles 8), Entre maestros (jueves 9) y Searching for sugar man (viernes 10). También señala que habrá una pequeña muestra de cortometrajes el viernes y un concierto de homenaje a las bandas sonoras del Quinteto Lumieres el jueves. Dice que viendo los títulos parece que han apostado por un cine comercial, pero cree que de todas formas merece la pena verlo, pues son obras de autores que arriesgan.

Cuando toma la palabra Jaime Cedrún, Secretario General de las CCOO de Madrid, lo hace pare decir que ésta es una Muestra querida por el sindicato y lo es por sus objetivos y por el sentido que tiene juntar el trabajo con la expresión cinematográfica. Recuerda luego, que aún en estos tiempos de crisis, el trabajo en sí es la principal riqueza que tiene el país. Hay que ensalzar el trabajo y ponerlo en valor. Cedrún exclama que las historias de la gente que trabaja son bellas. Luego añade que el cine sirve para visibilizar la realidad que ocurre en las fábricas y las empresas, dando a conocer el mundo del trabajo y las vivencias de las personas que trabajan. Sirve, por tanto, como instrumento de expresión para combatir aquellas condiciones de trabajo que son indignas denunciando las atrocidades que se comenten en el entorno laboral. Este cine pegado a lo laboral nos muestra distintas realidades según los países.

No quiere dejar pasar su intervención sin acordarse de las 6.202.700 personas en paro que hay en nuestro país, condenados durante más tiempo aún a esta situación, pues el propio Rajoy reconoce que nuestra economía aún tardará unos años en reactivarse y mejorar. No duda Cedrún en señalar este momento como el más delicado de la democracia española, pues a esas personas sin trabajo les espera un futuro de exclusión.

Jaime Cedrún presentando la XI Muestra de Cine y Trabajo (Foto: Toni Gutiérrez)
Jaime Cedrún presentando la XI Muestra de Cine y Trabajo (Foto: Toni Gutiérrez)
También la crisis se extiende al cine. El Secretario General de las CCOO de Madrid denuncia que, desde que gobierna el Partido Popular, se ha extendido una caza del trabajador de la industria cinematográfica como una venganza premeditada fruto de una decisión política. Se han suprimido las ayudas al sector, que eran 89 millones, un poquito menos de lo que destina la Comunidad de Madrid a subvencionar los colegios privados. Si la situación del cine es difícil, la subida del IVA ha terminado destrozando su comercialización. Avisa Cedrún que los recortes se están llevando también por delante las enseñanzas musicales, que o bien desaparecerán o se encarecerán. El PP quiere que la educación sea para quien tenga dinero para pagarla, haciéndola imposible para las familias más desfavorecidas y con rentas más bajas.

Las dos películas que se proyectan en la inauguración son de 1922, la época los felices años veinte. Frente a eso tiempos Cedrún coloca nuestro presente con la Reforma Laboral; pero aún así quiere despedirse con optimismo, con una cita de Chaplin en El Gran Dictador: «Al alma del hombre le han sido dadas alas, y está volando hacia el arco iris y la luz de la esperanza». Manuela Temporelli vuelve al estrado para presentar estas dos películas mudas, El herrero (Buster Keaton) y Día de paga (Charles Chaplin), que van a estar acompañadas al piano con música en vivo interpretada y compuesta por Irene Albar. Es un homenaje a la música, y nos recuerda que entonces el cine era mudo, pero no arrítmico.

Después, Albar se dirige al piano que está al pie del escenario y coloca sus dedos sobre las teclas. Las luces se apagan, la pantalla se ilumina con los títulos de crédito de la proyección y la música va deslizándose pegada a las imágenes, formando un todo único e indisoluble. Un ambiente como mágico va surgiendo en el Auditorio Marcelino Camacho.

Carteles de las películas Día de paga, de Charles Chaplin, y El herrero, de Buster Keaton
Carteles de las películas Día de paga, de Charles Chaplin y El herrero, de Buster Keaton
Se proyecta primero El herrero y en ella vemos a un joven Keaton que va de despropósito en despropósito, como el novato que empieza a trabajar, con ilusión, pero sin efectividad. Tras ella se proyecta la película de Chaplin, Día de paga, que tiene una mayor profundidad. Se puede ver en la cinta una cierta crítica al sistema de producción, con capataces injustos que mandan y obreros que obedecen por un salario. El esfuerzo del trabajo se ve recompensado con la paga, pero el sobre no está completo, no tiene dentro las horas extras, algo se le queda siempre al obrero por el camino. De nada vale protestar, solo para que «desaparezca» más dinero aún. Quien quiera mirar dentro encontrará una propuesta de socializar, o repartir, o distribuir con justicia, como ocurre accidentalmente con el almuerzo.

Pero Día de paga es una película con intención y sabe ir un paso más allá para hablarnos de la alienación del trabajador que ha dejado de ser persona y se ha convertido en mano de obra representable como un equivalente económico. Un obrero es solo la cantidad de dinero que el empresario paga por él y lo que éste puede comprar después con ese dinero. No nos engañemos esa cantidad nunca irá más allá de lo que valen unas pequeñas diversiones, algo de ocio que nos sirva para separar un día laboral del siguiente y unas copas con las que olvidar todo el cansancio.

Viendo esas dos películas me puse a pensar en lo fácil que resulta ahora rodar, los avances técnicos han democratizado el cine. Y sin embargo no pude evitar una mirada nostálgica, hacia la forma sencilla de construir las historias, al humor tierno de entonces y a la mirada inocente con la que se enfrentaban a los problemas. Le fui dando vueltas a cómo con ingenio iban sacando adelante cada escena y me quedé tan embobado como entregado. Me sorprendía con cada efecto especial. Me reía con las historias. Sin duda ha sido un acierto inaugurar la XI Muestra de Cine y Trabajo así.

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