El Ateneo Cultural 1º de Mayo de CC.OO. organiza la XI Muestra de Cine y Trabajo
Lunes 6 de mayo de 2013. Auditorio Marcelino Camacho. Madrid
Cartel de la XI Muestra de Cine y Trabajo
Cuando toma la palabra Jaime Cedrún, Secretario General de las CCOO de Madrid, lo hace pare decir que ésta es una Muestra querida por el sindicato y lo es por sus objetivos y por el sentido que tiene juntar el trabajo con la expresión cinematográfica. Recuerda luego, que aún en estos tiempos de crisis, el trabajo en sí es la principal riqueza que tiene el país. Hay que ensalzar el trabajo y ponerlo en valor. Cedrún exclama que las historias de la gente que trabaja son bellas. Luego añade que el cine sirve para visibilizar la realidad que ocurre en las fábricas y las empresas, dando a conocer el mundo del trabajo y las vivencias de las personas que trabajan. Sirve, por tanto, como instrumento de expresión para combatir aquellas condiciones de trabajo que son indignas denunciando las atrocidades que se comenten en el entorno laboral. Este cine pegado a lo laboral nos muestra distintas realidades según los países.
No quiere dejar pasar su intervención sin acordarse de las 6.202.700 personas en paro que hay en nuestro país, condenados durante más tiempo aún a esta situación, pues el propio Rajoy reconoce que nuestra economía aún tardará unos años en reactivarse y mejorar. No duda Cedrún en señalar este momento como el más delicado de la democracia española, pues a esas personas sin trabajo les espera un futuro de exclusión.
Jaime Cedrún presentando la XI Muestra de Cine y Trabajo (Foto: Toni Gutiérrez)
Las dos películas que se proyectan en la inauguración son de 1922, la época los felices años veinte. Frente a eso tiempos Cedrún coloca nuestro presente con la Reforma Laboral; pero aún así quiere despedirse con optimismo, con una cita de Chaplin en El Gran Dictador: «Al alma del hombre le han sido dadas alas, y está volando hacia el arco iris y la luz de la esperanza». Manuela Temporelli vuelve al estrado para presentar estas dos películas mudas, El herrero (Buster Keaton) y Día de paga (Charles Chaplin), que van a estar acompañadas al piano con música en vivo interpretada y compuesta por Irene Albar. Es un homenaje a la música, y nos recuerda que entonces el cine era mudo, pero no arrítmico.
Después, Albar se dirige al piano que está al pie del escenario y coloca sus dedos sobre las teclas. Las luces se apagan, la pantalla se ilumina con los títulos de crédito de la proyección y la música va deslizándose pegada a las imágenes, formando un todo único e indisoluble. Un ambiente como mágico va surgiendo en el Auditorio Marcelino Camacho.
Carteles de las películas Día de paga, de Charles Chaplin y El herrero, de Buster Keaton
Pero Día de paga es una película con intención y sabe ir un paso más allá para hablarnos de la alienación del trabajador que ha dejado de ser persona y se ha convertido en mano de obra representable como un equivalente económico. Un obrero es solo la cantidad de dinero que el empresario paga por él y lo que éste puede comprar después con ese dinero. No nos engañemos esa cantidad nunca irá más allá de lo que valen unas pequeñas diversiones, algo de ocio que nos sirva para separar un día laboral del siguiente y unas copas con las que olvidar todo el cansancio.
Viendo esas dos películas me puse a pensar en lo fácil que resulta ahora rodar, los avances técnicos han democratizado el cine. Y sin embargo no pude evitar una mirada nostálgica, hacia la forma sencilla de construir las historias, al humor tierno de entonces y a la mirada inocente con la que se enfrentaban a los problemas. Le fui dando vueltas a cómo con ingenio iban sacando adelante cada escena y me quedé tan embobado como entregado. Me sorprendía con cada efecto especial. Me reía con las historias. Sin duda ha sido un acierto inaugurar la XI Muestra de Cine y Trabajo así.
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