Hendaya. Cuando Adolfo encontró a Paco, una disparatada y divertida comedia musical de una historia entre Franco y Hitler que quizá no pasó nunca
Viernes 7 de octubre de 2011. Teatro Fernando de Rojas Círculo de Bellas Artes. Madrid
Cartel de la obra Hendaya. Cuando Adolfo encontró a Paco
De Murcia, nos llega Hendaya. Cuando Adolfo encontró a Paco una producción de Ribalta Teatro. Se trata de una obra singular en muchos aspectos, heterogénea en esencia, que además sabe aportar mucha frescura escénica. Y todo parte de un hecho histórico, aquel 23 de octubre de 1940 en el que tuvo lugar el encuentro de Adolf Hitler y Francisco Franco en la estación de Hendaya. De aquella reunión de siete horas en un vagón de tren poco se sabe, han quedado algunas fotos y muchos secretos que la Historia (con mayúsculas) no nos ha querido desvelar. Con aquellos silencios, que pusieron a trabajar la imaginación de Pepe Macías y Carla Guimarães, les dio para hacer política-ficción de aquel encuentro. Lo resolvieron con el planteamiento más absurdo que se les ocurrió, sin dejar de lado la historia profunda de nuestro país. Ironía, disparate, desparpajo, naturalidad y mucha diversión, son los elementos que mezclan. No es algo nuevo lo de buscar la comedia con estos personajes cuya imagen física da para esto y para mucho más. Convertirlos en protagonistas de un musical fue el siguiente paso.
Hendaya. Cuando Adolfo encontró a Paco es una comedia musical, de pequeño formato, como dicen ellos, con ocho números musicales, cuatro actores y un texto escrito con mucho humor. Nada escapa del ridículo, de la exageración, de lo hipotético, pero aún así es encantadora. Todo está permitido en la representación, desde parar, rebobinar, cambiar el idioma, o hacer otra versión. Es teatro y juega con las posibilidades que esto le da, sabiendo explotarlas a su favor.
Rafael Galán, Miguel Ángel Jiménez, Juan Carlos Mestre y Luis Yagüe en una escena de Hendaya. Cuando Adolfo encontró a Paco
El paso de ser el Generalísimo a convertirse en el Caudillísimo es la oferta que le presenta Hitler y esta petición le resulta a nuestro dictador patrio en sus propias palabras «La cosa más absurda que me han propuesto estando vestido». Sin embargo, a pesar de lo impropio, es cierto que se siente tentado por los superlativos aplicados a su persona, que se relame de gusto con la idea de volver a desplegar su capacidad de estratega militar y que se siente llamado a emprender una nueva cruzada moral. Su estupidez no tiene límites.
El extremismo cristiano de la iglesia española de la época también da para unas cuantas bromas. Franco vive su religión por encima de todo, con sus señas claras de católico, apostólico y romano. Y el tufo que nos da es el de su olor a rancio, como el de la mano incorrupta de Santa Teresa que le acompaña siempre como una de sus mejores consejeras. Con este tema empezamos a jugar a las diferencias de dos dictadores bajitos y con bigote que comparten la misma ideología fascista. Las parejas de ambos, Eva Braun y Carmen Polo, también resultan fácilmente distinguibles. Y las velocidades que toman cada uno de los países puede ser otra, nosotros vamos enfilando un cierto atraso en todas las materias y ellos están en la cresta de la ola. Que aquí nos vestimos de sabio provincianismo y allí de cierta arrogancia y ferocidad…
Hablando de diferencias se vuelve a caer en los parecidos, y esta vez nos traen a Aznar a escena para que nos amenice con unos chistes de los suyos, esos que tan bien hace sobre las copas de vino. Y sus tonterías, su bigote y el deje de su voz nos recuerdan a Franco sin querer.
Los números musicales resultan divertidos, son variados, están bien encajados y ayudan a explicar la historia profundizando en lo hilarante. Los actores hacen un papel extraordinario, pues luchan contra grandes estereotipos y salen airosos. Saben hacerse simpáticos, tiernos incluso, y algunas veces parodian utilizando con maestría el estilo de los hermanos Marx.
Disfruté viendo el espectáculo, me reí y salí contento. Lo demás fue un pretexto, pero uno tan ingenioso como bien construido.
A modo de pequeño anecdotario: Pepe Macías y Carla Guimarães son los autores de Hendaya. Cuando Adolfo encontró a Paco. Antes de pasar por los teatros y convertirse en un musical, los dos autores ya habían rodado la historia en un cortometraje del mismo título realizado en el 2007. Aquel corto obtuvo varios premios (público, guion y mejor corto) entre los que destaca el de Mejor Corto Nacional en el Festival de Jóvenes Realizadores de Zaragoza. En aquella ocasión el propio Pepe Macías interpretaba a Franco y el papel de Hitler lo representaba Íñigo Núñez. Los papeles de Suñer y Ribbentrop, al igual que ahora, los interpretaron Rafael Galán y Luis Yagüe.
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