domingo, 8 de mayo de 2011

Enganchados al corto

Se cerró la IX Muestra de Cine y Trabajo con una jornada dedicada a los cortometrajes

Cartel del cortometraje La historia de siempre
Cartel del cortometraje La historia de siempre
Se acabaron la IX Muestra de Cine y Trabajo y el IV Certamen de Cortometrajes Express! que organiza el Ateneo Cultural 1º de Mayo de Comisiones Obreras. Lo hizo dedicándole la jornada de clausura al cortometraje. La noche empezó con tristeza, pues el Ateneo Cultural y Juan Escudero representándolo quisieron recordar a Sophie Sensier, directora del documental Petite Espagne con el que se clausuró la anterior Muestra de Cine y Trabajo, que falleció a finales del pasado mes de abril. Cuenta de ella que era una persona cercana, que el año pasado hizo un gran esfuerzo, pues ya se encontraba enferma, para acudir a aquella presentación.

Hoy no había documentales, ni películas; se proyectaron cuatro cortometrajes españoles sobre el mundo laboral. No se trataba de inéditos como los que estaban concursando al IV Certamen de Cortometrajes Express!, sino de trabajos con un cierto recorrido. Si algo tienen en común todos ellos, además de la temática, es la capacidad de emoción. Envueltos todos con una mirada sensible sobre las personas que desempeñan, o quieren desempeñar, un trabajo. Una mirada que los tiñe de un color semejante y que a la vez los hace diferentes. No somos máquinas, no somos números, somos seres cargados de sentimientos, llenos de contrariedades, pero que nos dejamos ilusionar con una buena historia, independientemente de la duración que tenga.

Abrió la noche Luciérnaga, de Carlota Colorado, una historia de superación frente a prejuicios para intentar conseguir un trabajo. De no rendirse, incluso si hay que cambiar la naturaleza por un trabajo. Ahora ya no resulta inimaginable en nuestra sociedad, pedir imposibles con una sonrisa puede verse en el rostro de un jefe durante cualquier jornada laboral en cualquier empresa. Trabajar y someterse han pasado a ser sinónimos.

Siguió Recursos humanos, de José Javier Rodríguez Melcón, un excelente trabajo de interpretación de Nieve de Medina y Andrés Lima sobre un guión redondo del propio Rodríguez Melcón. Una entrevista de trabajo que pone los nervios a flor de piel con un final que tensa aún más la historia. Una entrevista encima de otra, las interminables pruebas que todos tenemos que pasar, las que nos van desgastando, las que nos van haciendo ovejas de redil.

La historia de siempre, de José Luís Montesinos Bernabé, es un cortometraje excepcional. Una historia contada en un autobús que engancha al resto de los viajeros y a nosotros, los que estamos al otro lado de la pantalla. Perplejos la escuchamos y tomamos partido, queremos que todo salga bien. Nos contagiamos sin querer, ponemos nuestra esperanza y caemos en la trampa, sorprendidos, con la que nos ha cazado el director. Es un corto que perdura, de los que no olvidas, una pequeña obra maestra.

55, de Darío Paso, juega con la emotividad y nos habla de una vejez. Si es duro envejecer, más lo es en estos tiempos de soledad y de mercados laborales que solo quieren carne fresca. Es un corto tierno y acusador que sabe llegar al corazón.

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