Pabellón de Movimientos Sociales (Foto: Toni Gutiérrez)
La Fiesta del PCE del 2010 ha terminado. Han resultado ser tres días tan intensos como cortos que me han dejado a la espalda muchos recuerdos de vivencias compartidas. Del recinto en el parque Dolores Ibárruri, donde se celebra este año, me habían contado todos que está bien comunicado, que a la misma puerta se encuentra la boca de metro Jarama. Pero lo cierto es que San Fernando queda lejos, que supone una hora de viaje desde casa para llegar, que la pereza podía haber tirado en contra. No fue así, las ganas de coincidir con lo camaradas en esta cita anual es importante porque representa el momento de sentir con orgullo las ideas que compartimos. Así que todo empezó el viernes, con la lluvia a punto de caer.
Saliendo del metro, me encontré con las tres carpas montadas para los coloquios, iguales de aspecto y capacidad. Cada una de ellas llevaba el nombre de un camarada, como un homenaje a su trabajo militante ahora que ya no están con nosotros. Este año se llamaban Pedro Patiño, Francisco Ciutat y Matilde Landa. Todavía era pronto y lo único que se veía era el trabajo callado de los compañeros ultimando los últimos detalles. Siguiendo los carteles que cuentan la historia de las huelgas generales se llegaba a los tres espacios gastronómicos, por un lado el del PC-Andalucía, por otro el Rincón Cubano y en medio el más grande de todos, el que aglutina al resto de federaciones. Cada uno de ellos tiene un puesto de tickets, una larga barra donde se servirán comidas y bebidas, y amplias mesas con sillas para que los camaradas se tomen lo que han pedido. Pegado al Rincón Cubano se encuentran los pabellones. El primero cargado de Movimientos Sociales que siempre han participado en la Fiesta con su compromiso político y social, con las causas de ésta nuestra izquierda. El segundo, es el político, en él que se encuentra la feria de libros, los stands políticos de las federaciones y de los partidos comunistas de otros países, organismos e instituciones afines, la sala de presentación de libros… Un poco más allá se encuentra el Escenario Central que acogerá los grandes actos y los conciertos. Se ha cubierto con una enorme carpa que nos protegerá a todos de la lluvia tanto como del sol. Es fácil familiarizarse.
La presentación del
Libro y Concurso Microrrelatos Mineros Manuel Nevado Madrid de la
Fundación Juan Muñiz Zapico fue uno de los actos con los que se dio el pistoletazo de salida. Aún había poca gente pero resultaba interesante escuchar la semblanza de un minero comprometido con el sindicalismo y saber que se le rinde homenaje con un concurso que sirve para contar el mundo de la mina y su entorno. Al salir comenzaba a llover, era una lluvia fina que caía desde unas nubes negras de mal presagio. No se cumplió, ni siquiera pudo con el sol que se mezclaba con el agua al caer. Alguna que otra carrera para ir de un lugar a otro, pero en cuanto llegabas estabas de nuevo a cubierto.
Resultaba imposible acudir a todas las charlas, siempre se estaban manteniendo cuatro actividades en paralelo, salvo cuando había acto en el Escenario Central. Así que no tuve más remedio que elegir y me acerqué a escuchar hablar sobre la Salud Pública en el coloquio
Salud, Co-Re-pago, Privatizaciones y Huelga General. Salgo preocupado por la Ley 15/97, con el repago, copago, privatizaciones, áreas únicas... Desde los medios se cuentan muchas mentiras, y es que hay quienes ven en esto de la Salud un negocio lucrativo y privado, ellos son los que están interesados en lanzar mensajes contra lo público, universal y equitativo que tiene nuestro sistema de Salud para ir desgastándolo. Fue un coloquio ameno e instructivo, sobre todo por el buen humor y sentido común que destilaba Toni Barberá.
Luego vinieron la cena en la carpa, los conciertos y una copa con los amigos. El regreso a casa se hizo más lento aún. En los vagones del Metro me quedé, curioso, observando la nueva moda de hacer botellón allí dentro, itinerante, con comididad sentados con sus litros, sus botellas de alcóhol de más graduación, sus refrescos, sus vasos de plástico y sus hielos.
Cierre del homenaje a Miguel Hernández cantando La Internacional (Foto: Toni Gutiérrez)
El sábado por la mañana fue el momento de asistir a la presentación del libro
Memorias de Antonio Romero. Un jornalero en los secretos de Estado, que tal como lo definió Felipe Alcaraz, el libro es la epopeya de la lucha a pecho descubierto de Antonio Romero, una persona que no se calla cuando es necesario decir las cosas. Un jornalero con gran cultura, inteligencia y lealtad a las ideas, que este año ha escrito sus memorias sin renuncias. Romero explicó que nació comunista y que descubrió la plusvalía trabajando en el campo, cuando el patrón pagaba las aceitunas a peseta y luego las vendía a siete. Habló de su pueblo. Fue luego, con algunas de las anécdotas que componen el libro, desgranando la historia política de España, la de los trabajadores que trajeron la democracia tras el franquismo y ese programa de lucha por la transformación de nuestro país. Habló de los GAL, de Roldán, de la batalla por la alcaldía de Málaga y de su sus actuales luchas impulsando la III República y pidiendo la transparencia de las cuentas de la Casa Real. Así, con su simpatía, con su entereza, con su ejemplo práctico y con su orgullo de comunista, nos animó a seguir luchando. Me quedé con una de sus frases que es una declaración de principios y que le describe a la perfección: «No me vendo; pero no tiene ningún mérito porque no creo en el Mercado».
Después fue tiempo del largo homenaje a Miguel Hernández. Un acto reivindicativo de la figura política y artística del poeta del pueblo que tanto luchó porque se implantaran los valores comunistas en nuestra sociedad. Ligado al mundo del trabajo, aún hoy sus versos resultan armas de lucha contra el capitalismo. Se exigió desde la tribuna la anulación del juicio por los tribunales franquistas y de la declaración de la condena a muerte que decretaron y cumplieron como ilegal. Desfilaron personalidades de la cultura, de la política, se cantó, se recitó. Nos fueron contando las historias de Miguel Hernández, describiéndole, poniendo en claro su valor y compromiso. Me emocionó escuchar a Paco Algora recitando
La barraquica, un poema de 1930, y ver que, por desgracia, las miserias de entonces siguen siendo el mismo pan de nuestros días. Vivió 32 años, le dio tiempo a escribir 5 libros y apenas pudo dejar unos versos más desde la cárcel. Sus poemas son combativos, esenciales y despojados de toda retórica, como construidos por un obrero más, en este caso de la poesía. Se presentaron tres libros dedicados al poeta que supo unir la pluma y el fusil.
Este centenario produce vértigo, pues son muchos los que intentan despolitizar la figura de Miguel Hernández, como si quisieran darle una segunda muerte al no contar que la causa noble que defendió era el comunismo. Es el tiempo de reivindicar su perfil político, ideológico y social porque son tan importantes como su poética e inseparables de ella. Felipe Alcaraz extendió el acto como un reencuentro con la cultura y con la triple R de Resistentes, Republicanos y Revolucionaros, usando la definición de Juan Genovés, porque siempre hay hombres y mujeres que contienen un alma sin frontera, como el propio Miguel. Marcos Ana nos habló de otro homenaje a Miguel Hernández que se llamó
Sino sangriento y que se escribió y representó en la cárcel de Burgos en el año 1966 por los propios presos. Miguel Hernández es una referencia de dignidad, especialmente para los presos políticos. Armando López Salinas señaló al poeta como luchador republicano por las libertades del pueblo español, unas libertades que aún no han sido totalmente restituidas.
En lo musical, el grupo Ojalá cantó el poema
A Pablo de la Torriente Brau y Susana Oviedo interpretó
La canción última y
Para la libertad. También hubo un lugar para dos cantaores, Juan Pinilla, que se definió como un cantaor comunista e hizo unos fragmentos de Miguel Hernández de su repertorio
Sentao entre muertos y Manuel Gerena que se plantó con unos martinetes de su autoría, pero que pertenecen a la vena poética de Miguel.
La familia, su nuera Lucía Izquierdo y su nieta María José, estuvieron presentes y sin duda el momento más emotivo fue cuando José Luis Centella le entregaba enmarcado el carnet del partido que Miguel Hernández hubiera tenido este año 2010. Lucía besó el marco con agradecimiento y dijo que era un honor recogerlo y que lo va a cuidar como un tesoro porque en la familia están muy orgullosos de que perteneciera al partido comunista. Comenzó su discurso diciendo que no tengamos miedo, que a Miguel Hernández lo protege su familia, la cual no va a consentir que le maten de nuevo despolitizándolo. No van a parar hasta que se anule la condena. Si nuestros tribunales no la escuchan se irá a los del extranjero para conseguir justicia. Adelante, que lo vamos a conseguir.
Sindicalistas preparando el acto Razones Para la Huelga (Foto: Toni Gutiérrez)
Por la tarde, con el tiempo justo, asistí al coloquio
Crisis y Socialismo del S.XXI en América Latina para tomar impulso viendo que no todo es capitalismo, que hay países que han apostado por el socialismo y por una reforma social que trabaja por el bien de sus ciudadanos, desde la igualdad y lo público. Salí cargado de argumentos y de esperanza, como siempre que oigo hablar de América Latina.
Razones para la huelga, uno de los actos principales de esta fiesta, centró el debate político sobre crisis, reforma y soluciones. La carpa del Escenario Central estaba repleta de personas que agitaban banderas y coreaban eslóganes mientras esperaban las intervenciones de José Luis Centella (Secretario General del PCE), Cayo Lara (Coordinador General de IU), Ignacio Fernández Toxo (Secretario General de CC.OO.) y Cándido Méndez (Secretario General de UGT). El debate resultó estupendo, clarificando cada uno de los ponentes los motivos por los que es necesario parar esta reforma y hacer huelga general el 29S. Se habló del capitalismo y de la política neoliberal que amordaza a los estados. Se dijo que el sistema no se regula a sí mismo, como bien ha quedado demostrado en esta crisis, y que quienes la provocaron no van a ser capaces de encontrar el camino de salida ni debemos dejar que lideren las soluciones pues ya han demostrado su ineficacia. Es la clase obrera quien más ha sufrido la crisis y ella es la que debe decir basta. La reforma se explicó muy clarita, incluso la letra pequeña, y se pintó el desolador panorama hacia el que nos conduce su aplicación a la clase trabajadora y asalariada. No sé cuál será el resultado de la huelga, pero sí tengo claro que debemos apoyarla. Cuentan que hace unos días antes ingresaron a Marcelino Camacho, pero que ya está en pie de nuevo porque no podía perderse esta huelga.
Al terminar se hizo difícil cenar, éramos muchos los que tuvimos el mismo pensamiento. Así que las ordenadas colas se llenaron y fue pasando el tiempo. Eché de menos que no hubiera megofonía en todo el recinto para poder escuchar el mitin mientras me tomaba un poco de adobo y unas tortitas de camarones. Llegué al final del mitin, con el tiempo justo para cantar con todos, puño en alto,
La internacional y
Joven guardia. Un pequeño paseo entre los árboles de la memoria que reflejaban el eco de los camaradas desaparecidos con sus historias. Había sido un día demasiado completo y el cansancio acudió antes de que llenaran el escenario Ojos de Brujo.
Gema Delgado, Armando López Salinas, José Luis Centella y Ginés Fernández. Celebrando los 80 años de Mundo Obrero y homenajeando a los veteranos. (Foto: Toni Gutiérrez)
El domingo por la mañana fue día de ajedrez, de sol y de comunismo arraigado. Sin duda el ambiente resultó mucho más familiar y la Fiesta se volvió más cercana. Allí estaban los partícipes, lejos ya de grandes bullicios, satisfechos. Risas compañeras, abrazos de quienes comparten ilusiones, cariñosos reconocimientos, corrillos amplios donde discutir con tanto calor como afecto. Hoy era el día de los comunistas incondicionales.
Tenía gran interés por la presentación del libro del fallecido Javier Ortiz:
José K, torturado. La charla resultó inquietante pues se habló de tortura y de cómo últimamente existe una corriente que defiende su práctica para casos de terrorismo. Todas las torturas son execrables y no debemos admitir ninguna, pues lo que parece excepcional no deja de ser general.
Sobre el escenario central el último de los grandes actos: "80 aniversario de Mundo Obrero. Homenaje a veteranos luchadores comunistas". Comenzó Gema Delgado, su redactora jefe, para explicar la satisfacción que supone trabajar en Mundo Obrero. Se rindió tributo a la memoria del periódico del Partido a través de los hombres y mujeres que le dieron vida. También se hizo una propuesta de futuro al explicar que, a principios de año, Mundo Obrero se habrá integrado con las nuevas tecnologías y contará con una versión digital. Seguirá en papel, con su olor, con su tacto, con el pasar de mano en mano; pero también se podrá seguir en internet como medio de comunicación veraz para contrastar tanta intoxicación informativa que vivimos. Ginés Fernández quiso recordar a cuatro camaradas que reflejan el trabajo difícil de muchos años, se acordó de Armando López Salinas, de Marcos Ana, del fotógrafo Manuel de Cos y de Paco Ruano infatigable distribuidor de esta cabecera que ha venido recogiendo durante los últimos 80 años lo mejor de la historia de la clase obrera. Ginés recordó que hoy en día el periódico se realiza de forma militante y altruista. Los nuevos pasos que se dan son siempre con el objetivo de hacerlo más útil y eficaz en la tarea de difundir el camino hacia el socialismo. Se acordó de Marcelino Camacho, de apoyar la Huelga General pidiéndonos que seamos el piquete más activo porque nunca nos regalaron nada, siempre tuvimos que ganarlo.
López Salinas tomó la palabra en un discurso afilado y encendido para pedir cambiar el mundo entre todos, pues hay demasiadas cosas que hemos ido dejando en el camino. Llamó a la ilusión, a la esperanza y a la lucha frente al capitalismo y a las políticas neoliberales que nos ahogan. Recordó la historia de Mundo Obrero, como la voz de los trabajadores, la que contaba los problemas y las dificultades con las que vivían. No podemos aguantar más derrotas políticas, así que es necesarios plantear la batalla el 29S, parar las fábricas, los talleres y hasta los relojes. Mundo Obrero convive en un mundo donde el flujo informativo lo controla el capital, y lo utiliza de la misma forma que usó el siglo pasado la cachiporra de la policía a la hora de encarar a los sindicalistas. Centella, por su parte, habló del trabajo militante y abnegado de muchos comunistas, un trabajo que identificó con el que se realiza en Mundo Obrero, y así poder homenajear a todos juntos. Un partido con una historia tan grande que sobrecoge, que recoge en su seno a lo mejor de esta sociedad, a quienes más se comprometieron. Hoy es necesario ese mismo compromiso político, para que en cada barrio, cada universidad, en cada centro de trabajo, haya un referente comunista, un militante que sirva de ejemplo y señale el camino de la batalla porque lo importante es lo colectivo. Aseguró que vienen tiempos mejores, que hay una alternativa que busca la solidaridad, que piensa que los recursos naturales deber ir primero a los seres humanos y no a los intereses privados de unos pocos. Mundo Obrero debe ser quien lleve ese pensamiento crítico a todos los lugares. Otra de las noticias que ofreció José Luis Centella en este acto es que el Partido está escribiendo su Historia, que no será la de los dirigentes, sino la de sus militantes.
Con los actos terminados llegó el tiempo de la comida entre compañeros. De forma distendida fuimos hablando de nuestras cosas. Al final sonó
Aurora de Los del Río y eso dio paso a un divertido desfile satírico antes de arriar las banderas republicana y comunista. Un acto emotivo, un tanto juguetón, para romper la seriedad, o la tristeza, de lo que se acaba.
Un año más he percibido que los comunistas seguimos en pie, empujando una Fiesta que es un encuentro y un motivo de esperanza.