Durante los días 18, 19 y 20 se celebró en Córdoba la fiesta anual del PCE
Aunque ya había tratado en esta bitácora el acto más importante de este año en la Fiesta del PCE, el emotivo homenaje a Marcos Ana, aún me faltaba realizar una crónica general sobre la Fiesta que viví. Sé que retomo el tema con bastante retraso, pues hace semana y media de todo esto, pero...
Córdoba se ofreció a organizar la Fiesta del 2009 y aunque me encontraba reticente -por ese inmovilismo madrileño que lleva a intentar evitar todo lo que no ocurre en la capital-, al final acudí. El sábado por la mañana cargo con la mochila, dedico un ratito de tren, la entrada en un hotel frente a la Mezquita, y corriendo para la Fiesta que ya había empezado. Me sorprendió, a pesar de todas las noticias sobre la torrencial lluvia de anoche, todo estaba en su sitio, con los actos en marcha y la gente yendo de un lado para otro. El recinto lo ha montado la gente del partido de forma voluntaria y de un vistazo se observa el gran trabajo colectivo que supone construir este sueño. No es muy grande, pero se recorre de una forma agradable. Tampoco somos tantos como otros años, la distancia ha hecho que comunidades tradicionalmente muy activas este año hayan enviado sólo una pequeña representación. Ese es uno de los debates en todos los corrillos: ¿qué hubiera pasado si se hubiese celebrado en Madrid? Presiento un ambiente de espera, con la tensión subiendo por la proximidad del homenaje a Marcos Ana que centra la mañana.
Acudo a la presentación de la Red de Municipios por la III República con el acto ya comenzado. La carpa esta llena, con público que desde fuera también sigue la exposición de las personas que intervienen. Está hablando Antonio Romero. Dice que «la República es la democracia radical» y lo explica, pues una monarquía heredada por un derecho de sangre no puede ser tenida como democracia real, ya que este hecho es un límite y una diferencia entre los ciudadanos. Matiza que el concepto de República es un proyecto federal, solidario y de defensa de los Derechos Humanos. «Es el momento de pasar de las palabras a los hechos», en una labor que ha comenzado desde abajo, con los municipios que están aprobando las mociones a favor de la República y que suponen un debate social y profundo en pro de la República que debería desembocar en un referéndum. Diego Valderas reafirmó los valores de la izquierda republicana e indicó que es momento de presionar y de valerse de las contradicciones del sistema para ponerlo en entredicho y que surja un cambio. Por su parte Barroso realizó su discurso avisando de que la III no llegará si no acabamos con el «juancarlismo», un sistema que está protegido por los propios medios de comunicación que rodean a la monarquía. Vivimos en un país en el que todo lo que no sea elogiar al rey es considerado como injurias, porque la Constitución lo defiende hasta ese punto, lo que debería suponer un claro motivo para pedir una ruptura del pacto constitucionalista. Habló también de la opacidad con la que el Borbón esconde sus cuentas y de las solicitudes del monarca al gobierno en favor de ciertos grupos empresariales. Por llegar tarde me perdí la intervención de Javier Parra y la presentación de Raúl Ariza.
Con el homenaje a Marcos Ana la fiesta se llena hasta rebosar, nadie quiere perdérselo y todo lo demás se detiene. El ambiente de camaradería reina y llega el momento de la comida. Este año los pabellones regionales han desaparecido y cada comunidad dispone de una parte de barra en la que servir sus platos. Hay colas y muchas mesas en las que sentarse con los amigos a compartir comida y charlas.
La tarde comienza con las firmas de libros en la caseta de Al borde. Antonio Romero firmando su libro «Costa Nostra: las mafias en la Costa del Sol» y Paco Algora su «Romance de locos, coplas de ciego». Para descansar de viaje y ajetreo entro en el pabellón Rafael Alberti a escuchar el homenaje poético a Dolores Ibarruri, recuerdos de amor y lucha y me quedé sorprendido del magistral repaso dramatizado que hacen de su vida José María Alfaya, Mila Domingo y Susana Oviedo. Aprovechan sus textos, cartas... para conseguir que «La Pasionaria» se suba al escenario a contarnos sus vivencias, llenas de la crudeza de una época entre el hambre y la revolución, donde la lucha de las personas cambiaba el mundo.
Después se me formó un nudo en la garganta al ver el documental de Eloína Terrón «Nanas sin pan. Guímara, la represión colectiva de un pueblo». Espeluznante resulta ver como el poder franquista se encargó de reprimir un pueblo trabajador y obrero en las montañas leonesas: asesinando impunemente a quien encontraba en la calle, encerrando en un campo de concentración a todo el pueblo, condenándolo a trabajos forzados y multas represoras y dejando a los niños abandonados a su suerte en un pueblo vacío. Enriquecedor el debate que propone en las últimas escenas del documental la directora, al llevar la proyección al propio pueblo y hablar sobre ello con las generaciones que lo vivieron y las que vinieron después.
Algo escuché del debate sobre «La Crisis» que moderaba Isabel Salud y en el que intervenían Ramón Gorriz, Cayo Lara y Francisco Frutos, pero no quise entretenerme pues sabía que este tema estaría muy presente en el mitin central. Preferí ver como se concentraba la UJCE para acudir al mítin y preparaban sus consignas.
En el escenario central tocan «Con lo puesto», un grupo extremeño que hace rumba-rock. Con música pegadiza y bailable espero el comienzo del mítin. Abre el alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña, con una palabras de bienvenida y pensando en las próximas elecciones municipales y la responsabilidad que supone defender la alcaldía en la ciudad. Muy interesante Maite Mola (Secretaría de mujer del PCE) con un intervención coherente e inteligente para hablar de la crisis del sistema y de la participación de la mujer en esta sociedad en construcción. Juan Iglesia (Secretario General UJCE) realiza un discurso con empuje, centrado en los temas que preocupan a los jóvenes. José Luis Centella (Secretario General PCA) realiza un discurso breve y un tanto frío, mientras que Felipe Alcaraz (Presidente Ejecutivo del Comité. Federal PCE) resulta tan ameno como motivador en el que, en mi opinión, fue la mejor intervención de la noche. Finalmente toma la palabra Paco Frutos (Secretario General PCE) que comenza muy bien, pero que peca de extenso al final. Me gusta escuchar a los líderes comunistas y ver que su discurso se ha ido acercando a la calle, a ofrecer las soluciones para los problemas cotidianos desde una proximidad militante que no abandona sus ideas marxistas y republicanas para esta sociedad.
Queda aún mucha noche: el concierto de Kiko Veneno, el teatro de Emma Cohen, el flamenco del Cabrero y Juan Pinilla... pero la opción de volver al hotel a descansar es la que se impone.
El domingo muestra en el recinto ferial la resaca de la noche anterior, todo como a punto de empezar, pero sin terminar de arrancar. Los camaradas se quedaron hasta tarde y hoy la puntualidad comunista se ha escapado volando. Recorro los puestos buscando el juego de «¿Quién sabe Marx?», una especie de Trivial Comunista que han creado los camaradas de Euskadi. Lo compro para regalar. Luego compartimos un rato con Antonio y Carmen que nos sirve para hablar de todo un poco pasando un rato agradable.
Hace calor y el sol molesta mientras esperamos las comparsas y chirigotas de Cádiz y Córdoba que finalmente comienzan para desplegar la crítica de la calle. No me quedo mucho, pues quiero ver un poquito de Córdoba en este viaje: callejear un poco las cercanías de la Mezquita, tomar un salmorejo y unos flamenquines...
Son muchos los actos que se celebraron en la Fiesta de PCE, así que tocó elegir a cada momento, dejarse muchas presentaciones interesantes por el camino para quedarse con un subconjunto pequeño de las preocupaciones y quehaceres de la izquierda. Esta crónica es incompleta y apenas si refleja un pequeño porcentaje. Yo me voy con la imagen tomada de la satisfacción por unas expectativas de éxito que se cumplieron en estos dos días. Me quedo deseando la Fiesta del próximo año.
Córdoba se ofreció a organizar la Fiesta del 2009 y aunque me encontraba reticente -por ese inmovilismo madrileño que lleva a intentar evitar todo lo que no ocurre en la capital-, al final acudí. El sábado por la mañana cargo con la mochila, dedico un ratito de tren, la entrada en un hotel frente a la Mezquita, y corriendo para la Fiesta que ya había empezado. Me sorprendió, a pesar de todas las noticias sobre la torrencial lluvia de anoche, todo estaba en su sitio, con los actos en marcha y la gente yendo de un lado para otro. El recinto lo ha montado la gente del partido de forma voluntaria y de un vistazo se observa el gran trabajo colectivo que supone construir este sueño. No es muy grande, pero se recorre de una forma agradable. Tampoco somos tantos como otros años, la distancia ha hecho que comunidades tradicionalmente muy activas este año hayan enviado sólo una pequeña representación. Ese es uno de los debates en todos los corrillos: ¿qué hubiera pasado si se hubiese celebrado en Madrid? Presiento un ambiente de espera, con la tensión subiendo por la proximidad del homenaje a Marcos Ana que centra la mañana.
Presentación de la Red de Municipios por la III República. Intervienen en la mesa: José Antonio Barroso, Antonio Romero, Raúl Ariza, Javier Parra y Diego Valderas (Foto: Toni Gutiérrez)
La Fiesta a la hora de la comida (Foto: Toni Gutiérrez)
La tarde comienza con las firmas de libros en la caseta de Al borde. Antonio Romero firmando su libro «Costa Nostra: las mafias en la Costa del Sol» y Paco Algora su «Romance de locos, coplas de ciego». Para descansar de viaje y ajetreo entro en el pabellón Rafael Alberti a escuchar el homenaje poético a Dolores Ibarruri, recuerdos de amor y lucha y me quedé sorprendido del magistral repaso dramatizado que hacen de su vida José María Alfaya, Mila Domingo y Susana Oviedo. Aprovechan sus textos, cartas... para conseguir que «La Pasionaria» se suba al escenario a contarnos sus vivencias, llenas de la crudeza de una época entre el hambre y la revolución, donde la lucha de las personas cambiaba el mundo.
Después se me formó un nudo en la garganta al ver el documental de Eloína Terrón «Nanas sin pan. Guímara, la represión colectiva de un pueblo». Espeluznante resulta ver como el poder franquista se encargó de reprimir un pueblo trabajador y obrero en las montañas leonesas: asesinando impunemente a quien encontraba en la calle, encerrando en un campo de concentración a todo el pueblo, condenándolo a trabajos forzados y multas represoras y dejando a los niños abandonados a su suerte en un pueblo vacío. Enriquecedor el debate que propone en las últimas escenas del documental la directora, al llevar la proyección al propio pueblo y hablar sobre ello con las generaciones que lo vivieron y las que vinieron después.
Juventudes Comunistas reunidas antes de asistir al mitin central (Foto: Toni Gutiérrez)
En el escenario central tocan «Con lo puesto», un grupo extremeño que hace rumba-rock. Con música pegadiza y bailable espero el comienzo del mítin. Abre el alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña, con una palabras de bienvenida y pensando en las próximas elecciones municipales y la responsabilidad que supone defender la alcaldía en la ciudad. Muy interesante Maite Mola (Secretaría de mujer del PCE) con un intervención coherente e inteligente para hablar de la crisis del sistema y de la participación de la mujer en esta sociedad en construcción. Juan Iglesia (Secretario General UJCE) realiza un discurso con empuje, centrado en los temas que preocupan a los jóvenes. José Luis Centella (Secretario General PCA) realiza un discurso breve y un tanto frío, mientras que Felipe Alcaraz (Presidente Ejecutivo del Comité. Federal PCE) resulta tan ameno como motivador en el que, en mi opinión, fue la mejor intervención de la noche. Finalmente toma la palabra Paco Frutos (Secretario General PCE) que comenza muy bien, pero que peca de extenso al final. Me gusta escuchar a los líderes comunistas y ver que su discurso se ha ido acercando a la calle, a ofrecer las soluciones para los problemas cotidianos desde una proximidad militante que no abandona sus ideas marxistas y republicanas para esta sociedad.
Queda aún mucha noche: el concierto de Kiko Veneno, el teatro de Emma Cohen, el flamenco del Cabrero y Juan Pinilla... pero la opción de volver al hotel a descansar es la que se impone.
Uno de los puestos políticos (Foto: Toni Gutiérrez)
Hace calor y el sol molesta mientras esperamos las comparsas y chirigotas de Cádiz y Córdoba que finalmente comienzan para desplegar la crítica de la calle. No me quedo mucho, pues quiero ver un poquito de Córdoba en este viaje: callejear un poco las cercanías de la Mezquita, tomar un salmorejo y unos flamenquines...
Son muchos los actos que se celebraron en la Fiesta de PCE, así que tocó elegir a cada momento, dejarse muchas presentaciones interesantes por el camino para quedarse con un subconjunto pequeño de las preocupaciones y quehaceres de la izquierda. Esta crónica es incompleta y apenas si refleja un pequeño porcentaje. Yo me voy con la imagen tomada de la satisfacción por unas expectativas de éxito que se cumplieron en estos dos días. Me quedo deseando la Fiesta del próximo año.