«La taberna fantástica» se representa en el teatro Valle-Inclán-. Decir que me he encontrado con una interpretación maravillosa por parte de todos los actores, como hace mucho tiempo que no veía, y esto se agradece mucho. Era la primera vez que veía a Antonio de la Torre en directo y me impresionó con su interpretación de Rogelio, un «quincallero» perseguido por la justicia que le acusa de complicidad en la muerte de un guardia y que vuelve al barrio para el entierro de su madre, pero al que no llega a ir entretenido bebiendo en la taberna del «gato negro».
Se trata de una obra de realismo social, escrita por Alfonso Sastre que se cuela por una mirilla para mostrarnos el lumpen de los arrabales y la periferia del Madrid de finales de los 60. Nos muestra la vida en directo -como la que vemos hoy en tantos realities y talk shows-. La cruda realidad diaria ocurre dentro de la taberna, unas veces directamente y otras porque nos lo narran los actores. No hay tregua, no hay esperanza para aquellos a los que el sistema ha excluido. Es básicamente una historia que habla de los defectos humanos y de la falta de oportunidades.
A pesar de todo lo dicho, me entró cierto sueñecito con ella, pues resulta un tanto aburrida ya que la acción es lenta y lo que pide al espectador es simplemente contemplación.
Quería contar dos detalles más que me parecieron curiosos. El primero sobre el arranque de la obra, en la que el tabernero corta la radio en la que está sonando una canción de Raphael y uno de los actores en nombre del autor nos presenta la obra. La segunda, un poco de flamenquito que «el carburo» -interpretado por Felipe García Vélez- nos canta en directo. Decir también que en la obra se bebe mucho, por lo que sales sediento, así que recomiendo tomar un par de vinos antes de entrar.
domingo, 14 de diciembre de 2008
La taberna fantástica
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