El Teatro de la Abadía pone en escena esta obra sobre el ciberacoso sexual a menores que interpretan Antonio de la Torre y Nausicaa Bonnín
Jueves 8 de marzo de 2012. Teatro de la Abadía. Madrid
Cartel de la obra de teatro Grooming
El término inglés grooming se utiliza para describir el acoso sexual a menores a través de internet. Se trata de un proceso por el que un adulto entra en comunicación con un menor, normalmente haciéndose pasar por otro niño o niña, e intenta establecer una amistad con la que va obteniendo datos personales y de contacto del menor. Después vienen las tácticas de seducción y provocación para conseguir que el menor envíe imágenes propias con contenido pornográfico que incluyan tanto desnudos como grabaciones de actos de naturaleza sexual explícita. Una vez obtenidas esas imágenes o vídeos, el acosador comienza a chantajear a las víctimas, bien para lograr más material pornográfico o bien para realizar un encuentro físico donde poder abusar sexualmente del menor. Esta es la tétrica realidad sobre la que se asienta la obra de teatro.
La realidad dramática la mantienen sus dos personajes y los diálogos que van estableciendo en esa cita que han concertado en el parque. El hombre tiene dos caras. Por un lado se muestra amable, una persona a la que le gusta contar historias; por el otro se deja llevar por accesos de violencia. Es un cinéfilo al que le encantan las películas de Alfred Hitchcock y que fantasea con la dualidad que representan los diferentes personajes de su filmografía, los que representan a Hitchcock tal y como es y los que suponen la imagen que el director desearía ser. A él le ocurre algo parecido en su dicotomía diaria. Ella es una adolescente que parece sumisa, pero en realidad es un personaje de doble filo capaz de dar un vuelco a lo esperado y plantear otra historia de hace mirar al espectador la situación desde un nuevo punto de vista tan inquietante como el anterior. Cuando ella cambia su registro, devuelve el golpe y todo tiembla.
Antonio de la Torre y Nausicaa Bonnín en una escena de la obra Grooming
Bajo la piel de Grooming se esconde la necesidad vital de establecer una comunicación con los demás, aunque sea sobre los pilares de la mentira, intentando que quien escuche sea comprensivo con las dos o tres historias que se le quiere contar. Una comunicación que con frecuencia se pervierte al entrar en juego una moral corrompida y el deseo superlativo de escapar de la realidad más cercana, de ser otros con una vida mejor, más ideal. Se construyen mentiras liberadoras para seguir soportando este mundo. Cuenta su autor que la premisa sobre la que construyó la obra se resume en una frase: «la gente no miente por gusto».
Pero también explora otros lugares en ese viaje interior que emprenden los dos personajes para mostrarnos su perversión y los mecanismos que les permiten asumir y soportar lo inexplicable. Habla de sus parafilias desde el punto de vista del que las sufre como enfermedad que le ha vencido, de su incapacidad para quitarse de encima la suciedad, la áspera capa de roña que les ensucia todo lo que emprenden en su vida. Personas que son el resultado de unas vidas insatisfechas, llenas de decepción, que han encontrado como única vía de escape la violencia que se ejerce e impone contra el otro.
Son papeles difíciles los que les toca representar a Antonio de la Torre y a Nausicaa Bonnín, pero que encaran con dos fabulosas interpretaciones. De la Torre sujeta a su baboso personaje con esos coletazos de violencia que lo disparan y nos muestran sus dos mundos. Bonnín defiende a su personaje con una distancia y frialdad sobrecogedores que termina convirtiéndose en una fuerza insospechada. Ambos han salido victoriosos después de correr el riesgo de hacer latir a dos personajes complejos y desagradables. Les dirige José Luis Gómez que se encarga de introducirnos en un mundo turbio y desangelado, al que posiblemente el espectador no querría haberse aproximado. Un mundo dramático bien ideado por el joven autor Paco Bezerra que se acerca al teatro con una nueva voz.
Grooming incorpora novedades a la dramaturgia trayendo los nuevos lenguajes de la sociedad, incorporando los chats, su vocabulario y las grabaciones con una webcam, como es el caso de la espeluznante escena de flashback en la que se recrea todo el proceso de grooming entre el adulto y la menor. En ella vemos una pantalla de chat sobre la que se muestran los diálogos que a la vez van recitando los dos actores sentados en el banco, sin mirarse, con la vista al frente. Una escena que resulta heladora, como la atmósfera inquietante del parque, o los ruidos que se van escuchando. La escenografía es sencilla, pero tremendamente efectiva para ayudar al espectador a que se sobrecoja con lo que ocurre sobre ella.
Grooming es una obra con mucha fuerza dramática donde casi nada es lo que parecía ser porque siempre puede convertirse en algo todavía peor. Es necesario destacar la forma de mantener el interés del público con esos giros sobre la relación verdugo-víctima establecida.
A modo de pequeño anecdotario: Paco Bezerra es el autor de la obra. Se trata de un dramaturgo joven, nacido en 1978, pero que sin embargo ya tiene a sus espaldas varios premios. Con su obra Dentro de la tierra ganó el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca 2007 y Premio Nacional de Literatura Dramática de 2009, y todo ello sin haber estrenado. También es autor de Viaje a Tindspunkt (Premio Barahona de Soto a la mejor obra de autor andaluz en 2004) y Ventaquemada, una obra de 2003 que tuvo una lectura dramatizada en Milán, en octubre de 2008.
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