viernes, 14 de agosto de 2009

El realismo social de «La mina»

Vidas forjadas para el trabajo, sin descanso, de las que Armando López Salinas muestra su realidad y valor.


Armando López Salinas autor de «La mina»
Armando López Salinas autor de «La mina»
Ésta es una novela en la que por sus páginas pasan personas cuyas vidas se cuentan en apenas unas líneas, pero sobre todo, de lo que habla de verdad, es de sus sueños frente a una realidad taciturna que les doblega y hunde. Sobrecogedor resulta mirar sin tapujos y de frente hacia estos hombres y mujeres, forjados para el trabajo. Seres humanos cuya aspiración se queda en disfrutar de simples espacios largos de tiempo durante los que se puedan ganar la vida, con la dignidad de su esfuerzo y sin que les ocurran desgracias. Es, a su vez, una historia sobre el desconsuelo que producen el desarraigo y la injusticia.

Joaquín, un hombre de campo, casado, con dos hijos, de un pueblecito granadino, no encuentra futuro. El cacique escatima el trabajo y la tierra de labranza. Las gentes del pueblo sobreviven con pequeñas tareas mal pagadas. Su alimentación es deficiente, la mayoría de las veces se resume en agua y algún que otro tomate. A los jóvenes no les queda otro camino que irse. Con su familia a cuestas, Joaquín sigue los pasos de otros buscando una salida que le conduce a una cuenca minera manchega. Piensa en el viaje que así su subsistencia no dependerá de los caprichos y decisiones de un hombre como ocurría en el pueblo. Sin embargo lo que descubre es que las fatigas son similares, pues la compañía minera la dirigen hombres poderosos -y por tanto despiadados- cuya única preocupación es la de conseguir más dinero a costa de lo que sea. Con el mundo dividido en dos sociedades separadas y alejadas, no bastan unos brazos fuertes para ganarse la vida honradamente. El jornal que reciben por su trabajo a duras penas compensa el sufrimiento y la pérdida de la salud. Alrededor de Joaquín y su mujer Angustias hay muchas vidas como las suyas, con pequeños matices que las diferencian, vidas que permiten al autor dibujar un tapiz completo de la realidad.

López Salinas retrata con maestría aquella sociedad que sale del campo hacia el mundo desconocido de la industrialización. Lo hace a través de descripciones perfectas que traen a la retina la imagen precisa a cada instante: los duros paisajes, las viviendas, el vestir, los oficios... Ninguna ventana deja el autor sin abrir, contando todo aquello que pueda servir al lector para ponerse en el centro de aquello a comprender y formarse una opinión al respecto. Desentraña a los que se comprometen en un lucha por mejorar las condiciones, a los que se apartan e incluso a los chivatos. Y en todos ellos queda la suficiente humanidad como para ser entendidos. El lenguaje que utiliza el autor es tan sencillo como directo, sin recurrir a vericuetos, plasmando la pura realidad para congelar en tiempo en sus páginas. Adentrarse en este libro es vivir aquellos tiempos que apenas si se han logrado superar para traer a la cabeza una forma de vida sin derechos y cargada de obligaciones, escuchando sus pensamientos sembrados de lo más cotidiano. Su lectura produce angustia, dolor y rabia, tal vez los mismos sentimientos que roen a los personajes y de los que no logran en ningún momento arrancarse.

Incomprensiblemente éste es un libro desaparecido de los catálogos de las editoriales, al que para encontrarlo hay que recurrir a las librerías de segunda mano y aún así no resultará sencillo hacerse con él. Su valía pide a gritos que sea reeditado de nuevo.

Portada de «La mina»
Portada de «La mina»
Fragmento seleccionado: «Después, se borró el recuerdo del hijo y quedó mirando con tristeza a la noche que entraba por la ventana del dormitorio. López dormía ruidosamente. Le miró con gesto amistoso, con cariño. Recordaba al hombre que conociera veintiséis -¿o eran veintisiete?- años atrás. Pero más que al hombre recordaba su juventud, la juventud de las muchachas de la cuenca minera. La juventud perdida entre hambres y sufrimientos y trabajos. Apenas con la alegría de un domingo irremediablemente corto, de un vestido barato, de un agarrado con los mozos. Y de esperanza, de mucha esperanza. Eran veintisiete años ya. Le miró de nuevo como al buen compañero de las horas alegres y de las horas amargas. Compañero al que esperaba inquieta todos los días, temerosa siempre de la tragedia que como un ángel malo acecha a todos los mineros.»

A modo de pequeño anecdotario: Armando López Salinas es militante del P.C.E., partido del que llegó a ser miembro de su Comité Central. Además de novelista y de persona comprometida con su sociedad, en la clandestinidad trabajó como subdirector del «Mundo Obrero» y corresponsal en Madrid de «Radio España Independiente» («Radio Pirenaica»).


Título: La mina
Autor: Armando López Salinas
Editorial: Destino
Colección: Destinolibro
Género: Realismo social
ISBN: 84-233-0678-X
Año de publicación: 1960
Páginas: 231
Distinciones: Finalista del Premio Nadal (1959)

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