lunes, 30 de enero de 2017

El paraíso de Eva y Toño

Eroski Paraíso, la primera producción de la compañía Chévere tras recibir el Premio Nacional de teatro en 2014, llega al Matadero-Naves del Español de Madrid


Jueves 26 de enero de 2017. Matadero - Naves del Español. Madrid

Cartel de la obra de teatro Eroski Paraíso
Cartel de la obra de teatro Eroski Paraíso
¿Por qué? Porque es divertida y tiene conciencia social.
Disfruté viendo Eroski Paraíso. Me reí a carcajadas, con satisfacción, enamorado de la forma tan humana de hacer teatro que tienen en Chévere. Huyen de senderos trillados y apuestan por algo nuevo, una especie de «teatro pop». Vienen contentos a enseñarnos lo que hay en nuestro interior, lo que somos y lo que fuimos; sin revancha, pero con la conciencia clara de que en algún momento nos cambiaron las cartas y empezamos a perder la partida.

Estamos frente a un decorado, las estanterías de un supermercado, y asistimos al rodaje de una película documental. Alejandra, la directora, quiere reconstruir el día en que sus padres, Eva y Toño, se conocieron y en el que además ella fue concebida. Ocurrió en el Paraíso, una sala de fiestas que con el paso del tiempo se ha convertido en un supermercado Eroski. El padre de Eva tomó una fotografía de la pareja aquella noche. La descripción de aquella imagen y el deseo de encontrar su arraigo impulsó a Alejandra a emprender el proyecto de su película: Eroski Paraíso.

La obra mezcla castellano y gallego. Lo hace sin ningún trauma, con la misma naturalidad que se da en Galicia. No hay detalles que se pierdan por ello, nada que deje de entenderse. Y el público lo agradece porque sale enriquecido.

De Eroski Paraíso me gusta especialmente la capacidad que tiene la obra para ir siempre por donde nunca iría el pensamiento único que impera. El texto es inteligente. Se ha construido con ladrillos muy diversos: un poco de poesía, una simbología muy directa, algunas metáforas, memoria, diálogo intergeneracional, respeto y admiración por quienes cuentan sus historias en primera persona, mucho sentimiento de desarraigo, crudeza, recuerdos, conciencia social, sentido del humor, mucha frescura… El resultado es una obra llena de vitalidad, divertida, que nos obliga con naturalidad a pararnos sin prisas y profundizar en el dónde estamos. Miramos alrededor y la realidad es que el paraíso prometido se esfumó.

Acierta con el tono para hacer de una pequeña historia personal un gran reflejo universal en el que vernos. La obra va pintando una geografía local, la de la comarca de Muros en Galicia, con sus laderas y su arquitectura. Respiramos el mar, sudamos con el trabajo en el campo, descansamos con los sueños y miramos el presente huidizo, de desengaño, de viviendas comenzadas y nunca terminadas, de crisis profunda. Hay una identidad que se pierde y con ella algo nuestro.


Teaser promocional de la obra de teatro Eroski Paraíso
Otro de los pilares de Eroski Paraíso es la naturalidad. En eso tienen mucho que ver la actriz Patricia de Lorenzo y el actor Miguel de Lira y la frescura de sus interpretaciones. Son maravillosos. Ellos nos trasladan desde nuestro presente de supermercado al interior de un paraíso. Su verdad se hace sencilla y real. Escuchando a sus intérpretes la vida se cuela en el escenario, se va impregnado del alma que dejan sus historias, de un pasado y un presente que se miran. Nos resulta fácil entrar en el paraíso de Eva y Toño, recuperando los olores de cuando fuimos felices o aquellas anécdotas tan nítidas y vividas que casi nos pertenecen. Los recuerdos que deja una vida dura son a veces dulces y otras amargos. En ese camino de memoria colectiva, vamos recorriendo un rastro, el de una transformación social que ha ido convirtiendo los espacios de socialización en simples espacios de consumo. El capitalismo era eso.

A modo de pequeño anecdotario: Uno de los personajes de esta obra es Avelino, el abuelo de Alejandra, que tomó aquella foto a Eva y Toño en el Paraíso. Para interpretar este personaje en Madrid, Chévere realizó un taller con mayores de 65 años y después escogió a quien mejor se adaptaba al perfil del personaje y lo incorporó al elenco de la compañía para estas funciones. Es una forma de vincular la obra a la comunidad en la que se representa.

La República Cultural

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