lunes, 7 de enero de 2008

Los Protones



Nota: Cuando estudiaba en la Facultad de Informática participé en la revista que hacíamos los alumnos y que se llamaba Coleópteros y Otros virus. Colaboré en muchas cosas, incluso me atreví a hacer alguna entrevista. La de Los Protones fue una de las primeras. La realicé a finales de marzo de 1993 y hoy la recupero para este blog.

Aquí está el original. Gente de aquí. Coleópteros (Nº 14, abril-mayo 1993, página 24).

Los Protones
Los Protones
Conocía a PPVERDE, un canario que estudia en esta Facultad, porque es una persona que se sale de lo corriente. Sabía que tocaba en un grupo, así que les pasé una cinta y unas preguntas para poder hablaros de ellos. Tengo que decir que me he reído un montón escuchándoles.

Ellos son LOS PROTONES. ¿Quiénes componen LOS PROTONES? Pues está claro: LOS PROTONES. En realidad son cinco -aunque sólo en realidad, pues cuando están flipaos son muchos más- que responden a los nombres de Carlos, JuanFer, Arturo, Federico y Pepe. Se conocieron en la Casa de Campo -eran cinco vecinos de coche que estaban echando un polvo-, aunque también podía haber sido en Copacabana o un día que llovía afuera.

Hacen música, pero no saben decir el estilo. Quizá lo que más se acerca -como dijo una locutora de radio- sea Pock fresco, aunque prefieren el término Rock and Rock, o mejor Pock and Pock. Sea lo que sea, merece la pena oírles.

Su sentido del humor es muy pronunciado: ¿Llevan mucho tiempo tocando? Pepe nos confiesa que a la edad de dos años le tocó el culo a una niña y ella le dio un bofetón, fue entonces cuando descubrió que tocar es divertido. Cuando se apagan las risas, y ya en serio nos dicen que dos años. Hoy llevan tres horas tocando.

Sobre discos y salas me responden que de discos tienen 3.000 y salas 4.000, vamos que se han pateado todas las salas de Madrid como buenos noctámbulos que son. Lo cierto es que no tienen disco, ¡a ver si alguien se lo paga! y que han tocado en el Laboratorio -pero no en el de Sistemas Distribuidos, sino el de la calle Colón-, en Siroco, en el Chaminade, en el Santamaría de Europa y en Colmenar. Les gustaría tocar en muchos sitios, entre ellos en el garaje de la Facultad: «A ver cuándo propone alguien un concierto en la Facul, porque mucho teatro, pero ni un sólo concierto; aunque claro, ¿qué se puede esperar de un sitio en el que no se puede jugar al mus, ni ir en bermudas?».

Entre ensayos y actuaciones se van aprendiendo las canciones y les van saliendo. Tienen la esperanza de llegar a tener un poco de realismo y un poco de idealismo o suerte en los negocios, pero de verdad, donde quieren llegar es a final de mes. Si les fuese bien en esto de la música y tuvieran que elegir entre música o estudios, unos se quedan con el coche, otros con un despacho y la tía más buena de la Facultad -aunque estar buena no es lo único que hay en este mundo y existen, afortunadamente, muchas tías enrolladas- y Arturo, pragmático, nos confiesa que todo depende de las condiciones que le ofrezcan en la jubilación anticipada.

Siempre han confiado en los ordenadores, pues son más inteligentes que las personas. Ya tienen un chip programable en el pedal y van a comenzar a tocar desde su casa la batería con un modem.

¿Algo más que añadir? «¡AAAAAH!». Pues yo sí, que no os los perdáis en directo. Gracias PROTONES.